- Lo suplico no me quiten lo único que queda de mi corazón y de mi mundo destrozado – pedía con dolor y tristeza.
- Mi niño – decía María con lágrimas al ver como suplicaba el menor en los brazos de Shido que lo abrazaba con extrema ternura.
- Vamos María – Lucifer tomo a la morena para salir del cuarto – regresaremos en cuanto se calme – le dijo al azabache antes de que Redmond cerrara la puerta dejándolos solos.
- ¿Por qué paso esto? ¿Por qué debe pasar por todo este dolor? Mi pequeño está muriendo poco a poco frente a mis ojos – decía María siendo consolada por Pierre – y esas arpías ahora quiere robarle su única luz en esta oscuridad ¿Qué podemos hacer? – le pregunto al peli-negro.
- Señorita María, señor Lucifer – Redmond llamo a la pareja – lo que pueden hacer es que el joven amo contraiga nupcias con el joven Fuyuki, mi señora me dijo que me asegurara que su nieto escogiera a su pareja por el mismo, que no dejara que absolutamente nadie se interponga – les dijo – simplemente pedía que fuera de una estirpe pura y eso es algo que cumple el joven Fuyuki. Si están de acuerdo tendré todo preparado en unos días y no importa lo que digan las ancianas, la voluntad de la reina es absoluta – término de decirles, dándole el papiro donde estaba el último decreto de su reina e irse a arreglar los preparativos para las ceremonias.
Dentro de la habitación Ban seguía aferrado al chico mono – Ban – llamo al ver que no le contestaba tomo la barbilla del más bajo, obligándolo que lo viera, lo que le mostro el castaño menor no le gusto en nada, era una mirada llena de sufrimiento, desolación cadente de Luz, Fe, Esperanza sin vida alguna – no lo retengas, déjalo salir llora cuanto necesites, grita si lo necesitas pero no lo retengas eso solo hará que duela más, yo estaré aquí para apoyarte, por eso no tienes que aguantarlo tú solo, yo nunca desapareceré de tu lado – decía mientras acariciaba sus mejillas – después de todo yo estaré siempre protegiéndote cuando ya no puedas más. No te encierres déjame compartir tu dolor – termino de decirle para besarlo gentilmente – déjalo salir – con estas palabras Ban lloro como nunca antes lo había hecho, esa día se llenó de amargura para Ophiuchus.
- Ya pueden pasar – les dijo Shido a María y Pierre que estaban afuera de la habitación – está dormido – les informo dejándolos pasar.
- Gracias Shido – agradeció Noches empezando a examinar y curar las heridas causadas por las cuatro ancianas – gracias a dios solo son superficiales – suspiro de alivio al igual que su acompañante.
- Hemos investigado la condición de Ban, me temo que no hay cura para lo que le hicieron esos malditos chamanes. Es por lo que decidimos que Ban contraiga matrimonio contigo – le decía Pierre
- Dejen de decidir por Ban – exploto Shido al escuchar esto – es él quien debe decidir con quien compartir su vida, no le apriete más la soga de su cuello – le reclamo – yo no lo voy a obligar a ese matri…-
- Shido – escucho que era llamado por el oji-azul que se estaba levantando con dificultad – yo quiero… - al tropezar fue auxiliado por su maestra que lo sostuvo y lo guio hasta el señor de las bestias – yo solo me casare si es contigo chico mono, tu prometiste estar siempre a mi lado, yo deseo aférrame siempre a ti – abrazándose al mayor para evitar caerse de nuevo – no dejes que caiga en tinieblas – le pidió recargando su frente en el pecho de mayor que suspiro para después regalarle una sonrisa.
Durante el resto de ese día Ban se la paso en cama a causa de la fiebre y el agotamiento que presentaba de días anteriores – come un poco más – le pidió Fuyuki al ver que no había comido mucho, después de comer se dormía y así fue durante cinco días seguidos, siempre siendo vigilado por Shido y María hasta él sexto día se mostraba ya mucho mejor al poderse para y caminar sin dificultad – estoy todo entumido – expreso Midou mientras se estiraba – en cuanto se termine todo esto regresemos a casa – le decía a su prometido que solo lo veía con una sonrisa – vamos a caminar, no soporto estar encerrado por mucho tiempo – le pedía mientras se ponía una ropa más abrigadora y le pasaba su abrigo al mayor que lo tomo y se lo puso.
Saliendo de la mansión Ban aspiro profundamente para después soltar el aire formando una nube de vapor – huuy que frio hace, pero es refrescante de cierta manera, apresurémonos antes que se den cuenta que no estamos en la habitación – jalo a Shido que se alivió al ver animado a oji-azul – si no tienes cuidado te caerás – y como lo predijo el más joven se cayó – te lo dije serpiente tarada – le dijo con burla
- Cállate chico mono – dijo molesto mientras se sacudía la nieve de su abrigo – ya me la pagaras – amenazo al ver como el mayor lo veía con burla – toma – le dijo lazándole una bola de nieve que impacto en el rostro de Shido – jajaja eso te pasa por búrlate de mi gran persona jajaja – reía a carcajada abierta mientras era perseguido por el mayor – jajaja no me atraparas.
- Ven aquí serpiente tarada – exigía persiguiendo al menor que se estaba divirtiendo hasta que una de las sirvientas les dijo que tenían visitas.
Al entrar a la sala vieron que ahí estaban cuatro ancianas y María junto a Lucifer que al verlos entrar hizo que fueran con ellos – como les habíamos dicho estamos aquí para que el sucesor se case con la persona de nuestras elección – hablaron las ancianas.
- Eso se no podrá ser – les dijo con una sonrisa triunfal la morena – ya que mi maestra dejo que Ban eligiera a su pareja – les termino de decirles a la mujeres mostrando el decreto de su maestras.
- Jajaja esa bruja aun en la tumba me impide tenerte por las buenas – escucharon resonar por toda la habitación – entonces te obtendré por las malas – detrás de la ancianas salió Theobold
- Señor déjenos encárganos de ellos – pidieron las ancianas preparándose para atacar.
- señoras sus servicios ya no son requeridos – dijo cortando sus gargantas con un ágil movimiento de su navaja haciendo que se ahogaran con su propia sangre– ahora vendrás o tengo que asesinar a tus queridos amigos – refiriéndose a María, Lucifer y Shido.
- Jamás te entregaremos a Ban – grito María con enfado lanzando un conjuro y siendo respaldada por el peli-negro – Shido cuida de Ban – pero contaron con que su enemigo se adelantara a ellos haciendo que su ataque no funcionara.
- Jajaja no volver a caer ante ti Noches jajaja – se burlaba al ver como la mujer apenas si se levantaba después del golpe que le propino en él estomago que la lanzo con fuerza siendo atrapada por su pareja – ahora serás mío – decía con una sonrisa sádica.
- Eso no lo creo – le dijo Ban que lanzo las cartas de su abuela y estas formaron un circulo alrededor del menor y su pareja en su formas de más poderosa – cartas del designio divino, invoco su magnificencia para bendecir a vuestro hijo con su poder, destruyendo a los impuros – empezó a invocar haciendo que se manifestaran en forma física.
- No te dejare jajaja – el peli-largo se lanzó a atacarlo pero fue interceptado por el maestro de las bestias – no interfieras insolente.
Mientras Shido peleaba con Theobold dándole el tiempo a Ban de preparar su ataque – Ahora a tu mano derecha, hasta que termine este maldito destino, quiero ser el que encarne a Asclepio, descendiente de los altos cielos. – mientras invocaba todo su cuerpo fue rodeado por una serpiente y sus ojos mostraron el Jagan y detrás de él se mostraba Asclepios en todo su esplendor – Ahora, escucha mi pedido: ¡Ataca con tus colmillos venenosos! – termino de recitar atacando tanto con su mano derecho como con el designio divino a su enemigo que recibió de lleno el golpe destrozando su cuerpo sin consideración alguna.
- Esto debe ser una pesadilla – dijo mientras escupía sangre y caía al suelo sin rastro de vida del chaman.
- María ¿estás bien?- pregunto el oji-azul mientras iba hacia donde estaban los dos mayores.
- No puedo creer que esas arpías hayan unido fuerzas con los chamanes – decía Lucifer ayudando a María – desde ahora debemos ser más precavidos, no sabemos quiénes más están aleados con ellos – nunca creí que nuestra propia gente nos traicionara y más las ancianas – termino de decirles a Pierre con decepción viendo los cuerpos de las mujeres.
- Esto es algo lamentable – dio razón María intrigada.
- Dejemos de lamentarnos como perros apaleados – les hablo Ban ya cansado de tanta charla – las traiciones siempre se darán durante toda nuestra vida es algo inevitable, es por eso que en vez de estar cuidándonos de estas deberías fortalecernos para soportarlas, enfrentarlas y superarlas – les decía yendo a los cuerpo de las ancianas sin vida para cerrarles los ojos
- Tienes razón Ban, ¿dime en donde aprendiste a manejar las cartas de ese modo? – pregunto María mientras lanzaba un conjuro desapareciendo los cuerpos de las mujeres y Theobold con todo rastro de sangre.
- En el estuche de las carta había unas notas de mi abuela de cómo usarlas y combinarlas con el Jagan – les respondió – fue algo sen… ci… llo… - apenas termino de decir para caer dormido siendo atrapado por Shido.