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Alois in the Wonderland por Demon Witch

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Notas del capitulo:

Aquí esta la continuacion de este fic!!!! espero les guste mucho y espero comenten que les parecio!!!

Los personajes no me pertenecen; ya saben pertencen a su respectiva autora!!!

Y si notan algun erro haganmelo saber por favor; ya que lo escribi en la madurgada así que no recuerdo bien qu escribi....

D.W...

“Ese mayordomo, una falsa ilusión.”

La mañana llego en la mansión Trancy; el sol nacía de forma espectacular y sus tibios rayos solares se posaban sobre el vidrio de aquella habitación de gran majestuosidad; cual era nada más que la de nuestro amo. El Conde Alois Trancy aquel ser promiscuo y retorcido, con la preciosa apariencia de un hermoso ángel; es en realidad la divina comedia de un demonio y un chico sin amor. El Conde hace mucho que siempre había tenido sentimientos con respecto a su mayordomo negro; aquel hombre de riquísima apariencia física y sensualidad más helada que la nieva al hablar. Pues así de despreciable son las arañas, cuando solo te hacen caer en sus falsas ilusiones.

El joven amo había tomado la decisión de olvidar a toda costa esas emociones hacia su mayordomo, lo quiso intentar con los trillizos cuales se habían escapado cuando él aparecía y empezaba a hablar de un tema, que parece los demonios huyen…. “amor”.

Pero al final entre la oscuridad de su jardín aquella maid que sufría los maltratos y disgustos del Conde era la que había guardado desde mucho el amor, que él deseaba recibir, nunca quiso aceptar eso de parte de Hannah; pero ahora su corazón desesperado de amor, no le quedo de otra; así que dejaría a la demonio borrar ese sentimiento de obsesión por Claude; y pasaría a ser correspondido por otro al cual no amaba, pero merecía ser correspondido.

El niño rubio había despertado como de costumbre y paso el resto de su mañana en el despacho; ya todas aquellas tareas que solía hacer la araña dorada, las elaboro la mujer demonio antes; mientras este solo se limitaba a observar con recelo aquella demoníaca criatura que le había robado el trabajo y estética demoníaca.

Así que sin más preámbulos el joven terminaba de cumplir con su trabajo en el despacho, eso no era común; pero se había vuelto más responsable desde que Hannah era algo así como si consorte nocturno su consuelo de amor. Pero entre las tinieblas el mayordomo no dejaría que eso ocurriera; aunque eso signifique ser otro antes de ser él mismo.

 

“En la cocina:”

Se encuentra el mayordomo cocinando unos stones con tartaletas de frutas exóticas, y el delicioso té negro de las mejores empresas chinas de la época; pues el mayordomo preparo la merienda de ese día; sabía que era hora de que su amo descansará así que decidió engañar a la demonio; entre seres maquiavélicos esto no es nada; pero él había tenido una charla muy extraña con “El Cuervo inútil”, así que a pesar de todo había comprendido lo más importante de todo demonio: “jamás dejes que otro te quite lo que es tuyo”.

Ya preparada la merienda revisó el reloj dorado de bolsillo que traía a un lado de frac; con el Albert se fijó que ya era hora; así que decidió salir de la cocina, dejando todo como si aquellos idiotas de cabello purpura lo hubiesen cocinado todo.

Mientras se iba de la cocina y caminaba por los pasillos de la mansión; noto a los trillizos ir con la bandeja que él había preparado para la merienda, y noto que aquella demonio no estaba y no solo su presencia; pues está podía ser perfecta para consolar Alois, pero a diferencia de Claude que le esperaba aquella alma pasional, ella estaba desesperada de hambre y ¿cómo no estarlo?, ya que el mayordomo había hecho que su apetito aumentara con un elixir que introdujo en el baño del niño; así que cuando ella le daba su baño aquel elixir despierta en el demonio su lado más hambriento de almas; con eso ella tuvo que aprovechar los pocos momentos libres que el pequeño Conde le dejaba o sino sería asesinada por la araña de comerse a Alois; ya que no importa que tanto diga amar un demonio si no controla su hambre se comería hasta lo que dice amar.

Los trillizos caminaban con tranquilidad por los pasillos, con respecto saludaron a Claude, pero este le paro en seco un momento.

-¡Ustedes!-les llamo sin prisa y con aquel tono autoritario digno de él.

-SÍ-contestaron al unísono los tres; que pararon en seco.

-Me parece que Hannah ha salido un momento porque se sentía realmente mal…………Así que para que el amo no note eso; que les parece y les ordeno que le lean este libro durante esa hora libre que el amo toma durante la mañana antes del almuerzo-dijo el demonio con aquella voz que helaría la sangre a cualquiera, y una desgarradora mirada.

Y así la mirada perdida y algo confusa de ellos los dejo con aquel mal sabor de labios; aunque Claude fuese el demonio que liderara a todos, ellos eran fieles solo a Hannah su maestra, así que por órdenes de ella decidieron tomar aquella vaga orden del demonio arácnido, el cual sino lo hacían seguramente mataría a esos tres.

-Muy bien-dijeron al unísono los tres; mientras Canterbury se llevaba la bandeja, Thompson el libro de cuentos y el plan perfecto de Claude en manos y por último Timber llevaba unos cómodos cojines, pues al amo le gusta una lectura relajante mientras dormita en algo cómodo.

Así esos tres demonios desaparecían por los corredores dorados de la mansión; dejando atrás aquella mirada ámbar que relucía cual oro, y una cínica y muy perversa sonrisa de satisfacción nacía en aquel níveo rostro demoníaco.

-Sin Hannah aquí mi danna-sama, ¿me pregunto qué hará usted después de ver la sorpresa que le tengo preparada?, después de todo será mi mejor ilusión, el actuar solo para usted……-dijo aquel demonio con su tono de voz aterciopelado y tétrico; mientras crecía una macabra risa, con la mirada de aquellos ocelos felinos de fucsia demoníaco.

 

“En el despacho:”

-Te he estado esperando Hann……-pero no termino frase aquella voz joven de niño, al ver que los que tocaban la puerta de su despacho eran los demonios purpuras y no Hannah; así que callo de abrupto.

-Danna-sama, le hemos traído la merienda por órdenes de Hannah-mintieron aquello demonios, pues sabían que seguro si no decían algo así; puede que Alois los usara a ellos como juguetes en cualquier retorcido juego que tramara.

El niño le hizo un ademan con la mano y les dejo que les atendiera; pues le gustaba tomar su merienda mientras escuchaba a Hannah leerle los documentos del trabajo del día; pues le ayudaba a comprender mejor todo lo que debía hacer.

Así que sin más preámbulos los trillizos demoníacos empezaron a cada uno una tarea que el mayordomo y la sirvienta hacían solos antes: “Timber acomodaba los cojines en la silla de Alois, para que estuviera cómodo”, “Thompson le acomodaba la bandeja con el platillo especial para la merienda de ese día” y “Canterbury empezaba con una voz profunda y relajada a leer aquel libro”, nada menos que “Alicia en el País de las Maravillas”, así el pequeño Conde estuvo con los demonios; mientras terminaba de comer, la lectura de la joven le entretenía.

Y aunque Hannah y Claude hacían mejor esa tarea, él prefería no tener cerca a ninguno de los demonios por el resto del día; pues estaba debatiéndose entre qué impresión le había causado el demonio dorado de verlo ayer a él con Hannah.

Pero entre más leía la voz de Canterbury que se esforzaba por no sonar chillón y horroroso, como decía Alois así sonaban ellos. La lectura lo embriagó en un extraño sentido de pesadez, y ese té negro de hierbas también le ayudaba a sentirse muy extraño.

-Continúen-decía Alois en forma autoritario, ya que bostezaba muy seguido hasta que sus párpados cayeron en los brazos de Morfeo, y en la sorpresa de aquel demonio.

Los demonios purpuras notaron eso así que con sigilo salieron de la habitación del joven amo que estaba dormido profundamente en su escritorio de caoba. Después de unos minutos apareció Faustus que entraba con una ancha sonrisa, algo no muy común en él.

-Amo-le llamo con cuidado.-Le haré perderse de nuevo en mí….Como el día en que nos conocimos….-dijo aquella preciosa voz de terciopelo dorado; que acariciaba fríamente el rostro del niño y que este inconscientemente volteo a para el lado donde estaba de cuclillas el mayor; y su rostro pálido era oculto por aquellos rizos de hebras de oro. Mientras sus labios estaban semi-abiertos; dejando una lasciva mirada en el rostro del mayor; que se acercó con suavidad y sigilo a esos belfos, y con un suave contacto beso aquellos labios níveos del joven amo.

El contacto frío de sus belfos hizo que Alois se estremeciera inconscientemente y la mirada del demonio se volviera fucsia de repente; ya que aquel tacto le dejo un sentir de odio por parte del niño a su persona; era rencor, fuera y desesperación por un amor que jamás será correspondido…

-Claude-decía entre sueños el niño, después de ese beso estremecedor.

El nombrado sonrió macabramente y un sonrojo levemente surco sus mejillas; aquel reflejo de parte de las emociones que ahora la piel de Alois sudaba a gritos por ese amor a hacia él, lo habían dejado paralizado y con deseos de más….mucho más de parte de esa joven alma pasional, pues de ella unas llamaradas de fuego hacían al demonio danzar el  vals de la muerte en llamas.

-Mi precioso Alois, no me ha olvidado no importa que diga a eso amo, sé bien que me necesita y ahora seré yo quien necesite más de usted; después de esto……-dijo aquella voz burlona y sonriente de manera dulce, jamás pensó que se sentiría enternecido; puede que si pudiera sentirse endulzado de la piel del niño y aquellas emociones salvajes que ahora surcaban su alma pasional; o podría ser algo que desconocía del él mismo.

Así el teatro planeado cayó cual relámpago en la tormenta y el Conde viajaba en su mente a un mundo de ilusiones…

 

 

 

“El sueño de Alois:”

“No sabía dónde me encontraba, ya que al abrir mis ojos note un jardín de margaritas blancas, para notar miles de campanillas purpuras de verano a su alrededor; era un manto de flores de purpura y blanco en aquel hermoso lugar.

Pero mis ojos se abrieron, mis oídos de aturdieron, ya que de la nada y de un precioso salto como el giro de un elegante y grácil tango, una  criatura en traje negro salió envuelto de miles de rosa rojas, para aparecer un caballero vestido de traje de golondrina negro con el corbatín rojo; estaba este hombre de espaldas hacia mi puede notar que en su cabeza traía…….¡No podía ser cierto!”

-¡¡¡¡OREJAS DE CONEJO!!!!  Y ESO ES UNA COLITA BLANCA-grito el conde Trancy al ver aquel ser que estaba en una pose pensante a espaldas  de  él.

Cuando sus alaridos de asombro hicieron que el caballero volteara a ver; y sus ojos azul cielo se abrían discriminadamente al ver que era su mayordomo negro y eso no era todo este le había guiñado un ojo de forma sensual mientras se relamía muy lentamente los labios; dejando al niño muy sonrojado y desviaba la mirada del conejo mayordomo.

-¡Ups! Se me hace tarde ya….que tarde es….No puede ser, me voy, me voy, me voy…….Y adiós danna-sama…-dijo ese exquisito y profundo tono de voz aterciopelado con mucha lascividad aquel demoniaco ser de forma coqueta; mientras de despedía con una mano del pequeño Alois apenado y muy ruborizado; que no podía creer que ese fuera Claude.

-ESPERA-reacciono el niño de ver que aquel hombre se iba corriendo por la maleza a lo profundo de un bosque.

El niño no fue escuchado, y empezó a perseguir a ¿ese conejo blanco?, así corría sin darse cuenta del traje celeste que llevaba puesto el pequeño Alicia en esta historia, ya que consistía en un pequeño pantaloncillo bombacho con un delicado delantal blanco y la parte superior eran unas mangas abombadas como si fuera el traje de una niña pero que era complementado por unas medias altas de rayas blancas y negras, y su cabello estaba en un estocado alto con un lazo negro en su cabeza; era una Alicia muy hermoso.

El conde se veía muy encantador en ese traje; y aunque corría con desesperación detrás del conejo quedo perdiendo el rastro del hombre  y con más se aventuraba en el bosque más personas locas y desquiciadas le aparecía: una fiesta del té dónde vio al conejo escapar, unas rosas parlanchinas que criticaron su atuendo  su forma de bailar; mientras veía danzar e irse al conejo blanco; y parece que otro joven azulino que se parecía a Ciel Phantomhive pero que igual forma estaba vestido como él y perseguían ambos unos conejos blancos; y no de que hablar de un gato de extraña y promiscua personalidad, sin contar las miles de veces que comió extraños bocadillos que lo hacían cambiar de tamaño estrepitosamente para el final de camino fue cuando unos seres frenaron su paso:

-Mira Canterbury-dijo Thompson y Timber a su hermano que estaba detrás de Alois y los dos nombrados a su derecha e izquierda, le tapaban el paso al niño que les gritaba y se quejaba que había perdido el paso al conejo blanco.

-¿QUÉ QUIEREN IDIOTAS?-grito el niño hastiado y muy molesto; que entre la maleza y unos árboles estaba el conejo blanco que le saludaba de forma coqueta y le guiñaba un ojo sensualmente. Alois estaba frustrado pues no le dejaban pasar por el sendero.

-Por qué persigues al Conejo Blanco, él es muy idiota y nada divertido, mejor ven con nosotros y te llevaremos a dónde está nuestra ama, ella es duquesa de aquí gran amiga de la reina Roja, sabemos que la prefiere a ella……danna-sama…-dijeron los tres al unísono.

-¿Qué se supone qué son los tres una mala imitación de los gemelos de Alicia en el país de las Maravillas…………No quiero ver a esa tal duquesa….Gemelos o trillizos que cuentan cuentos, así que déjenme pasar…-decía Alois con sarcasmo e ironía al burlarse de los papeles en esta historia de esos tres demonios.

-Danna-sama-le llamaron seriamente y hasta tétrico.-No le dejaremos llegar con el Conejo Blanco; prefiera a nuestra ama y no a él….-dijeron los tres al unísono mientras acorralaban al joven amo que se asustó de ver a esos seres como sus ojos demoníacos se hacían presente.

Y entre más lo acorralaban aquellos demonios, el bosque se llenó de oscuridad haciendo que el aura de ellos pareciera las mismísimas tinieblas del averno; con eso el joven estaba muerto del horror, no sabía qué hacer, aquello seres se veían inocente con sus trajes de tirolés y ahora si parecían demonios enojados y hambrientos; parecían iban atacar al niño…

-Danna-sama-decían de forma espelúznate; mientras Alois gritaba de la desesperación que aquellos seres tomaban formas maginas y la apariencia humana empezaba a desaparecer. Y estaba a punto de lanzarse los tres como una jauría de lobos hambrientos al niño de cabello dorado que solo pudo suspirar un nombre:

-Claude-dijo entre lágrimas y un suspiro lastimero de ayuda; y así de entre las copas de los árboles un remolino dorado cual oro se deslizo, y se convirtió en un tornado mientras se llevaba aquellos seres ahora humanoides de aspecto horroroso cual monstruo de miles de pesadillas.

Así entre los brazos de Claude, estaba el asustado Alois que se estremecía y medio abría los ojos, y veía el sonriente rostro de Claude, algo que jamás pensó era ver una dulce sonrisa en aquel demoniaco ser.

-Claude-le llamo con un suspiro de alivio. Y lo tomo del cuello dándole un fuerte beso pasional que tomo de sorpresa al mayor cual  correspondió gustoso; dejando que Alois se separará  de asombro para verlo a los ojos.-Claude tú…..Me correspondiste…-dijo sorprendido el niño que abría los ojos desmesuradamente.

-Shhhhhhhh, mi danna-sama, menos habla y más amor de usted; hágame sentir que no me ha cambiado por Hannah…-decía cual amante perdido entre los labios del niño, con su voz susurrante y deseosa de más.

No sabía como pero aquella alma ahora le tenía un sabor diferente y eso le excitaba mucho, tal vez sea el hecho de que otro demonio estuvo profanado lo que era suyo….Pero ahora remarcaría su propiedad, y con eso ganaría el hecho de que no le quitaran lo que tanto trabajo convirtió en un noble y exquisito majar.

-Claude….yo….-dijo Alois pero sus labios fueron atacados en un demandante beso que le dejaba sin habla. Y de un tronar de dedos aparecieron en una cabaña dorada; y el mayor le llevaba en brazos al interior del lugar.

-Mi danna-sama con esto haré que jamás me cambie por nadie….-dijo aquel tono desesperado de amor, con el rostro serio y frío como el hielo.

-Claude, aunque así sea jamás podría sacarte de mi mente, sin importar quien sea que me toque…-dijo el niño ruborizado con voz tímida; ocultando la mirada en el flequillo de su rostro.

Una sonrisa tierna surco en el rostro del mayor que tomo con su mano la barbilla del niño al dejarlo en la entrada de la puerta a la habitación para jalarle de la cintura y atacar sus labios con un demandante beso. Sus labios se movían al unísono; y podía sentir ese delicioso cosquilleo en el vientre el Conde de sentir como las manos de Claude se movían por sus costados y una se posaba en sus glúteos; con eso gimió en los labios del mayor.

Para este tirara de un tironcito su barbilla con la mano libre y su lengua pudiera entrar y profanar aquella sucia cavidad que guardaba recuerdo de la sirvienta. La lengua del mayor ardía y esta  se deslizaba aprendiéndose cada parte del interior y buscaba con desespero la legua tímida del Conde que estaba perdiéndose en un mar de nuevas emociones; a diferencia de lo vivido con Hannah.

Y de una acaricia al rostro se separaban sus labios que eran unidos por un hilo delgado de saliva al igual que un puente. Para el niño pudiera respirar, pues sus pulmones perdieron todo rastro de oxígeno, y así le miraba pervertido el mayor al chico ruborizado que sentía arderse en llamas; ya que su mayor anhelo el que guardaba de años de conocer al demonio estaba sucediendo aunque fuese en esa ilusión.

Y en un tronar de dedos estaba el pequeño niño sin ropa en una cama de la habitación de aquella cabaña. Dónde el demonio le abría las piernas de forma descarada, y dejaba ver su perfecto cuerpo; pues al tronar nuevamente sus dedos la ropa del conejo desapareció y solo el movimientos de sus orejitas a todos lados por la ansias eran parte del vaivén de su colita esponjosa; cual Alois miraba sonrojado y pervertido aquel escultural cuerpo que se metía entre sus piernas.

-Me parece que Hannah, no sabe cómo hacer que el joven amo sienta de verdad placer…-dijo aquel hombre con su voz lasciva mientras se sumergía a besar la punta del miembro de Alois; que al sentir ese beso frío ahí cerro las piernas automáticamente  y un gemido delator surco sus labios, para que el demonio se encendiera más y le abriera nuevamente; metiéndose ahí.

Y así empezó con fuerza y lentitud tortuosa besar aquel miembro que le hacía al conde gemir y su rostro miraba de forma perversa al mayor que estaba deslizando sus dedos por ahí tomando entre sus manos el falo y con delicadeza empezaba las primeras lamidas que ponían la mirada perdida del conde a otro nivel, y con eso empezó a lamer de arriba abajo la extensión de todo para después pasar los dientes por el meato, haciendo que el niño se estremezca y una corriente eléctrica recorra su espalda.

Así la felación se volvía más fuerte y los gemidos de Alois solo pronunciaban:-CLAUDE-gritaba ahora, ya que este engullo el miembro y con velocidad sacaba y metía aquel pedazo de carne, haciendo que el niño se sostuviera de las sábanas doradas del lecho.

Con más velocidad arremetía en sus lamidas circulares hasta que un momento estrujo con su boca aquel miembro haciendo que el niño arqueara la espalda y cerrara las piernas con fuerza; mientras sin aviso alguno se venía en la boca del mayordomo conejo; que con sus orejitas hacían cosquillas en la entrepierna del menor que había gritado su nombre:-CLAUDE-de un desgarrador grito que le hacía ver de forma irónica el paraíso.

-Es tan delicioso  suculento….mi precioso Alois…-dijo aquella voz pervertida pero a la vez dulce que subía al rostro del niño y le besaba de forma exquisita ambos correspondiendo a ese anhelado querer.

Con ese beso se paseaba por el rostro del niño, le lamia el lóbulo de la oreja y susurraba frases pervertidas que enternecían al chico rubio que miraba sonrojado; mientras acariciaba las temblorosas orejas del conejo blanco al igual que esa colita de algodón que nacía de su parte posterior. Sin embargo siguió su camino dejando huellas posesivas de algunas mordidas en su cuello, hasta la clavícula donde le hacía sangrar un poco y succionaba el delicioso liquido metálico que le ofrecía el pequeño.

Hasta bajarse en besos salivados al pecho níveo y terso del niño que se retorcía cual lombriz debajo de aquel dios griego del infierno, que lamia todo, dejando su marca para que nadie olvidase que este pequeñín ya tenía dueño. Con eso paro en los pezones rosas del conde donde lamio en círculos alrededor de aureola, y sus colmillos se raspaban ahí dejando su marca con fuerza para al final dejarlo erectos y rojos de aquel exquisito contacto; mientras el conde delineaba la figura del mayordomo con sus manos, y su pierna le acariciaba el bien dotado  miembro el cual estaba deseoso de participar, y así el mayor le volteo de espalda mientras repasaba la espalda fina y tersa del muchacho.

Para susurrarle:-Danna-sama déjeme hacerlo mío por toda la eternidad-dijo aquella voz de terciopelo con esa frialdad que se derretía cual hielo al sol, en un tono pasional de un amante desesperado de amar.

-Ámame Claude-dijo el niño al sentir como el mayordomo besaba su nuca,  y dejaba besos por todo el lugar; mientras le dejaba muchas mordidas posesivas por su espalda hasta dejarlo marcado.

Para así el mayor se posara por las nalgas del Conde donde las abrió abruptamente y metió aquella escurridiza lengua que profanaba aquel lugar, entraba y salía; moviéndose en círculos en aquella entrada que lubricaba bien la ágil  lengua del mayor.

Para que simulara embestidas que sacaba suspiros y gemiditos de la boca del niño que mantenía al aire la cadera levantada y se sujetaba con fuerza de las sábanas ya que el placer le iba hacer desfallecer. Y así continuo el mayor hasta lubricarlo bien y sin aguantarse más susurro un:-Por favor…..Lo quiero mío no lo soporto más-dijo suplicante para besar el oído del chico ruborizado, y perdido en la lujuria y aquel amor que respondió débilmente con un;-Sí hazme tuyo Claude-dijo Alois antes de gritar de dolor, ya que le penetro de una sola estocada feroz aquel mayordomo.

Para así esperar después el mayor a que el conde dejara de gritar de dolor, tomo su miembro nuevamente mientras le susurraba lo que hizo que aquella entrega fuera de alma y cuerpo de Alois.

-Lo amo-susurro aquella preciada voz varonil y profunda en su oído, para sentir como el niño con desesperación el buscaba; dándole la vuelta y quedar nuevamente dentro; y con un beso de entrega empezaron las estocadas suaves y delicadas del mayor.

Que hacían el corazón del conde derretirse de al fin sentirse amado por quien más deseaba en este mundo; con eso sus besos eran demandantes y fogosos; al igual que las embestidas empezaban a ser lujuriosas y más veloces.

Con eso ya el conde estaba perdido en un mar de placer y el exigía al mayor más y más.

-Claude…..más……más…..-decía sin aire el menor que se derretía entre cada estocada y gritaba alaridos de placer.

-Yes, your Highness-dijo el demonio que era acariciado con fuerza en la espalda mientras las uñas de Alois le arañaban la espalda hasta hacerla sangrar.

Con eso se volvieron embestidas demoníacas al cambiar la mirada dorada de Claude por la fucsia, y con siguió con fuerza y voracidad hasta que toco un punto donde Alois gritaba agudo y arqueaba la espalda de forma exquisita más por su miembro que era estrujado en aquella masturbación.

Y así siguió hasta que un momento a otro le dio una fuerte estocada que hizo que ambos gritaran juntos sus nombres:-ALOIS/CLAUDE-dijeron al unísono ambos antes de venirse juntos, el conde en los abdómenes de ambos y la mano de Claude; para que el mayor de viniera en su interior sintiendo aquella entrada que apretaba el  majestuoso falo del demonio.

Y así mientras sus cuerpos se recuperaban de los espasmos y la deliciosa corriente eléctrica ambos se besaron con cariño para que Claude al final le dijera:-Vuélvame amar por favor…..Ya que yo lo amo-dijo con voz tierna y desesperada de amor.

-Te amo Claude y eso jamás cambiara-dijo Alois que buscaba desesperado los labios del mayor y se besaban con dulzura y entrega de cariño.

 

“Y en aquella ilusión se entregaron y al despertar el Conde el mayordomo le veía con cariño en su despacho; para después el niño correr a su lado pues este solamente al terminar el sueño y estar de nuevo en la realidad llamo a su amo.”

-Te amo-fue aquello que hizo despertar Alois y ver que si era amado por el mayor.

Con eso cambio mucho la mansión Trancy; y la tareas del mayor volvieron; pero también recupero lo que era suyo….

 

Ahora para la eternidad…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado cualquier erro disculpen no veo bien sin mis anteojos y sin luz luz xD

 

Para Rojo Escarlata vere si actualizo hoy, si me da tiempo en el día por los planes de mis papás; y sino mañana mismo estará el fic :)

 

Demon Witch...


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