¡No me gusta el pescado crudo!
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—No quiero comer eso, esta crudo, no me gusta.
—No puedes decir que no te gusta si aún no lo has probado —dijo el chico japonés en un tono divertido de reproche—. Vamos, no lo prejuzgues, está bueno. Solo tienes que acostumbrarte.
—Prefiero probar ese otro.
—¿El roll de salmón ahumado?
—Si ese, esta cocido. ¿Qué es lo verde?
—Wolf, sí que eres caprichoso y exigente… Es pepino, pepino. Nada raro.
Wolfram lo miró aun desconfiado, Yuuri le sonrió apoyando el rostro en una de sus manos. Tomó los palitos e intentó hacer lo que le había enseñado.
—Por que usan palillos, es difícil, ¿no podemos usar cubiertos normales?
—Sushi con cubiertos… ¡es impensable! ¡Ya es suficiente que no quieres tocar el sashimi que es lo más delicioso! Pero si te cuesta puedes tomarlo con la mano, no es mala educación.
—No voy a comer con las manos.
—Uff, que quisquilloso.
Wolfram lo miró mal. —¿De qué te quejas? ¿Estoy comiendo esto contigo o no? ¡Y lo estoy haciendo incluso si no me gusta porque me insististe tanto, deberías estar agradecido!
—Bueno, bueno, no te enojes. —Yuuri se acomodó y tomó una pieza con la mano—. Entonces probemos de esta forma, así no tendrás que tocar las piezas ni usar los palillos.
—N-no voy a comer algo que agarraste con la mano —se quejó. Yuuri frunció el ceño, mojó el roll en la salsa y se lo comió. Luego tomó otra pieza con sus palillos.
—Si lo hago con los palillos entonces está bien, cierto —dijo convencido y le puso la pieza frente al rostro—. Come, vamos, abre la boca.
Wolfram apretó los labios. No quería comer pescado crudo, y había visto que ese roll tenía. Además, aunque moriría antes de admitirlo, le estaba dando un poco de vergüenza toda esta situación.
—Está bien —dijo apartándolo—, puedo comer solo. Tengo que aprender a usar estas cosas si de ahora en más vamos a estar juntos.
—Estar juntos… —repitió Yuuri en un susurro y frunció un poco el ceño corriendo la mirada. Wolfram le ignoró.
Empujó la pieza con los palillos hasta dejarla sola cerca de la salsa, sería más fácil de levantar de ese modo, pero se le acalambraban los dedos. Sostener los palitos correctamente era complicado, y no sabía cómo aplicar la fuerza correctamente para cerrar las puntas sobre el roll y levantarlo. Se le partió un extremo de la pieza cayendo una pequeña porción de arroz a un lado. Estaba comenzando a frustrarse, esto ya era personal.
—Lo estás sosteniendo mal —le dijo Yuuri y tomó su mano—. Pon los dedos flojos. Ahora, el palillo de abajo quieto, solo moverás el de arriba, así que este dedo va aquí…
La voz de Yuuri era suave y amable, pero por un momento se olvidó de que le estaba hablando. Tenía la vista clavada en las manos que tocaban con suavidad sus dedos.
—¿Entendiste? Wolf, ¿me estas escuchando?
—Um —reacciono y se hizo el tonto—, sí.
Recapituló lo poco que le había llegado de toda esa explicación y volvió a intentar, primero apretando la pieza rota un poco para recomponerla. Con el nuevo método le iba mejor, era más fácil ejercer presión y pudo levantarlo y comer.
—Mm, está bueno. No esta tan mal.
—Por supuesto que está bueno. El cocinero entendió bastante rápido como hacerlo, no es como algo que comerías en Japón, pero tal vez mejore con el tiempo.
—¿Puedes darme ese de ahí?
—¿Qué te lo de? Peor si ya puedes usar los palillos solo, no era que querías practicar.
—Cambié de opinión.
Yuuri apoyó el codo en la mesa y se tapó la boca con la mano apoyándose en ella. Lo miró un momento en silencio y tomó la pieza y se la dio. Wolfram comió contento y sonrió ya sin vergüenza.
—Ese también está bueno, creo que me está gustando esto.
El joven japonés corrió la vista y suspiro. —Lo que te gusta es otra cosa… —dijo en voz muy baja, pero Wolfram llegó a escucharlo y se alegró de que por fin admitiera que lo sabía.
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Fin