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Imperium por wearkagain

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Notas del capitulo:

¡Feliz navidad y año! (Muy tarde pero es que en esas fiestas se veía menos tiempo para desearlo).

¡TENGAN UN FELIZ Y BUEN 2015! BESITOS.

Capítulo 43

 

Sanji suspiro al sentir como su trasero caía sobre el colchón y se ponía cómodo esperando la aparición de su jefe. Miro a su lado al pelinegro que mantenía el rostro serio y arrogante de siempre; nunca sabría si el mayor lo estaba mirando o estaba con los ojos cerrados por los lentes oscuros que siempre llevaba sobre su rostro.

-Vergo –Lo llamo, más no recibió respuesta por  parte de este quien solo había inclinado la cabeza ignorándole –Vergo –Volvió a llamarlo y nuevamente era ignorado de la peor manera. Apretó los dientes y se giró para poder mirarlo –Vergo.

Con rapidez se vio acorralado en el mismo sitio mientras que su cuerpo se apretaba contra el colchón y su respiración se agitaba con terror; el azabache sostenía un cortaplumas frente a su ojo atentando con quitárselo o apuñalarlo,  su cuerpo ahora estaba inclinado a pocos centímetros del suyo.

-Es Señor Vergo, muchachito –Trago saliva al ver a su superior aun con aquellas facciones que no demostraba emoción alguna y solo se limitó a asentir sin parpadear, temía que aquel filo cayera sobre su persona.

-Se… Señor Vergo, lo siento… -Balbuceo en un bajo murmuro pero lo más audible para que lo escuchara, suspiro aliviado al ver aquel objeto retirarse y como el mayor lo ocultaba en la manga de su camiseta blanca ¿Cómo diablos podía ocultar eso ahí sin lastimarse?

-El joven amo pronto estará aquí –Aviso mientras se cruzaba de brazos y le miraba o eso creía porque su rostro estaba regido a él.

-Vale. Gracias señor Vergo –Dijo y volvió a removerse en el asiento asustándose de paso al escuchar la puerta abrirse con rudeza que incluso chocó contra la pared y ahí mismo Donquixote hizo aparición con el ceño fruncido inclusive su frente brotaba una gran cantidad de venas y su rostro más rojo que nunca.

Parpadeo ante tal aspecto que poseía, que al momento de dar cuatro zancadas -tras haber dado un solo portazo- llego hasta su escritorio y se sentó hecho una furia en su asiento comenzando a girar en el mismo lugar. Miro de lado al otro mayor que solo mantenía la misma postura solo que esta vez prestaba más atención a quien era su jefe.

-¿Joven amo? –Interrumpió Vergo tosiendo y observando como el rubio se detenía y con solo un giro se dignaba a mirarles.

-Estoy… furioso –Declaró enderezando su espalda y quitándose su abrigo de plumas tirándolo sobre una silla aparte.

-Lo sé, y lo comprendo joven amo.

- … ¡Maldita sea! –Ambos espectadores respingaron al verlo lanzar todos los objetos que mantenía en su escritorio terminando a parar en el suelo -¡Lo acabaré! ¡Cortare su cabeza y después llenare su cuerpo de dinamita! Su cadáver explotara y reiré para luego bailar en lo que quede de su ser –Sanji abrió sus ojos como platos ¿Qué diablos estaba sucediendo?

-Joven amo, pido que se calme.

-¡Que se calmen mis huevos! –Agarro con sus manos el fino escritorio y lo estampo contra la pared haciéndolo añicos de un solo golpe. Nuevamente estaban alucinando ante la fuerza y la conducta del más viejo; ¿Qué rayos había sucedido para que Doflamingo estuviera de esa forma? Era una prepotente pregunta que rondaba en la mente del menor.

Mientras que el azabache se dignaba a observar con tranquilidad el comportamiento del otro como si ya conociese ese show y solo esperase a que el otro tomara la compostura. Como predijo el mayor les dio la espalda alejando las gafas de su rostro y pasando su brazo por la frente apartando el sudor fruto de la ira. Sanji lo miro atento, pues nunca en su vida ese hombre se había quitado aquellas gafas como el otro hombre a su lado, tal vez tuviese la oportunidad de poder ver el color de sus ojos.

Pero siempre todo iba al caño, porque volvió a colocarles en su sitio y sentándose ahora frente a ellos sonrió amargamente.

-Buenos días, me he de disculpar por llamarles para que vinieran y más en un día de trabajo –Giro su cabeza al azabache –Y de universidad –Miro esta vez a Sanji extendiendo aún más su sonrisa.

-No se preocupe joven amo, puedo excusarme y no habrá problema –Hablo Vergo a lo cual solo asintió siquiera apartando la vista del otro rubio.

-Yo… Yo ya acabe las clases –Declaró el oji azul con cierto mosqueo.

-Me alegro mi bello Sanji ¿Cómo te fue?

-Bien –Relamió sus labios y comenzó a buscar a tientas su cajetilla de cigarros.

-Respóndele de buena manera al joven amo mocoso –Dijo con amargura Vergo observándolo y poniéndole todos los pelos de punta.

-Excelente, joven amo –Corrigió y logro encontrar su caja sacándola y busco un cigarro.

-¿Alguna idea Vergo? –Ambos mayores se volvieron a ver y el azabache solo asintió.

-Pido disculpas joven amo, pero por la adrenalina de no encontrar aquellos archivos olvide mencionar una información que de seguro nos será valiosa –El rubio puso atención mientras encendía su pitillo e inhalaba el humo negro que se adentraba a su garganta. Miro a su jefe quien aplaudió y sonrió como el propio gato rizón.

-Como siempre llegas a mí con detalles que de seguro valdrán la pena, por esa razón confió tanto en ti, Vergo –Puntualizo –Ahora, ¿Podrías decirme que viste?

-Dos chicos.

-¿Dos chicos? –Aquello ninguno de los dos se lo esperaba. Sanji expulso el aire y Doflamingo acomodo una pierna sobre la otra llevando su mano hasta su barbilla -¿Qué hacían dos chicos allí? ¿Estaban en la sala de registros?

-Es lo más probable joven amo; cuando llegue allí ellos estaban caminando y chocaron contra mí. Lucían sospechosos más no me pareció extraño.

-Bueno nadie dudaría de un mocoso púber, que en este mundo solo aprovecharía   de su suerte consiguiendo cosas y divirtiéndose –Sonrió señalando al menor que rechisto -¿Lo ves? Nadie le interesa.

-Bueno, considerando que hoy en día es lo más normal. No entiendo como esos chicos entraron allí, inventaron una excusa sobre una maestra y según nuestros informantes dejaron oculto “eso”… no llego a perfeccionar mi teoría pero estoy seguro de que es algo sospechoso.

-Confió en tu palabra y te doy permiso de que investigues y aun así los encuentres y tengas que torturarlo –Saco la lengua pasándola por sus labios –Hazlo. Pero que la información sea valiosa o estaré en grave problema.

-Vuelvo a pedir disculpas joven amo, si tan solo hubiera ido por aquello primero o no dejado al último… solo no lo vi tan importante como ahora lo más obvio…

-No te culpes Vergo, es más, creo que deberías comenzar ahora con eso. Tenemos dos días para la gran reapertura. Mañana las despensas se llenaran de licor y al día siguiente los disfraces de las camareras y camareros y otros llegaran para que los utilicen y entonces ¡Bam! –Aplaudió haciendo respingar a Sanji –Imperium se alzara en su gloria. Será mejor que te vayas –El azabache sin más como si se tratara de una maquina se levantó e hizo una reverencia para retirarse dejando a los otros dos rubios solos.

A Sanji no le gustaba eso de quedarse a solas con su superior.

-Oh Sanji –Cerró los ojos y los abrió mirando como el rubio se levantaba y se acercaba hasta él –Te mereces una recompensa por haber pasado muy bien el semestre.

-Gracias… -Termino de fumar y planto el cigarro en la petaca apartando la mirada.

-¿Ya has invitado a tus amigos a celebrar?

-No… No son mis amigos.

-¿Ah no? –Negó sintiendo su corazón pinchar ante tal mentira, pero así prefería protegerlos. El mayor se sentó a su lado entendiendo sus piernas en el suelo y despeinando sus cortos cabello -¿Cuántas entradas serán en ese caso?

-La verdad, aun espero algunas… confirmaciones, sabes –Le miro y luego miro a la pecera a su espalda.

-Vale, apúrales para que pueda entregarlas o bueno de igual forma si tú quieres entrara la gente que desees.

-¿Ah que viene tanta amabilidad? –Enarco su ceja mientras miraba burlón al mayor.

-Siempre soy amable.

-Amable mis cojones –Repitió la misma blasfemia solo que con otra palabra –Es como decir que yo te llame joven amo todo el tiempo; solo lo hago cuando Vergo está muy cerca.

-No dirías, ¿Señor Vergo? –Bufó –Bellamy estuvo satisfecho –Se estremeció ante la mención de ese nombre.

-Oh vaya, es lo que dicen todos –Rodo los ojos tomando otro cigarro encendiéndolo y comenzando a fumarlo.

-¿No te hace feliz? –Sanji se detuvo para expulsar el humo y se levantó mostrándole su retaguardia y levantando su camiseta.

-¿Ves esto? Eso me lo hizo tu preciada hiena hijo de mil resortes –Doflamingo observo absorto aquella gran cantidad de puntos rojizos y estalló en carcajadas ante el comentario del menor.

-¿Resortes?

-Ni lo preguntes –Acomodó su ropa y volvió a sentarse volviendo a inspirar. Así había decidido decirle ya que ese hombre hacia rechinar la cama como si tratase de ganar una horrenda competencia.

-Es una lástima y yo que quería que hicieras un pequeño trabajo para el sábado…

-Me niego.

-Oh pero que malo.

-Si invite a mis compañeros no era para dejarles solos, ¿Qué clase de persona crees que soy?

-Un buen chico con una bocaza sucia –Sonrió espontáneamente tendiendo su mano, a lo que el oji azul le tendió un cigarro y lo encendió a los labios del mayor.

-Como sea, no podré.

-Es una chica –Dijo Doflamingo expulsando el aire –Por lo que me consta que no hará esa clase de cosas contigo –Le miro de reojo.

-¿Una chica?

-Aja.

-¿Por qué una chica?

-Sé que se te pone dura con ambos pero prefieres a los chicos, puedes imaginártela como un hombre y tirártela.

-¡No hables así de una mujer!

-Apareció el príncipe de blanca armadura.

-Búrlate de mí todo lo que quieras pero nunca de una dama –Clamo con furia a lo que el mayor solo asintió aun con aquella sonrisa sobre su rostro calando del cigarro y dejando salir el humo a los aires.

-Hazlo o a sabes que sucederá –Se tensó y agacho la mirada.

-No puedo hacer eso a una dama –Y tampoco a cierta persona que había invitado con gusto de estar allí para poder hablar, bailar y conocer a sus amiguetes.

-Solo será media hora, no es mucho y ella te ha pedido exclusivamente. Sanji, es una orden –El menor miro a los aires y luego al mayor mientras apretaba los puños y su cigarro que se consumía por si solo –Zeff…

-¡Esa bien! Lo haré joder… solo deja en paz al viejo.

-¡Ja! Él está bien –Sanji le miro incrédulo –Con tal de que le visites una vez al mes le hace feliz y según he escuchado ha conseguido una cita con una mujer preciosa –El menor sintió alivio al escuchar que su abuelo por lo menos seguía su vida bien y no se destrozaba sin tener su presencia; sonrió nostálgico, pues aquel anciano decía que no le quería y se largara cuando peleaban en la cocina, pero cuando se fue de su acobijo le vio llorar como nunca, aquello le rompió el corazón a ambos -¿Entonces cuento contigo?

-Si no se queja de las marcas, vale –Soltó el aire contenido y miro por última vez al mayor -¿Qué sucedió a lo que dijo Vergo?

-Cosas sin importancia.

-Pero estabas enojado. Echando fuego.

-Solo me estresa que lo que pido no esté listo para cuando lo quiera, pero ya Vergo lo ha dicho todo.

-Debe de ser algo tan importante –Él no era idiota, sabía que algo ocurría y aquello por lo visto afectaba a aquel flamenco.

-¿No debes de irte? –Ya lo estaba sacando.

-Claro –Se levantó y camino hasta la puerta abriéndola si no antes escuchando.

-Avísale a Franky que venga, esta mierda está hecha pedazos –Asintió.

-Pide sake para la apertura.

-¿Sake?

-Sí.

-Pero si a ti no te gusta beber.

-Habrá a alguien que le guste… de seguro –Cerró la puerta tras su espalda y tomando aire, salió encontrándose a la secretaría, se despidió de ella en el acto.

-Será mejor que avises marimo –Susurro llamando al elevador -¿Qué oculta Vergo? –Volvió a murmurar haciendo un pequeño puchero.

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Termino de entrenar y vio a su tío hablando por  teléfono mientras andaba por la casa. Se acercó y una vez adentro se encamino en dirección a las escaleras a las que le costó llegar. Una vez en el cuarto de baño sus ropas quedaron en el suelo y lleno la bañera con agua caliente para estimular los músculos  y bueno, de tampoco tener un calambre a media noche.

Estuvo libre toda la mañana y ahora el resto de la tarde, ¿Qué rayos haría? No lo sabía.

Toco con el dedo índice la temperatura del agua comprobando que era la apropiada. Entró con lentitud arrugando el ceño ante la gran cantidad de calor además que su cuerpo parecía una estufa orgánica. Se fue reclinando hasta sentarse en el agua y suspirando con fuerza cerró los ojos dejando reposar su cabeza sobre la baldosa de ahí mismo.

Ya tenía a dos que habían confirmado que asistirían a esa discoteca, Marco con un sencillo “no tengo nada que hacer” y con Ace ya era otra historia donde casi terminaron por darse golpes nuevamente; pero acepto al momento en que se lo pidió Marco… Algo raro pasaba con esos dos y hasta ahora se estaba dando cuenta. Oh bueno.

Faltaban Law y Kid y de ahí preguntaría a Nami que iría con Nojiko porque aunque esa chica fuera menor resaltaba con su cuerpo voluminoso –Y un poco de maquillaje– y no asistiría sin el acompañamiento de la peli azul que siempre cuidaba de ella. Luffy y Ussop ya serían una historia aparte… ¿Quién más?

¿Kuina y Tashigi?

Las quería y apreciaba mucho y ellas también conformaban una pequeña parte de todo el grupo solo que bueno, compartían más con los mayores –En ese caso los universitarios–

Lo pensaría.

...

Abrió los ojos de golpe notando como el agua ahora se encontraba fría que incluso al hacer un pequeño movimiento con su espalda todo su cuerpo se fricciono y tembló.  Rechino los dientes al darse cuenta que se había quedado dormido profundamente y quien sabe cuánto tiempo llevaba allí encerrado. Se levantó y agarró una toalla la cual paso por su cadera al momento en el que pisaba las baldosas.

Mierda, Mihawk lo reprendería por querer parecerse al mismísimo Bob Esponja bajo el agua. Sus dedos de las manos y los pies se encontraban arrugados como uvas pasas, demasiado para su gusto. Destapo la bañera dejando que el agua se fuera por ahí y salió dando empujones a la ropa por el suelo. Miro alrededor esperando no encontrarse con su tío, pero por lo visto no había señales de este; sonrió y camino a su habitación para encerrarse y ponerse ropa interior junto con un pantalón color vino tinto.

Levanto la persiana más se encontró con que su pobre vecino no se encontraba; no tendría el lujo de molestarle poniendo música y mostrando con su rostro o manos obscenidades para pasar el rato. Tomo aire y fue hasta su repisa agarrando su móvil, y vaya a saber porque lo ponía ahí. Casi nunca lo utilizaba a menos que se tratase de llamadas.

Miro la agenda y decidió mandar un mensaje colectivo a sus amigos por WhatsApp, tenía minutos pero agh, se ahorraba la saliva, las palabras, explicaciones idiotas. Al ir agregando a los “participantes” en la conversación se detuvo al momento por un simple nombre.

Sanji.

El idiota no había puesto su apellido, solo el nombre y ya. Tenía WhatsApp para más; mordió sus labios, pensativo  mando el mensaje a sus amigos para ahora fijarse en ese idiota cejas de remolino. Abrió su información y allí había una foto de él con la vista gacha y vestido deportivamente. Jamás lo había visto así. Estaba sobre una motocicleta, una de las más finas y fumaba un cigarrillo. El fondo era un paisaje rustico, por lo visto algún viaje a las montañas por carretera… Algo no cuadraba. Se veía… diferente.

Suspiro agobiado, realmente se estaba comenzando a obsesionar con ese rubio. Primero comenzaba a atraer su manera rebelde y burlesca, luego la coqueta y sensual, ahora estaba turbado con aquel montón de puntos rojos que para su desgracia y no quería que fuera confirmación propia: eran chupones y para dar toque final aquella foto que mostraba a un chico totalmente diferente al que conocía.

Se veía sumiso, pero no en el sentido como lo trataba a él. Sanji era más expresivo…

O ya se estaba volviendo paranoico; ¿Por qué diablos debía de ponerse así? No, no debía; la única relación que tenían era sexo, SE-XO, sí ese bastardo quería coger con alguien más pues le valía… No, eso le enojaba ¿Entonces qué diablos pintaba él ahí tirándoselo? ¡Habían follado ayer en los baños!  … Y ahora se daba cuenta que lo había hecho, oh joder. No, solo debían de ser picaduras, ¡Claro!; Sanji tenía la piel muy blanca y además podía enrojecer y poseer un hematoma de color negro o morado demasiado notable, sí, solo eran bichos…

Necesitaba Sake, urgente. 

Notas finales:

Y aquí os dejo este capítulo, muchas gracias como siempre por leer y dejar sus comentarios, mil besos y abrazos. Especialmente a aquellas personas que siguen esta trama que me doy cuenta es... bastante larga C.C .. Pero bueno.

Besos y chao chao.


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