Cap.3 destinado encuentro
Aún continuo en el piso, observando como el chico que acaba de hacer del cielo me apunta con un arma, aunque creo que eso no es lo que me tiene precisamente impresionado, sus alas son las que me llaman la atención, jamás había creído en los ángeles, aunque ahora ya es todo lo contrario, salgo de mi transe y me levanto
- Estas… bien – Digo acercándome a él
- ¡Aléjate! – Me grita sin dejar de apuntarme con la pistola – No te acerques
- Tranquilo… solo quiero ayudarte
- ¡Ja! ¿Ayudarme? – Dice con sarcasmo, pero después cae y tose sangre, me acerco hasta llegar a su lado pero coloca la pistola en mi frente – ¡Aléjate!
- Anda dispara – Digo sin miedo – No lo dudes
- Tantas… Agallas tienes
- No son agallas, es solo que yo no tengo razón para vivir
- Es raro que un humano diga eso – Nuevamente tose y termina por caer al suelo, lo sostengo antes de que su cabeza se golpeara, me doy cuenta de que perdió el conocimiento, el arma que cae al suelo desaparece al igual que sus alas, tal vez será más fácil llevarlo así a mi casa, escucho que me llaman es la vos de mi nana, la llamo y se lleva un gran sorpresa al verme con la ropa llena de sangre y un chico inconsciente a mi lado
- Joven Ritsu…
- Nana por favor llama al cochero y que me ayude a llevarlo a casa
- Pero…
- Por favor nana, si nos tardamos más este chico puede morir
- S… si
Mi nana sale prácticamente corriendo, no tarda mucho en llegar, el cochero me ayuda a llevarlo al carruaje. Mi nana entra a la iglesia y sale con mi tío
- ¿Ritsu que ocurre aquí? – Pregunta mi tío alarmado ante lo que ve
- No lo sé… lo encontré tirado y está muy lastimado – Respondo tratando de ser muy convincente – Lo llevare a casa para atenderlo
- Creo que sería mejor que lo llevaras al hospital
- ¡No! – Grito sin evitarlo – Tío no es la primera vez que atiendo este tipo de cosas
- Está bien pero tú y yo tenemos algo que hablar más tarde… llevare a alguien más tarde para que lo vea, Sara-san por favor que con él
- Si señor… - Mi nana entra al carruaje
- Gracias tío – Me subo y partimos rumbo a la casa, por suerte el trayecto no es mucho, o al menos se me hizo bastante corto por la situación.
Al llegar a la casa mi nana entra por mas sirvientes, lo cuales me ayudan a llevarlo a una de las habitaciones, entro junto con ellos les indico como acomodarlo, me quito mi gabardina, desabotono las muñecas de mi camisa las jalo acomodándolas arriba de mi antebrazo
- nana por favor que suban agua caliente, mantas y una botella de coñac
- si…
Sale de la habitación dejándome solo, tomo una pequeña navaja y me acerco a la cama, observo con atención, empiezo a romper la ropa que tenía puesta, el chaleco blanco y su camisa desaparecieron, miro las heridas y parecen profundas, tocan la puerta y entra Leila, es otra de las sirvientas de la casa, es ahijada de mi nana, tiene mi edad somos amigos de la infancia.
- Gracias Leila
- Te ayudo en algo
- Por favor moja las franelas y ayúdame a limpiar las heridas
- Si… - Leila hizo lo que le pedí, el chico se movía al tacto de la franela con las heridas, Leila se encargó de la herida del brazo mientras yo hacía con la de su cintura.
- Listo… iré por más agua caliente
- Gracias…
- Joven Ritsu aquí está la botella
- Gracias nana – Me cerco, tomo la botella y la destapo – Nana ayúdame, sujeta su brazo mientras le hecho este
- Si…
- Sujétalo fuerte – Me coloco y el líquido empieza a caer, un grito por parte suyo e escucha, es natural que le arda, sus gruñidos y gritos se calmaron pero no por mucho tiempo, ahora era yo quien lo sostenía mientras mi nana dejaba caer el coñac
- ¡¡¡Aaahhh!!!! – Nuevamente un grito sonoro y movimientos bruscos, no lo esperaba, levantándose de la cama, extendiendo sus alas, mostrándoselas a los que estábamos presentes en ese lugar, mi primera reacción fue voltear a ver a mi nana, estaba impactada ante lo que veía, se tapaba su boca tal vez evitando que saliera algún grito de ella, sus ojos estaban fijos en aquel ángel después pasaron a verme a mí
- Nana… - Fue todo lo que pude decir, miro nuevamente hacía el chico, sus alas están desapareciendo, y el vuelve a caer en la cama, la habitación está llena de plumas que igual desaparecen al hacer contacto con el suelo, nos quedamos en silencio unos cuantos minutos, solo el sonido del tocar de la puerta nos sacó de eso tormentoso silencio, pronuncie el “Adelante” mi tío junto con otra persona entro a la habitación
- Siento mucho la demora – Dice mi tío – Pero es que mucho me estuvieron preguntando por ti
- Lo siento tío
- No te preocupes, bien aquí está la persona que te dije que traería – Me señala al hombre que estaba a su lado, su cabello era azul marino, sus ojos casi del mismo color y es demasiado alto
- Buenas tardes soy Kusama Nowaki es un placer – Me extiende la mano y yo la acepto
- Onodera Ritsu el placer es mío
- Bien veamos – Dice dejando su maletón sobre la mesita, se acerca a la cama y empieza a revisarlo – ¿Saben que le ocurrió a este muchacho?
- N… no solo lo encontré tirado en el suelo, supongo que le robaron
- Bueno… por favor salgan del cuarto mientras le atiendo, necesito que alguien se quede conmigo
- Yo le ayudo – Mi nana se ofrece y Nowaki-san acepta, mi tío me saca prácticamente a rastras de la habitación, no quería alejarme de ese chico, temía que mi nana dijera algo que no debiese
Bajamos a la estancia principal, en ese lugar hay un piano cuando era pequeño me gustaba mucho tocarlo, recuerdos eso hermosos momentos, acaricio las teclas del piano mientras mi tío me observa, unas cuantas lagrimas ruedan por mis mejillas no quiero mostrar mi lado débil, jure que no volvería mostrar mi lado débil, quito las lágrimas con el borde de mis palmas y trato de calmarme.
- Aun sigues sin querer mostrar ese lado débil verdad
- No sé de qué hablas – Respondo seriamente
- Soy tu tío y te conozco más que nadie, así que no intentes negarlo
- Dijiste que querías hablar conmigo - Digo
- Si es verdad
- Bien habla
- Recibí un telegrama de la familia Kohinata
- Ha si ¿Qué dicen?
- Llegaran en tres meses, recuerda que has estado comprometido con su hija desde antes que nacieras, ahora que estas frente a todos los negocios de tu padres tienes que contraer matrimonio
- Sé que ya es tiempo de que contraiga matrimonio, pero yo no amo a Anchan, la quiero pero solo como una hermana – Anchan es una amiga de la infancia, nuestros padres se conocían desde hacía mucho tiempo, ellos decidieron que nos casaríamos muchísimo antes de que ambos naciéramos, yo jamás eh visto Anchan como mi futura esposa si no como una hermana, no la puedo ver de otra manera, sin en cambio ella es todo lo contrario, ella está feliz de casarse conmigo
- Eso siempre lo eh sabido pero es lo que tus padres hubieran deseado
- Pero mis padres ya no están aquí
- Tienes razón, ya no lo están
- Cuando lleguen daré por terminado ese compromiso, no quiero condenar a Ancchan a un matrimonio sin amor
- Esa será tu decisión, yo solo quiero que seas feliz
- Gracias
Terminamos las platica y dejamos que el tiempo avanzara, las horas pasaron una dos tres cuatro cinco horas y Nowaki-san no bajaba, dieron las siete de la noche y finalmente Nowaki-san bajo.
- Por fin eh terminado – Dice colocándose su saco
- Como se encuentra Nowaki
- Está bien, es un muchacho con mucha suerte, las heridas eras profundas pero logre coserlas, en estos momentos está descansando
- ¿Está dormido? – Pregunto
- Si no creo que dure mucho tiempo dormido tuve que administrarle bastante morfina, es raro su cuerpo la consumía enseguida, jamás había visto a alguien que consumiera tanta
- Muchas gracias – Digo sonriendo – Cuanto va….
- No… no te preocupes por el pago eso ya lo arreglare con Hiro-san – Dice mientras le guiña el ojo
- ¡Tú! Deja de decir… eres un…
- Bueno me retiro tengo que ir al hospital aún vendré en una semana para ver cómo se encuentra
- Gracias
- Cualquier cosa me avisan por favor, nos vemos en la noche Hiro-san
- ¡Ya lárgate!
- Nos vemos Ritsu fue un placer conocerte – Me dice sonriente
- Deja de coquetear con mi sobrino – Reprocha mi tío
- Descuida Hiro-san solo tengo ojos para ti
- La vete
- Adiós – Nowaki-san se fue riéndose mientras mi tío se quedó completamente rojo
- Tío por qué dijo que….
- Aahh olvídalo no le hagas caso… está loco por qué… no subes a ver cómo está el chico
- Si bueno yo también me voy, saldré unos días así que no creo poder venir – Dice
- Está bien
- Cuídate
- Tú también
- Adiós
Mi tío también se fue, subí a la habitación en la que había puesto al ángel, al llegar mi nana estaba saliendo
- Nana – La llame
- Joven Ritsu, el chico está durmiendo será mejor no molestarlo
- Si nana, pero yo…
- Si le preocupa que diga algo de lo que vimos, no se preocupe no diré nada – Me decida una sonrisa y le creo
- Gracias
- Bueno joven Ritsu iré a ver si ya está lista la cena, estoy segura de que no has comido nada
- Cierto
- Te subiré la cena
- Gracias nana – Dejo a mi nana en el pasillo y entro a la habitación, fijo mi vista en la cama, está dormido, me acerco y le observo, se ve tan tranquilo, su piel se ve tan suave que me dan ganas de tocarlo y lo termino haciendo, parece perfecto, me pregunto si en verdad es un ángel, aunque sus alas me dice que si, además vestía completamente de blanco, me doy cuenta de que los ángeles no son como la gente lo pinta, en verdad son tan diferentes
Prov. Takano
Estoy caminando en la obscuridad, a lo lejos alcanzo a ver una luz bastante tenue no parece ser luz de día, camino hasta donde está.
Empiezo abrir mis ojos, la luz me molesta un poco me cuenta acostumbrarme, miro a mi alrededor y no reconozco este lugar, es demasiado… extraño, las paredes son de un color café, combinado con detalles vinos, es raro, “Nos es mi habitación” escucho una puerta abrirse y volteo un chico de cabello castaño entro al verlo recuerdo todo lo ocurrido eh intento levantarme, el dolor que había desaparecido volvió haciendo que quejara.
- ¡Ah! – Respingo
- E… estas bien – El chico se acerca preocupado – No deberías moverte
- ¿Dónde estoy? – Pregunto olvidando el dolor
- Estas en mi casa
- ¿Tú casa? – Me sobresalto, me levanto sin importarme el dolor, hago que aparezca mi arma y vuelvo apuntarle - ¿Por qué me trajiste aquí?
- Calma… tranquilo
- ¡Contéstame!
- Estabas mal herido, si no te hubiera traído hubieras muerto – Termina de explicar – Ahora baja el arma
- ¿Qué piensas hacer conmigo?
- No lo sé – “Lo sabía” – Tal vez ser amigos
- Por qué un humano querría ser amigo de un ángel
- No lo sé – Observo fijamente en sus ojos, cuando un humano miente se puede notar en sus ojos, es un brillo especial, pero en este chico no se veía, era todo lo contrario, podía ver un sinfín de sentimientos, aunque había dos que resaltaban entre todos Tristeza y Soledad, que le habrá pasado a este chico, bajo mi arma y desaparece, el hico me sonríe y siento un leve calor en mis mejillas “Pero que…” - Muy bien ahora que te parece si empezamos desde el principio
- ¿Principio?
- Si – Dice y se aclara la garganta, extiende su mano – Mucho gusto me llamo Onodera Ritsu – Me quedo callado captando lo que dijo termino entendiendo y acepto su mano
- Takano Masamune
Nos quedamos mirándonos unos momentos, siento la calidez de su mano y sentimientos empiezan a despertar en mí, tal vez esto fue un “Destinado encuentro”
Continuara…….