Habían pasado un par de meses desde que llegué a Beacon Hills y nada era como imaginé que sería. En primer lugar nunca pensé que la persona que buscaba y que se encontraba esa manada sería tan distinta a como la imaginé.
Cuando me encontraba viajando escuché todo tipo de historias sobre ese grupo de personas y aun así no dude sobre ir a Beacon Hills, hay una ocasión que recuerdo a la perfección.
Me encontraba caminando junto a la autopista principal del condado sintiendo que cada vez estaba más cerca de llegar. Mire hacía atrás al escuchar que un auto se aproximaba, levante mi mano con una seña indicando que necesitaba un aventón pero fui ignorado monumentalmente.
- Esto no pasaría si fuera una linda chica con una muy diminuta falda -dije quejándome.
Suspire derrotado y continúe caminando; habían pasado cinco días desde que salí de casa ¿cómo estarían mis padres? me sentí tonto al preguntarme eso cuando sabía a la perfección que fue un alivio para ellos el que yo me marchara. Fue lo que siempre quisieron.
Mi naturaleza viene de parte de la familia de mi madre, una familia de gran poder y fortuna protegida por la discreción y el secreto. En cada generación sin excepción nacía una niña que heredaba las habilidades, con el tiempo esta era sabiamente emparejada con un hombre al cual escogen con anterioridad para que el linaje no se perdiera, y así fue hasta que llegó mi madre. Hija única y completamente humana.
Después del escándalo que se armó luego de su nacimiento se le dio la orden a miembros secundarios de la familia que procrearan con la esperanza de la llegada de un miembro heredero, pero no nació nadie. En casi cinco años ningún otro niño volvió a ver la luz en la familia entera.
Comprendiendo que no había tiempo que perder se modificó el entrenamiento y las enseñanzas hacía mi madre con la esperanza de que desarrollara las habilidades en un futuro muy cercano pero al paso de los años las probabilidades fueron disminuyendo hasta hacerse nulas. Entonces recurrieron a la última opción, si la línea no podía continuar por parte de ella, tendría que ser de parte de él. Se hicieron los arreglos con un extranjero cuya familia tenía un linaje muy antiguo y se arregló la boda, pero ignoraron que estaban tratando de casar a una chica de 16 años enamorada de un hombre de clase baja. En resumen, no hubo boda, ella escapó con el plebeyo y dejó a dos poderosas familias humilladas y sumamente molestas.
Levanto mi mirada para ver como el cielo pasa de color naranja a un azul cada vez más oscuro, un poco preocupado por la posibilidad de dormir a la intemperie, de nuevo, pues no hay señas del pueblo giro sobre mis pies esperando ver un auto aproximarse. Afortunadamente es así.
De nuevo hago una seña con mi mano justo en el momento en que el vehículo pasa a mi lado. Un par de metros más adelante se detiene y me espera con una de las puertas traseras abiertas.
Aliviado corro para alcanzarlo y subir en el.
- Gracias -digo apenas cierro la puerta.
- No es nada -contestó una voz desde uno de los asientos delanteros al momento en que el auto comienza a moverse de nuevo.
Un hombre algo mayor se gira desde el asiento del copiloto para que pueda ver mejor su rostro, calculo que tendrá unos cuarenta y algo. Parece fuerte pero las arrugas en su rostro son claramente de vejez.
A su lado y detrás del volante hay un joven con la mirada fija en el camino, por medio de los espejos puedo ver partes de su rostro pero nada demasiado preciso. Es robusto, tiene una espalda ancha y unos brazos fuertes, por su cuerpo diría que tiene mi edad o tal vez un par de años más pero su rostro es aún como el de un niño, un poco confundido pienso que parece ser que somos del año.
- ¿Cuál es tu nombre muchacho?
- Lance, soy Lance -respondo omitiendo mi apellido, no se quienes son ellos y aunque no tengo un mal presentimiento no quiero ser demasiado confiado.
- ¿Y a dónde te diriges Lance? -pregunta de nuevo el hombre mayor.
- Beacon Hills.
- Interesante -con una sonrisa el hombre regresa su mirada al camino por el que transitamos.
Transcurren unos minutos de silencio y aunque tengo curiosidad de hacer las mismas preguntas me contengo, si ellos quisieran ya lo hubieran dicho, sin embargo eso no evita que hable, después de todo me incomoda el silencio.
- ¿Conocen Beacon Hills? ¿Saben si estamos cerca?
- No estamos lejos pero tampoco tan cerca como para llegar pronto.
Al escuchar esto el conductor se remueve en su asiento con un gruñido.
- ¿Estas bien?
- Estoy cansado, necesito dormir un poco.
- ¿Conoces un lugar donde podamos pasar la noche?
- Desgraciadamente si -responde con una mueca.
Entonces dirigiéndose ahora a mí, el copiloto vuelve a hablarme.
- Lo sentimos mucho ¿tienes prisa por llegar a Beacon Hills?
- De hecho…
- Enserio lo siento pero llevamos un tiempo en el auto y necesitamos descansar, además sería peligroso que fueras a pie de noche.
El chico gira el volante en un desvío y a la distancia alcanzo a ver un letrero luminoso de “Motel”.
- Como compensación por la molestia ¿porque no pasas la noche en una habitación? y no te preocupes por los gastos que estos corren por mi cuenta. Parece que te vendría bien una cama.
- Y una ducha también -murmura el conductor.
Sonrió apenado al escuchar esto, por mucho que quisiera llegar al pueblo lo más pronto posible no puedo negar que pasar la noche en un motel no sería nada malo. Las últimas tres noches había acampado y caminado todo el día. De hecho una cama y una ducha serían algo sensacional.
- Es muy amable, gracias.
El auto gira para entrar al estacionamiento del lugar, se detiene y todos bajamos. Me coloco mi gran mochila en la espalda y veo con desconfianza el lugar.
- ¿No pudiste llevarnos a un lugar que no fuera sacado de una película de terror?
Parece que al hombre tampoco le agrada ese sitio y no lo culpo pues los edificios parecen viejos y las habitaciones oscuras y misteriosas.
- Este sitio es el único en toda la ruta donde podemos pasar la noche, así que deja de quejarte y ayudame con tu equipaje -colocando una bolsa de viaje en sus brazos el joven me mira como si esperara que yo también fuera a replicar, ante esa mirada me quedo callado.
Encogiéndose de hombros el mayor me mira como si se disculpara mientras caminamos a la recepción.
- Eso es nuevo -dice el chico con la mirada en un pequeño restaurante a un lado de la recepción- al menos podremos comer algo, muero de hambre.
- ¿Cómo es que conoces este sitio? -me animo a preguntarle al joven que ahora bajo la luz y de frente puedo ver mejor.
- Viaje escolar -responde después de tocar la campanilla del mostrador.
- ¿Que creen que significan esos números?
Mi mirada cambia hacia el lugar donde apunta la mano del hombre mayor, siguiendola consigo ver el número de tres dígitos apostado en la pared.
- No querrás saberlo -con voz seca el joven se acomoda su bolsa en el hombro.
Después de registrarnos los tres comemos algo y sin ganas de quedarnos despiertos por más tiempo nos vamos a nuestra habitaciones, la mía se encuentra justo en el centro de las tres lo cual hace que me sienta un poco vigilado. Le tomo poca importancia pues lo único que quiero ahora es descansar, dejo mi mochila a un lado de la cama y saco un juego de ropa limpia, camino al baño y abro la llave del agua caliente, regreso para quitarme todas las prendas que traigo encima y vuelvo a la ducha para ver si el agua ya se calentó pero no es así. Entonces escucho que alguien toca la puerta, tomo una toalla y la ato a mi cintura para poder abrir, al hacerlo es mi vecino de la derecha.
- ¿Todo bien? -pregunta el chico.
- Claro, ¿porque no habría de estarlo? -un poco confundido por la pregunta me recargo en el marco de la puerta.
Pareciendo que no está seguro de que decir el chico mira de reojo hacía dentro de la habitación y luego de su veloz inspección vuelve a verme a mí, disimuladamente sus ojos rastrean todo mi cuerpo semidesnudo. Imitando hago lo mismo, al no poder verlo de frente desde el momento en que nos conocimos no me había percatado hasta ahora pero es guapo.
- ¿Algo más? -pregunto con una media sonrisa al sentir el calor que proviene del cuarto de baño.
- Solo ten cuidado con lo que escuchas.
Y luego de esto se marcha sin decir nada más.
Sin comprender a que se refiere cierro la puerta y camino hasta el baño, retiro la toalla y entro a la ducha.
- ¡¿Pero qué demonios…!? -exclamo con sorpresa al sentir el agua fría sobre mi piel desnuda. Que extraño, hasta hace un momento sentí claramente el calor salir de aquí; supongo que se debió haber agotado, claramente no estoy en un hotel de cinco estrellas.
Molesto por la situación e imprudentemente por mi parte, libero una de las colas para mi comodidad y no es hasta que siento la temperatura de un modo agradable para mí que dejo de hacerlo. Durante el resto de mi larga ducha no dejo de pensar en las ventajas de ser un Kitsune de fuego.
Exhausto por los últimos días me dejo caer en la cama después de haber apagado las luces y sin mucho esfuerzo me quedo dormido, sin embargo no dejo de moverme durante toda la noche pues siento que la cama no es del todo cómoda y un sorpresivo bajón de temperatura me toma desprevenido.
- No hay esperanza…Ya no la hay…
Incómodo por las voces abro los ojos y lo primero que veo es el viejo reloj digital sobre la cómoda con la brillante hora, exactamente 3:00 am, enciendo las luces, la habitación sigue igual que antes a diferencia del abrumador frío. Miro hacía la ventana que está junto a la puerta pero no parece haber nadie del otro lado, me levanto de la cama y camino hasta salir de la habitación, miro hacia ambos lados del pasillo pero este se encuentra totalmente vacío. Espero un par de minutos de pie junto a la puerta viendo hacia el exterior pero no sucede nada, tomo como señal el gran bostezo que suelto para volver dentro y dormirme de nuevo pero apenas cierro la puerta escucho una fuerte explosión afuera.
Asustado salgo rápidamente y busco por todo el estacionamiento que se encuentra frente a mis ojos que es lo que detonó pero no hay nada, absolutamente nada. Volteo a ver las puertas de mis acompañantes pero estas se encuentran cerradas, con las luces apagadas y sin señas de que alguien vaya a salir pronto. Confundido y asustado vuelvo a escuchar la misma voz de antes justo detrás de mí.
- No hay esperanza…
Siento como todos los vellos de mi cuerpo se ponen de punta al oír la voz de esa persona justo a un lado de mi oído, respirando profundamente trato de relajarme y dejo salir mi verdadera naturaleza para tratar de detectar si hay algo aquí. Con más confianza y sintiéndome un poco más valiente también, me doy la vuelta para ver el momento en que la sombra de una persona corre hacia un lado de la recepción.
Pensando que podría ser algo peligroso corro escaleras abajo y la sigo hasta el pequeño restaurante pero antes de entrar precipitadamente me detengo al escuchar las voces de unas personas dentro. Me asomo por una ventana y veo a un grupo de tres hombres sentados en una mesa charlando al otro extremo de donde me encuentro, al parecer tampoco escucharon la explosión de hace un rato. Comienzo a pensar que debo estar enloqueciendo o que este sitio no es normal.
Camino agachado para evitar que me vean hasta una ventana cercana a donde ellos se encuentran, entonces puedo escuchar de qué hablan.
- Comienzo a pensar que es una mala idea ir a Beacon Hills -dice uno de ellos.
- Seguro tienes miedo, parecías tan seguro antes pero conforme nos vamos acercando parece que dejaste tu valentía atrás -se burla otro de ellos.
- No me vengas con eso, se que tu también tienes dudas -replica el primero.
- Mentira, yo no dudo de nuestras capacidades. Además si no podemos encargarnos de un grupo de mocosos entonces sí tendría miedo.
- Ese grupo de “mocosos” eliminó a casi una manada de alphas, se encargaron de El Benefactor y su horda de mercenarios y no olvides los rumores sobre el Nogitsune y la Banshee. Nosotros somos solo unos simples cazadores, si nosotros somos unos asesinos ellos son peores, son unos monstruos -el hombre seguía replicando y su voz se escuchaba cada vez más desesperada y temerosa.- Yo digo que regresemos a los viejos y simples trabajos.
- Te dejas impresionar demasiado fácil, además ellos también sufrieron bajas y si lo que dicen es cierto ahora su manada se encuentra débil y agotada, es el momento perfecto para atacar. ¡Díselo!
Entonces el tercer hombre que se había mantenido callado durante la conversación habló.
- Todo lo que hemos escuchado son solo rumores, en especial lo del zorro y la chica. Seguiremos con nuestros planes y terminaremos este trabajo rápidamente, para eso nos pagaron.
- ¡A la mierda con el dinero! ¡Se los regresamos de ser necesario pero si seguimos con esto acabaremos muertos! -escucho como alguien se pone de pie de golpe dejando caer una silla.
Escucho como las voces comienzan a alejarse, me quedo quieto agachado en mi lugar procesando lo que acabo de escuchar ¿monstruos? si lo que dijeron es cierto entonces debo estar loco si aun pienso ir a Beacon Hills, después de todo hay grandes posibilidades de que la persona que busco este en esa manada. Pero, ¿y si no es así? ellos mismos lo dijeron, todos son rumores y no son los únicos que he oído pues esa manada se ha hecho de cierta fama además uno puede fiarse de la palabra de un cazador. No, no debería hacerlo. Lo mejor será tratar de obtener algunos rostros en caso de que haga falta algún reconocimiento.
En ese momento escucho la campanilla de una de las puertas laterales, asustado por el hecho de poder perderlos rápidamente me pongo de pie pero al ver por la ventana ahogo un grito cuando veo como uno de ellos está parado frente a mi.
- Después de todo estaba en lo cierto -habla el hombre frente a mi.
Retrocedo un par de pasos cuando veo como los otros dos llegan por los extremos rodeandome, todo fue una trampa para hacerme salir.
- Normalmente dejaríamos pasar este tipo de cosas, pero desgraciadamente escuchaste una conversación importante, tu sabes, algo que no podemos dejar que se divulge -dice el que parece ser el líder, este sale del local y se para frente a mí con una sonrisa fría.- Atrapenlo.
Sin titubear los otros dos se abalanzan contra mi, respiro profundamente y extendiendo uno de mis brazos golpeó a uno en el pecho empujándolo un poco mientras al otro lo pateo en el rostro.
- ¡Quema! -escucho gritar al que golpee en el torso mientras se retuerce de dolor, veo que retira sus manos del lugar y como hay un hoyo en su ropa ahora algo chamuscada y un gran trozo de piel quemada resalta con claridad.
- Vaya pero que sorpresa, ¿que eres chico? ¿un lobo, un zorro, un perro o tal vez un dragón? -pregunta al que recibió mi patada en el rostro seguido de un escupitajo con sangre.
- No seas imbécil, es obvio que no es un lobo, esos sarnosos no pueden hacer eso -el líder me mira con unos ojos penetrantes escudriñando los míos, me estremezco ante la pesadez de su mirada retrocediendo, no se que és pero algo de él me aterra-. No importa, al parecer solo puede hacerlo con las manos pues tu horrible rostro sigue igual, solo evitenlas e inmovilicenlas.
- Maldito, das órdenes que parecen tan fáciles y no ayudas ni un poco -réplica al que insultó el líder mientras camina ahora con precaución hacia mí.
Lo miro de frente y comienzo a caminar lentamente hacia un lado completando el círculo que él formó, ambos nos miramos sin saber quien atacara primero, entonces se lanza hacia mi sin más. Muevo mis talones hacia el centro para tener una posición más firme y extiendo mis brazos haciendo una media luna para golpearlo en el torso con ambas palmas pero soy detenido por otro par de brazos que se introducen por mis axilas y fuerzan mis hombros hacia arriba para inmovilizarme.
¡Que estupido me olvide por completo del otro sujeto! desesperado por mi descuido y al ver el puño en alto del que viene frente a mi, me apoyó en el cuerpo del que me sostiene e impulsandome con fuerza lo empujo con mis pies haciéndolo retroceder, afortunadamente también consigo desequilibrar a quien me retiene así que haciendo un rápido y difícil movimiento puedo liberarme al escapar por entre las piernas de mi opresor.
Escucho como grita de dolor y se derrumba encogiendo las piernas, el olor a carne quemada llega de pronto así como sus dos pantorrillas se enrojecen por mi contacto.
Ahora queda uno, más centrado corro hacia él consciente de la adrenalina que corre por mis venas, salto con la palma derecha abierta apuntando a su estómago pero de la nada saca un arma, alarmado me dejo caer al suelo y ruedo esquivando el primer disparo. Me pongo de pie y trato de correr hacia el lado contrario al que apunta pero consigue leerme y rápidamente cambia la dirección hacía donde apunta lo cual me hace detenerme con un derrape y virar hacia el lado contrario, escucho como aprieta el gatillo y otra bala sale disparada, sin tener tiempo de saltar a ningún sitio me dejo caer de espaldas apoyándome con mis manos haciendo un arco y volviéndome a poner de pie con un salto.
Por desgracia cuando piso el suelo siento la punta de otra más en mi espalda.
- No eres malo pero te falta experiencia, aun no aprendes a ver todo el panorama -dice el líder.
Y tiene razón, en todo este tiempo me concentré en pelear uno a uno pero no me di cuenta de que ellos no tenían esa intención, solo estaban llevándome a su propia trampa, y caí justo en medio de ambos completando su objetivo.
- Solo una criatura puede tener un control tan preciso de las artes marciales que acabas de mostrar ¿zorro, cierto? y por esas quemaduras... Anata wa Kasai Kitsunedesu.
Al escuchar estas palabras mis ojos brillan sin que pueda evitarlo, no entiendo como sin saber japonés puedo entender a la perfección lo que dijo: “Usted es un Kitsune de Fuego” y algo me dice que no se dirigía a mi cuando lo dijo.
- No se cuantas colas poseas pero nadie por más sobrenatural que sea puede sobrevivir de un disparo directo a la cabeza y muchos menos de dos.
Entonces el arma que estaba en mi espalda es trasladada a mi nuca, sin poder controlarme comienzo a temblar, ¡no se que hacer! no se me ocurre nada, estoy arrinconado por estos dos hombres y mi mente está en blanco. Siento como mi corazón late con fuerza cuando escucho el disparo, pero, este no venía hacía mi, giro sobre mis pies cuando dejo de sentir el arma en mi cabeza justo para ver cómo el hombre mayor que viaja conmigo estrangula al líder de esos cazadores, por otro lado el joven esquiva el disparo del último cazador y le desgarra la garganta. Sorprendido vuelvo mi mirada al adulto detrás de mí y me estremezco al ver los ojos rojos. Un lobo. Un Alpha.
Atemorizado retrocedo listo para correr, pero me detiene de un brazo.
- Tranquilo no vamos a lastimarte.
Es cierto, si lo hubieran querido hacer no habrían esperado tanto tiempo.
- Lo siento, aun estoy algo, acelerado -digo al no encontrar palabras más adecuadas.
En la siguiente hora nos encargamos de llevar los cuerpos a un sitio alejado del motel donde les prendí fuego. Al parecer eramos los unicos huespedes pues nadie más salió con todo aquel alboroto, tampoco había rastro alguno de la desagradable mujer de la recepción.
- Será mejor dormir un poco más antes de partir, aún tenemos un par de horas. Descansen muchachos -dicho esto se retira a su respectiva habitación.
Ambos caminamos hacia nuestros respectivos cuartos abro la puerta del mio y entro pero antes de poder cerrar él la bloquea y por la fuerza entra dejándome algo sorprendido.
- ¿Cómo fue que terminaste en ese lío, que hacías despierto a esa hora?
- ¿Acaso desconfías de mi? -pregunto molesto por la insinuación.
- Solo responde a la pregunta.
- Escuche cosas, cosas que aparentemente nadie mas escucho y al tratar de ver que sucedía termine con esos sujetos.
- Creí haberte dicho que tuvieras cuidado con lo que escuchabas -dijo tras un suspiro.
- Si bueno no fuiste del todo claro. ¿Ademas que sucede con este sitio?
- No lo se, incluso en nuestro mundo hay cosas que no tiene explicación.
- Como sea, después de esto si algo más vuelve a molestarme haré que arda todo este maldito lugar -sin decir mas me tiro en la cama, entonces me percato de que hay algo que está mal-. ¿Porque sigues aquí?
- Necesito tomar una ducha, aun estoy salpicado de sangre.
- ¿Y eso que? Hazlo en tu propia habitación.
- No quiero volver allí.
- ¿Porque no? -pregunto cansado de esta conversación.
- No eres el único que escucha cosas.
Al ver cómo su rostro se ensombrece un poco ante estas palabras dejo de insistir más, no quiero ser grosero y de todos modos este chico acaba de salvar mi vida, supongo que me deja con una especie de deuda hacia él.
- Haz lo que quieras solo dejame dormir.
Me cubro con las sábanas dándole la espalda, escucho como entra al baño y momentos después el agua correr. Trato de dormir al cerrar fuertemente mis ojos pero no puedo calmarme, mi cuerpo aún está rebosante de energía por lo sucedido y mi corazón no deja de latir con fuerza. Parece que el estar cerca de la muerte me impactó más de lo que pensé, o…¿tal vez será algo más?
Sintiéndome tonto por relacionar eso con la presencia del chico trato de recitar una frase para calmarme pero no consigo recordar ninguna. De nuevo escucho el sonido del agua y luego el abrir de la puerta del baño.
Estoy a punto de decir algo cuando las luces se apagan, entonces con rapidez veo una sombra correr hacía mi y subirse sobre mi cuerpo quedando sobre mi cintura y con sus piernas a los lados, también inmoviliza mis brazos con su grandes manos.
- ¡¿Que carajo haces?! -pregunto alarmado.
- Tu dijiste que hiciera lo que quisiera -responde con voz calmada.
- ¡Y yo creí haber dicho que prendería fuego a todo si algo me molestaba!
- Entonces hazlo, quemame.
Sin previo aviso senti sus labios pegarse a los míos y como su lengua forzaba la entrada a mi boca para violarla a su gusto, este no era un beso tierno ni dulce, este beso estaba muy lejos de eso. Siento como su grandes manos recorren mi cuerpo y sin querer evitar lo que va a suceder me dejo llevar yo tambien haciendo lo mismo, recorro su desnudo cuerpo con mis manos con necesidad cuando comienzo a oler la carne quemada al mismo tiempo que él suelta un sonido lleno de dolor y placer, alarmado me detengo pero el lo impide.
- Esta bien, no te detengas.
Pienso que este tipo está loco y estoy a punto de decírselo cuando comprendo a que se refiere, es un lobo, sanará tan rápido como lo hiera.
Despojandome de mis ropas de nuevo me besa con necesidad.
- No te contengas, yo no lo haré.
Entonces hago lo que me pide y lo lleno de calor.
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- Eso es Beacon Hills -dice el hombre señalando el pueblo que se encuentra en una pequeña planicie rodeada de bosque bajo las grandes colinas donde nos encontramos.- Desgraciadamente nosotros tenemos que continuar nuestro camino así que aquí tendremos que separarnos.
- Descuide, ya han hecho suficiente por mi -dejo la vista del pueblo para volver a ver a ambos hombres, el mayor se encuentra un par de pasos detrás de mí y el chico recargado sobre la cajuela del vehículo.
- Cuando llegues pregunta por Stiles Stilinski, es el hijo del Sheriff así que cualquiera podrá decirte donde encontrarlo. Él te llevará con Scott McCall, el alpha de la manada y ellos te ayudaran a encontrar a la persona que buscas.- Porque sí, después de lo sucedido no pude negarme a decirles un poco de mi propósito en Beacon Hills.- Puedes confiar plenamente en esos chicos, definitivamente no son monstruos.
- Suena como si los conocieran muy bien -digo con una media sonrisa.
Ambos hombres sonríen también.
- Diles que Ethan y Deucalion mandan saludos.
- Lo haré, gracias por todo.
Entonces ambos entran al auto, Ethan al volante al igual que ayer pero antes de arrancar escucho como su copiloto le pregunta.
- Luces cansado ¿estás bien?
- Solo no pude descansar bien anoche.
- No me sorprende después de lo que pasó en ese motel.
Aunque lo más obvio es que se refiere al asunto con los cazadores estoy seguro que se refería a algo más.
El auto se pone en marcha y antes de perderse en la distancia alcanzo a ver como Ethan me mira por uno de los espejos y con una sonrisa me guiña un ojo...
- ¡Lance! ¡Lance!
- ¡¿Qué?! ¿Qué sucede? -pregunto volviendo a la realidad del presente.
- Lo encontraron. ¡Encontraron a Stiles! ¡Deprisa!
Siguiendo a Liam ambos corremos hacia la casa del Sheriff. Sin embargo me siento como un completo idiota al ver al chico que corre apresuradamente frente a mí, de nuevo es un lobo.