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Imperium por wearkagain

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Notas del capitulo:

¡Buenas noches! Sé que es muy tarde y espero me perdones, pero bueno, de igual manera se que me colgaran al leer este capítulo. 

Como saben, esta historia tiene su lado oscuro y es algo que no puedo evitar. Sin más agradezco sus bellos comentarios y todo el apoyo de que sigan leyendo ms historias. 

(Todos los personajes de One Piece pertenecen a Eiichiro Oda)

Capítulo 39.

-Tengo que irme –Zoro le miro aun recostado sobre su colcha con la sabana solo cubriendo de sus caderas hacía abajo, estaba relajado e incluso de un buen humor.

-¿Tan pronto? –Pregunto con cinismo acomodando sus brazos bajo su cabeza. Miro como el rubio acomodaba sus pantalones y se giraba para afrontarlo.

-Tres malditas horas, porfavor marimo, te estoy haciendo un favor para que no mueras seco –Le burlo terminando por abrochar el botón de su pantalón –Además es una reunión de trabajo –Sanji comenzó a buscar el paradero de su demás ropa.

-Es domingo, no me jodas.

-Lo digo enserio.

Bufó, ¿A quién en sus santas condiciones lo obligaban a asistir a algo un domingo? Cerró los ojos escuchando los movimientos del oji azul en su habitación, varias cosas se movían e incluso la sabana que lo cubría se había movido para luego volverlo a abrigar. Quiso reírse.

-¿Podrías por lo menos ayudarme? –Abrió uno de sus ojos encontrándose a Sanji cruzado de brazos frente a él.

-Me da pereza.

-Oh vamos –Lo vio sentarse en la colcha rebuscando nuevamente bajo las sabanas.

-Allí encontraras otra cosa –Burlo a lo que el rubio solo entrecerró  el ojo con molestia.

-Pervertido.

-Mira quien habla.

-Venga solo ayúdame –Aun en su posición movió su cabeza a ambos lados hasta que cierta tela llamo su atención, bingo.

-Allí –Señalo con la mirada a lo que Sanji se situó sobre su cuerpo logrando agarrar lo faltante de su ropa que estaba al otro lado de la cama siendo opacada por el cuerpo del marimo, casi cayéndose.

Más no contaban con un pequeño y molesto… detalle.

-¿Zoro, estabas fumando en…? –El moreno se quedó paralizado en su lugar a la vez que el rubio se enderezaba con rapidez mirándolo con los ojos abiertos. Lo miro y luego viajaron sus ojos a la figura que estaba justo frente a su puerta.

Oh mierda.

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-¿Dónde está mi Candy?

-¿Crees que voy a saberlo?

-Tú mismo has dicho que vendría, y ya es tarde –Se quejó un “hombre-mujer” de cabello morado y traje de leopardo que caminaba de un lado a otro.

-Acaban de pasar solamente diez minutos –Dijo esta vez un hombre alto, de cabello oscuro y un extraño estilo de barba; usaba lentes y su traje era de color marrón.

-Cállate Vergo, en tu lenguaje no existe la puntualidad.

-Sí existe señor Ivankov.

-Silencio –Lo apunto con uno de sus dedos y en aquel preciso momento las puertas se abrieron de golpe en el hall. Ambas personas dirigieron la mirada al intruso dándose cuenta que era el rubio, que por muy extraño vestía como una flor del campo -¡Candy!

-¡Silencio! –Esta vez fue el que callo mientras intentaba respiras –Corrí… mi auto… se averió… cinco cuadras…. Atrás… -Se acercó hasta el amoblado donde estaba sentado el otro hombre y se dejó caer molido.

-Ese rosa se te ve per-fec-to mi bello caramelo –Elogio el de cabello morado comenzando a dar piruetas -¡Ah! ¡¿Por qué llegar tarde?! –Grito con molestia, pero se sorprendió al ver como a Sanji le subían los colores a la cara quedándose por completo como un tomate. Él/Ella ya conocía toda expresión del menor –Vergo.

-¿Sí?

-¿Podrías decirle a Mingo que estaremos con él en veinte minutos?

-Dijo que los acompañara hasta que entraran a la sala de juntas.

-Vergo, necesito hablar con mi Candy, solo lo diré una vez más y a mi estilo, vete o te haré violar por mis propios subordinados quienes has estado en época de sequía por largo tiempo, y a Mingo que no interfiera… o hablare sobre él muy detalladamente en la junta –El moreno se levantó de golpe y comenzó a retirarse sin decir más. Ivankov sonrió satisfecha y se acercó a su rubio quien mantenía la vista gacha junto con una sonrisa felina -¿Te divirtió?

-A veces recuerdo tus amenazas… y se me pasa –El rubio miro como el peli morado se sentaba a su lado y le miraba expectante –Te ves ridículo con ese tigrillo… ¿Desde cuándo copias a la tigresa del norte?

-¡Ja! Para tu información este traje hace parte de la nueva colección de uno de mis diseñadores favoritos y es un Anima Print animal –Le acentúo –Pero no quería estar a solas contigo para hablar de mi bello guarda ropa, es sobre ti –Nuevamente aparto la mirada sonrojado -¿Qué ha sucedido? te conozco desde pequeño y tus reacciones no son nuevas para mí, estas avergonzado… pero tienes ese toque de felicidad ¿Hablaras o tendré que sacártelo a las malas?

-No es algo que te incumba Iva…

-Sanji, mírame –Resoplo y levanto la mirada observando aquel aceitado maquillaje del cual siempre se burlaba, pero Iva era Iva, su “madre” por sí decirlo, era parte de su infancia y de hoy en día.

-Estuve… -Miro a ambos lados y se apegó más al otro susurrándole en voz baja –Con un chico.

-¡¿Un chico?!

-Shhhh –Puso un dedo sobre sus labios.

-¿Un chico? –Murmuro aun sin creérselo. Sanji nuevamente asintió mientras sonreía y se daba una palmada sobre la frente-¿Te… te gusta?

-¿Qué? No –Contradijo con rapidez, algo que hizo que el peli morado entrecerrara los ojos –Enserio, solo es por… ya sabes…

-Necesidad –Le completo –Aun así mi Candy, siempre has estado con hombres y nunca antes te había vuelto a ver así… más… feliz… -Susurro a lo que le vio sonrojarse nuevamente –Un poco parecido cuando estuviste con…

-A fin de cuentas, el tipo es extraño –Le interrumpió –Es bruto, un idiota, ya sabes, pero… no sé qué llamo mi atención… es un imbécil, no se viste elegante, es un zopenco y nada refinado, un animal, un neandertal con cabello de marimo.

-¿Marimo?

-Sí pero… es tan diferente a los otros compañeros con los que he salido –Iva sonrió internamente, podría ser…. –Pero, solo lo quiero para sacarle provecho he, aun así es muy cálido… solo es sexo sabes no es necesario actuar así–Un kilo cayó sobre su cabeza. Su rubio era un terco insensato.

-Sanji… siempre tan idiota.

-Vale y tú un travesti con problemas de orientación a tu mismo sexo, no te quejes –Le implanto ante el comentario.

-Bueno –Se peinó los cabellos –Aun así vienes vestido de esa manera y un tanto colérico ¿Qué ha sucedido?

-Tu-Tuvimos sexo…

-Aja, nada raro para mí.

-Hace horas….

-Oh… ¡¿Qué?! ¡¿Horas?!

-Shhhh –Esta vez estampo sus manos sobre los labios maquillados –Baja la voz, joder –Se apartó de golpe; se sobresaltaron al ver como nuevamente Vergo aparecía de quien sabe dónde.

-Vergo –hablo Iva.

-El señor espera que pasen a la sala de juntas –Les informo y sin más se giró como si supiese que lo seguirían.

-Esta conversación continuara –Advirtió el tigrillo señalando al rubio y comenzando a caminar, Sanji hizo lo mismo comenzándose a reír recordando el suceso.

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Estaba impaciente, el sonido del reloj lo estaba matando y por su santa madre, su tío aún seguía en aquel sillón mirándolo fijamente mientras tenía una copa de vino en su mano. Y para el colmo ese maldito cocinero había logrado sacar excusas para largarse y dejarlo llevar todo el costal de problemas.

-Zoro –Pego un salto ante la mención de su nombre por parte de su tío.

-Señor –Trago saliva, pero permaneció inmutable en aquel sofá. Lo vio suspirar.

-No me molesta, la verdad entiendo perfectamente –Abrió sus ojos asustado –Eres joven, estas en tú época, las hormonas, no es nuevo para mí –Oh mierda, le estaba poniendo los pelos de punta –Cuando yo era joven –Oh no, que no le viniera ahora con eso de la “charla” –Mi padre era muy estricto, tu madre, mi hermana debía de vestir faldas largas, nada de ropa escotada. Yo podía usar lo que fuese, pero tenía prohibido –Por favor, detente –Llevar a mis parejas directo a mi habitación, ¿Sabes por qué? -¿Debía de contestarle? -¿Zoro?

-Eh… No.

-Porque además que mis padres eran cristianos devotos, preferían que sus hijos llegasen castos al altar. Mi hermana, no podía tener novio hasta los veinte año ¿Lo puedes creer? -¿Otra vez debía de responder? –pero, nos valió un bledo. Como dije, los jóvenes tienen sus propios sentidos y no me molesto por aquello. Ella fue conquistada por un hombre ducado, fuerte y audaz que se presentó frente a nuestros padres con todas sus fuerzas sin importar cuantas veces fuese lanzado, maltratado, escupido, pisoteado… amo a mi hermana –Suspiro –Eso fue lo que admire de tu padre –Se sobresaltó ante aquella confesión, lo único que sabía de su padre era lo bastardo que había sido al abandonar a su madre cuando estaba en embarazo de él. No sabía más de aquella historia –En cambio yo, un gran hombre que hacía suspirar a más de una mujer… me enamore de un hombre –Mierda, otra confesión. Trago saliva audiblemente.

-No me molesta que me digas eso –Murmuro; la verdad ya se lo imaginaba, su tío no tenía ninguna relación y ningún hijo. Ya le parecía extraño. Lo vio sonreír, parecía que recordaba las cosas, la interesaba saber.

-Lo sé, hoy en día es normal. En mis días no lo era, me enamore de un chico joven, muy guapo –Bebió del vino –Le confesé mis sentimientos sin importar que fuese rechazado, prefería decirle que mantenerlo escondido… me acepto –Zoro sintió como su pecho se contraía –Nos veíamos, salíamos y mis padres creían que éramos solo dos hombres, amigos que hablaban de cosas como peleas, autos, partidos –Nuevamente se río –La verdad era que hablábamos de nuestros sentimientos, e incluso nos besábamos entre los riachuelos… -Se quedó en silencio.

-¿Qué paso? –Pregunto intrigado.

-Lo descubrieron –Aquello lo dejo en seco, hubiera sido mejor no preguntar –Primero fue cuando mi hermana escapo de la casa con tu padre, y por último la noticia de que Dracule Mihawk era un homosexual y confirmaban la historia porque le vieron darle un beso y agarrar la mano de otro hombre –Apretó los puños molesto –Mis padres estaban avergonzados, ¡Ja! Nos fuimos de la ciudad, me azotaron e incluso llamarón a un cura para que me “curara” –Zoro sintió rabia, ¡GENTE IGNORANTE! –Diez años pasaron y no sabía sobre mi primer amor, no tenía noticias de mi preciada hermanita y solo fingía para complacer a mis padres teniendo una novia del cual nunca me enamoraría.

-Tío, perdón pero no merecías eso –Aquellos ojos cayeron sobre él y solo le dedico una sonrisa pequeña.

-Lo sé, pero para ese entonces todo era diferente, las creencias y lo que decía la gente –Bebió –E incluso aún existe ese tipo de gente Zoro, por eso digo que jamás diré nada malo sobre ti, te apoyare porque eres mi sobrino y en cada una de tus decisiones, solo no quiero que te lastimen –Aquello cayó como una puñalada, su tío creía que ese rubio y él… oh mierda.

-Él y yo… solo lo hicimos para... probar… yo –No sabía que decir; lo vio levantarse y pasar a su lado.

-Hay muchas cosas Zoro, muchas cosas que experimentar y sin lugar a dudas te gustaran, solo ten cuidado de que tú no seas el lastimado –le vio salir del lugar y suspiro resignado. Se levantó de golpe y le busco hasta encontrarlo en las escaleras.

-¿Qué sucedió después? No me dejes a medias, hoy ha sido el día en el que has hablado de más –Pidió con franqueza.

-Escape e intente buscarlo, más escuche que se había ido a vivir con una mujer… luego fui con mi hermana y de allí en adelante lo que he vivido contigo –Sin más le vio subir las escaleras en silencio dejándolo completamente soló en el primer piso.

Santa mierda… muchas cosas en un solo día.

-Debo entrenar –Se dijo, ya que necesitaba distraerse.

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-Y así concluye –Termino de explicar el rubio alto mientras observaba una gran cantidad de gente formal quien comenzaba a aplaudir vociferando que invertirían en su proyecto –Como dije, pueden dar una parte en adelanto y recibirán sus tarjetas –Río a lo que la gente comenzó a aplaudir con más fuerza.

Al fondo de la habitación Iva sonreía y Sanji solo suspiraba mientras tiraba el tercer cigarrillo a una placa de metal.

-Y aún necesita de ese hombre ¿No?

-Claro, Crocodile maneja mucho el lavado de dinero, narcotráfico e incluso posee una gran cantidad de bienes que le dan millonadas.

-Podría limpiarse el culo con un fajo de billetes –Busco otro nuevo pitillo, encendiéndolo y comenzando a fumar.

-Pero es un buen chico.

-No lo creo…

-Lo conozco, solo que… ha, se dejó adentrar en ese mundo y perdió lo que más quería –No le refuto, Iva sabía cosas que nunca le diría. Solo conocía a Crocodile por palabras y murmurios de la gente, pero en persona era otra cuestión.

-Aquí viene el punto rosa –Informo notando como Doflamingo de arrastraba con rapidez hacía ellos junto con un hombre a su lado mientras saludaba a los demás presentes. Siguió fumando una vez estos llegaron a su lado.

-Buenas tardes Iva, Sanji ~

-Mingo.

-Doflamingo.

-Les presento a un amigo mío, él es Bellamy –Era otro hombre rubio pero de piel morena, alto y con gran masa muscular. Usaba lentes y ropa formal de la misma manera que los demás; Sanji se sintió un tanto incómodo.

-Un gusto, soy Iva –Saludo el peli morado mientras brindaba su mano la cual fue aceptada con gentileza. El rubio menor suspiró y estiro su mano igual.

-Soy Kuroashi Sanji –Más se asustó ante el contacto del otro que acaricio su mano de manera detallada propinándole un leve apretón sobre sus dedos.

-No, el placer es mío –Miro a Doflamingo quien miraba divertido la escena.

-Iva, escuche que unos hombres están interesados en tu club cuando se pasen a aquí –Le informo a lo cual el nombrado saltó y corrió a la dirección que señalaba el mayor. Una vez soló Sanji se apegó a la pared abrazándose con sus brazos de manera protectora y poniendo una cara seria e inmutable.

-Ahora, lo importante, mi querido Sanji~ -Río.

-¿De esto se trataba mi presencia? –Le recrimino.

-No te enojes, solo es un pequeño favor, te aseguro que pagare lo que quieres o, pero no te aproveches –Burló a lo que se estremeció. Bellamy, quien aún se mantenía sonriendo le miraba de arriba hacia abajo, algo abrumante.

-Joder, que sea rápido –Repuso a lo que los otros dos sonrieron. Doflamingo le entrego una tarjeta al otro que llevaba lentes y este acepto gustoso girándose y perdiéndose entre la multitud.

-Eres un buen chico.

-No hago esto por usted, lo hago para mantener mi dignidad –Reprocho con hastío. El mayor hizo una mueca de ofensa y luego solo se alzó de hombros.

-¿Aún perdura algo de tu dignidad? Recuérdalo Kuroashi, eso se perdió desde el momento en que me conociste –Y sin más le dio la espalda; el rubio apretó los puños y con disgusto comenzó a salir de aquel lugar con la vista agacha echando maldiciones a todos esos presentes a excepción de Iva, quien había sido seducida por las palabras de ese hombre, no tenía culpa.

Salió de allí y se aterro al ver como el otro rubio lo agarraba del brazo para comenzar a jalarlo a una habitación que ya tenía la puerta abierta, para luego lanzarlo a una amplia cama matrimonial. Se enderezó y vio como cerraba la puerta de una patada mientras se retiraba la corbata y la camisa.

-Nunca antes lo he hecho con un hombre, pero eres muy guapo, así que dame gusto como lo asegura el señor Donquixote –Lo escucho reír como una hiena y eso le dio más asquerosidad.

Maldita fuera su pobre vida.

Notas finales:

Espero... no, es que ni gusta, pero es parte de la trama, aun así no olviden comentar y seguir leyendo esta bella hisotria. Les quiero muro, besos y abrazos.

No olviden que por ustedes es que sigo haciendo esto, todo es por cada uno de mis lectores.

Bye bye.


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