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Nuestro amor por girlutena

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Notas del capitulo:

Uwaaaaa!!!!!!

 

lo siento!!!!! T_T

 

 pero les traigo 9 paginas con 3739 palabras!!!!....creo que nunca había escrito tanto jeje T_T

 

 

 

 

Hace unos días el silencio había vuelto a su hogar y aquello se le hacía un poco extraño, empezó a removerse lentamente, intentando que la luz no le diese sobre los ojos, el otoño ya había llegado, pero los brazos que lo cubrían le hacían sentir tan cálido y le llenaba de una inmensa tranquilidad, llevo lentamente su rostro hasta ocultarlo en el pecho del contrario, intento mover su delgadas piernas hasta entrelazarlas con las largas y piernas de su esposo.

 

Percibió el aroma a cítricos de este y sus manos acariciando su espalda baja, para luego sentirlas como aquellas manos se colaban por debajo de su ancho pantalón y de su ropa interior; recibiendo un calambre que recorrió su columna vertebral, sin reprimirse soltó un gemido al sentir como unos fríos dedos se colaban por su entrepierna y otros acariciando su anillo que se ocultaba entre sus dos nalgas, los besos sobre su piel se hicieron más insistentes y él ya no podía permanecer con los ojos cerrados.

 

Llevo sus manos, colándolas por debajo del polo de dormir del azabache, tocándole suavemente su piel caliente, sintiendo los músculos de su pecho, tan fuertes, se restregó un poco más a su cuerpo, sintiendo como su dormida entrepierna se frotaba descaradamente con el despierto miembro de su moreno esposo.

 

Sasuke le quito su polo de dormir, que en realidad era del azabache, pero que él lo había tomado “prestado” los labios del moreno apresaron uno de sus, ya, erectos pezones, llevó sus manos sobre los cabellos del mayor, impidiendo que este lo soltara, de pronto sintió como la mano del moreno apresaba su miembro, haciendo constantes movimientos, arriba, abajo.

 

Soltó un jadeo cuando ya no sintió los labios aprisionando sus pezones, pero se olvidó de respirar cuando sintió que su miembro era introducido por la boca del varón, no pensó que se correría tan rápido, pero últimamente sus hormonas estaban demasiado alborotadas.

 

Sasuke le besó, profundamente haciéndole probar su propia esencia, llevo su mano al miembro del mayor, que aún seguía erecto y palpitando entre sus ropas.

 

-Voy a darme una ducha. –Fue lo único que dijo para verlo levantarse de la cama, no pudo evitar sentirse por un segundo, triste, por el moreno, pero sonrió cuando le vio perderse en el baño y acarició su abultado vientre, también se puso de pie, ingresando al baño, vio detrás de la cortina la sombra de su esposo, su cuerpo tan perfecto y ese miembro aun levantado, se relamió los labios, cuando vio que Sasuke intentaba correrse por sí mismo, sin esperar más ingreso despacio.

 

Llevó sus manos por la cintura del varón, alcanzando al miembro palpitante, para acariciarlo de arriba, abajo; suavemente Sasuke lo tomó de la barbilla para alzarle su rostro sonrojado, vio como le mostraba una sonrisa de superioridad, para luego reclamar sus labios.

 

Fue rápido pero Sasuke lo hizo suavemente, tomándolo en sus brazos y sin lastimar el vientre del doncel, lo deposito sobre el colchón de la cama, beso todo su cuerpo mojado, pasando sus manos por aquella delicada piel, beso sus labios, su cuello, sus brazos, deteniéndose en sus apetecibles pezones, mordiéndolos suavemente, obligándole a soltar sus jadeos, luego bajo, deteniéndose en su vientre, repartiendo besos por todos lados y luego su miembro, acariciando su entrada, jugando con ella, repartiendo besos por aquella pequeña y estrecha abertura, haciéndole perder la locura; cuando sintió como introducía su gran y prominente miembro, escuchándole soltar todo el aire que había contenido para no causarle daño.

 

Abrió sus empañados ojos azules, mostrándole toda la lujuria que contenía en ese momento y alzó sus brazos para rodearle el cuello, sintiendo como era embestido fuertemente, sintió la mano del moreno sobre su miembro, aprisionándolo para que no se corriese a la primera embestida, los dientes del moreno empezaron a dejar marcas por todo su pecho, mientras que él incrustaba sus uñas sobre la blanca piel del varón.

 

El rubio curvo su espalda al sentir como su esencia era finalmente derramada entre los dos vientres, Sasuke gruño por lo bajo al sentir como las paredes de su interior le aprisionaban, para soltar su blanquecina y espesa esencia en su interior.

 

El varón le dejo caer con sumo cuidado, mientras que llevaba su mano acariciando aquel vientre hinchado, repartió nuevamente besos por todos lados.

 

-Perdonen a sus padres, mis niños. To-san no se pudo controlar a su sexi to-chan. –Naruto soltó una fuerte carcajada al oír las palabras del mayor, le atrajo, para besarle salvajemente.

 

 

 

Naruto se había terminado de vestir con un pantalón que le hacía ver apetecible a los ojos del moreno, con una polera sumamente holgada, que hacía notar que no era de él. Los dos se encontraban desayunando tranquilamente, cuando el timbre empezó a sonar insistentemente, el varón se puso de pie y camino tranquilamente para abrir la puerta, dejando entrar al pequeño doncel peli plateado, quien parecía un rayo, después de darle un salvaje beso corrió rápidamente hasta donde se encontraba Naruto.

 

-Buenos días, Sasu-chan.

 

-Buenos días tío. ¿Debo imaginar que Kakashi le dio muchos dulces a Miku-chan?

 

El doncel acaricio con ternura los suaves y aun mojados cabellos del varón, ingresaron a la pequeña pero acogedora casa, encontrando al pequeño sentado sobre las piernas del rubio, acariciando su abultado vientre, mientras comía una rosquilla integral.

 

-Nee, Naru-chan ¿Cuándo nacerán mis primitos? ¡Ya quiero jugar con ellos! –Sasuke llegó con una taza de café para el moreno, entregándole un plato lleno de galletas integrales al pequeño, quien las tomaba rápidamente.

 

-Aún falta un poco más de tiempo para eso, Miku-chan.

 

-Para ser más exactos, tres meses.

 

-¿Qué más les falta comprar?

 

-Falta armar los estantes y comprar la cuna.

 

-Hemos ido a todas las tiendas, pero ninguna me gusta-ttebayo.

 

-Lo entiendo, Naru. No se preocupen aún tienen tiempo. ¡Cierto me había olvidado! –Sasuke recibió al pequeño Miku, quien se había trepado en sus piernas, mientras Obito buscada algo en sus bolsillos. –Esto te lo manda Itachi.

 

-¿Qué dice-ttebayo? –El doncel se había colocado detrás del moreno, intentando leer la carta que había ensimismado al varón, pero sin dejarle ver ni un poco, Sasuke lo sentó sobre su pierna, dejando al menor en la otra.

 

-¿Va a venir? Pero no dice, cuando.

 

-No, pero nos deja sabiendo que está bien.

 

-Pero si será un tonto.

 

-¡Teme! Ita-nii esta con Nagato oji-san. –Pero antes de que el rubio siguiera reclamándole Sasuke lo cayó con un beso, dejando que el pequeño se tapara el rostro avergonzado con aquella forma de afecto.

 

 

 

 

 

Se podía observar los altos y enormes edificios que tenían vista a la enorme ciudad, desde los pisos más altos y gracias a las mamparas se podían observar la torre de Tokio, siendo iluminada por los faroles, dándole un toque exótico gracias al hermoso color del cielo.

 

-¡Nagato, apúrate o llegaremos tarde! –Se podía ver a un pelirrojo, de pie observando aquella hermosa vista, muy pronto el viento empezaría a azotar las calles, llevándose todas las hojas secas de los árboles, con sus manos enfundadas dentro de los bolsillos de su pantalón, y con sus cabellos lisos y de un color rojo vivo, le hacía dar un toque exótico y bello con aquella piel blanquecina, Nagato era un varón, con su gran altura y porte, solía mantener su ceño fruncido y a la vista de muchas personas no solía sonreír, nunca.

 

Cerró lentamente sus ojos de un color violeta, sin inmutarse siquiera al oír la voz de su amante, de su novio, de su única razón por la que estaba ahí, aún vivo.

 

Aunque era considerado por muchas personas, como un varón frío y sin sentimientos, se supo ganar el amor de un joven doncel, aunque se llevaban una corta diferencia de edad, cuando conoció a Itachi este tenía apenas unos cortos ocho años y él ya había cumplido los quince, no podía evitar sentirse enfermo o compararse con un pedófilo, al verse enamorado de un pequeño, tan hermoso como lo era y lo seguía siendo; Itachi había mantenido unas marcas como ojeras debajo de sus ojos que lo hacían ver sumamente hermoso, con sus cabellos largos y de un color ébano, emanando aquel aroma a canela; todo había comenzado de una manera en la que él no se lo explicaba, pero cuando se dio cuenta, se encontraba dándole clases particulares como su tutor, pero después, aquella hermosa sonrisa, que fue lo primero que lo enamoro fue cambiando poco a poco, empezó a contarle los problemas que ocurrían en su casa, los problemas con su padre.

 

No se di cuenta cuando ya había caído en sus redes, intentó alejarse de él cuando cumplió los doce, pero no pudo, el pequeño doncel no le dejó, antes de que el varón se diera cuenta lo tenía encima de él besándole, nunca se había imaginado que aquel tierno doncel sería tan impulsivo.

 

 

 

Cuando el pelirrojo se enteró de que su pequeño sobrino mantenía una relación clandestina con el hermano menor de Itachi, intentó ocultarlo de sus padres, aquellas dos relaciones se habían vuelto secreto, encontrándose con el único testigo que era la hermosa luna, alumbrando sus noches llenas de pasión. El día en que Itachi le dijo que su padre había mandado a Sasuke a otro país para estudiar con una beca; pudo ver como Naruto salía trepando por la ventana de su habitación.

 

Luego de eso nada volvió a ser tranquilo, todo se empezó a mostrar como en realidad era, poco después de eso, mi hermana Kushina le pidió el divorcio inmediatamente a Minato, solo yo sabía que aquel perfecto matrimonio era una farsa y antes de que me regresara con ella a la ciudad de nuestros padres, aliste mi mochila con un poco de cosas y todo el dinero que había ahorrado en todo ese tiempo.

 

Recuerdo el rostro de mi novio, todo mojado, cubierto de lágrimas y sin poder respirar, su pecho subía y bajaba estrepitosamente y sabía que se había escapado de la ira de su padre, lo tomé delicadamente en mis brazos, besándole suavemente sus sedosos cabellos, poco a poco me fue contando de que su padre había decidido casarlo con Neji Hyuga; una familia muy reconocida en el ámbito de exportación de textiles.

 

Acaricie la mejilla de mi doncel, limpiando y quitando todo rastro de esa agua salada que opacaba sus hermosos ojos negros, le bese suavemente y le sonreí como tan solo le sonreía a él, mientras sentía como sus brazos se aferraban a mi casaca, vi como agachaba su mirada y viste mi mochila,

 

-¿Te vas?

 

-Kushina le ha pedido a Minato el divorcio, así que yo ya no tengo que hacer en esa casa.

 

-No te puedes ir. ¡No me puedes dejar aquí! –Me tomaste por la solapa de mi casaca, aun eras muy pequeño, pero eso no te impidió levantarte y mostrarme tus ojos llenos de todos tus miedos.

 

-Ven conmigo, Itachi. Tengo suficiente dinero para poder sobrevivir un buen tiempo.

 

Recuerdo su miedo, esos ojos intentaban negarse y se volvieron a llenar de lágrimas. Me abrazaste fuertemente, temiendo que desapareciera de tu lado.

 

-¿Encontraremos a Sasu-chan y a Naru?

 

-Claro, estoy seguro de eso. Kakashi me dio su número de celular, podemos comunicarnos con ellos.

 

 

 

-¡Nagato! –Sentí un golpe en mi cabeza y en el reflejo del espejo pude verte, traías tu ceño fruncido y tus mejillas haciendo un tierno puchero. -¿Qué estás haciendo, baka?

 

-Estaba recordando, aquella época en la que mi lindo novio me decía que me amaba. –Sonreí al verte sonrojar, pero eso basto para que me soltaras otro golpe y te alejaras del baño gritaron una serie de inexistentes palabras.

 

Los jóvenes salieron de la habitación, Nagato había comprado, con demasiada anticipación, dos pasajes con destino a Hokkaido, cuando entraron al tren Itachi eligió el asiento de la ventada, dejando que el pelirrojo acomodara sus mochilas.

 

El menor apoyó su cabeza sobre la ventana, sintiendo el frio recorrerle su piel, cerró lentamente sus ojos, recordando su niñez, cuando su madre aún seguía con vida y su padre le amaba, recordó el momento en que llegaron con el pequeño Sasuke, él había tenido unos cinco o seis años, su mamá no se pudo recuperar de aquel embarazo y falleció a los meses, había sido tan pequeño para poder aferrarse a las faldas de su padre, pero nunca espero que el carácter de su padre cambiara estrepitosamente, volviéndose más frío y hostil, mientras que su padre iba olvidándose de su existencia, él veía de lejos como su pequeño hermano era tratado con tal indiferencia, tan solo para los estudios, su corta vida se desplazó a eso, estudios; su tío y él siempre intentaban que el pequeño se sintiera feliz, estando en familia, que nunca se sintiera desplazado, hasta que un día, le vio sonreír, quiso saber de quien se trataba, hasta que le vio salir del colegio con un pequeño doncel, rubio.

 

Rio al verlos como los dos salían discutiendo y el ceño fruncido de su pequeño hermano le dio a entender que aquel doncel sería muy importante para el Uchiha.

 

 

 

Sintió el brazo del pelirrojo pasar sobre sus hombros para atraerlo a su fuerte pecho, percibiendo su dulce aroma, volvió a perderse en sus recuerdos.

 

Aquellos años en los que los paso fuera de casa, viajando de ciudad en ciudad, junto con el amor de su niñez, buscando a su pequeño hermano y a su cuñado, habían sido sumamente excitantes, sabía que Obito junto con Kakashi también los estaban buscando.

 

Recordó su miedo al saber que sería casado con Neji; no le parecía un mal tipo pero no era el que él había elegido, había amado a Nagato desde el primer día en que le vio llegar junto con Kushina.

 

Recordó que apenas tenía seis años, todo había empezado como algo nuevo, no sabía cómo se llamaba a lo que empezaba a sentir cada vez que lo veía pasar al frente de su casa, se empezaba a sonrojar con cada mirada que le varón le mandaba o con cada corta palabra que cruzaban y él como todo niño doncel pequeño, se sonrojaba hasta las orejas, para salir corriendo lejos de él.

 

Desde el principio había amado sus cabellos rojos y esos ojos violetas que les vio tan solo una vez, cuando el viento soplo fuerte alzándole el flequillo que siempre tenía cubriendo sus ojos, le había llamado la atención de que no solía sonreír, él siempre le veía desde la ventana de su habitación, a escondidas, hasta que un día, el varón levanto su rostro para mirarlo directamente, como si siempre hubiese sabido que le estaba mirando y lentamente vio como le mostro una simple sonrisa, una tan natural que le hizo sonrojar notablemente, agacho su cuerpo, cubriendo su rostro con sus rodillas y sus manos a sus orejas, sintiéndolas calientes y su corazón palpitando rápidamente.

 

No entendía nada de eso, hasta que un día su tío le explico que lo que sentía se llamaba “amor” en ese momento no lo entendió, pero sabía que no le gustaba sentir el dolor en su pecho, cada vez que veía al varón juntarse con alguna chica o doncel de su edad.

 

Un día le vio salir de su escuela, el varón iba demasiado adelantado, pero le vio rodeado de varias chicas y donceles, aunque nunca le ví sonreír con ellos, arrugo notablemente su ceño y se acercó lentamente, deteniéndose al frente de todos ellos.

 

-¡Uzumaki-sempai! ¿Podría ser mi tutor? –Recuerda haber agachado su rostro, pero aun así juraba que tenía las orejas rojas al igual que los cabellos que amaba; escucho los notables susurros y algunas burlas de los mayores y por eso no me atrevía a levantar mi rostro.

 

-Claro. –Sentí tu mano sobre mi hombro, alejándonos de aquel lugar. Escuche los chillidos de tus compañeros, pero no les tomaste importancia y seguimos caminando, en ningún momento soltaste mi hombro, hasta que llegamos a mi casa. –Vendré mañana a las tres para empezar con las clases.

 

Tu voz tan cortante, no me dejo responder nada, mas solo asentí rápidamente para ver cómo te alejabas hasta tu casa. Cuando ingresé a la mía, pude ver a mi tío Obito, cargando a Sasuke de tan solo dos años, mientras que en su rostro mostraba una delgada sonrisa, que me hizo sonrojar.

 

 

 

Como si no hubiese pasado mucho tiempo, sentí los labios de mi novio pasar suavemente por mi cuello, me removí lentamente, pero no me atrevía a abrir mis ojos, amaba sus labios, sus manos, amaba todo de él, de pronto su mano empezó a bajar lentamente por mi espalda hasta que llego la cintura de mi pantalón, sentí como sus dedos se movía juguetonamente con el elástico de mi ropa interior, abrí lentamente mis ojos, para ver la sonrisa que tenías en tu rostro, fruncí mi ceño y golpee suavemente tu pecho.

 

-Ya llegamos. –Sentí tu voz tan suave y calmada pasar por mi oído, haciéndome sentir un extraño escalofríos y no pude evitar soltar un suave jadeo cuando mordiste el lóbulo de mi oreja.

 

Nos tomamos de la mano como siempre solíamos hacer, las personas caminaban de un lado a otro, con demasiada prisa, sin importarle detenerse un segundo para pensar en sus problemas, el helado viento chocó contra nuestros rostros descubiertos, pero el cielo de un color anaranjado nos dio la bienvenida a esta nueva ciudad.

 

El conjunto de las casas empezaban a hacerse más concurridas, algunas variaban, unas eran altas, mientras que otras eran pequeñas, pero todas contaban con un inmenso jardín, las risas de los niños se podían escuchar desde lo lejos, sin darme cuenta apreté la mano de Nagato.

 

Llegamos a la casa que era idéntica a la de la foto, una pequeña casa de dos pisos y de color blanco, tenía una reja de madera y detrás de ella, un bello jardín; sonreí al saber que el sueño de mi pequeño hermano se había hecho realidad.

 

Antes de tocar la puerta pudimos escuchar la risa de un niño, seguido del llanto de otro, luego unos gritos empezaron a salir de la casa; miré a Nagato y él también había volteado a verme, habíamos abierto la pequeña cerca, cuando la puerta principal se abrió.

 

 

 

-¡Oji-san! –La voz de Naruto se dejó escuchar, luego la puerta se abrió estrepitosamente dejando correr al pequeño doncel, hijo de Kakashi y de Obito, el pequeño que se había lanzado a mis brazos, me hizo notar el hinchado vientre del rubio, quien a su costado venía Sasuke.

 

Puse suavemente al pequeño en el jardín, mientras me acercaba a los dos, habían crecido lo suficiente, el físico de Naruto había cambiado, sus curvas se habían hecho más notorias, sus caderas se había ensanchado, para poder dar a luz, pero seguía siendo pequeño, sus cabellos rubios, brillaban como si fuese el mismo verano y mantenía una enorme sonrisa en su rostro, haciendo destellar sus hermosos ojos azules.

 

En cambio Sasuke, había crecido más de lo que recordaba, su rostro se había endurecido, su ceño fruncido seguía ahí, pero mantenía en sus ojos azabaches un brillo tan especial, no pude evitar soltar una fina lágrima. Lo tomé en mis brazos y lo abrase como cuando era un niño, pequeño e indefenso.

 

-Te has tardado, nii-chan.

 

-Serás baka. ¿Por qué no me has dicho dónde estabas?

 

-Lo siento, pero no sabía cómo avisarte. –Sentí sus fuertes pero delicadas manos rozar suavemente mis mejillas mojadas, sonreí al verle sonreí, luego mi mirada pasó por la de Naruto que yacía siendo abrazado por Nagato.

 

-No puedo creer que vaya a ser tío. –Todos reímos al ver como Nagato empezaba a llorar, acurrucando el cuerpo del rubio sobre su pecho, sin lastimar su vientre, acariciando sus largos y sedosos cabellos. –Mi niño pero mírate, estás tan grande.

 

Sentí como Sasuke se separaba suavemente de mis brazos en el mismo instante en que Naruto golpeaba a Nagato y empezaba a llorar. Quise reír, pero me abstuve, sabía que un doncel embarazado solía tener las hormonas “alborotadas”

 

-¡Teme! ¡Yo no estoy gordo! –El doncel se acurruco en los brazos del moreno, llorando y gimiendo palabras que muchos de nosotros no entendíamos.

 

-Ya Dobe, tú no estás gordo. Recuerda que dentro de ti, están nuestros pequeños. –Naruto aferro sus manos en la casaca de Sasuke, asintiendo despacio, mientras intentaba detener sus lágrimas, Sentí la mano de Obito apoyarse en mi hombro, sintiendo su fuerte y cálido abrazo.

 

 

 

Itachi se había alejado de la sala, buscando a Sasuke; el aire fresco ingresaba por la puerta abierta que daba al jardín interior; el semblante de Sasuke denotaba tranquilidad pero a la vez el doncel se podía dar cuenta que algo le preocupaba.

 

Habían pasado tantos años estando alejados, pero seguía siendo su pequeño hermanito; caminó despacio hasta llegar a su costado, el gran árbol plantado por Naruto, había crecido demasiado, sus ramas yacían desnudas, mientras que el viento soplaba, moviendo el pequeño columpio que el moreno había colocado en él.

 

-Recuerdo que siempre me decías que querías tener una casa con un enorme jardín y una cerca de madera.

 

Los ojos tan profundos del menor, miraron el rostro delicado de Itachi, sus ojos, igual de expresivos, con aquellas marcas sobre sus ojos de nacimiento. Itachi se había convertido en un hermoso doncel.

 

-Quise hacer todo esto por Naruto… él me dio algo que pensé que había perdido hace mucho. –Los dos hermanos se quedaron en silencio por un rato, escuchando el susurro del viento colarse por sus oídos. –Nii-san, perdóname por dejarte.

 

Itachi llevo su mano, acariciando los cabellos del menor, le sonrió como siempre solía sonreírle, Sasuke se escondió en sus brazos, cubriendo su rostro en el pecho del doncel, permitiéndose soltar unas finas lágrimas.

 

-Tuve mucho miedo, tenía miedo de no hacer lo correcto y jalar a Naruto para terminar lastimándolo.

 

Itachi acunó sus manos sobre el rostro del varón, limpiando las delgadas lágrimas que caían por esos pozos tan profundos, le dio varios besos sobre la frente, como solía hacer cuando aún era un bebé.

 

-Yo tuve miedo de perderte, hermanito. Pero sabía que ibas a estar bien, lo sabía. Eres demasiado inteligente para dejarte vencer.

 

-¿Qué va a hacer de nosotros ahora, nii-san? No creo que padre nos deje libres así, como así.

 

-Yo tampoco lo creo… pero, pase lo que pase vamos a estar juntos. ¿Si? –El menor asintió suavemente, volviendo a abrazar al doncel.

 

 

Notas finales:

espero sus comentarios!!!! T_T

 

 

 

y bueno...aunque a veces me olvide de responderlos quiero decirles que siempre los leo....ara subirme los ánimos T_T

 

 

 

gracias!!


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