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Distrito rojo. por -oOYUKI-NII-Oo

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∞ Titulo: "Distrito rojo"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Friendship

RantingNC17

∞ Pareja: SasuNaru

∞ N/ANaruto no me pertenece. Todo es de su gran autor, Kishimoto-Sensei

∞ Resumen: Sasuke va ahí, entre esas casas escondidas y personas recluidas. Sasuke va ahí, para encontrarse con un rayo de sol, para que le besen las heridas y le cuiden el corazón. Sasuke va ahí, porque es Naruto quien le espera, tras biombos casi trasparentes y kimonos resbalándole por la piel.

 

 

I got money, I got money, I got money, I got money
(I pay for you, I pay for you)
(Would you pray for me, would you pray for me)

Stay with me tonight
We can count the street lights
Don't fade away
Stay with me alright
Let's bring it all back to life
Don't fade away
Stay

 

Elliphant & MØ- One more

 


La rutina fue algo que se instaló rápido en la mansión Uchiha. Lee lo descubrió la tercera mañana, después de que Naruto regresara de los sembradíos con una sonrisa y brillo en sus ojos, casi como si hubiese revivido de un letargo que nadie había sido capaz de ver, con las cajas de nuevo surtido de frutas, pescado y camarón. Traía como extra una bolsa de ostras que una chica de cortos cabellos le regalo cuando salió del mercado, justo frente al tercer muelle donde se apilaban los barcos de carga de los Inuzuka y donde Kiba solía ir acompañado por Akamaru, su perro de raza extranjera que podía confundirse con un lobo albino con facilidad debido a su tamaño y altura. Si Akamaru osara pararse en sus patas traseras casi llegaría a los dos metros, rebasando con facilidad por una cabeza a su dueño.

Lee le tenía cariño al verle visto crecer a lo largo de los últimos años, el sentimiento parecía ser mutuo, cuando el perro se lanzó en su encuentro, moviendo la cola con rapidez y ladrando con toda la fuerza de sus pulmones, Kiba se había reído cuando Akamaru termino embistiendo a Lee, comida incluida, contra uno de los postes del muelle.

—Hey, chico, vamos suelta al tío Lee —. Dijo Kiba, sosteniendo  su estómago que aun vibraba ante la precaria situación del otro. Tronando sus dedos frente Akamaru para llamar su atención lo alejo de Lee —. Llevas bastante duraznos aquí — .Murmuro, cuando inclinándose comenzó a recoger la fruta que había llegado a escapar de las cajas de madera, Lee hizo un ruidito de pesar cuando se encontró con un par de fresas aplastadas en el suelo por las patas de Akamaru —. Te las repondré, disculpa a Akamaru hace días que no sale a un paseo decente, tenerlo simplemente en el patio de la mansión parece insuficiente para los de su raza, ha desenterrado todas las plantas medicinales de mi madre, casi termino sordo ante los gritos de ella esta mañana, como si esa fuese la forma correcta de recibir a su hijo después de haber estado tanto tiempo fuera.

— Bueno, Akamaru es hiperactivo y debe de estar feliz de estar contigo de nuevo —. Lee decía viendo que la mayoría de la fruta estuviese a salvo, y sacudiéndose el yukata llevo sus manos a la cintura —. Por cierto —. Y giro hacia Kiba, tomando velocidad, el rostro del castaño se descompuso en una mueca de terror cuando entendió las intenciones de Lee.

—No, espera, espera. La venganza es mala para el alma —. Alzando ambos brazos frente a él, trato de evitar el inminente impacto, Lee ya corría hacia él, dando un gran salto para envolverlo tal koala a su árbol favorito, sintió el golpe en sus nalgas y el sonido ahogado de su pecho cuando el peso extra de Akamaru se unió.

—Bienvenido Kiba-San —. Rio Lee, restregando su mejilla con la del castaño que trataba de apartarse, Akamaru ladraba, como si secundara al chico de gruesas cejas —. Si tu estas aquí, quiere decir que ¿Shino volvió?

— ¿Qué si volvió?, el ejército le hizo regresar antes que yo con Sai. De eso hace un mes. Es extraño que no lo hayas visto aun, quizás esta demasiado ocupado por las fechas de la cosecha, he escuchado que Sasuke e Itachi están igual y sobre el par de extranjeros que tienen en la mansión Uchiha, no se diga de lo ocurrido a Hinata ¿Qué diablos pasa en esa casa Lee? Parecen ser las noticias del pueblo últimamente —. Kiba frunció el ceño, sintiendo como el peso se deslizaba de su cuerpo, Lee se incorporaba, tendiéndole la mano para hacer lo mismo.

—Puede decirse que han pasado muchas cosas desde la llegada de Naruto-Kun.

— ¿Te refieres al rubio?, oí a mi madre decir que es el intérprete del británico, ¿de donde diablos sacaron a ese chico con tan buen japonés?

—No lo sé —. Lee tomo sus cajas, apilándolas una sobre otra, para cargarlas de nuevo hacia el coche que esperaba al final del puerto por él y Sakura Haruno, la nueva chica asistente de cocinas —. Quizás debamos hablar después, tengo que volver, pronto será la hora del desayuno.

—Sal esta noche, traeré a Shino conmigo, vayamos al Izakaya que esta por la oficina de correos.

—No creo que pueda hacer eso, Neji se ha ido con Hinata-sama y tengo que estar ahí con Sai-sama para encargarnos de las rondas nocturnas de seguridad.

—Entiendo, después de lo de Hinata es normal que Sasuke tome precauciones, dale un mensaje de mi parte, avísale sobre que quiero hacerle una visita, me gustaría hablar con él y ver si puedo ayudar con la guardia de la mansión.

—Lo hare —, asiento Lee, antes de inclinarse un poco con la mercancía y sonreírle —, es bueno tenerte de regreso Kiba-San

—Deshazte del San de una vez, me haces sentir viejo, y en definitiva no lo soy, soy menor que Neji y tú y con él no usas ningún honorifico.

—Costumbre —. Fue todo lo que dijo Lee, para retomar su camino, alzándose de hombros, girándose de repente cuando Kiba tuvo que envolver con sus brazos a Akamaru para que no fuera tras del chico —. ¿Qué te parece Kiba-Kun?

—Justo lo que esperaba de ti.

—Bien, bye bye Kiba-Kun —. Lee tomo velocidad para trotar, sintiéndose demasiado retrasado para detenerse a ver que Kiba no había correspondido la despedida, con una ceja enarcada y la nariz fruncida.

— ¿Ah? ¿Bye bye?

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Estación. 11

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—Ohayo Gozaimasu Gaara-ojichan.

Gaara cree estar soñando, porque hay algo suave sobre su pecho, y algo que le pica en las mejillas, aprieta los ojos, no quiere despertar todavía, los últimos días han sido tan cansados, con el sol alzándose sobre su cabeza mientras camina por los largos paramos de los sembradíos, entre las bodegas, y la empacadora, revisando las dos variedades de té, pasando una y otra vez por esa carretera del demonio que ya le tiene magulladas las piernas y la espalda ante tanto desniveles, y Naruto, Naruto que ha estado especialmente insoportable los últimos días, asquerosamente más radiante, sonriendo con su dentadura perfecta, rellenándolo de cosas dulces en el desayuno y cantando una versión horrible de “The London bridge” que le hace sangrar los oídos. Gaara piensa seriamente escribirle al ejército británico y sugerirlo de tortura psicológica para el enemigo, repitiéndola hasta volverlos locos.

La cosa sobre su pecho se mueve y presiona, Gaara siente que se está quedando sin aire.

—Gaara-ojichan, despierta ya.

La vocecita infantil se le cuela por los oídos, y se da por vencido, arrugando las cejas y abriendo los ojos. La mirada color perla es lo primero que ve. Kenshi está ahí, sonriendo ufano, con todo su cuerpo encima de él, y sus cabellos cayéndole sobre el rostro. Gaara lleva sus manos hasta la pequeña cintura para alzarlo, porque de verdad, no puede respirar y el niño a huele tan escandalosamente a fresas silvestre que le ha hecho agua la boca.

¿Estas escondiéndote de Naruto? —. Gaara lo hace sonar como pregunta cuando en realidad es un hecho. Kenshi mueve su cabeza sin entender mucho de lo que dice, el pelirrojo chasquea la lengua porque a veces se le olvida la barrera de idioma que existe entre ellos.

Pues si eso se supone que haces Shi-chan, eres un horrible jugador tebayo —. Naruto está en la entrada, con una bandeja de su porción de hotcakes que ya se reflejan en el vientre de Gaara. Les sonríe a ambos y deja la comida sobre una de las mesitas cerca del closet —. Veo que has tenido un despertador personal —. Señala Naruto, Kenshi sigue encima del pelirrojo, sus manitas apretando el pijama de seda que Gaara ha estado usando ante la ola de calor que se ha apropiado del pueblo durante la última semana.

Yo no lo llamaría exactamente un despertador personal. Pensé que Sasuke tenía reglas para que él no se colara a las habitaciones —. Gaara se incorpora hasta quedar sentado, Kenshi resbala hasta su regazo riéndose por las cosquillas que la seda le provoca a su sensible piel.

Las hay, de hecho hay tantas que ni yo me las sé, pero tienes frente a ti al bochan* de la mansión, uno que tiene 4 años y poderes especiales para dominar el funcionamiento de esta casa, así que… — Naruto vuelve a apuntar a Kenshi que se ha levantado, gateando por el piso para llegar hasta el rubio, dándole los brazos para ser alzado.

— ¿Eso quiere decir que ahora pertenezco al reinado de Kenshi y que tengo que guardar el secreto de que se ha colado a mi habitación?

Podría decirse así, además, le agradas. Así que eso te da puntos extras en el reinado, pero sigues estando por debajo de mi Gaara —. Naruto le sonríe, como si hubiese sido nombrado el caballero guardián del pequeño.

Entiendo pero ¿también tengo que compartir el desayuno con el rey? —. Gaara se levanta, tapándose ambos oídos cuando Naruto da un gran grito, el pequeño niño tiene las mejillas llenas de Hotcakes y las manos cubiertas de miel. El pelirrojo sonríe ante el lloriqueo del rubio sobre tener que dar baños demasiado temprano y enfrentar la cara de amargado de Sasuke por dejar al niño comer de mas —. Parece que mi posición es mejor que la tuya después de todo Naruto.

No te burles de mi Gaara —. Naruto gimoteo, tomando en brazos a Kenshi que había acabado con más de la mitad del desayuno —. Tu padre va a gritarnos otra vez Shi-chan, ¿recuerdas lo que tienes que hacer si eso pasa? —. Naruto se inclinó para estar más cerca del rostro del niño que asintió —. Bien, bien, así salvaras a tío Naruto de las feas miradas de Sasuke e Itachi-sama.

El hecho de que no pueda entender lo que digas no quita la sensación de que seguro lo estas malcriando, Sasuke se dará cuenta de ello —. Gaara se había incorporado totalmente, dándole una fugaz mirada a los restos de su desayuno y tomando la taza con té que se había salvado del ataque de Kenshi.

No lo estoy malcriando, se llaman tácticas de supervivencia, y el ataque especial de Shi-chan funciona muy bien. Tú eres prueba de ello Gaara —. Naruto le sonrió, poniéndose de pie, limpiando con la parte de arriba del yukata la boquita llena de miel del niño. Gaara entrecerró los ojos, bajando la taza.

No te habrás atrevido a hacer eso.

—Tal vez un par de veces, cuando te pones especialmente irritado por el clima y la falta de hielos —. Confeso el rubio, Gaara hizo un mohín adorable que le amplio la sonrisa al rubio, demasiado ofendido para si quiera replicar lo dicho —. Lee no tardara en volver con el nuevo cargamento de comida, nos hemos terminado la harina esta mañana, he dejado la receta en la cocina, así que creo que será Sakura quien te los preparara, tengo que bañar a Kenshi ante de sus lecciones con Itachi-sama —. Naruto se inclinó para tomar la bandeja con su mano libre, el pelirrojo le miro unos segundos antes de suspirar cansino.

Sabes que no quiero que nadie más prepare mi comida —. Gaara dejo la taza con cuidado sobre la bandeja, sus ojos verdes encontrándose con los de Naruto.

Había sido fácil descubrir que lo que sonaba como un capricho era un hecho con el cual no habían podido combatir si se quería tener el pelirrojo bien alimentado, en especial con la ola de calor que podría menguar su salud, Gaara comía tan poco de las porciones de su comida que Sasuke comenzó a preocuparse cuando la ropa que se le diera comenzó a llegarle grande, las cocinera entonces rotaron en variados menús, pero nada parecía funcionar, hasta que fue Naruto el que una mañana se apropió de la cocina y preparo por primera vez hotcakes y té negro con un poco de leche fresca, el rubio descubrió que combinar ingredientes orientales en recetas lo más parecidas de comida británica era lo que Gaara necesitaba para recuperar su peso, convirtiéndose en el cocinero personal tanto del pelirrojo como de Kenshi que había obrado por compartir la dieta variada con el extranjero, Sasuke no se opuso a ello, consciente de que era bueno que su hijo experimentara las cosas de otros lugares por sí mismo, un entrenamiento temprano para la futura cabeza de la familia.

Naruto que es plenamente consciente, cierra los ojos un momento antes de asentir.

Te hare entonces otra cosa más rápida, para que no te retrases en ir a los sembradíos, ¿podrías solo esperar a que bañe a Shi-chan?

Gaara asintió, relajando el semblante, pensando en aprovechar el tiempo en tomar él también un baño que le refrescara la piel del sudor acumulado durante la noche.

Naruto —. Llamo Gaara cuando la puerta había sido corrida y Kenshi limpiaba sus manos distraídas en la ropa del rubio. Naruto giro su cabeza mirándole confuso —. Olvídalo, no es nada.

Naruto le sonrió, creyendo que había sido uno de esos momentos donde Gaara quería algo pero su vergüenza superaba sus deseos, dejándole ser, el pelirrojo lo diría cuando estuviese listo, la puerta se cerró, con los ojos verdes fijos en ella, porque lo que Gaara quería, era hacer solo una pregunta, esa sobre la nueva cocinera insinuándosele a Sasuke cuando creía que la nadie veía, esa zorra, pensó.

Sasuke se sacudió los últimos rastros de sueño cuando burbujas escapando del traga luz del baño llegaron hasta él. Acercándose a la puerta entre abierta pudo ver a su hijo sumergido en la bañera, acompañado de Naruto, los rastros de jabón diluyéndose en las baldosas de madera y la ropa apilada en una esquina. Su hijo soplaba, alzando sus manos llenas de espumas para mostrárselas al rubio.

Fueron los ojos de Kenshi los que le atraparon, el niño se paró de un salto, sorprendiendo a Naruto que había alcanzado a tomarlo de la cintura para que no resbalase.

—Shi-chan, con más cuidado, puedes golpearte y entonces tu padre me mataría.

—Por supuesto que lo haría, Usaratonkachi —. La voz de Sasuke hizo eco contra las baldosas provocando que la espalada de Naruto se tensara y girara su cabeza lentamente hacia su lado izquierdo. La puerta corrediza totalmente abierta, y el pelinegro recargado sobre el marco de esta —. Han madrugado.

—Fuimos a despertar a Gaara-ojichan, papá —. Kenshi lo dice, como si hubiese realizado una tarea muy importante, Sasuke le mira unos segundos, Naruto hundiéndose un poco en la bañera.

— ¿Enserio? ¿Naruto te ha llevado hasta allá?

La mala señal suena a shoji cerrándose y falsa tranquilidad en la voz de Sasuke, Naruto se pone a rezar en un murmullo que llama la atención de Kenshi por unos segundos antes de negar con la cabeza a su padre que está ahora más cerca de ellos, pies descalzos húmedos y yukata levantada.

—He ido yo solito cuando el sol ha salido, Gaara-ojichan duerme mucho y hará que papá llegue tarde al té —. Responde serio, jugando con sus manitas y sintiendo los dedos de Naruto presionando su pequeña cadera.

— ¿Entonces lo has hecho para mí?

—Sí, porque papi está ocupado cuidando a tío Itachi y no puede hacer todas las cosas.

Sasuke se hinca sobre la mojada madera, recargando sus brazos en la bañera. Su hijo esta serio, como si esperase la aprobación de su acciones, Sasuke se ve entonces en el pequeño niño que buscaba lo mismo de su padre y hermano mayores, reconocimiento, dibuja una muy tenue sonrisa que es la respuesta que Kenshi quería para levantar sus brazos y poner sus manitas en la mejilla de su padre, Sasuke deja caer su cabeza sobre la pequeña frente y le susurra un gracias que a Kenshi le sabe a victoria heroica, casi como si fuese Momotarô cumpliendo su misión.

—Apresúrate a estar listo, este día vendrás conmigo a los sembradíos —. Dictamina Sasuke, separándose para verle de frente.

Kenshi parpadea, antes de temblar completamente de emoción, sus manitas hechas puños y su peso cayendo completamente sobre el torso salpicado de Naruto que tiene la mirada desviada ante los pocos centímetros que le separan de Sasuke. Se siente expuesto y avergonzado, porque está desnudo, mojado y con el hombre que le provoca más que buitres asesinos en el estómago, sino sus erecciones y pajas honorarias, con el que parece tenerle más tolerancia y no solo miradas frías para recibirlo.

— ¿Papi, Naru-chan también puede venir?

Kenshi lo pregunta con su corazón acelerado y su manita sosteniendo el dedo índice del rubio que ha girado su cabeza tan rápido para mirarle que un crack resuena en el baño. Sasuke levanta una de sus cejas, reprimiendo la satisfacción que le da lo poco que se necesita para alterar a Naruto en ese ambiente de vapor y jabón compartido.

—Él manejara el auto —. Le responde a su hijo que ahora chapotea en el agua adjudicándose otro triunfo —. Naruto, encárgate de tener todo listo después del desayuno.

—Papi yo ya comí —. Dice Kenshi, cuando su padre se inclina para besar su frente. Sasuke asiente, dándole una caricia más a sus húmedos cabellos.

— ¿Quiere algo en especial de comida? —. Naruto se siente de pronto un buen actor, de esos que hacen rakugos* y participan en el teatro Kabuki. Sasuke le mira, una sonrisa de medio lado se le dibuja, y ambos siente que están jugando a algo que no se les permitiría en otras circunstancias.

— ¿Gaara ha desayunado ya?

—No, pensaba en prepararle algo rápido, Lee aun no llega con el nuevo cargamento de comida.

—Espérale, necesito que hagas algunos fomentos de manzanilla y algo suave para Itachi también. Así que dame lo mismo que a Gaara, he escuchado de Kenshi que saben bien, quiero comprobarlo por mí mismo, que no estas saturando de azúcar a mi hijo.

—Es demasiado sensible al dulce Sasuke-sama, así que creo que no le gustara los desayunos que suelo hacer para Shin-chan y Gaara-sama.

—Pruébame.

—Lo hare.

Sasuke asiente, apoyando sus manos en el borde de la bañera para incorporase, dejando que las yemas de sus dedos rosen la húmeda piel del brazo de Naruto que da un respingo. Porque ambos saben que sería peligroso hacer algo más que eso, toques perdidos que duran menos que un suspiro, pero que se alargan en cantidad durante el transcurso del día. Naruto se ha dejado guiar de a poco, de cosas simples como comer los postres que Sasuke deja intactos sobre la mesa, en silencioso traspaso que el rubio entiende, a sostener la sombrilla tras de él cuando camina rumbo al coche separados por dos pasos que se difuminan cuando la puerta del auto se abre y vuelven a encontrarse de frente, a pasarle carpetas y papeles, sosteniendo el contacto de sus ojos más tiempo de lo decente, y mirándose a través de paneles, ventanas, puertas y cerraduras, siempre a la distancia, pero quemando igual que una caricia a piel desnuda.

Ambos están orbitando, como el sol y la luna, trasladándose con cuidado pero constante, uno alrededor del otro. Naruto sonríe cuando Sasuke sale, con el Yukata aun levantado y la mirada serena, sintiendo el fantasma de sus dedos marcándole. Toca inconsciente el lugar en donde han estado, antes de que Kenshi aplauda escandaloso, siguiendo con su juego de soplar burbujas y pidiendo más y más.

Naruto le enfoca, toma con cuidado la pequeña carita entre sus manos, Kenshi parpadea antes de cerrar sus ojos y sentir como es que el rubio deposita sus labios en el lugar en el que su padre le ha besado. Kenshi siente que eso ha sido especial, cuando Naruto le abraza para levantarle y salir de la bañera, con las mejillas rojas y el pecho más cálido.

No es después de todo la primera vez que su padre y Naruto le besan en el mismo lugar, uno después del otro, demasiado embriagado en su propia felicidad repartida por Kenshi y su fervor de amarles más.

Todo pasa en algún momento, entre la conciencia de lo que se hace y el descubrimiento de un cambio que no se tenía planeado. Sasuke a veces adjudica muchas de esa cosas a “algún momento”, él en algún momento había decidido que lo mejor para Hinata era que se fuera lejos de un pueblo que tenía exceptivas sobre ella y su comportamiento, había elegido darle un regalo, no por culpa o a modo de compensación, sino porque él en algún momento se había interpuesto en el amor que su esposa sentía por su primo, y Neji que pensaba que era bueno para ocultarlo quedaba al descubierto cuando sus ojos miraban a Kenshi y el amor se le desbordaba en el tono de voz. Así que fue en algún momento que Sasuke simplemente se cansó de fingir que no veía lo que pasaba en algo muy parecido a un sacrificio, haciéndole sentir como el hombre malo de alguno de los cuentos que leía de pequeño. El emperador interponiéndose en la idílica historia de una princesa con su caballero.

Sasuke también sabe que fue en algún momento en que su hermano lo supo. Itachi le conocía mejor que ninguna otra persona sobre la tierra, podía ver el resentimiento escondido que él tenía por las ordenes déspotas que su padre le había dado por todos los años, igual que la esperanza muerta por que su madre interviniera en alguno de todos esos inflexibles mandatos de su padre, no solo por él sino por su hermano mayor. Su hermano que cayó de ser el heredero de línea sucesora ante la muerte de su esposa e hijo para pasar a ser la mano derecha de él en el clan. Fue así que en algún momento los papeles se invirtieron tan rápido que cuando Sasuke fue consciente de ello, Kenshi había cumplido 4 años y corría de la mano de quien fuese su amante en el patio trasero.

Porque fue en algún momento, que Naruto dejo de ser un recuerdo dentro de una época a la cual regresar para ser Naruto el intérprete y cuidador oficial de Kenshi. Fue en algún momento donde las excusas para requerir su presencia se fueron agotando y fue en algún momento en donde Sasuke comenzó a bajar sus defensas, acostumbrándose a ver a su pequeño amor ser sostenido por su amor prohibido, una combinación sulfúrica e inflamable que sería descubierta fácilmente incluso por alguien tan despistada y serena como Hinata. Sasuke armo entonces, en algún momento, el escenario perfecto para que sus deseos y sueños dejaran el mundo abstracto y se convirtieran en realidad, con el apoyo silencioso de Itachi y el desinterés actuado de Gaara, que también había participado a su propia manera para no intervenir ni cuestionar, volviéndose en un silencioso espectador que Sasuke respeto.

Y todo estaba bien, podía manejarlo, esa relación de amo y sirviente que comenzaba a formarse entre él y Naruto, en un punto intermedio que parecía funcionar para ambos, pero entonces sus dos cocineras contrajeron la cólera y él se vio obligado a buscar nuevo personal, a indemnizar a las familias de las pobres mujeres y a tomar las opciones más prácticas y rápidas ante la carga de trabajo que Naruto tuvo por casi una semana, repartiendo su tiempo entre Kenshi, la cocina, Gaara y ser el chofer de Itachi. Reduciendo drásticamente el tiempo que Sasuke podía verle, haciendo mella en su humor, y degradando todo en un sistema que le molestaba. Así que fue en algún momento, entre la ansiedad y finiquitar el problema que tomo una mala decisión. Sakura.

Sakura Haruno, era la hija de una familia de larga generación que había servido al clan de diferentes formas durante periodos de tiempos antiguos, la última de ellas había sido la abuela de la chica, su padre había decidido entonces aumentar el rango de los Haruno de ser simples sirvientes a ayudantes administrativos de los sembradíos, y había dado un buen resultado, hasta que él acepto tomar a Sakura dentro de las cocinas, por un ofrecimiento de la chica que alegaba debía de ser agradecida por el puesto que su padre le había dado al suyo. Sasuke acepto, por las referencias y la experiencia, nunca noto las intenciones escondidas detrás de los ojos de la chica.

Al líder del clan se le concedía tener amantes, incluso concubinas, siempre y cuando no repartiera bastardos por el mundo que amenazaran la estabilidad de la línea de herencia, Sasuke a veces sentía que la sociedad podía ser injusta, tan poco equitativa, Hinata debería tener el mismo derecho, incluso sobre él, pues ella de verdad estaba enamorada, en cambio él solo lo haría como una descarga de tensiones en un cuerpo desconocido que no querría ver al día siguiente, dado que la única persona que quería era un hombre, y no solo eso sino que había pertenecido al distrito rojo, eso dejaba con una desventaja tan grande a Naruto que  Sasuke sentía que habían nacido en la época equivocada.

Y ahí estaba ahora, con Sakura siendo la hija del administrador de los sembradíos Uchiha, trabajando voluntariamente como cocinera y ama de llaves supliendo a Neji, metida hasta el último rincón de la mansión y con la posición adecuada para aplicar a ser la amante del líder del clan. Eso no era ninguna vergüenza, pues el día que Sasuke terminara con ella, se encontraría tan cotizada que conseguir un esposo le sería muy fácil, siempre y cuando no pasara de los 25 y no hubiese dado a luz a ningún bastardo Uchiha.

Así que fue en algún momento, entre estar atento a la carrera de su hijo por esconderse de Naruto que unas manos se apoyaron sobre su espalda y el empalagoso aroma de Sakura sacudió su nariz provocándole nauseas.

—Pensé que había sido claro contigo la última vez.

—Sasuke-Kun, es normal que tengas tus defensas en alto, el ataque a Hinata-sama te ha hecho sentir la falta de seguridad en la mansión, mi padre ha mencionado que sería bueno que te reunieras con el capitán Yamato para hacer algunas estrategias, además estas tan tenso, un mes, ha pasado un mes desde que Hinata-sama se marchó y tus necesidades como hombre no han sido satisfechas, si me dejaras ayudarte un poco —. Y ella lo hizo, mover sus dedos a través de la amplia espalda rígida. Tenía que ser cuidadosa y no presionar a Sasuke bruscamente, no quería que la expulsara de la mansión. Aun si no podía, ella se había desecho de todas las posibles candidatas de cocina y amas de llaves que pudiesen presentarse en su lugar, pero no quería tentar su buena suerte, no ahora que sus manos podían tocar lo que siempre había deseado.

—Quita tus sucias manos de pueblerina de mí, en este momento —. Sasuke se giró con el ceño fruncido, tomando las muñecas de la chica que le sonrió.

—Sasuke-Kun, me haces daño.

—Evita el tocarme Sakura.

— ¿Por qué debería hacerlo? Cuando le permites al intérprete hacerlo.

Sakura los había visto, a Sasuke uniéndose a los juegos con su hijo y Naruto, corriendo a su lado, sus manos chocando con las del rubio, su sonrisa cerca del rostro de este, expuesto cuando se creían solos en su propio mundo. Sakura lo detestaba, ese acercamiento que parecía ser tan fácil cuando era Naruto quien estaba, con sus enromes ojos azules y su estridente voz, él hacia cosas en el rostro de Sasuke que nadie más se daba cuenta.

—Eso es algo que no tiene que ver contigo en absoluto. Debes entender que el rango y el trabajo que ostentan son completamente diferentes, tu nunca podrías serme útil en mis negocios, y mi hijo y Gaara que son los principales comensales en esta casa, no quieren tu comida ni requieren de tus servicios, si estás aquí Sakura es como apoyo para que las cargas de trabajo de mis empelados no sean sobre saturadas y como un favor hacia tu padre y al mío, no tienes méritos propios o algo especial, tanto para la mansión como mujer. No estas ni estarás dentro de mis opciones si yo quisiera una concubina, cosa de la que en este momento no requiero —. Sasuke la suelta, dando un paso atrás, con el fastidio coloreándose en el rostro y sintiendo que ha repetido esas palabras demasiadas veces para que no sean comprendidas por la mujer.

<<La ausencia de mi esposa no es aliciente suficiente para que vaya a correr a cualquier par de piernas abiertas, tampoco te creas con un trato diferente solo porque nos conocemos desde niños, así que vuelve a las cocinas o donde quiera que tengas algo productivo que hacer y sácate las estupideces de ser mi amante de tu cabeza. >>

La mirada de Sakura está herida, su labio inferior tiembla, antes de bajar el rostro y asentir.

—Iré a preparar la comida —. Murmura, haciendo una reverencia, Sasuke se ha girado de nuevo sin siquiera verla. Ella camina apresurada por el corredor, los ojos picando y la nariz congestionada, tiene un nudo en la garganta y de pronto el mundo parece estarse cerrando bajo sus pies.

Sasuke por su parte suspira, masajeando el puente de su nariz, chasquea la lengua.

— ¿Quieres que le diga a Naruto que haga una nueva solicitud para nuevas cocineras? Porque déjame informarte Ototo que esa chica se ha deshecho de toda la competencia que tenía —. Itachi que a escuchado todo desde la habitación contigua desliza el shoji por completo, tiene el cabello suelto y las ojeras más marcadas, el clima le ha golpeado con demasiada dureza ante su incapacidad de respirar normalmente y la fiebre que adquirió dos noches atrás por una infección ante la falta de cataplasmas de manzanillas que Neji preparaba.

— ¿Te he despertado? —. La preocupación denota en la voz de Sasuke, que se inclina de rodillas, estirando su mano para tocar la frente tibia de su hermano.

—No, tu no lo hiciste, fue esa risa escandalosa de Naruto-Kun, él y Kenshi han estado pasado las tardes en el jardín y lo olvide, quedándome dormido aquí, supongo que tengo que agradecerte estar arropado y en un futon —. Itachi señala su nueva posición dentro de la sala destinada a tomar el té. Sasuke se encoge de hombros como si hacer aquello fuese algo lógico, Itachi le sonríe con ternura —. Eso sobre el intérprete tocándote, creo que deberías ser mi cuidadoso en tu comportamiento Ototo, ella podría llegar a ser una verdadera molestia.

—Ya es una verdadera molestia —. Sasuke se sienta, girando su cabeza cuando uno de los gritos de guerra de Kenshi suena cerca, puede ver el final de sus piernas tras los arbustos, y los brazos de Naruto balanceándose fingiendo ser un oni*. Sasuke sonríe, tanto por la bizarra escena, por como las manos de Itachi sobre su espalda, rescribiendo movimientos y quitando la sensación de Sakura sobre él.

—Cierto que lo es, pero  sabrías que sufrirías un ataque directo cuando la segunda semana sin Hinata-chan aquí se cumplió. Es una invitación libre a que el líder del clan Uchiha está buscando concubina, no podemos culparla por intentar.

—La he estado rechazado tanto, que esto ya parece una rutina del día. ¿No hay forma de deshacernos de ella? —. Sasuke lo hace, modular su voz de esa forma que provoca claudicación y cumplimientos de caprichos para su hermano mayor. Itachi sonríe amplio. Porque eso es astuto, y de hecho funcionaria sino se estuviese divirtiendo ante las caras de molestia que hace Sasuke y que llegan a ser tiernas, Itachi puede llegar a ser un poco retorcido.

—Podríamos disgustar a padre sino tenemos una buena razón para hacerlo, recuerda que no podemos mezclar trabajo con asuntos personales. Además padre dirá que la culpa es tuya en primer lugar por aceptarla como parte de la mansión, tu problema, resuélvelo como el líder que eres —. Itachi le rodea con sus brazos, acomodando su mentón el hombro de su hermano que solo rueda los ojos, porque eso suena mucho a Fugaku —. Por cierto, ¿Qué harás con la reunión de Kiba y Shino?

—Seguir fingiendo que mi esposa no trato de huir de aquí porque exploto, sino que fue atacada por un desconocido que se supone capturamos y matamos por el atrevimiento. Sai ha traído uno de los cuerpos que la cólera ha dejado para hacerlo pasar por el atacante.

—Estaré ahí, Shino es bueno descubriendo los detalles y las mentiras, deberías estar agradecido que Shikamaru siga en el frente con el emperador.

Sasuke solo asiente, cerrando los ojos, porque él tampoco ha dormido bien cuidando a su hermano por las noches y después de la comida tiene que regresar con Gaara y los sembradíos.

—Tal vez debas tomar una pequeña siesta —. Sugiere Itachi, arrastrándole mas adentro del salón para cerrar la puerta.

—Eres tu quien debe descansar, apresúrate a recuperarte pronto —. Masculla Sasuke, aun con los ojos cerrados pero cediendo a ser empujado hacia el futon por su hermano que sonríe.

—Lo hare Ototo —. Susurra Itachi, con el fondo de las risas de Naruto y Kenshi. Sin notar al intruso tras la puerta que ha escuchado todo.

 


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