Sería mentira decir que no lo he extrañdo, sería mentira decir que no me ha echo falta, solté un suspiro en esta tarde aletargada, mirando por la ventana de la Universidad.
Claro ya se había echo mi club de fans, como siempre en los distintos lugares a lo que yo me marchaba... y algunos profesores hasta participaban en ello.
Pero en estos momentos mi corazón ansiaba volver con mi estúpido medio hermano, pero sería mejor tenerlo aquí, sacarlo de mi corazón y mente... aunque me siga torturando.
Había pasado varios meses desde que no le veía y cada vez mi corazón más fuerte en el pecho se apretaba sin ninguna razón, solo la de no estar a su lado ¿tan debil y patetico me había vuelto como para depender te su inispesable presencia? al parecer así era.
Al llegar a mi habitación la cual no compartía con nadie, pues no tenia ni amigos en este lugar, era mejor para mí, observe una carta puesta en el escritorio. Así que se había atrevido a entrar a mi habitación, por la cursiva supe inmeditamente quien era una carta de mi padre.
"Espero ya hayas curado tu mal de amores hijo y si no es así déjame ponerte al tanto, que Inuyasha a terminado con la joven Kagome al parecer por que pasaba demasiado tiempo pensado en ti y ella entro en celos y colera, gritandole a Inuyasha que si tanto te extrañaba que se casara contigo y sus palabras fueron; me casaría con él si pudiera... luego se fue molesta te lo redacto claramente por que este hecho ocurrió en el patio de la casa cuando tomabamos té" Atte: Inu no Taisho
¿Acaso me estaba dando una especie de oportunidad con Inuyasha? Se que mi padre no es tonto, que siempre ha querido lo mejor para nosotros. . . Solté un suspiro con una sonrisa en mis labios ¿por qué no? Solo darme una oportunidad para creer, para anhelar, soñar y desear... algo completamente imposible. ¡Rayos! ¡Si ando pensaod como una colegiala enamorada!
Pero con aquel nuevo entusiasmo en mente me dedique a terminar de manera rápida mis estudios. Tal vez por que no aguantaba el ya no verle... deseaba poder volver a su lado... estar con él nuevamente... ¡malditos pensamientos de colegiala como los odio! ¡Parezco un perro que extraña a su dueño santo cielos!
Cuando termine mis estudios no le dije a nadie sobre mi pronto regreso a Japón, sabía que cuando pusiera un pie en Japón mi padre ya lo sabría, después de todo... él lo sabe todo, hasta si respiras... y cuantas veces respiras al día.
Al caminar por el aeropuerto como predigue nadie me estaba esperando ya había caído la altas horas de la noche, tal vez solo deseaba darle una sorpresa a mi estúpido hermanito menor. Al llegar a los portones de la gran mansión que tenia por casa, el portero inmediatamente reconocio mi auto y me dejo entrar a la mansión, camine por aquellos pasillos a los cuales había extrañado, me dirigí a la habitación de Inuyasha pero para mi gran sorpresa él no estaba allí, tal vez se estaba quedando en casa de un amigo y simplemente decidí volver a mi habitación. . cual fue mi sorpresa que allí se encontraba Inuyasha abrazadondo mi almohada con una camisa mía de las que había dejado puesta... y sin nada debajo.
Allí fue cuando sentí que algo dentró de mi se quebro, algo que había intentado retener todo este tiempo.
Continuara...