Capítulo V.
GONE
Trece.
12/Enero
Tan simple como nunca, Chanyeol había subido al autobús y lo había encontrado ahí, al fondo y durmiendo apaciblemente. Sonrió porque habían pasado dos semanas desde la última vez que lo había visto y lo extrañaba. Agradecía a la abuela por obligarlo a volver a su casa un par de días a cambio de perdonarle su ausencia en Navidad, de lo contrario el seguiría en Seúl y no habría encontrado esta grata sorpresa. Además de que todo ese tiempo no había dejado de pensar en el pequeño mientras tocaba mil veces su mejilla —la que Baek había besado —como el tonto enamorado que posiblemente era.
Él estaba seguro de que Baekhyun le gustaba mucho, pero no era consiente de que de hecho estaba enamorándose poco a poco de él. En qué momento empezó a sentirse así… Quizá fue la ultima vez, en el cine, o en la Navidad, aunque pensándolo mejor él le escribió una canción, que era bastante romántica sin duda, desde antes porque le tomo un par de semanas acabarla. No sabia, pero no le interesaba si había sido al mirar el atardecer o… claro, lo había olvidado, debería decir que fue aquel día, cuando Chanyeol lloraba bajo la lluvia y un pequeño rayo de luz lo iluminó con su sonrisa y un delicioso espagueti de kimchi preparado por Kyungsoo. Si lo pensaba bien era correcto decir que se fijó en Baekhyun en ese momento porque ese día le habían roto el corazón y dos meses después de eso se encontraba pensando en él casi a diario y riendo de la nada al recordar sus encuentros.
Ahora ese rayo de luz se encontraba en el quinto sueño luciendo terriblemente adorable. Chanyeol no lo pensó dos veces cuando ya tenia su teléfono móvil en mano, preparado para sacarle varias decenas de fotos al pequeño dormilón. Guardo el teléfono tras pasar un bache pues temía que Baekhyun despertase y lo golpeara por parecer un acosador enfermo. Tomó asiento a su lado pues antes estaba de pie fotografiándolo múltiples veces, y lo miró fijamente por varios minutos hasta que tuvo el fuerte impulso de querer besarlo, sería inadecuado pero un besito inocente no haría daño ¿No? Y lo haría sin despertarlo así que nadie lo notaria, bueno, la poca gente que había en el autobús lo notaria pero ellos no importaban. Se aproximó lentamente hacia el mayor depositando un beso en su mejilla cerca de la comisura los labios. Inesperadamente y para su desgracia Baekhyun abrió los ojos como si fuese la bella durmiente siendo despertada por su príncipe.
— ¿Chanyeol? —preguntó Baekhyun tallándose un ojo, restándole importancia al hecho de que el otro acababa de besarlo.
—Yo… sí, lo siento.
— ¿Qué cosa?
—Nada, nada —se apresuró a decir moviendo sus manos de un lado a otro. Baekhyun no parecía haber notado los labios de Chanyeol sobre su rostro y él no iba a decírselo para que lo matara ahí mismo, aunque eso era sólo lo que él creía.
—Supongo que fue inevitable para ti —dijo Baekhyun con esa radiante sonrisa —. Todos dicen que luzco adorable mientras duermo. Quiero decir yo luzco hermoso siempre, pero supongo que no había manera de resistirse.
— ¿D-de qué hablas? —preguntó Chanyeol tratando de hacerse el desentendido.
—De momento me sentí como una de esas princesas tontas que se dejan embrujar para que un chico las bese…
— ¡Lo siento! ¡No me mates! —suplicó.
Baekhyun rio. No pensaba matarlo. “Comérselo” ahí mismo le parecía más atractivo.
—Tonto —respondió Baek dándole un golpecito en el hombro para después fijar su vista hacia la ventanilla tratando de ubicar entre las tinieblas en que lugar se encontraba—. ¡Oh, mierda!
— ¿Pasó algo?
—Mi estación… la pasé hace un buen rato —se quejó poniéndose de pie. Simplemente bajaría y tomaría el bus de regreso.
—Hasta luego, Baekhyun —se despidió Chanyeol al mismo tiempo que Baekhyun presionaba el botón para parar el vehículo. El autobús estaba frenando cuando Baekhyun se giro hacia el menor y a una velocidad impresionante llegaba hasta el, presionaba fugazmente sus labios con los suyos y emprendía una (nada) masculina huida hacia fuera de autobús, todo ello en menos de seis segundos.
Si a Chanyeol le había costado trabajo dormir por pensar en el beso que Baekhyun le había dado en la mejilla, ahora no podría pensar en algo que no fuese el roce, de un escaso segundo, de los labios del chico. En caso de que Chanyeol muriese esa noche, lo haría feliz.
Catorce.
27/ Enero.
— ¿Estas seguro de que empacaste todo? Estoy comenzando a creer que dejaste algo importante ¿Tienes tu pasaporte? —preguntó Kyungsoo por vigésima vez en lo que iba de la hora.
—Kyungsoo, relájate. Ya te dije cien veces que traje todo ¿Bien? Ve a ver que Jongdae y su gordo no hagan cosas raras en el baño. Falta media hora para abordar el vuelo. Dame un respiro —pidió Baekhyun ate la insistencia sobre protectora de su amigo-madre autoproclamada.
Kyungsoo no quería despegar un solo ojo de él pero ciertamente lo estaba agobiando y lo sabia, y por otro lado Chen y el gordinflón ya tenían mucho tiempo desaparecidos. Habían dicho que sólo irían al baño, pero bueno, Chen siempre decía que su novio era sensual y alguien sensual e irresistible no puede estar a salvo de Chen aunque fuese en un baño publico, es más, eso lo hacia mejor para Jongdae, y seguro convencería de hacer cosas sucias o violaría a su rechoncho “hámster” como Baekhyun solía decirle. Era eso, o el chico rechoncho estaba muerto porque fueron al baño porque precisamente se sentía mareado y con nauseas, seguramente por comer desmedidamente, como siempre.
Kyungsoo exploró cada baño sin encontrarlos y eso por lo menos era bueno ya que era seguro que no estaban procreando en algún cubículo, de modo que si no estaban en el sanitario había sólo otro lugar en el que podían hallarse: La cafetería, claramente.
Emprendió su caminata hacia el local pocos metros alejados e irrumpió sentándose en la mesa de sus amigos.
—Llevamos media hora esperándolos. Baekhyun cree que están fornicando en los baños —anunció Kyungsoo.
—Minseok tenía mucha hambre después de devolver todo el desayuno —se excusó Chen apuntando hacia su amado cachetón quien observaba con algo que casi podía ser nombrado lujuria impregnada en los ojos hacia los pastelillos en el mostrador dispuesto a ordenar uno, dos o ciento cincuenta de estos —. No se lo digas, pero creo últimamente come mucho.
—El siempre come demasiado.
—Sí, pero creo que ahora esta un poco más… un poco…
—Gordo —dijo Kyungsoo sonriendo malvadamente —. Dilo, Chen. Está gordo.
—No lo esta. Sólo es que esta un poco, muy, pero muy poco “rellenito”.
— ¿Quién esta “rellenito”? —cuestionó Minseok sentándose junto a Chen, colocando una caja con veinte pastelillos.
—Los biscochos, amor. Tienen rellenos de fruta ¿No?
—Oh, sí. Pediré unos de esos para llevar ¿Tu no quieres comer nada? —dijo el regordete. Kyungsoo y Jongdae lo miraron con incredulidad ¿A caso iba a comerse esos veinte panes él solo y ahí mismo? Iba a pedir más para llevar…
—Cariño. Yo sé que tú amas comer y que haces mucho ejercicio para mantener tu hermoso y sexy cuerpo en forma pero… ¿No crees que sean muchos pastelillos para ti solo?
— ¿Me estas diciendo que como demasiado?
—No, no amor. Estoy diciendo que no es bueno para ti comer tanta azúcar.
— ¿Por qué? ¿Temes que me ponga gordo? ¿Si me pongo gordo me dejaras y te iras con otra persona?
—Cielo, estas exagerando, yo sólo dije…
— ¡Ah! Así que ahora además de obeso soy exagerado ¡Crees que soy un paranoico! ¡Terminemos!
— ¿Qué? ¡No! ¡Mi amor! —gritó Chen persiguiendo a su novio que salía de la cafetería furioso y llorando.
Kyungsoo previsiblemente se echo a reír porque Chen acababa de hacer llorar a su novio llamándolo gordo, cuando él era quien siempre lo defendía diciendo que era perfecto y hermoso y absolutamente nada gordo si no apetecible y sexy. Minseok corrió a los brazos de Baekhyun y lloró sobre su hombro, lanzando maldiciones a su “ex novio”. Baekhyun regañaba a Jongdae por ser insensible con su enamorado, pero por dentro moría de risa junto con Kyungsoo. Chen rogaba de rodillas por el perdón de su rollizo amor pero nada parecía dar resultado hasta que le dijo que le compraría un bote de veinte litros de helado ultra cremoso. Minseok inevitablemente accedió sorbiendo sus mocos y abrazando a su querido Chen.
— ¿Por qué lloraba el pequeño? —preguntó una voz conocida haciendo que todos clavaran sus ojos en la dirección de la que está provenía.
—Chanyeol… —susurró Baekhyun sin poder creer que ese gigante se apareciera ahí, justo cuando lo estaba llamando con el pensamiento con la ridícula esperanza de que apareciera para decirle adiós antes de abordar su vuelo.
— ¡No soy pequeño! ¡Tú eres enorme! ¡Idiota! Chen… el hombre malo me llamó pequeño —lloriqueo Minseok. Jongdae estaba un poco desconcertado, su novio no era de los que se quejaban, así que llorar era algo casi imposible. El no lloraba ni discutía porque era bastante maduro y Chen siempre lo trataba con cariño.
— ¿Qué mierda le pasa a tu gordito? Esta muy sensible… —comentó Baekhyun provocando que Minseok comenzara a llorar desenfrenadamente. Claro. Lo llamó gordito. Baekhyun era un genio.
—Tranquilo, cariño, Baekhyun es idiota y no sabe lo que dice, no eres gordo eres curvilíneo y deseable.
Chanyeol se unió al coro de risas interpretado por Baekhyun y Kyungsoo. Jongdae tuvo que prometer un pastel de chocolate y comida china para la cena para que su adorado llorón dejara de patalear.
— ¿Qué te trae por aquí, novio de Baekhyun? —preguntó Chen una vez que su bollito relleno estuvo apaciguado.
—Que pregunta tan estúpida Jongdae —dijo Kyungsoo antes de que Chanyeol respondiera la pregunta, ignorando la palabra “novio” y que Baekhyun gritara que Chanyeol no era su novio — ¿Si tu novio se va al otro lado del mundo no te despides de él en el aeropuerto?
—Baekhyun ¿No dijiste antes que aun no era tu novio? —espetó Minseok inocentemente tras recordar que el más alto fue llamado Chanyeol —. Luhan dijo que fuiste a su casa a llorar porque Kris no era soltero y el tal Chanyeol era demasiado perfecto y por eso…
—Luhan dice muchas cosas —interrumpió Baekhyun dispuesto a contraatacar porque nadie lo dejaría como una niña llorona enamorada—. También dijo que él fue tu primer amor y que te desvirgo, dijo que fue muy duro contra…
Chen se aclaró la garganta tratando de evitar enojarse por los celos que lo estaban consumiendo. Minseok se quedo calladito y se abrazó de él como pidiendo perdón con la mirada y Jongdae no podía decirle que no, aun si se estaba poniendo un poco “rellenito” como él decía. Chanyeol hizo como que no había oído nada porque los amigos de Baekhyun siempre eran extraños y decían cosas de esa índole.
—Entonces qué te trae por aquí —preguntó ahora Baekhyun como esperando que le dijera “Vine por ti, amor. Vuelve pronto a mi lado y hagamos un millón de bebés”.
—Vine a esperar a mi padre, su vuelo llega como en una hora ¿Entonces te vas al otro lado del mundo? Es por la beca que mencionaste antes ¿No?
—Si —respondió sonriente —. Ahí tienes, puedes buscarme al otro lado del mundo y si me encuentras te daré el mejor premio de tu vida.
—Lo voy a tomar en cuenta. Será fácil. Como eres Baekhyun irás a… ¿Juilliard? ¿Berklee? ¿Eastman? Comenzaré buscando en esos lugares —bromeó Chanyeol.
—Te ayudaré diciendo que él ira a una de esas tres —comentó Kyungsoo alegre antes de que un grupo de policías avanzara hacia las puertas de la terminal aérea.
— ¿Qué mierda pasa? —murmuró Jongdae al ver como las puertas se cerraban y un equipo de agentes de la DEA de acercaban hacia la zona de revisión.
“Señores usuarios del Aeropuerto Internacional de Seúl, les pedimos que guarden la calma permanezcan en sus asientos o bien, se replieguen a la sala de espera si se encuentran en otras áreas” Dijo una voz proveniente de los altavoces “Señores usuarios, nos encontramos resolviendo una contingencia, les pedimos conservar la calma y obedecer las indicaciones de los agentes policiales”
—Lo sabia —dijo Baekhyun.
— ¿Sabias que iba a haber un operativo antidrogas? —preguntó Minseok sorprendido mientras terminaba su decimo pastelillo. Jongdae tenía un tic en el ojo. Si su amado seguía comiendo de esa manera él se quedaría pobre.
—No. Sabía que Chanyeol era de mala suerte.
— ¿Qué? ¿Por qué? —se quejó el más alto.
—Porque siempre pasa algo malo cuando estas cerca. Si no nos quedamos atascados en un ascensor, me salpica un autobús o un ebrio intenta propasarse conmigo, si no nos estrellamos en Navidad y quedamos atrapados en una tormenta de nieve entonces un loco roba mis condimentos o un operativo antidroga hace que mi vuelo se retrase y nos quedemos aquí un buen rato.
—Y aun así crees que soy perfecto —atacó Chanyeol guiñando el ojo al recordar lo dicho por el chico cara de bollo.
Baekhyun estaba a punto de quejarse y negar todo hasta que miró como se acercaba una conocida pareja.
— ¡Luhan! —gritó Minseok corriendo a los brazos del nombrado.
—Joven, permanezca en su asiento y no grite —exigió un parco agente policial haciendo temblar a Minseok como gelatina antes de volver al regazo protector de su, enojado y muerto de celos, novio.
— ¿Sehun? —llamó Chanyeol desconcertado, tenia un par de meses sin verlo. El aludido sonrió a modo de saludo.
—Hola hyung. Veo que conoces a los chicos —apuntó refiriéndose a Baekhyun y compañía.
Baekhyun pensó que esa era una de las extrañas coincidencias que eran un claro indicativo de que debía casarse con Chanyeol y tener con él cincuenta hijos. Sehun y Chanyeol explicaron que eran amigos debido a Jongin, y fue entonces que todo cuadró, al ser Jongin el novio de Kyungsoo. Baekhyun ya estaba caminando hacia el altar en su mente cuando los guardias y agentes comenzaron a dispersarse tras dos horas de operativo.
Chanyeol recibió un mensaje de su padre sobre su aterrizaje y ahora se encontraba en el aérea de revisión, lo cual le tomaría al menos media hora. Baekhyun se despedía de sus amigos con fuertes y dolorosos abrazos, sobre todo el de Kyungsoo porque no quería soltarlo, y misteriosamente, el de Minseok, quien lloraba gritando que no lo abandonara, cosa rara porque ellos no eran tan amigos y en realidad el cachetón era muy normal para su gusto, pero ahora estaba actuando extraño y Baekhyun ya sospechaba el por qué, y reiría cuando fuese confirmado.
Kyungsoo se percató de la repentina incomodidad entre Baekhyun y Chanyeol así que se llevó a rastras a los otras dos parejas rumbo a la cafetería —Minseok no tuvo que ser arrastrado —con el fin de darles algo de privacidad para despedirse. Baekhyun se despedía con la mano de los cinco que se retiraban para luego dirigirse hacia la puerta por la que tendría que abordar seguido de Chanyeol. Baekhyun repentinamente se abrazó al más alto susurrando varios “gigante estúpido de mala suerte” y un “te extrañaré” mientras lo apretujaba como si quisiese fundirse con éste. Una voz metálica llamó indicando que faltaban unos minutos para el cierre del aeroplano por lo cual debieron separarse.
—Baekhyun —llamó Chanyeol segundos después de que se girase para caminar hacia la azafata que recibiría su pase de abordar —, me debes un premio.
— ¿Qué cosa quieres? —preguntó deseando de algún modo que le pidiese quedarse con él y dejarlo todo; él no haría tal cosa porque su sueño era primero que cualquier otra situación, pero sin duda sería romántico que se lo propusieran.
—Tu teléfono.
Baekhyun rió y rebuscó entre sus cosas una hoja de papel y un bolígrafo; anotó su número móvil y el de su residencia escolar porque quería asegurarse de que pudiera llamarlo. Chanyeol no quería dejárselo a la suerte nunca más, quería tener la certeza absoluta de que lo vería, de que podría hablar con él porque no quería separarse, ninguno de los dos quería. No era sólo porque sabían perfectamente lo que sentían por el otro, si no porque consideraban que la otra persona era valiosa y única en un sentido más allá de lo romántico. Sabían que debían estar juntos, no como pareja, tal vez, pero como cualquier cosa.
Baekhyun se encaminó nuevamente hacia la mujer de la puerta de acceso hasta que una mano lo sostuvo por el brazo y lo atrajo hacia ese alto y cálido cuerpo. Su corazón inevitablemente se aceleró debido a que no se esperaba tal cosa. Chanyeol lo miró por tres segundos que parecieron ser tres horas antes de sujetar ambos lados de su cabeza con sus grandes manos. Expectante, Baekhyun cerró los ojos esperando lo que ansiaba e internamente sabía que pasaría, dando así autorización para el contacto. Chanyeol no necesitaba permiso pero se sintió feliz de que le fuese concedido; no dudó un segundo más y juntos su labios con los del pequeño en un suave beso. No duro más de diez segundos pero les pareció eterno y efímero a la vez.
Al separarse se miraron un instante sonriendo; Baekhyun depositó un ultimo beso en la mejilla del más alto y se dio la media vuelta una vez más dispuesto a irse definitivamente, entregó su boleto a la sobrecargo y se adentró en el corredor que lo llevaría a su avión.
*
Baekhyun caminó arrastrando su equipaje hacia la sala de espera de la terminal aérea de Boston. Se encontraba exhausto por el largo vuelo a pesar de haber dormido la mayor parte del tiempo. Permanecer quieto en una sola posición y en silencio no era lo suyo. Encendió su teléfono móvil, el cual apagó por instrucciones de la asistente de vuelo durante el despegue, mas lo dejó así el resto del viaje porque no deseaba seguir leyendo los mensajes de su madre paranoica que llegaban cada dos minutos. La pantalla indicaba que tenia más de cincuenta mensajes, y ya suponía que la mitad serían de su madre y la otra mitad de su otra madre autoproclamada —Kyungsoo — junto con uno que otro de Jongdae haciendo bromas sobre la película “Serpientes en el avión” o algo por el estilo. No estaba muy alejado de la realidad; se dispuso a responder brevemente con un “Llegué a salvo” para su madre y Kyungsoo y un “púdrete” para Chen.
Jongdae le respondió de inmediato con un alarmante “Creo que mi novio esta embarazado” y Baekhyun le dijo “Ya lo sabia, era obvio” y se dispuso a apagar el aparato antes de que Chen se quejara por no haber dicho nada al respecto pero un nuevo mensaje de remitente desconocido le detuvo.
«De: Desconocido.
Hola, Baek ¿Llegaste ya?
Espero que sí.
– Chanyeol»
Sus ojos brillaron de alegría y respondió a velocidad luz colocando muchas caritas felices y detalles tontos e innecesarios.
— ¿Te vas a quedar ahí parado enviando mensajes con cara de tonto? —habló una voz grave, sacándolo de su ensoñación.
—Estoy hablando con mi futuro esposo. No interrumpas —se quejó Baekhyun.
— ¿Tu futuro esposo? Pero si yo estoy aquí, y no estoy recibiendo ningún mensaje —bromeó.
—Lo que tu digas —dijo mirando al otro de mala manera para luego apuntar hacia su equipaje—. Ayúdame con todo esto, inútil.
—Enano aprovechado. Sin mi no sabrías que hacer en este lugar tú solo.
—Seguramente —rió — ¿Y tu zorra? ¿No vino contigo?
—La dejé. No era mi estilo.
—Nada es tu estilo, Kris.
*
Durante varios meses Chanyeol y Baekhyun se enviaron textos y llamaron diariamente, haciéndose cada vez más y más cercanos a pesar de la lejanía. Sin embargo algo había cambiado y ambos lo sabían, la magia o ese “cosquilleo” que sentían cuando sabían que estaban por encontrarse se había acabado. Ya no había esa “chispa” y quizá era porque no estaban uno frente al otro y era imposible que se encontraran de la nada estando a miles de kilómetros de distancia, pero daba igual porque ahora eran algo así como los mejores amigos, y sabían casi todo el uno del otro. Baekhyun había dejado de soñar con una boda con el gigante por ahora y Chanyeol ya no tenía ningún interés romántico en el pequeño, momentáneamente. Sólo eran dos chicos con demasiadas cosas en común que eran terriblemente compatibles.
Cuando faltaban alrededor de cuatro meses para que Baekhyun volviera a Corea, y tenía un proyecto especial en el que debía grabar una canción para un álbum realizado por equipos. Era algo interesante de hacer, sin duda, y la única canción que el deseaba cantar era la que Chanyeol había escrito para él. Aparte de aquello tenia que hacer exámenes y composiciones. Luego, por las tardes, Kris le daba repasos de ingles y debía hacer tareas. Al final de cada día enviaba a Chanyeol un texto sencillo.
Su rutina era pesada, y conforme se acercaba el final de año escolar se llenaba de más y más trabajo, Kris siempre estaba ahí para llevarle comida o masajear su espalda. Acabó por mandar mensajes a Chanyeol sólo una vez a la semana debido a su apretada agenda.
Cuando faltaba un mes solamente, Baekhyun estaba demasiado estresado por una cosa o la otra. Había obtenido excelentes notas en casi todas sus materias y el resto aun debían ser evaluadas con proyectos finales y exámenes. Se desvelaba más constantemente haciendo arreglos de piano para alguna asignatura y estudiando partituras para alguna otra. Y ante todo eso y sus momentos de frustración la persona que estuvo ahí era Kris. Baekhyun estaba agradecido porque Yifan no solía ser servicial pero siempre tuvo un buen corazón, también había vivido demasiadas cosas con él. Él lo defendía en la primaria cuando trataban de golpearlo los chicos mayores, había su sido su primer beso, con él tuvo su primera vez y fue el primero muchas cosas, pero por sobretodo, fue el primero en estar ahí cuando lo necesitó, cuidando de él siempre, sin llegar a ser empalagoso como Kyungsoo.
Baekhyun dejó, en algún punto, de enviar textos o llamar a Chanyeol, ya fuese porque estaba muy atareado o porque Yifan consumía el resto de su tiempo buscando aliviar su presión y estrés. A Chanyeol no parecía importarle realmente, y así era, porque Chanyeol estaba muy ocupado también.
*
Durante el tiempo que Baekhyun estuvo en Berklee pasaron muchas cosas de interés: Minseok y Jongdae tuvieron un bebé y sus padres los obligaron a casarse tras terminar la carrera, eso luego de infartarse y querer matarlos. Y que se quisiesen matar entre ellos, claro, porque Minseok quería comer todo tiempo y Jongdae no lo dejaba; Minseok lloraba y luego Jongdae le compraba todo lo que el mayor le pedía.
Kyungsoo y Jongin, milagrosamente, no eran padres aun; raro porque parecían conejos en época de apareamiento. Ahora vivían juntos en la casa de Kyungsoo ya que Jongdae se había ido con Minseok a vivir en familia a otro apartamento —un piso abajo del suyo — y no quería estar solo así que había invitado a Kai a vivir ahí. Eso a su vez provoco que Luhan se mudara con Sehun, quien solía vivir con Jongin.
Chanyeol se había mudado por un semestre a la casa de su abuela y estudiaba en la universidad a la que había ido Baekhyun tiempo atrás y de vez en cuando recordaba como el pequeño demonio lo había echo subir la colina cercana a los dormitorios. Se encontraba haciendo su tesis al igual que la mayoría de sus amigos: Lay, Jongdae, Minseok —que se atrasó un semestre por su embarazo —, Baekhyun y Kyungsoo. Por que sí, ahora todos eran muy buenos amigos del más alto.
Baekhyun y Kris habían comenzado una relación más o menos formal y después de que Baekhyun terminó su año en Berklee, ambos fueron a China de vacaciones navideñas por un par de semanas. Estando ahí, Baekhyun encontró a su viejo amigo, Tao, y de alguna manera lo había convencido para volver con él y Yifan a Corea. Él no se opuso ya que necesitaba cambiar de aires y notablemente extrañaba a los demás y se había llevado de maravilla con Kris; al menos había alguien que entendiera las raras conversaciones de Kris sobre Prada, Gucci, Chanel y esas mierdas que Baekhyun no comprendía ni le interesaban.
*
Al volver, Baekhyun avisó a todos. A todos menos a una persona, Chanyeol. No lo hizo a propósito, no es que lo hubiese olvidado, pero algo le decía que no forzara un encuentro con él. También sería extraño porque hubiese sido la primera vez que hacían un acuerdo para verse y sentía que de alguna forma eso terminaría por arruinar lo poco de magia que quedaba, si es que aun la había.
Había pasado exactamente un año desde la ultima que lo había visto y más o menos un mes y medio desde que había perdido comunicación con él. Era 20 de enero, y recordó aquel beso se habían dado un año atrás, pero al remembrar aquel día, como suponía, no sintió nada demasiado sobrenatural. Originalmente, Baekhyun tenía pensado volver e intentar algo con Chanyeol, pero ahora salía con Kris y se encontraba estable y feliz. Estaba tomando un vuelo de vuelta a Corea y no sentía esa fuerza llamándolo.
Al llegar lo primero que quiso hacer fue cargar al bebé de Minseok y descansar tranquilamente. Baekhyun creyó impertinente quedarse con Kyungsoo por mucho que él le insistió. Creyó pésima idea ir donde Jongdae porque él lo fastidiaría y un bebé llorón no era lo que él deseaba oír por las madrugadas. Al final, él y Tao terminaron por ir con Kris y se instalaron ahí por más tiempo del pensado. De algún modo los tres lograron encajar perfectamente ahí, aun si Baekhyun no entendía de moda y Kris no entendía de delineador, porque Tao entendía ambas cosas y la conversación siempre fluía gracias a él.
Chanyeol volvería de casa de su abuela al final de las vacaciones para ayudar a su madre una temporada en su restaurante antes de trabajar formalmente. Por lo que aun no tenia idea de que Baekhyun había vuelto, pero en cuanto lo viera —que comenzaba a sentir que sería pronto —le entregaría las treinta y tantas canciones que le había escrito durante los primeros meses de ausencia del mayor.
Baekhyun también podía sentirlo ahora que llevaba unos días en Corea.
Pronto.