Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No Regrets, Just Love. por ipen shidemiru

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hoy sí... me pase de la buena.. una disculpa. mi lap  ya no arranca e intente arreglarla pero sigue sin hacer lo que quiero...

Tuve que hacer magia para rescatar lo que ya llevaba escrito por que olvidé hacer respaldo y esoo.....

Pero al final lo logré y heme aquí peleando con un tipo sobre cómo programar routers en un emulador porque ya no me acuerdo...

— ¿Por qué estás aquí? — Matsumoto esconde su rostro y brazos dentro de una sabana.

La tarde es tranquila, no llueve ni hace mucho frío. Hoy es diez de diciembre. Afuera se respira aires de navidad. He venido al hospital a visitar a Matsumoto que lleva tres días en licencia por enfermedad y a quien no he visto desde hace cinco días.

— Me preocupé y llamé a tu trabajo, ellos me dieron esta dirección. Creí que me odiabas.

— Suzuki, por favor, vete de aquí — su cabello rubio cubre parte de su cara. A penas puedo ver sus ojos. La luz entra por una ventana. Es algo tarde y está por oscurecer.

— Quiero estar un rato aquí.

— Vete — me da la impresión de que lo suplica.

— No digas eso.

— Suzuki, no quiero que me veas ahora. En unos días saldré de aquí y podremos vernos tanto como queramos — Me rehusó. — Estaré bien. Es sólo esta maldita enfermedad que le da por hacer de las suyas. No hay que temer, a veces pasa. Que esté en un hospital es mera formalidad. Me pondré bien, ya me ha pasado antes.

— ¿Qué tienes? — tomo asiento a un lado de él.

— En pocas palabras es una infección cutánea. Así que no te acomodes, no quiero que me veas.

— ¿Qué lo causa?

— Es una enfermedad genética, cada individuo tiene su propio detonante. El mío debe ser algo relacionado con el estrés o el ambiente.

— ¿Cuántas veces te ha pasado antes?

Matsumoto baja la cabeza.

— Es la segunda vez... La primera vez estuve casi un mes internado.

— ¿Duele?  — me animo a preguntar. Estoy preocupado.

— En este momento no. Estoy algo drogado y la crema, en general, tiene sedantes— gira los ojos a mí. Nota que mis ojos están por desvanecerse y sólo mantienen un aura gris. — Si, sin ellos sería bastante difícil de soportar. Estoy feliz de que estés aquí. Pero no quiero, ni de broma, que me veas así.

— Entonces debo irme.

— Te lo agradeceré. Puedes regresar en un par de días, seguro que para eso ya estaré mejor.

— Lo haré sin falta — le dirijo un sonrisa enorme —, ¿Tienes prohibido algún alimento en especial? Me gustaría traerte algo.

— Por los próximos seis meses no podré consumir nada de grasas, lácteos, gluten, harina, carne, huevos...

— ¿Hay algo que pueda traerte?

— Derivados de soja, verduras... Ese tipo de cosas. Pero quizás no pueda comerlo. Son muy quisquillosos con mis alimentos.

— Nos vemos — me despido a unos cuatro metros de él.

Matsumoto deja caer la sabana y me responde.

En verdad la infección es fuerte. Todo su cuerpo está cubierto de llagas amarillas con puntos rojos, incluso su rostro, solo que ahí, en menor medida. Sus brazos están completamente tapizados de manchas. No se le ve pus ni alguna otra cosa resultante de ello, ni siquiera hay olor alguno de la descomposición de piel. Parece como si necesitara cambiar de piel pudriendo la actual.

— Disculpa — regresa la sabana a donde hace un instante —, no sé porque lo hice.

Niego, hago una reverencia y me voy de ahí con la impresión de su mirada sobre mis ojos.

 

 

Matsumoto es alguien realmente lindo. Sí, es lindo. En la buena forma de decirlo. Quizá mi manera de verlo es como si fuera una chica pero, en fin, él me gusta. 

Matsumoto es un recién graduado de Pintura al óleo de la universidad nacional, aún no obtiene su título como tal, sin embargo ya trabaja para el Centro de Cultura de Tokio. Es un artista estupendo pero un maniático asqueroso cuando se trata de manejar computadoras, debería ser bueno pero no es así. Puedes darle un lápiz número dos y medio del mas chafa que encuentres y una hoja de esas casi amarillas que lucen entre viejas e inservibles y lograría hacer el mejor dibujo que puedas imaginar.

Su sociabilidad es alta, pero su trato como jefe es exigente. En ocasiones lo he visto como líder y es más motivador que el resto de las personas.

Vive solo, en un apartamento un poco más grande que el mío. No tiene una buena relación con sus familiares. Su padre quería que estudiase arquitectura, ya que en efecto es bueno con los dibujos, las estructuras y las matemáticas, solo que Matsumoto no quiso. Por lo que entiendo su madre está muerta y, de tener hermanos, lo desconozco.

Matsumoto me movió ese maldito hilito en algún lugar de mí. Estoy tan enamorado que he comenzado a dibujarlo y miren que no soy tan malo. Tengo una carpeta con algunos de ellos donde él es la pieza central de mis garabatos.

Algo que no puede faltar si estoy hablando de él es que es un ser muy especial... O es mejor decir raro. Él se refirió a sí mismo de esa manera, pero yo le dije que no me importa.

Él lo dijo después de hacer el amor. No es que yo lo pasara por alto pero al decirlo lo exageró. ¿Qué ocurrió? Bueno... Es la primera persona a la que he conocido que durante el sexo se queda sin voz, literalmente. No es sexo silencioso. Él, en verdad, no puede hablar. Es como si su boca no pudiera abrirse y todo lo que quiere decir fuera tragado de ante mano.

Recuerdo que antes del sexo estábamos en su sillón rojo viendo una película. Yo dormitaba sobre sus piernas. Matsumoto golpeaba mi cabeza asegurando que siguiera despierto.

— Sabes, si tienes sueño deberías irte a dormir y no quedarte a bostezar sobre mis piernas.

— La película es aburrida — contesté.

— No es aburrida.

— Argumento pobre, maquillaje exagerado, cinco litros de sangre por una herida en el dedo...

— Pero no es aburrida, mira que te fijaste en todo eso y te distrajo al fin y al cabo.

— Siendo artista esperaba algo más de gusto — levanté las cejas.

— No todos comienzan corriendo — desvió la mirada —, éste director en particular hace películas muy buenas, pero la primera es simplemente horrible. Si no caes no puedes levantarte o curar tus heridas.

— Aun así — lo miré desde su altura —, la película es asquerosa. Preferiría ver un maratón de Hana Yori Dango y morbosear a Matsumoto Jun...

— No es así en persona; es alguien normal.

— ¿Lo conoces? — pregunté por instinto. No estaba muy interesado.

— Fui ayudante en vinculación. Conozco a muchas personas.

— Mmh, ya veo.

— «Ya veo» ¿qué?

— Nada.

Me acerqué a su rostro lo suficiente para sentir su respiración.

— Conocí a Kiyoharu-san, y en más de una ocasión cenamos juntos — su declaración fue algo que, más bien, pareció un enorme «lo hice con un músico, ¿Algún problema? ¿Estás enojado? ¿Ya podemos dejar de hablar de esto?».

Después de eso nos besamos. Parecía un juego. Nunca he sido fan de conseguir sexo cuando la otra parte está de mal humor. Es un poco tedioso lograr que te preste atención y deje a un lado lo que le molesta para concentrar toda su energía en mí. Pero, por lo general nos va bien. Cuando acabamos olvidamos la razón de la pelea, o, yo la olvido.

Si lo pienso ahora, incluso en ese momento, Matsumoto no dijo nada. Se dirigió a mí mediante una mirada, una caricia o simplemente me llevaba al lugar que deseara. De esa manera llegamos a su recamara.

Nos abrazamos el tiempo suficiente para quedarnos dormidos.

Desperté cerca de las tres de la mañana. Matsumoto no se percató de ninguno de mis movimientos. Creí que ya no estaba ahí, y eso me asustó. Un par de veces me había pasado y no quería repetirlo. Takanori dormía del lado contrario de la cama. Su cabello le escurría sobre el rostro dejando a la vista únicamente su nariz. Su silueta lucia hermosa en la oscuridad. Esa piel que ya tenía mi nombre y presencia...

Tome mis cosas y me vestí. Lo arropé y le dejé una nota. Recuerdo muy bien lo que escribí: Soy un imbécil. No te tomes la molestia de pensarlo, ya lo sé. No debería irme después de hacer el amor contigo... Sabes, lo que siento por ti, en ese momento dudo que pudiera hacerlo real. Te lo diría directamente pero temo que te alejes de mí. Ni siquiera dejaré una excusa en el papel, si vas a odiarme lo harás con o sin excusa. Te veo dormir y no me pareces raro en lo absoluto, creo que eres perfecto aún con todos tus defectos.  Ese defecto del que tanto te quejas me parece realmente sensual... Llama para gritarme cuando quieras.

La firmé y me fui pensando en lo estúpido que era.

 

 

Regreso al hospital. Ha pasado una semana. Una semana en la que mi comunicación con Takanori ha sido total. Hemos pasado —por lo menos— diez horas seguidas en contacto al día, ocho las usamos para dormir y seis para tratar con el resto del mundo. Así me pidió que fuera a visitarlo. Lo extraño mucho. Aún no lo veo y mi corazón late torpemente nervioso. Me dijo que ya está mejor.

Mi bolsillo trasero vibra. Meto la mano y saco mi teléfono que marca una llama entrante. Matsumoto Takanori.

Respondo:

— Habla Suzuki.

Detengo mi caminata a la altura del vestíbulo.

Sé que te pedí que vinieras, pero en este momento no puedo verte. Regresa después.

La voz de Matsumoto se escucha firme.

— Matsumoto, ayer me dijiste que estabas perfectamente ¿Qué pasa?

Mi cuerpo está bien. Es otra cosa.

— Antes no querías verme porque, según tú, estabas fe-

— ¡Akira!

Interrumpe. Su voz no tirita.

No te quiero aquí en este momento ¿Comprendes?

— ¿Por qué?

Regresa mañana. Eso es todo. Aprovecha tu día de descanso haciendo la limpieza, comprando víveres, llevando la ropa a la lavandería... Qué sé yo. Mañana será un buen día para vernos.

— Estoy a dos minutos de tu cuarto.

Suzuki, únicamente te pido que regreses mañana. No creo que sea algo imposible para ti.

— Puedes decirme ¿qué rayos está sucediendo?

Regresa mañana y lo entenderás.

— Matsumoto, ¡Dios! ¡Dímelo ahora!

Te lo diré una última vez y luego cortaré la llamada. Regresa mañana.

— ¡Ya! Lo haré. Solo porque insistes tanto.

Gracias. Sabes...

— ¿Qué?

Camino de regreso por donde llegué.

La verdad es que me enamoré de ti.

—Y yo-

Corta la llamada.

— -de ti...

Salgo del hospital.

Para no exasperarme simplemente no pienso en nada. No le hago caso a mis estúpidos sentimientos que dicen que estoy herido y que Matsumoto es cruel al no dejarme verlo o qué es lo que pasa ahora. No, nada de eso. Hago las cosas que me dijo y me concentro en ellas para no pensar en nada más. Así, las horas pasan de forma eficiente.

 

Tal como me dijo Matsumoto, vuelvo al hospital al día siguiente. Todo se ve igual a como estaba ayer. No creo que la sala de espera ahora sea el quirófano o el área pediátrica haya cambiado por una de quimioterapia.

Doy las buenas tardes en la recepción y paso triunfante al área de recuperación. De ser mi voluntad no habría asistido al trabajo, son embargo, conseguí salir temprano y heme aquí, durante mis horas laborales, yendo a ver a mi novio.

Matsumoto reside en la habitación 3-04. Cuando recién lo acomodaron estaba sólo, ahora comparte con una chica que asiste a terapia física.

Abro la puerta de la habitación y me topo con la chica que me había descrito: uno cincuenta de altura, cabello corto y oscuro, ojos miel, piel bronceada, nariz grande, pecas por doquier.

— Hola, disculpa, ¿Donde está Matsumoto?

— ¿Matsumoto? Ah, el chico rubio. Te recomiendo que preguntes a la enfermeras. No estoy al tanto.

— ¿Por qué? ¿Qué le sucedió?

— Alrededor de las tres con treinta de ayer las llamé porque no despertaba. Se lo llevaron y desde entonces no sé de él.

— ¿Está bien?

— Lo siento. Lo desconozco.

— Gracias.

Respondo formal.

Voy corriendo a recepción. Las personas vestidas de blanco me miran e intentan detenerme pero soy más rápido.

— Mi nombre es Suzuki Akira, quiero saber dónde está Matsumoto Takanori de la habitación 3-04, está internado por una infección cutánea.

— ¿El chico rubio con las llagas por todo el cuerpo?

— Si, ese.

— ¿Es usted pariente suyo?

— Soy su pareja.

— ¿Suzuki Akira-san?

— Sí.

— Mire, no soy la indicada para hacer esto, pero Matsumoto-san falleció ayer por la tarde y entre sus cosas había una carta donde mencionaba su nombre.

— ¿Puede decirme qué le sucedió?

— Tenía afecciones cardiacas que desconociamos.

Notas finales:

Siendo sincera no tengo mucho timepo para escirbir y se acercan los examenes finales y aun no hago mi proyecto final que había planeado como un video tutorial para hacer la limpieza de lo raws con cierto programa... pero por lo mismo de la lap ahora tengo que hacer un blogg y escibir muchisimo... no quiero... 

Respecto al capitulo... bueno... me parece más llegador el "Me enamoré de ti" que el "te amo" fue una falla que tuve que corregir porque cuando lo leí me pareió muuuy cursi. No sé que opinen.

Dejo mi twitter si alguien gusta hacer preguntas de agun tipo o para pedir actu (?)

@hanako_hirozuki

bye~~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).