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El principe de Bielefeld por RedGlassesGirl

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El príncipe de Bielefeld – Capítulo 9

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El amor era hermoso.

La primera vez que escuchó a su madre afirmar eso aun era muy pequeño, pero si ella lo decía tenía que ser verdad. Incluso para un pequeño que no lo comprende y apenas le llegan las manos a la mesa para robar galletitas.

Muchos años después, escucharla decir eso era costumbre, pero había comenzado a ser una idea desagradable para un mocoso que prefería soñar con el honor de blandir una espada o montar a caballo. Y aun mas años después, pasó a volver a tener un significado positivo en su mente pre adolescente, pero Wolfram aun se sentía ajeno a la idea.

No lo iba a entender hasta que lo viviera. Esa era otra de las cosas que podría decir que durante cierta época estaba cansado de escuchar de boca de ella.

El tema del amor entre humanos y mazokus se había vuelto delicado, y ya no se sentía atraído por este tipo de charlas con su madre. Pero el amor en general, pues eso sonaba bien.

La adolescencia lo golpeó duro y se encontró descubriendo que no solo se le daba bien la poesía romántica por talento, sino que le gustaba mucho. Era un romántico, no era algo que pudiera admitir abiertamente en voz alta, pero sabia que lo era.

Pero era un soñador sin pareja, y sin realmente nadie que admirar tampoco. Eso no lo iba a parar, y las pilas de poemas dirigidas a nadie se apilaron en un rincón sin problemas. Era un pasatiempo sensible, adecuado, igual que la pintura.

Se volvió un sentimiento tan platónico, tan artificial y fantasioso, que el día que realmente apareció alguien en quién canalizarlo las cosas no salieron tan bien como esperaba.

Su historia romántica... bueno, no fue tan romántica que digamos.

Y Yuuri...

Yuuri resultó una persona callada que jamás pondría sus sentimientos en palabras.

No había nada que hacerle, era una cuestión cultural, o de personalidades. No estaba seguro del todo aun, pero creía haber llegado a entender, a los golpes y con varias decepciones, como funcionaba un japonés.

Así como pudo superar su propio egoísmo y su egocentrismo. E incluso volverse mas paciente, entendiendo que no todo iba a salir exactamente como lo deseara —o incluso ni siquiera remotamente parecido a lo que quería—, le fue posible ir soltando todas esas ideas pre concebidas sobre el romanticismo que no iban a funcionar. No si quería que progresara esta relación.

Mientras que fuera amado, los detalles no importaban. No tenían que hacerlo.

Era difícil largar. Fueron demasiados años como soñador para olvidar algunos de esos deseos. Pero aprendió a aceptarlo, e incluso se despojó poco a poco de hasta la ultima idea mas mundana.

Los japoneses no dicen te amo.

Ignoró rotundamente a su hermano cuando le soltó ese comentario innecesario. Conrart tenía la costumbre de decir esa clase de cosas buscando alguna clase de reacción en él, por eso no hacerle caso.

Pero la frase le dejó pensando. ¿Qué? ¿Cómo? No podía ser posible. Una cosa era ser tímidos y no tomarse ni de las manos, pero eso no podía ser.

Seguramente si lo decían, en privado, en la intimidad, en una situación especial. Luego de diez años. Luego de una década de estar con la persona que amas seguramente habría algún momento especial que ameritara palabras significantes... un desliz al menos.

Cediendo un poco con el orgullo, esa noche fue a la habitación a pedir algunas explicaciones. No lo decían porque no era necesario, las acciones valen mas que las palabras. Era bastante filosófico de hecho.

Proyectando su relación, aun inexistente en esa época, e imaginó que podría aceptarlo. Pero tal vez durante algún día cálido y apacible, cuando ya ambos fueran muy viejos iba a... morir y no escuchar esas palabras nunca.

Lloró esa noche. Dolió tanto como si Yuuri lo hubiera rechazado.

Pero luego se le pasó, el desahogo había estado bien y al día siguiente incluso se sentía renovado y algo tonto por haberse sentido así. Diferente también, con otros puntos de vista, liberado, de mente abierta. Unas cuantas sensaciones que ya se había acostumbrado a sentir gracias a este chico de otro mundo.

Tenían algo de razón después de todo. Eliminar las palabras le otorgaba mas significado, los pequeños detalles harían la diferencia. Y estaba completamente de acuerdo que eso se sentiría mucho mas real y perfecto que las palabras vacías de un amante que habla demasiado.

Yuuri era mas importante que lo que deseaba o deseo en algún momento. Era mas importante que cualquiera de esos detalles. Y estaba decidido a embarcarse en una relación seriamente, incluso si tenia que superar todas esas dificultades y diferencias.

Y valió la pena.

Por supuesto que cualquier información extra que pudiera recibir sobre la cultura japonesa venia a la mano. Aunque estaba preparado para descubrir sobre la marcha mas y mas cosas que le resultaran extrañas del nuevo Maou, nunca estaba de mas estar ya preparado.

Esa pieza de información había sido vital, gracias a eso había comenzado a prestar atención a los detalles. Gracias a eso había podido darse cuenta que sus avances, indirectas e intenciones no rebotaban contra una pared sin caso.

Y cuando se enteró de que te amo no existe en voz alta, pero hay un me gustas en el medio, su corazón latió acelerado.

Esa era la nueva meta. Incluso si solo era parte de los anhelos tontos de los chicos jóvenes que apenas comenzaban a explorar el amor.

Y ya lo había logrado.

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En la templada habitación, donde ambos estaban solos, se sentía una corriente de aire. La piel de Yuuri pegada a la suya irradiaba el calor mas placentero del mundo. A lo lejos, la estufa estaba encendida, pero podría ajustarse mejor. No iba a separarse para ir a hacerlo.

Antes, hacia un par de minutos, hubiera jurado que no iba a dejar de besarle y tocarlo por nada del mundo. Pero eso no era posible, había que respirar.

Igualmente, un momento como este valía mas que cualquier noche de sexo con la que pudiera soñar. O tal vez no, porque hacer el amor debería sentirse como esto e incluso mil veces mejor. Pero si existiera un termómetro dentro de él para medir las increíbles sensaciones de bienestar que sentía ahora mismo, ya hubiera explotado. Así que no podía saber con claridad cuan bien podría sentirse mas allá de este punto.

Su corazón le decía que no había manera de que un hombre pudiera ser mas feliz que esto. Su mente le recordaba que había un mundo de posibilidades por delante siendo tan joven e inexperto.

Incluso si había escrito mil poemas sobre amor, en este momento comprendía que no tenia palabras para describir sus sentimientos. Las palabras no sirven de nada, al final Yuuri tenia razón. Nunca iba a escribir un poema para él, había sido una tontería siquiera pensar en intentarlo. Acciones era lo que necesitaba.

Lo apretó en sus brazos todo lo que pudo durante un largo rato. Besó su cuello cuando decidió separarse, se enderezó rozando sus estómagos desnudos y lo observó a los ojos. Pero Yuuri no iba a mirarlo mientras hacían estas cosas, o no podría continuar con tanta confianza.

Fue una pausa luego del pequeño exabrupto de antes. Aun sentía el pulso acelerado, pero tenían toda la noche para ellos solos, estaba bien tomarlo con calma. Aunque de repente dudó sobre estar solos, observó hacia la puerta.

Yuuri lo notó. —No está cerrada...

Cielos, ¿en serio? ¿Por que no lo dijo antes? Si ya estaban medio desnudos. Al menos Yuuri, él tenia la camisa puesta aunque completamente abierta. Para ser un chico tímido, Yuuri se quedaba sin ropa fácilmente.

Incluso si no continuaban mas allá de este punto, no era una vista decente para una visita sorpresa. Teóricamente, no habría un malentendido sobre que estaba pasando aquí, para ellos dos seria fácil pretender que nada tenia que ver esto con un pasatiempos erótico. Los lujos de hacerse la fama y echarse a dormir. Si Yuuri y él eran dos inocentes palomitas.

Wolfram sonrió al pensar eso irónicamente. Al estar distraído tardo en procesar lo que Yuuri le pidió.

—¿Puedes ir?

¿A donde? Luego de un par de segundos entendió que a la puerta. A cerrarla. Con llave.

Para estar tranquilos. Desnudos.

No habían muchas posibilidades. Si, probablemente desnudos era la palabra correcta. Se levantó de inmediato, con demasiada energía bajo de la cama y camino apresurado a hacer lo que le habían pedido. Si pensaba mucho, la punzada en la parte baja de su estomago iba a crecer y convertirse en un problema para caminar.

Estaba medio duro desde hace un largo rato, pero si Yuuri seguía diciendo estas cosas no sabia que iba a hacer.

Voy a hacerlo. Corrección, iban a hacerlo.

Su mente lo repitió una y otra vez excitada mientras volvía, y para cuando se subió a la cama de nuevo se sentó quieto sobre sus rodillas con las manos sobre ellas. Estaban transpiradas, y se mantenía muy tenso.

Quería mantener una cara seria pero era imposible, sus ilusiones y expectativas se escapaban por todos sus poros.

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Wolfram estaba alterado. Era tan claro como el agua del lago en la imaginación de Yuuri cada vez que veía sus ojos.

Incluso le resultó terriblemente simpático que solo pudiera quedarse quieto medio minuto. Si se hubiera quedado en esa posición en la que estaba antes daría la impresión de ser un angelito lindo y tranquilo, pero en realidad era un revoltoso, y no tan aniñado como podría llegar a parecer a ojos de alguien que no lo conocía.

Pero a él le gustaba esa apariencia inocente que tenia a veces. Y también le gustaba este otro lado mas pícaro, aunque fuera avasallante.

Esperó quieto cuando Wolf se inclinó hacia él y se arrastro un paso sobre sus rodillas para estar aun mas cerca. Con muchísima más decisión y soltura de la que había demostrado antes ese día, sus manos tocaron su cuerpo, una sobre el hombro bajando hacia el pecho y la otra directo por debajo de su brazo hasta su espalda desnuda.

La camisa que tenia puesta y a medio sacar estaba excitando a Yuuri. El primer beso sobre la boca que recibió fue a modo de saludo. Hola de nuevo, has vuelto desde no tan lejos al ir y venir a la puerta, pero te he extrañado un poquito.

Aunque Wolfram irradiaba inquietud como irradiaría llamas desde la punta de sus dedos al usar majutsu, no estaba haciendo mucho mas que esto. Las manos sobre su piel eran algo nuevo, se sintió avergonzado y a la vez curioso de recibir otra vez algunas suaves caricias. Pero eso fue todo.

Así como en su momento pudo reconocer que le correspondía el liderazgo de un beso, ahora podía ver con claridad una buena oportunidad para hacer algo.

No esperó. No quiso ser cortes y dar la señal de largada para que Wolfram tomara carrera, o luego no podría pararlo. Sabía que en el momento en que lo dejara hacer lo que quisiera tendría que rendirse por completo ante sus caprichosos.

Yuuri pegó la nariz y la boca a la piel de su cuello y mordió con los labios secos de forma suave. No era exactamente un beso. Recorrió hasta el hombro y usó los dientes con suavidad para pellizcarle, pensando como se sentiría esto mismo en su propio cuerpo. Seguramente seria tentador, se atrevió a fantasear mas para poner en práctica cada nueva idea.

Volviendo hacia la intersección del hombro y el cuello, presiono con la lengua luego de una tímida exploración inicial. Mordió y succiono un poco, ganando confianza hasta que abrió mas la boca y clavó los dientes con fuerza. Wolf se estremeció. Yuuri lo repitió mas veces, poniéndose mas enérgico, apretándolo más contra su cuerpo.

Aun con la boca pegada a su cuello le incitó a quitarse la camisa, él lo hizo y volvió a poner los brazos sobre sus hombros de nuevo. Yuuri lo abrazo por la cintura e intentó aferrarse a su piel como si aun tuviera ropa puesta, clavando un poco las uñas. Le latía rápido el corazón y estaba agitado, tuvo un escalofrió y no supo que quería hacer luego.

Quería besar todo, su pecho, su estómago. Le había gustado mucho el beso en la boca más profundo de antes, pero en este momento habían demasiadas cosas nuevas a su alcance. Abrió las piernas arrodillado rente a él y lo empujó hacia atrás sosteniéndolo para que se recostara.

Tuvo que enfrentar su mirada un momento, era una posición muy sugerente. Wolfram estaba en su cama medio desnudo, se le retorció el estomago de nuevo. Ya se había acostumbrado a esa sensación extraña que relampagueaba con fuerza en su columna.

A gatas sobre él, agacho la cabeza y lo besó en el pecho. Lo miró por costumbre, él había cerrado los ojos, Yuuri se sintió mas tranquilo de ese modo. Metió un poco las manos entre su cintura y la cama, acaricio con los pulgares sus flancos y las dejo allí quietas. De ahora en mas solo usaría la boca.

Se humedeció los labios un poco y paso la lengua por su piel. Lo beso una vez con un sonido leve, pero no de una manera tierna sino provocativa. Cualquier sonido era evidente en la habitación en silencio, era algo un poco incomodo. Si estuviera en su casa, en la Tierra, tendría la opción de poner música.

El pecho de Wolfram se movía hacia arriba y abajo haciendo evidente su respiración antinatural. Sus manos le acariciaron la cabeza y Yuuri la inclino mas para que llegaran a su cuello. Ya se había acostumbrado a la sensación de sus dedos y la manera en como lo tocaba, siempre enredando un poco los dedos en su cabello. Nunca iba a entender esa fascinación que tenia por su soso cabello negro y lacio, pero al parecer era algo similar a la suya por el suyo rubio ondulado que Wolfram consideraba tan común de ese mundo.

Yuuri decidió que era lo siguiente que iba a hacer. Bajo la mano y acaricio su pierna despacio, acercándose tentativamente a la zona de peligro, esperando que le diera permiso. Wolfram ladeo un poco el muslo y aprovecho para acariciarlo por dentro. Sentía la espalda tensa así que volvió a besarlo para distraerse.

Su erección estaba inclinada hacia un lado. A Yuuri se le cortó la respiración un momento. Era lo mas intimo que pudo haber tocado. Lo recorrió con los dedos con firmeza, sin hacer más nada con su boca porque no podía concentrarse en ambas cosas a la vez.

Apoyó la frente contra su pecho y aprovechó ese angulo para ver, allí estaban el bulto bajo la ropa y su mano sobre él. Lo toó con la palma y la yema de los dedos, acarició de arriba a abajo, pero no podía sentir bien la forma de nada.

Se decidió a continuar aunque tenia dudas y llevo su mano al cinturón. Empujó para pasar el otro brazo debajo de su cintura, Wolfram se lo permitió acomodándose un poco.

Tenia que desabrocharlo con una sola mano, le temblaron un poco los dedos al quitar el primer botón y supo que le iban a costar también todos los otros, el nerviosismo no le permitía hacer movimientos precisos. El pantalón de tiro alto tenia mas botoncitos de los que había imaginado, maldijo en silencio la ropa anticuada de este mundo. Decidió no liarse con ellos, tiro de la tela y la hilera se deshizo sola, la bragueta ahora estaba abierta.

Hubo una pausa. Cuando acarició su estomago sintió las manos de Wolfram moverse sobre sus hombros y cayó en cuenta de que habían estado allí todo este tiempo. Parecía nervioso pero a la vez a la expectativa de lo que seguía a continuación. Yuuri también lo estaba.

Tomó sus pantalones con la mano libre y tiro para abajo, no quería soltarlo para usar las dos. Para su suerte, Wolfram se ladeo y le ayudo del otro lado, llevando la ropa hasta justo por debajo de su entrepierna. Ahora podía ver mas, la ropa interior de seda azul oscuro enmarcaba el bulto de la erección.

Tragó con un poco de dificultad y observó todo cuanto pudo sin realmente observar. Se le contrajeron las piernas y sintió como su cuerpo reaccionaba al gustarle lo que veía. Lo tocó sobre la ropa, estaba mas caliente que ninguna otra parte de su cuerpo, y se sentía una sensación húmeda de transpiración.

Había puesto a Wolfram así, sonrió en secreto aun con la frente apoyada sobre su cuerpo. Sentía una fuerte empatía hacia lo que el otro chico debía estar sintiendo en este momento.

Todo este juego previo fue para llegar a esto. Aunque no lo había planeado con anticipación, y creía estar seguro de que Wolf tampoco, ahora quería seguir hasta terminar lo que había comenzado.

Apretó el brazo con el que lo sostenía por la cintura y besó la boca de su estomago. Delineó con los dedos hasta el borde la ropa interior e infiltrando un dedo llegó a tocarlo por dentro, la piel se sentía extremadamente suave y seca, no esperaba eso, con la curiosidad en su punto máximo bajó la ultima barrera y lo desnudó.

Wolfram se movió levemente, como cambiando de posición sin realmente hacerlo, solo otro signo de su incomodidad. A pesar de eso, no dijo una palabra ni dio ninguna clase de señal de que haría algo. Sintió como esa incomodidad en él incrementaba cuando inclino la cabeza para mirar más evidentemente.

Yuuri conocía bien su propio pene, todo hombre tiene una relación muy especial con él, pero no era lo mismo ver el suyo. Lo acaricio reconociendo su piel, la ropa interior molestaba así que tironeo de un lado y espero a que Wolfram se ladeara de nuevo y le ayudara del otro. Esta vez lo había sentido mucho mas nervioso que antes, le besó el estomago una vez, con ruido. Sonrió, le gustaba esa forma de hacerlo, era un toque simpático para relajar la situación.

Cambio de actitud y se acomodó un poco mejor entre sus piernas para acariciarlo. Utilizo un movimiento suave que subía y bajaba lentamente para poder concentrarse en lo que hacia con la boca. Lo besó en el estomago de nuevo con los labios húmedos y empujó la lengua contra los músculos con fuerza.

Apoyó mas su cuerpo contra él, poco a poco, lo suficiente como para que su pene llegara a rosar levemente su piel desnuda mientras lo tocaba. Ladeando el rostro intento respirar y calmar su propia excitación. Si no tuviera la oportunidad de esconderse de este modo contra su cuerpo no hubiera tenido el valor de hacer algo como eso. Si no se sintiera tan cohibido le gustaría sentirlo rosarse contra su estómago con mas fuerza, o contra algo mas abajo entre sus piernas, sin ropa.

Fantaseaba con lo único que podía, quería tener sexo, pero esta no era la ocasión. Por primera vez pensó en hacerlo con Wolfram en el mismo momento en que lo tenia allí con él, era un sentimiento extraño.

A Yuuri sobraban ideas de lo que sería sentir sus cuerpo desnudo uno contra el otro, aunque durante todas esas fantasías su prometido nunca estuvo presente con él. Varias de ellas habían comenzado de forma un tanto inconsciente, pero los sueños húmedos pronto se habían convertido en un placentero entretenimiento durante momentos a solas. Quiso tocarse como lo hubiera hecho normalmente, pero no iba a hacerlo.

Decidió continuar con el plan A. Estaba seguro de que Wolfram lo iba a disfrutar, sentía mucha curiosidad por su reacción.

Acaricio sus testículo con la palma de la mano y sostuvo la base de su pene con los dedos. Llevo la boca hasta abajo y beso la punta con los labios, luego con la lengua. Wolfram dio un respingo con fuerza y se quedó congelado. Apoyó los labios sobre él y espero un momento, ¿había sido demasiado sorpresivo? No hubo realmente una queja así que lo lamió de nuevo.

Su cuerpo olía a sexo mezclado con su esencia. Inclino la cabeza de manera que no hubiera forma de que lo viera hacer esto, ya estaba en una posición de privilegio y sentía confianza, siempre y cuando Wolf no pudiera verlo. Humedeció la piel con los labios y lo acaricio con la lengua, dejándolo entrar en su boca por primera vez. Era raro porque no sabia realmente como hacerlo, aunque extremadamente excitante.

Sintió una sensación caliente arremolinarse en la parte baja de su espalda y canalizarse hacia el frente. Quería desabrocharse la bragueta del pantalón para tener un poco de libertad, pero su brazo libre estaba atrapado.

Se concentro en las sensaciones de Wolfram y los movimientos de su boca. Intento chupar, pero solo obtuvo un ruido raro que bajo varios puntos su confianza por la vergüenza, no tenia idea de como hacerlo. Espero que bastara con dejarlo entrar y salir suavemente, y de vez en cuando presiono o acarició con la lengua.

Casi no podía escuchar a quien disfrutaba el penoso servicio que estaba ofreciendo, Wolf estaba en mudo silencio. Lo único que le indicó que estaba haciendo las cosas bien fue el incremento de la dureza dentro de su boca, los calambres de sus piernas y su agitada respiración.

Lo acarició con la mano a la vez que jugaba con la boca sobre la punta y él le clavo los dedos en el hombro con mas fuerza. Movió la palma para masajear los testículos también, parecía que estaba logrando hacer las cosas mejor luego de un tiempo. Con un poco mas de seguridad aceleró el ritmo y fue mas rudo, Wolfram jadeó y se sintió emocionado.

Bajo hasta que su nariz se apretó contra el bello rubio oscuro de su ingle, lo hizo lentamente, tanteado el limite de alguna sensación molesta en su garganta. Podía hacerlo. Repitió lo mismo con mas velocidad, Wolfram se tensó mucho y levantó espontáneamente la pierna que se encontraba debajo de su brazo.

Entendió enseguida que si continuaba así podría llegar al limite pronto, así que lo repitió con mas énfasis hasta que él intento apartarlo y considero que había sido muy brusco. Yuuri suavizó el movimiento pero no paró, no quería dejar escapar el momento. Movió la cabeza con rapidez y comenzó a utilizar los dedos a la vez para presionar sobre todo el tronco. Esta vez la mano de Wolfram intento apartarlo corriendo su rostro, era una clara advertencia, la hizo a un lado y aumento un nivel mas la velocidad.

Al limite, Wolfram intentó balbucear algo. Los sonidos ininteligibles alimentaron increíblemente su excitación, una puntada en su nuca hizo que le zumbaran los oídos. Estaba bien así, Yuuri quería hacerlo hasta el final de esta manera.

Sentirlo llegar no fue como lo esperaba, aunque no sabia que esperaba en realidad.

Lo mas notorio fueron los espasmos, su propio pene se acalambro al sentirlo y recordar con claridad esa sensación, un escalofrío relampagueó por su columna al instante. No sintió realmente la sustancia en la boca pero lo invadió un sabor inusual que se extendió hacia su nariz haciéndola picar, no era desagradable del todo, pero no era un amante de esa sensación. Se aparto y se limpio la boca con el dorso de la mano, no quería que lo viera de ese modo.

Besó a Wolf en el estómago y se movió rápido hacia arriba para ponerse a su lado en la cama. Metió el brazo por debajo de la almohada y por detrás de la cabecera y se limpio en la sabana intentando deshacerse de cualquier evidencia embarazosa posible. Tenia practica con esas mañas, después de todo era un adolescente común y corriente.

Vio a Wolfram a la cara por primera vez en un largo rato. Asumió que querría descansar y que también sentiría vergüenza, así como Yuuri la sentía vibrando con fuerza en todo su rostro. Pero era diferente, su mente estaba muy concentrada en su insatisfacción, en cambio él ya estaba relajado, como para preocuparse por los detalles.

Abrasándolo, apoyó la cabeza sobre la suya y lo dejo descansar recobrando la respiración normal contra su pecho. Acomodo el brazo que tenia bajo la almohada debajo de su cuello pero no quiso tocarlo con esa mano, acaricio su espalda con la otra.

Estaba transpirado, no era suave, así que rodó las uñas por su piel una vez y trató de quedarse quieto, lo cual se estaba volviendo bastante complicado. No podía suprimir bien la inquietud. Wolfram lo abrazó con torpeza y Yuuri se sintió conforme con su desempeño, salió mejor de lo que esperaba para no tener idea de que estaba haciendo.

Extrañamente, se había olvidado un poco del dolor entre sus piernas, se relajó y pensó que estaba bien si no recibió nada a cambio, no le importaba. Tuvo curiosidad y llevó la mano hasta su pene de nuevo con la naturalidad que lo haría al tocar el suyo propio, se sobresaltó cuando Wolfram interceptó su mano, pero luego lo soltó. Lo sintió más suave, le gustó poder acariciarlo de ese modo aunque sea un momento. Aun habían mas cosa que quería conocer de este cuerpo, e increíblemente momentos como este se sentían aun mas íntimos que lo que acababa de hacer.

Abrazándolo mas fuerte por el cuello enterró la cara en su cabello, mordió un mechón que tenia cerca juguetonamente y sonrió para si mismo, se estaba emocionando con usar la boca para todo. Lo besó en la cabeza y se quedo así, por fin quieto. La mano de Wolfram acaricio el brazo que había dejado apoyado sobre su sexo, aunque dejo de tocarlo no lo había soltado, la sensación era placentera y reconfortante.

Cuando Wolfram se subió la ropa interior y los pantalones de nuevo se sintió completamente decepcionado. El volteó a besarlo en la boca y se sintió inseguro de si estaba bien luego de lo que anduvo tragando, pero como no se mostró dudoso para nada lo dejó hacerlo.

Una caricia inesperada a su pene por encima de la ropa lo sobresaltó, haciéndolo titubear en medio del beso. Jadeó sin poder contenerlo, y luego aguantó la respiración para no parecer tan necesitado. Había alejado las caderas ante el acto invasivo, pero la mano de Wolf insistió y por inercia empujó hacia adelante dejándole apretar el bulto completo. Yuuri sintió que se desarmaba. La mano sosteniendo su parte mas intima era tan poderosa como su dueño.

—No tienes que hacerlo… —dijo en voz suave, en un gesto de cordialidad que opacaba la gran mentira que seria decir que no se moría por esto. No engañaba a nadie, ni su tono de voz, o su cuerpo.

Quería que lo haga, lo estaba deseando con furia. Lo único en lo que podía pensar desde hacia largo rato era estar dentro de su boca. De hecho, su cuerpo debía ser en estos momentos como un volcán, emanando calor y a punto de explotar. Incluso así, había estado dispuesto a sobrellevar el dolor, se sintió orgulloso de su valor.

—Quiero tocarte.

Oh, esa voz, con las palabras justas.

Su corazón palpitó de emoción y expectativa cuando le desabrochó los pantalones, Yuuri sentía las piernas inquietas y fue demasiado efusivo al levantar las caderas y ayudarle a bajar sus pantalones.

Estaba entregado, sentía el cuerpo pesado sobre la cama, no importa lo que Wolfram quisiera hacerle ahora, seria genial. A pesar de que tenía esas ganas inmensas de todo, no estaba mirándolo a los ojos. Si lo hacia, su tranquilidad se iba a desvanecer por completo.

Siempre estuvo seguro de que no le importaría el día que su pareja lo viera desudo, y había especulado con que seria alguna chica. Pero en realidad hacía mucho tiempo que había pasado ese momento, con una mujer, con la madre de la persona que tenia en frente. Cecilie lo había visto en el baño el primer día que llegó al castillo y le dejó un ligero trauma al decirle que era "lindo".

Wolfram solía decirle que era tierno y lindo todo el tiempo medio dormido, aunque nada tenia que ver con esto, pero se le ruborizaron un poco las mejillas al saber que lo estaba mirando. Tenía bastantes inseguridades sobre su cuerpo, aunque había que tener en cuenta que en este momento estaba empalmado como hacia tiempo no lo estaba. ¿Tal vez por eso se vería un poco mas grande que de costumbre?

Las manos sobre su piel le hicieron olvidarse de cualquier cuestión de tamaño que le preocupara. Wolfram le besó el cuello de una manera sensual similar a lo que él había hecho antes. Hubiera preferido sus dientes sobre su nuca, pero cuando bajo hacia su pecho las cosas comenzaron a ponerse calientes en su interior.

Su mano era habilidosa, eso que hacia con los dedos le estaba haciendo sentir pequeñas puntadas en la espina. Sintió la tentación de hacer algún sonido, aunque no era realmente necesario dejarse escuchar, solía ser ruidoso cuando se tocaba. Se excitaba al hacerlo, era su forma de dejarse llevar. Pero prefirió contenerlo, él había sido tan silencioso, ni siquiera un ronroneo.

Le encantaba lo que hacia sobre su pecho, pero estaba apresurado, colocó la mano sobre su cabeza y esperó. No soportó y empujó levemente, quería que baje, pero no había funcionado.

Tampoco quería ser así de evidente, pero ya que se había animado iba a continuar. Espero un poco mas y repitió la presión sobre su cabeza. Wolfram lo miró.

Tuvo que desviar la mirada y se tapó la boca con el dorso la mano. Le dio otro empujoncito sin mirar, llevó la mano a su mejilla y acarició con su pulgar hasta su boca. Eso había sido lo mas sugerente que se le había ocurrido y sintió que el rostro se le prendió fuego. ¿Qué clase de impresión estoy dando?

En su mente ya no giraban imágenes sucias, estaba en blanco esperando ese momento. Retiró el pulgar hacia un lado pero no la mano de su rostro, pensando que estaba bien si no quería hacerlo, no volvería insistir. Estaba claro que él había entendido el pedido.

Sintió su boca y su lengua sobre la punta y se mordió la mano para no sonreír o hacer una mueca tonta. Wolfram le lamió y tuvo ganas de retorcerse, no era similar a nada que haya sentido nunca. Le acaricio la cabeza y dejo la mano en ese lugar concentrándose en sentir todo.

Cuando lo dejó entrar contrajo los músculos de sus piernas por reflejo. Este era el sueño un adolescente volviéndose realidad. Respiró profundo, tenia que aguantar, aunque sintiera que solo con esto seria fácil ponerse a punto. No era justo, hacérselo a él primero lo había dejado demasiado sensible. Se tapó los ojos cerrados con el brazo y se concentró en sus acciones.

Estaba jugando con él, podía sentirlo rodeando el glande con la lengua y bajando con sus labios alrededor de su tronco, cambiaba todo el tiempo de movimientos. Le desesperaba un poco la falta de ritmo, pero se sentía increíble y de este modo podía aguantar más. Disfrutar más.

Wolfram era bueno, pensar si había hecho esto antes con otro chico hizo que le apuñalaran los celos. Recordó que no, ya había tenido una conversación amistosa acerca de esto, ambos eran inexpertos. Igualmente, estaban solos en una habitación silenciosa llena de ruidos íntimos, no había lugar a dudas como esas en este momento.

Cuando comenzó a dejarlo entrar y salir de su boca se avergonzó un poco por el sonido húmedo, pero doraba oírlo. Se reprochó ser un pervertido, aunque no había remedio, algo como eso era demasiado sugerente.

Espió por debajo debajo de su brazo, Wolfram, su boca, su pene. Dios. Sintió que se ponía mas duro. Si lo hacia mas rápido se vendría en cualquier momento.

Wolfram miró para arriba.

El miedo de ser descubierto observando le congeló la espalda y se le arremolinó la vergüenza en el estomago, pero Yuuri reaccionó tarde, ya había sostenido su mirada durante un rato. Se dio cuenta de que Wolfram se había quedado quieto y que él debía tener una cara de embobado terrible, o incluso una vergonzosa mueca de placer o algo parecido.

Se tapó los ojos con la mano, cerró la boca y echó la cabeza hacia el costado sobre la almohada. Él ya sabia cuanto le gustaba esto, ¿qué podía esconder ahora? Incluso debía de haberse estado babeando como un idiota.

A esta altura seguramente ya se debía haber dado cuenta cuales eran sus actitudes pervertidas. Llevó la mano con la que se tapaba el rostro a su cabeza cuando Wolfram comenzó de nuevo, acompaño el movimiento. Suspiró, se había escuchado.

Le acarició la mejilla con el pulgar y peinó hacia atrás su flequillo. Estaba con un pie en el cielo, ya no le importaba nada. Incluso podía mirar un poco, que importa si le juzgaba. A diferencia de él, Wolf tenia las agallas de no esconderse o taparse con el pelo.

Volvió a tomar un ritmo que particularmente le gustaba. Abrió mas las piernas, contrajo los músculos, se sentía bien cuanto mas expuesto estuviera.

Hasta ahora solo había usado su boca y su mano para sostenerlo, pero como si atentara contra el poco control que le quedaba acaricio sus testículos. Cuando además de eso uno de sus dedos bajo mas hasta una zona aun mas intima que todas las que estaba tocando, sintió que no podría contenerse. Quiso terminar en su boca, esto lo hizo volver a cuestionarse sus fetiches, pero el había hecho exactamente eso antes.

—No puedo —advirtió, pero no retiró las manos de su cabeza si no que le dio un pequeño empujoncito. Era el típico no, pero si. Aunque lo respetaría si prefería detenerse y seguir con la mano, no estaba ejerciendo presión sobre él.

Wolfram se alejó y la cálida sensación de su boca se había ido. Esperó a que su mano continuó de inmediato, pero eso tampoco pasó. En vez de eso, de repente se recostó mas arriba intentando besarlo.

Yuuri estaba demasiado acostumbrado a los besos como para rechazarlo, pero también demasiado caliente para no cuestionar. ¿Que paso? ¿Ya no seguimos? Estaba confundido.

El beso era lindo, pero como estaba excitado no tardo en voltear un poco y pegarse a Wolfram con los pantalones bajos y demasiadas ansias de todo. No estaba pensando sino sintiendo, y se alegro de obtener una respuesta ruda de su parte.

Wolfram le jaló del cabellos sin querer al tomarlo por la nuca y apretarlo con mas fuerza. Preferiría que lo hiciera a propósito. Hasta ahora él no había sido nunca tan posesivo, probablemente se había estado conteniendo al pensar que no iba a gustarle. Pero la realidad es que Yuuri apreciaba ese lado suyo, le gustaba que sea dulce, así como le gustaba que sea salvaje.

Gruñó cuando su lengua llego a limites insospechados dentro de su boca. Era una pelea excitante, abriendo la boca todo lo posible, enredando las lenguas entre ellas. Tironeó de la piel de su hombro a falta de ropa de la cual aferrarse y presionó mas las caderas contra él.

No estaba seguro de que iba a pasar ahora, pero no le molestaba haber hecho esta pausa, el nuevo tipo de beso valía la pena. Todo cambio de perspectiva cuando Wolfram volteó levemente, tironeando con una mano de su pierna y haciéndolo girar más encima de él. Yuuri se acomodó con una rodilla sobre su cuerpo, abriendo las piernas todo lo posible para apretar su erección contra él. Era molesto que estuviera medio vestido, preferiría la piel caliente sobre mas piel caliente. La mano de Wolf fue directo a ese lugar entre sus nalgas luego de acariciar su trasero. Yuuri se tensó sorprendido, el toque era conocido y no le molestaba, pero igualmente se sintió sacudido por varias dudas.

¿Vamos a hacerlo? Lo primero que hizo su mente fue cuestionar que era un tanto apresurado, lo segundo fue pensar que estaría encantado. Excitación y felicidad lo invadieron al pensar que este día era el día. Era ese día.

Tenia muchas preguntas pero a la vez era un chico con demasiada testosterona acumulada en este momento.

Sintió a Wolfram dudar, a pesar de que lo había tocado tan directamente. Ni siquiera se molesto en decir nada, simplemente lo incito con ganas a continuar el beso que había cortado.

Sigue besándome, no preguntes nada.

Y por suerte no lo hizo. Lentamente la suave caricia se volvió mas decidida, y ser estimulado así lo estaba matando. ¿Él había planeado esto? Dejarlo mas o menos a punto para que no se negara... No, probablemente ni siquiera lo había pensando hasta ahora y decidió probar suerte. Después de todo aun lo sentía tan nervioso como él mismo se mostraba a veces. Era reconfortante saber que hasta la ultima instancia eran pares.

Abrió mas las piernas, acomodándose menos tenso sobre sus caderas. Wolf aun tenia pantalones, aunque desabrochados, y la sensación rugosa o los botones eran algo peligrosos para su desnudez. El movimiento de su cadera era casi imperceptible pero lo necesitaba, su mente estaba concentrada en la parte baja de su cuerpo.

La situación incremento un nivel cuando el noble rápidamente coloco saliva en sus dedos y volvió a llevar la mano hacia abajo. Yuuri siempre quería mas de lo que se le estaba ofreciendo, era una sensación constante de esperar al siguiente nivel, y al siguiente. Lo que empezó como un juego de exploración pronto se volvió serio, era lo previo al sexo, no había duda al respecto.

Giraron mientras recibía besos que descendían de su mandíbula al cuello y luego al pecho. Hubiera querido que continuase bajando, experimentar la sensación de su boca mientras sus dedos estaban dentro, pero sabia que eso no era lo que iba a pasar.

Ni tampoco pasaría mucho si no hacían algo al respecto, porque no era suficiente jugar de este modo.

Le tomó demasiado tiempo reunir el coraje para decirlo en voz alta. —Necesito mi billetera —exhalo agitadamente de manera tímida.

Ahora que lo había dicho no parecía tan malo haber vuelto a hablar.

—¿Para qué? —cuestionó Wolfram y lo miró con curiosos ojos verdes.

Yuuri se puso rojo de golpe. Incluso sintió el calor llenar su cabeza progresivamente desde el cuello hasta la coronilla como crece el aluminio dentro en un termómetro.

Tartamudeó, y eso increíblemente logro que el calor palpitara. —A-algo que necesitamos...

Incluso si él parecía no entender bien, observó a los lados de la cama y luego se alejó inclinándose por el borde. De algún modo sus pantalones habían terminado en el piso.

Jamás se había sentido tan torpe en su vida, para evitar que sus dedos chocaran entre ellos y se enredaran hizo todo con máxima lentitud. Se quedó congelado pensando que hacer, habían varios paquetes, pero termino solo por sacar uno de cada uno.

El rey se encontró completamente en blanco, desnudo y con dos sobres en la mano que para su compañero debían no tener sentido alguno.

Rayos. ¿Como demonios se supone que explique nada de esto ahora?

Ni siquiera podía pensar correctamente, la sangre no estaba exactamente acumulada en su cerebro. Dejo a un lado el paquete mas abultado del condón y rompió el otro mas pequeño y transparente. No era mucho, pero probablemente esto se explicaría solo. Si tenia suerte.

Apostándolo todo a esa idea, hizo acercar a Wolfram de nuevo intentando volver a la misma posición de antes. La sustancia que termino en los dedos del noble de una forma u otra, y gracias a dios no desperdiciada accidentalmente sobre las sabanas, logró cumplir su objetivo. Había algo en esta nueva sensación que evidentemente puso la excitación a flor de piel en ambos.

Se sentía bien, demasiado bien. Estaba apresurado, pero lo que realmente necesitaba hacer era relajarse, y se volvía difícil cuando su compañero había terminado en el mismo estado que él. Reducido a un tembloroso cuerpo caliente que respiraba agitado contra su oreja.

Cuando sintió el toque tentativo de la erección del chico pegado a su cuerpo Yuuri no pudo reaccionar, pero era evidente que esto no iba a ser fácil. Hubiera sido bueno estar mas preparados. No tenia mucha idea sobre que estaba haciendo, y Wolfram tampoco. Dudaba que este idiota fuera capaz de pensar mucho ahora.

Yuuri nunca había soltado el segundo paquete, se había aferrado a él pensando que apenas lo soltara se perdería mágicamente entre las sabanas. Dejó que sus dedos siguieran abusando de la hospitalidad de su cuerpo, y también evitó cuestionar el nuevo tipo de exploración. Pero si no paraban en cualquier momento el intentaría penetrarlo en serio. Decidió hablar.

—Esto también está... umm... —la pausa fue larga, no sabia bien que decir—, tiene lubricante.

El segundo paquete fue abierto. Ni siquiera él mismo tenia mucha experiencia con esto, había intentando colocarse uno una vez por curiosidad, pero nada mas.

Los dedos de Wolfram rozaron su muñeca delicadamente. —Aquí también existen.

—¿Eh? —Su reacción fue de genuina sorpresa.

Le hubiera gustado decir que esto ayudo a despejar su mente, pero aun estaba algo embobado.

—Son diferentes, el material, pero también tenemos esto. —La voz de Wolfram no titubeó, pero forma de hablar no era tan coherente como siempre. Tenía las orejas rojas, aunque se lo notaba contento.

No era realmente hora de preguntar cuales eran las diferencias o similitudes entre los condones de ambos mundos. Esto hacia las cosas mucho mas fáciles, ambos sabían que iba a pasar de ahora en mas, pero nadie iba a comentarlo. Todo se intento realizar en un incomodo silencio. Era increíble que cuando Yuuri pensaba que nada podía ser peor que el momento que acababa de pasar, algo nuevo lo superaba por completo. No quiso ni pensar que seria lo siguiente.

Fue mas complicado de lo que hubiera podido pensar intentar colocárselo a otro, desistió al notar que se supone que podía hacerlo solo y cuanto menos manos mejor. Ni siquiera cuestiono si estaba bien o mal, en realidad su única función era lubricación extra a falta de otra cosa, el resto no importaba. Tenia un lubricante mas, pero quería pensar que esto funcionaria para guardar ese juego extra...por las dudas.

No había muchas mas vueltas que dar luego de eso. Hubo un beso cordial y un par de abrazos y caricias, como para retomar el momento, pero nada pudo apaciguar el remolino que sentía en el estomago. Wolfram fue directo al grano al poco tiempo, tomando una almohada abandonada de la cabecera y colocándola debajo de su cuerpo.

Yuuri termino abrazado con fuerza a su cuerpo mientras él intentó penetrar con la frente apoyada sobre su pecho. Era extraño, estaba nervioso y el corazón le latía demasiado rápido, todo lo que podía salir mal lo estaba haciendo, no era tan fácil. Y para colmo estaba asustado. No le fue posible superar esa sensación de miedo hasta pasado un rato, cuando era evidente que no habría tanto dolor como hubiera esperado.

El cuerpo de Wolfram estaba pegado al suyo por completo. Estaba dentro. Podía sentirlo por momentos, solo cuando se movía levemente. Pero le resulto extraño que además de eso no sentía nada excepto el extremo calor de ambos y los corazones agitados.

Incluso así, la conexión era increíblemente significativa. Compartían calor, sentimientos, la respiración y también sus cuerpos. Yuuri se avergonzó un poco de incluso en un momento tierno sentirse apurado, aunque estaba tan contento que podría reírse de ello. No era el único al parecer, Wolfram también estaba inquieto.

Empezando lo que no sucedería porque él iba a esperar cordialmente, Yuuri comienzo a mover suavemente las caderas un poco. Nunca se separaron, el abrazo solo se volvió mas apretado cuando las manos del noble pasaron por debajo de su cuerpo aferrándolo por la cintura, la almohada era inesperadamente conveniente.

La posición le gustaba. Su pene y sus testículos apretados entre ambos cuerpos se rozaban suavemente. No había mucho movimiento de hecho, ni tampoco era necesario. Ninguno de los dos tenia realmente experiencia en esto, no seria posible hacerlo mas fuerte ni aunque quisieran, su cuerpo estaba cómodo con esto. Y mientras Wolfram estuviera satisfecho él estaba contento.

El vaivén comenzaba a afectarle, respirando agitado y retorciéndose para encontrar el mejor punto. A Wolfram se lo notaba concentrado en la penetración, pero él tenia su mente en el resto de los estímulos que su propia erección podía obtener del momento. Cuanto mas se apretara Wolf sobre su cuerpo, más le era posible satisfacerse.

Las sensación extra de la penetración eran el complemento perfecto. Sintió que les faltaba practica para volverlo mas intenso, o probablemente técnica, pero que igualmente podría llegar en un momento. Pero no fue así.

Al pasar el tiempo su excitación se iba cultivando pero por mas que se sintiera increíble no era suficiente. Apretó los dientes e intento moverse mas enérgico, pero cuanto mas intentaba separarse del cuerpo de Wolfram más se mantenía dentro.

Lo mas placentero fue sentirle salir y volver dentro claramente, pero eso casi ya no estaba sucediendo. Seria complicado decir donde empezaba un cuerpo y terminaba el otro. Las piernas enredadas y las manos aferradas a la piel o el cabello. Era excitante, pero no suficiente. Ya no sentía miedo de que Wolf perdiera el control y fuera demasiado intenso, de hecho Yuuri quería que perdiera el control.

A fuerza de insistencia el cuerpo tenso sobre el suyo continuo el juego de embestidas un momento. Una sensación de alivio se disparo en su cuerpo, el estimulo era perfecto. Sus músculos se tensaron tanto como los de los hombros a los que se estaba aferrando con desesperación. Jadeo y gimió sin contenerse, un sonido suave que marcaba cuales eran los mejores movimientos, como incitándolo a seguir de ese modo.

Wolfram tenía la cabeza enterrada en su pecho y se alegro de que no pudiera verlo, era una expresión demasiado vergonzosa como para imaginar ser descubierto. Yuuri tragó con dificultad y echo la cabeza a un lado sobre la almohada. Si continuaban así seria capaz de hacerlo, aunque necesitaba un poco mas de tiempo.

Que no tuvo.

Los movimientos de su compañero se volvieron erráticos, Wolfram jadeo contra su piel y supo que se estaba viniendo. Una ráfaga de excitación relampagueo en su estómago al escuchar el sonido de su voz ronca y entrecortada. Fue capaz de sentir cada una de sus reacciones. Sus piernas se clavaron en la cama y su movimiento se detuvo por momentos mientras Wolfram luchaba contra los espasmos que atacaban su cuerpo.

No, no, no. Quería seguir. Yuuri continuó moviéndose, intentando aferrarse a esos últimos movimientos. Aun se sentía bien dentro de su cuerpo, y se sentía aun mejor refregarse contra él apretando con fuerza sus piernas contra sus caderas. Quiso gruñir pero se contuvo, lucho para esconder esa desesperación.

No iba a obtenerlo. No era posible llegar, aun necesitaba mas tiempo. La frustración no fue tan doliente como la decepción de haber fallado en esto.

Había sido tan bueno. Había sido perfecto. ¿Por qué? ¿Acaso la vida lo odiaba?

Se quedo quieto imitando la paz de la persona que tenia rendida sobre él, pero en su interior estaba todo menos calmo. Los ojos se le pusieron vidriosos y tuvo ganas de gemir, o maldecir al menos, pero en vez de eso le acaricio mientras continuaba abrazándole tenso y enterró la nariz en su cuello.

Tenia ganas de masticar su piel y besarlo frenéticamente, moverse y sentir la misma dureza de antes golpeando con fuerza entre sus piernas de nuevo. Sentirlo dentro, una y otra vez, hasta revolverse en la cama desesperado y explotar por completo.

Necesitaba calmarse, en serio. Aguantó la respiración y suprimió esos pensamientos.

El nudo en su estomago nada tenia que ver con deseo. Wolfram se separó de él y le dio un beso, pero no paso mucho hasta que se diera cuenta que aun estaba tenso. Yuuri temblaba y aunque se esforzó por mantener las piernas quietas no fue posible.

No le gustaba recibir esa mirada. Era decepcionante. Las humedad se le acumuló en los ojos de forma mas evidente y la reprimió con todo lo que pudo, el nudo enmarañado dentro de él subió por su pecho hasta su garganta, pero tal vez sentirse así ayudaría a calmar el resto.

—Lo siento... —susurró y se le atragantaron las palabras, tal vez era mejor no seguir hablando.

Frunció el ceño enojado y escondió el rostro apoyando la barbilla sobre su hombro, tratando de disimilar lo imposible al pasar los dedos rápido por debajo de su ojo. Apretó la cara contra su piel y se lamentó. —Creo que arruiné el momento...

¿No es así? No quería preguntar porque temía la respuesta. Pero por supuesto

que él no diría eso.

Por supuesto que no. El abrazo que lo envolvía se hizo mas fuerte. Incluso si se disculpaba por no concretar una primera vez que hubiera sido perfecta, o incluso si se disculpaba por ser tan débil, no podía borrar este momento.

—Mierda.

Ese no había sido él, fue la voz de Wolfram. Fue extrañisimo escucharlo decir eso, usualmente él era increíblemente correcto. Lo sintió apretarlo mas y chasquear la lengua antes de moverse, estaba frustrado.

Yuuri rio levemente aun con la voz rara, se sintió bastante mas relajado de repente. Wolfram no estaba enojado con él. Tal vez este no seria un mal recuerdo. Era tonto pensar algo como eso.

Apenas se separaron fue capaz de verlo a la cara de nuevo. Esa expresión era igual que peor que la que el debía haber puesto. Sabia que él tendía a llorar cuando otros lloran, pero no esperaba esto. Con la nariz roja y las mejillas a juego sus ojos verdes relucientes parecía que dejarían caer lagrimas en cualquier momento.

Idiota.

Luego de dejarlo hacer el mismo gesto que él uso para aparentar que no pasaba nada frotándose un ojo, interrumpió y lo besó. No importa, sea lo que sea que pasara, no importa. Quería decirlo pero no iba a cortar el contacto ni por un momento.

El beso pareció arreglar el momento, se sentía bien. —Me gustas —dijo Yuuri bajito. Eran las palabras mas significantes que podía ofrecer.

Rodó y se acurruco apretándose contra su pecho. Podía escuchar el fuerte latido del corazón de Wolfram. Sonrió y acomodó mas la mejilla contra él, su corazón latía de la misma manera.

—¿Podemos dormir así? —preguntó esperando que esto fuera igual de cómodo para los dos. Como no hubo respuesta pero él también recibió un apretujón y algunos besos asumió que estaba bien así.

Pasó mas la rodilla sobré su cadera, tratando de lograr que toda la piel posible de su cuerpo estuviera en contacto con la suya, pero se arrepintió un poco de la posición y dejo aire entre ellos. Aun se sentía necesitado de alguna clase de liberación. Algo nublado por el deseo, llevó la mano discretamente entre sus piernas y comenzó a masajear la punta suavemente, estaba más que medio duro.

Sus dedos rozaron la pierna de Wolfram y araño un poco, impaciente, comunicando cual era su estado. Se sentía un poco mal de tal vez terminar manchándolo. Seria cuidadoso, estaba un poco indeciso de seguir tocándose encima suyo, pero necesitaba mucho esto y no quería irse lejos al baño.

Para cuando su mano volvió al lugar mas placentero y había comenzado a acalorarse Wolf lo interrumpió. Sus dedos entrelazados con los suyos empujaron su mano a un lado. Ojos verde cristal lo estaban mirando desde arriba, lucia decidido, incluso motivado.

No solo no podía negarse a nada, lo que sea que Wolfram quisiera hacerle sería como un regalo que atesorar. Si era dulce o si decidía perder el control, no importaba. Incluso le emocionó mas esa segunda opción.

No se había dado cuenta que estaba babeando, solo ese poco que había comenzado a tocarse lo había puesto así. Su pecho subía y bajaba agitado.

Cualquiera que fuera la vista que estaba ofreciendo, parecía afectar a este chico tan apuesto. Se lamento no tener el valor de poner en palabras lo mucho que le gustaría repetir lo de antes, pero podría conformarse con lo que sea.

Después de todo, habían muchas maneras de hacer el amor.

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Continuará...


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