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No Regrets, Just Love. por ipen shidemiru

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Notas del capitulo:

Hola!!!

perdonenme por abandonar esta pagina mucho tiempo, pero con eso de los problemas con los mensajes extravie mi clave  y ya no pude entrar .___.

pensé seriamente en decirle a mi novio (ja! si, tengo novio wii~~) que hiciera cosas no muy eticas con mi cuenta... pero el problema se arregló y regrese ^^

— Tanabe, ¿puedes darle esto a Reita? — Takashi me entrega el anillo de bodas de mi esposo —. Lo dejó en mi casa la última vez. Si consigues que no se lo quite para tomar un baño sería genial.

Le sonrío nervioso. Takashi siempre ha sido guapo y —a diferencia de Akira— su respeto con el cuidado personal no es carente pero tampoco obsesivo. Los nervios son porque Akira es un estúpido-olvidadizo que me hace correr vergüenzas.

— Claro que si, Takashi.

El castaño sonríe. He llegado a preguntarme por qué no me acosté con él antes de tener una relación con Akira, seguro la habríamos pasado bien...

— Por cierto —comienza en un tono distraído—, extraño tu sazón, ¿cuándo hacen otra cena?

Si no lo conociera de años juraría que me coquetea.

—Oh, no es lo que parece.

Apura a decir antes de poder pensar en una respuesta.

— Hace mucho que no conozco alguien que cocine bien y este año no podré ir a visitar a mi familia...

— Ya, Takashi, entiendo. Claro que haremos algo en navidad, antes y después.

Mueve los labios para crear una sonrisa coqueta. ¡Maldita sea! ¡¿Por qué él?! Respondo con una mueca similar.

— Nos vemos.

Se despide haciendo un ademán con la mano derecha.

Alcanzo verlo irse y me sostengo de la pared del pasillo: el mejor amigo de mi esposo me coquetea y —por alguna razón— parezco gustoso de responderle.

 

 

No me parece del todo ser el que siempre acude donde Takashima. ¿No podemos tener un lugar neutral? No necesito un nido de amor, algo lejos del ajetreo sería le ideal, pero no. Takashima insiste en que sea en alguno de sus edificios. Hoy, por ejemplo, debemos encontrarnos en su suite ubicada en lo alto del Royal Fantasy.

El Royal Fantasy es uno de sus hoteles, está ubicado en el norte, a las afueras de Tokio y es donde —legalmente— reside, en otras palabras, su casa.

 

Por alguna razón llego a pie desde el subterráneo. Las personas que suelen venir a este lugar no caminan, ni si quiera conocen un subterráneo y no precisamente porque no existan en el lugar de donde vienen...

Entro distrayéndome con la vista del restaurante al fondo y dirijo mis pasos a la recepción. La mujer ahí es de unos veintitantos años, cabello castaño en una cola, bronceada, con un traje azul marino y blusa crema. Junto a ella un chico de cabello rubio con un gorro negro de lana en la cabeza, playera blanca, jeans y botas negras. El chico le extiende una mochila roja de un solo tirante a la mujer y amablemente le pide que lo cuide un momento, ella acepta.

— Disculpa, ¿Takashima-san está aquí? — pregunto a la recepcionista.

La mujer y el chico me miran.

— Pase usted — responde con el mismo tacto afable que tiene ante un cliente respetable.

— Yo también voy a la suite. Venga conmigo, lo llevaré hasta ahí — dice el muchacho.

Eso me obliga a verlo y me sorprendo. Es idéntico a Ruki solo que más grande. Puedo decir que es tal y como apareció en mi sueño. Me estanco mirando sus ojos y me llama suavemente para que lo siga al elevador.

— Voy — respondo con un leve retraso.

Una vez dentro es él quien habla primero:

— Mi nombre es Matsumoto, soy sobrino de Takashima-san, tú eres su amante ¿Cierto?

Juguetea con las puntas de sus botas.

— ¿Disculpa? — respondo extrañado.

— Las personas que viene a verlo aquí, por lo general, son sus amantes.

— ¿Qué te hace pensar que lo soy?

— Eres guapo, tienes un buen trasero, vistes bien, tienes anillo de boda, no te veo cargar comida... ¿Así o más?

— ¿Tantos amantes ha tenido para que su sobrino lo sepa?

— No realmente, solo trae aquí a los que le gustan. Por lo general, los trata dos o tres veces y los deja. Hace más de un año que no sabía que alguien viniera a verlo. Takashima-san es muy discreto.

— La verdad es que soy un reportero — miento divertido.

— Oh, ¿en serio?

— He venido para realizar una entrevista sobre la futura construcción.

— Eso no es tan interesante, si quieres puedo decirte cómo inició su vida sexual, su primer amante, su preferencia por cierto tipo de carne, su forma de comer... ¿Sabías que se puede saber la preferencia en el sexo dependiendo de la forma de comer? También sobre su biblioteca privada, lo que hay es muy llamativo. O el contenido de su bolso... Mejor sobre su amante actual; un hombre casado, embarazado y de buen trasero.

— Eso no es relevante. Soy reportero de un periódico dedicado a la economía, no en una revista de chismes.

— Mala suerte, yo que me sentía con tantas ganas de hablar de sus malos hábitos.

— ¿Takashima es tu tutor?

— No, soy mayor de edad.

— Nunca había oído que tuviera hermanos...

La puerta se abre. Sale con prisa y lo alcanzo lo más rápido que reacciono. Caminamos un poco. Tan vez unos diez o quince metros hasta la puerta.

— La gente no suele saber nada de mi tío.

Saca una tarjeta de su pantalón y abre. Takashima aparece frente a nosotros. Su cabello está en una cola media, sus ojos detrás de unos lentes, su camiseta blanca es de cuello redondo y con el logotipo de una banda de Visual Kei, sus jeans son grises. No usa zapatos.

— Esperaba alcanzarte — dice Takashima a Matsumoto —. No me dijiste... Yutaka, pasa. Por un momento olvidé que te pedí venir. Perdóname.

— Me quedaré en el departamento de Shibuya — espeta Matsumoto.

— Avisa a Julie-san por cualquier cosa.

— Está bien, trabajo. Adiós, Yutaka-san, pida lo que quiera para comer, mi tío paga.

Para este instante aún no he decidido entrar. Sé que he llevado mi moral a un lugar desconocido que sólo aparece como sombras en mi cabeza... no estoy seguro de qué debiera hacer.

Matsumoto regresa en sus pasos y de despide al cerrarse el ascensor.

— ¿Pasas? Este pasillo es privado, pero no lo encuentro excitante.

Arrastro una pierna frente a la otra de forma sucesiva. Estoy dentro de la casa de Takashima.

Es un lugar por lo menos tres veces más grande que mi piso con Akira.

— No sabía que tuvieras hermanos.

— No los tengo.

— El chico de hace un momento dijo ser tu sobrino.

— La gente suele decir cosas.

— ¿Significa que no lo es?

— Significa que no es importante.

 

 

La habitación de Takashima es llamativa, no en el buen sentido, pero si hay algo que no va de acorde a lo que él parece. Es simple, exageradamente simple. Hay dos enormes cuadros pero no tiene ni sombras ni accesos de luz; uno de ellos es una tela blanca con manchas negras que parecen personas sin hacer nada; el otro es un torbellino de manchas blancas sobre un lienzo negro, el cual por cierto, mirándolo fijamente por un tiempo toma los colores del arcoíris por una mínima de segundos. Las sabanas de su cama son blancas y su edredón verde oliva. Su mesa de noche es tan negra que parece otro cuadro junto a la pared blanca. Sobre ella está el otro artefacto de color, un cráneo de barro tan bien hecho que luce real y viejo. Su tono es rojo muerto y tiene un ojo de vidrio con el iris policromada a causa de la luz. Su color original es gris.

Tiene dos salas, una que es la que vez desde la puerta (alfombra azul oscuro, grandes sillones negros, paredes blancas, una mesa para café barnizada de rojo y unas flores violetas en un florero de vidrio), y otra donde medita, ahí no hay más que un tapete, un incensario, incienso y una ventana que ocupa más de la mitad de la pared.

El baño en realidad es un pequeño spa. Tiene una bañera enorme, un par de sillones y banquillos, la regadera está del otro lado de la habitación junto al váter y el lavatorio. La cantidad de productos de higiene se ubican en una gaveta fuera del cuarto de la regadera.

Sobre el resto de su casa no logré ver mucho. Después de llegar hablamos un poco mientras esperábamos nuestra comida, luego tomamos un baño y tuvimos sexo. Por alguna razón llegamos a la recámara principal que es donde estoy ahora mirando sin recato el cráneo con un solo ojo. Ni siquiera me he cubierto al acabar el sexo, no me preocupa estar boca-arriba con la cabeza casi torcida si el cráneo sigue ahí.

— Takanori tomó clases de alfarería — Takashima rebota en el colchón justo a mi lado. Apoya los codos y sostiene su rostro—, me gustó y se la compré.

— Es buena.

— Su obra maestra. El ojo lo mandé a hacer a medida, fue algo caro.

— Qué modestia. Creí que la palabra caro no se incluía en el vocabulario de un millonario.

— Soy avaro.

— ¿Y qué conmigo? Entiendo que gastas en mí.

— Hay cosas que lo valen. Por ejemplo, ese ojo de vidrio cuyo gemelo perdí, y tú, un amante virtuoso.

 

 

Akira está sobre mi lado de la cama sentado con las piernas abiertas. Está desnudo y con la cabeza echada atrás.

Otra cabellera rubia se ubica a la altura de su cadera. Se mueve adelante y atrás haciendo que sus mechones de cabello dancen de forma excitante.

Akira me mira.

— Hola, Kai-kun, es su primera vez. Debo decir que es bueno.

Kai-kun. Es una bella historia: Íbamos recorriendo un centro comercial tomados de la mano, comiendo helado, haciéndonos bromas y esas cosas a causa de un cumple mes (una celebración infantil que los novios jóvenes llevan a cabo con tal de tener sexo prematuro). Por los pasillos había muchas otras parejas.  Por doquier oíamos "Mi vida. Mi amor. Corazón. Darly..." en fin, todos esos apodos corrientes que se usan para declarar que estás con alguien. Y, de repente:

— Kai-kun, a ti no te gustan esas cosas, ¿Verdad?

— ¿Kai-kun?, Akira, ¿Con quién hablas?

— Contigo, Kai-kun. Siempre quise darle un mote a alguien. Pero pones cara de asco cuando los escuchas. Así que no te diré de esas forma, ¿qué opinas?

De esta manera tan simple me convertí en Kai-kun.

Sin embargo, Akira está recibiendo una felación frente a mí. No parece desconcertado. Al contrario, yo diría que le agrada la sensación de esa boca.

La cabellera rubia se despega del miembro de mi esposo. Es Ruki... Mejor dicho, el Ruki que una vez apareció en nos sueño y creció, si es el Ruki adulto. De su boca escurre sangre, una negra y viscosa que no parece ser suya.

Ruki me mira y se limpia la boca con la mano derecha. Está pensando en algo. Quizá quiera matarme. Quizá no me esté mirando. Quizá no puede verme. Quizá es solo un sueño... Se pone ese pie. Él también está desnudo. Tira a Akira a la cama, rebota y la onda expansiva se aleja por todo la cama. En consecuencia mi cuerpo se sacude.

Ruki sube lentamente sobre mi esposo.

No puedo ver lo que hacen. Estoy recostado del lado izquierdo de la cama —que ha sido mío desde hace poco— y, por lo que parece, soy simplemente un espectador. No puedo moverme.

Creo que Ruki lo besa.

En mi cabeza Ruki besa a Akira y de sus bocas brota sangre viva, roja...

Entonces, ya que en mi mente prolifera la idea de su contacto carnal, Ruki me da la vuelta y me permite verlo en un ángulo mayor.

Comienzan a tener sexo. Pero no es algo erótico. De hecho, me causa náuseas. No hacen nada que yo no haya hecho antes, pero tanta sangre que hay sobre ellos me repugna. Técnicamente, es Ruki quien viola a Akira sentado sobre su cadera.

Akira lo goza. Bueno, es él quien tiene sexo: su pene es el que está dentro de un ano y bañando en sangre oscura.

Gimen, no tienen idea de cuánto. Sus gritos son algo que mi vocabulario es incapaz de definir... Me hacen sentir entre escalofríos, punzadas en el estómago y asco.

Los veo copular en muchas otras posiciones.

Intento se detengan gritando el nombre de Akira. Logro oír mi voz pero no va más allá de mi cabeza. Momentos antes fallé en cuanto a moverme... Esto es igual a aquella vez.

 

Los orgasmos llegan con diferencia. Sus cuerpos se tiñeron de rojo, un rojo muy leve que se desplazó como sudor y los hacer ver ligeramente fucsia.

Ruki se aleja de Akira y sostiene mi rostro con una de sus manos. Mueve los labios lo suficientemente lento para que los lea. La-men-ta-ble-men-te-nu-n-ca-tu-ve-u-na-de-u-da-con-ti-go. Deja caer mi cabeza en la posición que el resto de mi cuerpo se acomoda.

Comienzo a ahogarme por el aire que comienza a faltar.

Regreso a la inconsciencia anterior mientras dormía.

 

Al despertar recuerdo todo.

Notas finales:

Bueno, esto lo edité una y otra vez en la tableta, así que debería ser completamente legible, pero sabemos que siendo yo puede ser dificil de entender...

en fin, ya tengo pc, algo hermoso, una belleza... un TB de disco duro, Corel i5 como procesador, una tarjeta de 2GB Nvidia integrada, 8 de ram.... hermoso!!!

Despues de eso sólo me queda despedirme, la escuela me exije que haga tareas y eso debría hacer. 

Gracias por su atención y acepto quejas ^^

 


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