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Imperium por wearkagain

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Notas del capitulo:

¡Muy buenas noches! Mis pequeñas berenjenas de esta hermosa pagina de yaoi, espero que hayan tenido un agradable Halloween (Para mi lo fue, aunque por mi edad no me dieron dulces, ¡Pero quien dijo que por eso no puedo disfrazarme! La edad solo es un número).

Aquí os traigo una parte muy esperada por todas y todos ustedes. Sí, sin duda alguna, espero sea un buen comienzo para nuestra pareja principal ya que prontamente este fic se vera lleno de estos encuentros y agregando claro la parte de nuestro villano favorito.

Sin más os reitero que las personas que tengas Twitter https://twitter.com/_DimeSthefa , pueden seguirme a cuenta donde público algunas cosas (Sí, devuelvo el follow sí se lo preguntan) no interesnates y otras que conllevan a información cuando suba algun capítulo o bueno.. da igual (En fin).

(Todos los personajes de One Piece pertenecen a Eiichiro Oda, solo hago esto por diversión y gusto).

Capítulo 33.

 

Zoro giro su cabeza rápidamente, observando la puerta. Los golpes habían cesado pero era seguro que aun esperaban afuera, ¿Quién más si no Luffy y ese rubio?

-Mier… -No pudo terminar la palabrota cuando uno de los dedos del rubio lo callaron y hacía un leve sonido para que guardara silencio. Enarco una ceja y el rubio solo le guiño -¿Qué estas…? –Esta vez fue la mano blanca del cocinero quien lo detuvo nuevamente.

Sanji se acercó con lentitud hasta su oreja y le susurro.

-No hagas ruido o sabrán que estamos aquí –A Zoro le calentó aquello, no sabía porque, pero lo hizo. Observo con perseverancia la puerta que nuevamente comenzaba a ser sacudida –No creo que podamos divertirnos como pensaba, marimo… pero puedo hacer algo con este amiguito –Se asombró al sentir la mano del rubio descendiendo a su pantalón y bajando su cremallera con lentitud.

-¿Qué tramas cejillas? –Le susurro lo más bajo que pudo contra su cuello, sonriendo al ver como él se agitaba con solo aquello.

-Te demostrare… que bueno puedo ser y te gustara –Mordió con suavidad su nuca.

-Ahm… -Lo miro ceñudo, pero nuevamente ese rubio lo callaba con un dedo sobre sus labios. Sanji se bajó de sus caderas y se tensó al verlo agacharse a la altura de sus rodillas mientras que sus manos pedían o más bien obligaban a que levantara su trasero y dejara deslizar sus pantalones. Cedió.

Sanji mordió sus labios observando ahora detalladamente el gran bulto que se escondía tras esa tela de color roja –Bóxer –y no podía negar que aquel tamaño era protuberante y llamativo.  Miro el rostro del moreno y noto el brillo lujurioso en aquellos ojos, reprimió sus ganas de reír. El marimo estaba cediendo y demasiado. Los golpeteos en su puerta le hizo volver a la realidad y una divertida idea de le cruzo por la cabeza.

Sin descaro alguno llevo una de sus manos a la tela roja y comenzó a acariciar su dureza a través de ellos. Sonrío al escuchar un suspiro grueso y un gruñido contenido por parte de Zoro, por lo visto se había estado conteniendo desde que estuvieron en aquel cuarto. Movió su mano de arriba hacia debajo de una manera pausada y tortuosa y levemente apretaba aquella erección una bes llegaba a la base.

Zoro en cambio reprimiría sus jadeos mientras mordía sus labios y apretaba el sofá con sus manos. El rubio empleaba su mano de una buena manera, y le hacía dar olas de regodeo en aquella zona donde apretaba y soltaba; estaba masturbándolo con desespero. Observo nuevamente su rostro y se excito a sobremanera.  Sanji lamía sus labios mientras mantenía su mirada concentrada a su bulto, ¿Acaso iba a hacer aquello?

Su duda fue revelada en ese mismo instante.

El rubio había agarrado el elástico de su ropa interior y sin preámbulos  lo había bajado de golpe dejando ver como su erección se erguía con toda su gloria.

Sanji al ver tal pedazo de carne casi se… aterrorizo y gimió de deseo. Palpitaba y era grueso, no lograba parecerse a otros que ya había visto, claramente sus anteriores amantes. Y Zoro resaltaba, sonrío con picardía, su instinto siempre tenía la razón cuando le interesaba un chico, y ese peliverde con piel tostada no era la excepción. Relamió sus lamios y llevo uno de sus dedos a aquel falo, tocándolo y guiándose por una de las venas que resaltaba en él.

-Cejas… -Escucho un jadeo casi sordo por parte del peliverde. Extendió su sonrisa preparado para su inesperado plan que de seguro haría que el peliverde perdiera la cabeza. Agarro con fuerza su longitud desgarrándole oro más ruidoso gemido.

-Será mejor que bajes la voz, puede que estén afuera –Agrego ya que hasta ahora se fijaba en que habían dejado de llamar a su puerta con insistencia. Y sí el peliverde y él sentían aquella adrenalina, el placer los sucumbiría mucho más.

-Cocinero… -Nuevamente jadeo a lo que Sanji llevo sus dedos hasta su orificio donde ya había muestra de su esencia pre seminal, y comenzó a distribuirla por toda su cabeza, rozando su aureola y tocando levemente una que otra parte.

Se acomodó en sus rodillas y se acercó más a ese pene con intenciones de hacer chocar su respiración en él. Hizo que su mano comenzara con detenidos movimientos sobre su longitud, excitándolos a ambos cada vez más.

-La tienes tan dura –Susurro el rubio rozando con sus labios y depositando un suave pero largo beso en el largo de su pene, mandándole descargas eléctricas al peliverde. Nunca en su vida lo había hecho con un hombre, varias mujeres se habían ofrecido a hacerle una mamada pero no era algo del otro mundo… pero por alguna razón dudaba con Sanji. Todo era prácticamente nuevo para él, pero aun así no quería que se detuviera. Llevo su mano hasta los cabellos dorados del chico y los acaricio con una extraña ternura, que el propio dueño ajeno de esos cabellos se extrañó por tal comportamiento.

Sanji estaba enseñado a que la gente le ordenara a hacer cosas como esas, incitarle y tratarlo con fuerza, y él sumisamente se dejaba solo por sentir aquel placer que nadie se dedicaba a darle; por eso aceptaba el hecho de que lo trataran con rudeza; Zoro estaba haciendo todo lo contrario, no lo obligaba, no lo afanaba, no lo llamaba por sobrenombres repulsivos, y lo acariciaba de esa manera para nada… morbosa. Cerró sus ojos con fuerza ocultándolo con su cabello, el peliverde no había rompido el contacto y por primera vez sonrió… de alegría.

Estaba decidido, haría de Zoro su amante más duradero y aprovecharía al máximo, y como regalo lo complacería.

Observo nuevamente aquel falo y volvió su mirada a la del peliverde que aún le observaba. Saco su lengua y le vio respingar. Se acercó y lamió desde los testículos del moreno hasta su cabeza donde jugueteo con su orificio, para luego besar con sosañes toda su cabeza, sin apartar la mirada de él. Zoro contrajo sus músculos y apretó la mirada sin dejar de ver semejante espectáculo tan enloquecedor. Ese rubio nuevamente movía su mano pero con más intensidad   sobre su longitud, mientras que su lengua y boca acariciaban su punta. Apretó su agarre en los cabellos dorados y como si él fuese un animal, lo acerco más a su pene. El rubio obedeció y abrió su boca devorando solamente su cabeza, algo que lo enojo e irrito.

¡Quería más!

-Ahmmm… -Jadeo. La mano el rubio había bajado directo a su bolsa, comenzando a frotarla y apretar sus bolas como si fuesen canicas. Gruño y apretujó con más fuerza su agarre intentando hacer que se metiera todo su miembro en aquella deliciosa boca, pero por lo visto ere cocinero se estaba resistiendo con mucha fuerza.  Fue rápido el movimiento y Sanji se vio liberado y aparto de un manotazo la mano del moreno -¡HEY!

-Zoro –El peliverde quedo en silencio y observo como el curly pasaba un dedo por su boca y luego lo adentraba y comenzaba a simularlo como si lo estuviese chupando con demencia. Su respiración se entrecorto una vez que Sanji ahora con dos dedos, los chupaba y lamía con descontrol mirándolo a los ojos –Zoro… Zoro…Ahm…mmm… –Gemía y ahí quedo lo que quedaba de su conciencia. El moreno agarro los codos del rubio y lo atrajo  a su cuerpo,  besándolo con desespero mientras que el oji azul correspondía dejándose hacer.

Sanji aprovecho y estiro uno de sus brazos logrando casi con dificultad dar con el interruptor, oprimiéndolo y dejándolos a oscuras. Zoro no dijo nada, en cambio soltó a Sanji con cuidado y sintió como él bajaba y se deslizaba hasta el suelo para volver a retomar el movimiento con su mano. El moreno inspiro aire y se dejó acostumbrar a las penumbras para poder visualizar a aquel rubio. Su pene dolía a mares y realmente necesitaba venirse pero no pensaba hacerlo solo con una simple masturbación.

-Zoro, la tienes tan grande –Se sorprendió y no podía negar que eso subía su orgullo hasta los cielos.

-Te quiero follar –Susurro por lo bajo a sabiendas que el oji azul lo escucharía. Como pensó, escucho su risita y no dudo en sonreír de vuelta, aunque no sabía si le vería.

-tenemos mucho tiempo, déjame… consentirte –Iba a decirle algo, pero las palabras murieron en su boca. Soltando un gemido grueso y demandante. Sanji había engullido de sopetón toda su erección. Su boca era cálida, apretada, húmeda.

-Ma….maldito –abrió su boca exhalando aire.

El rubio solo en respuesta comenzó a mover su cabeza con lentitud degustando aquel trozo grueso y palpitante que emanaba un sabor salado e intrigante. Se endureció cada vez más escuchando los gélidos gemidos por parte del peliverde y mucho más al momento en el que ese moreno agarro sus cabellos con fuerza, comenzando a marcar un ritmo rápido  que comenzaba a mortificarle su boca. Realmente ese pene era grande y prepotente.

-Que boca tan deliciosa tienes….ahmm –Sanji en respuesta succiono con fuerza su falo y comenzando a propinarle mordidas a su contorno mientras su cabeza subía y bajaba arduamente. El oji azul llevo una de sus manos desocupadas a la pierna del moreno, acariciándola y apretándola mientras continuaba haciendo aquella felación. Tenía una gran necesidad de tener ese miembro golpeando en su interior, pero debía de contenerse; No quería  llevar tan rápido al peliverde y conociendo que era la primera vez que lo hacía con un hombre… ¡Pero Dios! ¡Sí que tenía ganas de tener sexo de una vez con ese cabeza de lechuga!

Zoro se sentía morir y estaba seguro de que estaba a punto de alcanzar su libido. Nunca en su vida, había disfrutado de una felación tan ardiente como aquella y sobre todo que en ese caso se trataba de un hombre, no, de Sanji en especial. Sintió como su pene era estrujado, chupado, mordido, besado, mamado por esa deliciosa cavidad bucal y los incontables roces que propinaba con sus dientes y lengua. Sus jadeos resonaban en aquel silencio unidos con algún que otro sonido que hacía ese rubio al estar con ese sube y baja, el jugueteo que lo hacía estremecer en sus muslos y como no los choques cuando ese oji azul chocaba su miembro hasta su garganta.

Estaba a punto de correrse, así que sin más intento separar la cabeza del rubio de su pene. Pero Sanji no permitía, es más, incluía mucha más fuerza en su cabeza y golpeaba con más rapidez su verga justo en su garganta.

-O-Oye… me voy….agh… -Estaba a punto de correrse, y no se permitía hacer aquello –Venga… -Lo empujo pero el cocinero de todos modos había logrado volver a introducir su pene  a su boca -¡Joder! –No lo resistió más, se dejó ir. Eyaculo en la boca del rubio, en una gran cantidad. Sintió como la boca del chico se apretaba a su longitud y no dudo en mirarlo a la cara sin importar la oscuridad.

Lograba ver la silueta de Sanji aun cerca a sus rodillas y sintió sus manos rozar sus muslos, estaba temblando. Se preocupó, ¿Lo había lastimado? Fue hasta que el rubio abrió la boca alejando su verga y le enseñaba al moreno aquel espesor blanquecino cubriéndole su boca. Zoro trago saliva audiblemente y él cocinero solo cerro su boca mandando y relamiendo sus labios son sensualidad.

Estaba hecho, estaba nuevamente duro ante aquel gesto tan carnal y sucio.

Lo agarro y lo sentó sobre sus piernas, observando como Sanji fruncía aquella ceja divertida. Le beso sin importar si su boca aún se encontrase manchada con su semen, es más, aquel gesto había dejado en claro alguna que otra duda que prevalecían en su mente. El oji azul ante eso parpadeo, pero luego se dejó acarrear por el beso que era tortuosamente lento y apacible.

Se separaron mirándose a los ojos y Sanji solo sonrío con un poco de arrogancia.

-¿Te parece si llamamos a los chicos a ver dónde están?

-¿Para qué?

-No sé, puede que estén aun por aquí y si no… tenemos hasta mañana –Ronroneo mientras dejaba descansar su cabeza sobre el hueco del cuello del moreno. Zoro nuevamente acaricio sus cabellos y cerró sus ojos dejando que su adolorida raíz fuese mimada por las mismas manos bruscas.

-Adelante –Murmuro el peliverde restándole importancia. Pero en el muy fondo… quisiera experimentar más. Pero aun, tenía sus dudas. 

Notas finales:

¡Espero os haya gustado! Como siempre agradezco sus bellos comentarios aquí y en mis otros dos fics que algunas conoceran (Cada quien a su gusto bebes), prontamente si Dios quiere, podre subir más capítulos. Estoya final de semestre y es.. Tormentoso.

Sin más, no oviden comentar, porque así continuo con estas cosillas mías.

Besos y chao chao.


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