Capítulo 3.
-Tenemos que hablar –Todos tomaron sus anteriores puestos observando al menor.
-¿Hablar?
-¿Quién es ese Kuroashi Sanji? –Pregunto su hermano mayor.
-Un amigo –Aclaro el menor observándolos a todos.
-Luffy –Dijo Ussop –Todos hemos estado preocupados, no puedes llegar así de la nada y además con lo que acaba de ocurrir –Se cruzó de brazos.
-¿En dónde estabas? –Pregunto Trafalgar.
-Estábamos comiendo en un restaurante.
-¿Cómo se llamaba? –Esta vez fue Kidd.
-El “Baratie”.
-He escuchado sobre ese restaurante –Carraspeo Nami –Dicen que es uno de los mejores y la única manera de poder entrar a comer allí es pidiendo una reserva que demora hasta tres meses en ser respondida –Eso le sonaba extraño –Luffy ¿Cómo es que entraron allí? ¿El chico tenía alguna reserva?
-No.
-¿Qué? –Esta vez fue Ace -¿Entonces cómo diablos…?
-Él trabaja allí –Corto su hermano menor; Luffy odiaba que todos le hicieran preguntas tan ridículas. Pero ellos eran sus amigos, así que lo dejaría pasar.
-¿Trabaja allí? –Marco miraba con una ceja alzada al menor.
-Sí. Por eso mismo entramos así sin más. Es cocinero y a la vez atiende en las mesas.
-Es un estúpido cocinero –Susurro Zoro.
-No es estúpido –Dijo burlo Luffy mirando a su mejor amigo –Sólo, es genial estar con él y disfrutar de la comida que me prepara.
-Aún no has contestado mi pregunta, ¿De dónde lo conoces? –Ace aun sabía que había gato encerrado. Que de un momento a otro llegara su hermano menor junto con un desconocido con quien parecía llevarse de maravillas, no era muy normal que Ace no supiera por lo menos su nombre.
-Fue estudiante de Shanks –Luffy comenzó a rascarse el cabello.
-¿Shanks? –A Trafalgar le sonaba ese nombre.
-Sí, el tutor de Luffy –Ace conocía al viejo.
-¿Conociste al rubio por tu tutor? ¡Qué viejo verde! –Exclamo Ussop –Dejen que le dé un merecido a ese anciano, ya vera por hacer enojar al gran Ussop.
-No Ussop, Sanji solo apareció de la nada a darle un almuerzo a Shanks y me dejo probar –Luffy comenzaba a babear -¡COCINA COMO LOS DIOSES! Su comida es tan deliciosa –Ace contemplaba a su hermanito.
-¿Por esa razón dejaste de pedirme el almuerzo?
-Sí; Sanji me prometió que sí yo mejoraba mis notas, me llevaría el almuerzo los días de tutoría –Ahora esa más entendible.
-Aun así –Zoro arrugaba su rostro -¿No sientes que ese tipo es “raro”? –Todos comprendían a lo que iba.
-¿Raro?
-Ya sabes Luffy… emm raro en… -Ussop no encontraba las palabras.
-Tal vez no le gusten las mujeres –Kidd comenzaba a molestarle el hecho de que nadie le dijera al pelinegro las cosas.
-¿Ah? –Luego Luffy golpeo su mano con la otra –Es raro que piensen eso; el siempre corre tras una chica cuando las ve.
-Es un estúpido y maldito cocinero pervertido –Susurro de nuevo Zoro.
-Luffy, lo que queremos decirte es –Nami se acercó hasta él –que creemos que Sanji le atraen los hombres –La habitación quedo en silencio.
-Claro, Sanji es homosexual –Comenzó a reírse como típicamente, dejando a todos atónitos.
-¿Él te lo dijo? –Trafalgar enarco una ceja.
-Sí. Bueno, iré a dormir.
-¡Alto ahí!
-Ace será mejor que lo dejes.
-Pero Marco…
-Ace, mañana podremos hablar de esto con más calma…
-Nami… -El pecoso buscaba ayuda en la chica pero esta simplemente agacho la mirada.
-¿Mañana tiene tutoría Luffy? –Le pregunto.
-Sí, Shanks prefiere los fines de semana el poder enseñar…
-Entonces, mañana acompaña a Luffy en esa tutoría; y sí llega a aparecer ese tipo hazle entender al tal Shanks lo que te molesta.
-Lo haría Nami, pero ya he quedado en asistir mañana a una conferencia y si no asisto de seguro Smoker me mata –Suspiro el pecoso.
-¿Y los demás? –Pregunta la peli naranja.
-Acompañare a Ace –Dijo Marco.
-Tengo que ir a una práctica al hospital –Dijo Trafalgar.
-Voy a reparar mi coche –Dijo Kidd.
-¿No puedes arreglarlo después? –Comento Nami.
-¿Crees que mi padre me lo permitiría? Esta que me deshereda la mitad de sus bienes.
-¿No lo había hecho ya? –Trafalgar le pregunto.
-Hablo de la otra mitad; sí no lo hago me quedare sin siquiera una moneda de herencia.
-¿Ussop? –La chica miro a su amigo.
-Claro, será un gusto –Decía algo pero sus piernas temblaban de miedo.
-Iré con él –Susurro Zoro sorprendiéndolos.
-¿Y la conferencia? Smoker te matara –Ace miro preocupado a su amigo.
-¿Y a mí qué?, si no me ve pensara que me quede dormido –Los demás se miraron, “Dirá que te perdiste de camino a la universidad y a la sala de conferencias” Pensaron.
-Bueno, les encargamos chicos –Sin más de que hablar la peli naranja se levantó y tomo su abrigo de color rosa.
-¿Y tú Nami?
-Mañana Nojiko y yo iremos a vender algunas naranjas y no puedo cambiar de planes–Sonrió –Buenas noches, vamos Ussop, Zoro –Los nombrados se levantaron y se despidieron del pecoso.
-Te acompaño a casa –Dijo Kidd a Trafalgar quien solo agacho la mirada y asentía –Adiós Ace y no te preocupes, complejo de hermano –El pelirrojo imito la voz del rubio haciendo enojar al pecoso.
-¡NO TENGO COMPLEJO DE HERMANO! –Grito pero ya se habían marchado.
-Ace –El moreno se giró viendo a Marco; se sonrojo y miro a otro lado.
-Está todo bien –Susurro.
-¿Estás seguro? –Marco puso sus manos sobre los hombros del pelinegro haciendo que este lo mirara fijamente; el pecoso sentía como sus mejillas se calentaban.
-Sí, Luffy está en casa –Le sonrió y el rubio solo asintió.
-Nos veremos mañana, descansa –Marco lo abrazo haciendo que respingara pero de la misma manera correspondiera aquel gesto de afecto.
-Y tú –Dijo Ace sobre su hombro. El rubio se alejó y se dirigió a la puerta a paso lento. El pecoso solo escucho el momento en el que el pomo se movía, se abría la puerta y por último se cerraba. El pecoso suspiro frustrado mientras dejaba que su espalda tocara la pared y luego se resbalaba en ella hasta caer sentado en el suelo –Marco… -Al escuchar y decir el nombre de aquel rubio, hacía que sus mejillas se calentaran junto con todo su rostro y su vientre se contrajera.
Dos años; cuando habían comenzado a cursar el tercer semestre en la facultad, Ace había comenzado a sentir cosas por su amigo. Al principio creía que era admiración, pero luego de que el rubio le hubiera ayudado y protegido de una expulsión segura… aun podía sentir el puño del rubio sobre su mejilla y luego un gran abrazo que estrujaba todo sus ser, dos sensaciones en aquel momento. Había hecho que se diera cuenta que de verdad sentía amor profundo.
-¿Cómo podría decirle esto? –Se sintió débil. Arrugo la nariz, ahora tenía dos grandes problemas con su hermano menor y ese chico que lo atontaba.