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Distrito rojo. por -oOYUKI-NII-Oo

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∞ Titulo: "Distrito rojo"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Friendship

RantingNC17

∞ Pareja: SasuNaru

∞ N/ANaruto no me pertenece. Todo es de su gran autor, Kishimoto-Sensei

∞ Resumen: Sasuke va ahí, entre esas casas escondidas y personas recluidas. Sasuke va ahí, para encontrarse con un rayo de sol, para que le besen las heridas y le cuiden el corazón. Sasuke va ahí, porque es Naruto quien le espera, tras biombos casi trasparentes y kimonos resbalándole por la piel.

 

 

Yeah it's hurting me
morphing me
and forcing me to strive
to be endlessly
caving in
and dreaming of my love

 

Hysteria- Muse

 

 

 

Hay algo oculto en la forma en la que tiene de sentarse siempre el muelle, viendo hacia el horizonte, oculto tras los barcos pesqueros y las grandes olas que se forman cuando la luna se ve en lo alto. Hay algo que conmueve en la falta de tono en su voz y que forma un escalofrió cuando las manos frías tienen contacto con otra persona. Es distante, siempre distante, se comunica con señas costumbristas y pasea por las canoas de donde se avientan los niños en verano, para nadar un poquito más profundo bajo el atento cuidado de sus hermanos mayores y madres.

Él es especial, es lo que se murmura entre los pescadores, con su pantalón militar doblado a la altura de las rodillas y su camisa blanca siempre manchada de pintura. Cuentan los ancianos que él tuvo un hermano que perteneció a las fuerzas armadas del emperador. Que llego a portar bandas de alto rango y que era uno de los líderes que formarían ese pueblito de Nagasaki.

Un día simplemente se fue a la gran capital, se dice que ahora pertenece a un grupo selecto al cuidado de la seguridad del sector en donde viven los más altos funcionarios del país.

Nadie sabe la verdad, tan solo observan desde lejos al más pequeño de los hermanos de uno de los más grandes clanes. El pintor que se embarco en las fuerzas militares, el que llego a ser cabo y ahora camina por las orillas de la playa con un gran lienzo y tinta.

Es un Uchiha,  de sonrisa triste y vida solitaria.

Es la pieza de un rompecabezas demasiado mal diseñado para poder encajar.

Es Sai, que ahora llena de amarillo y azul las hojas de un desgastado libro de dibujos mientras observa como el rubio extranjero juega a la orilla del mar, lleva un cubeta con cangrejos y ríe cuando el agua fría le lava los pies. Es como un personaje escapado de una historia de ficción, alza el rostro cuando los enormes ojos azules enfocan a un niño que corre para alcanzarle junto a Neji.

Sai sonríe al reconocer al Hyuga, casi quiere poder elevar el brazo y saludarle con un grito solo para observar la mueca de sorpresa y luego de resignación que el castaño hará cuando le note, sentado en una piedra aun sin desayunar y sin mayor oficio que el llenarse de pintura como un pequeño malcriado.

Un poco más al centro y bajo una sombrilla sostenida por Ten-Ten, Hinata se refugia con su cabello ondeando en el viento y los brazos contra el pecho, sigue con nerviosos movimientos de sus ojos cada paso que da su hijo, enterrando los deditos en la arena y cantando la canción que el extranjero entona sobre el puente de Londres que se está cayendo.

Él conoce esa canción, igual que otra más sobre mama gansa y la de Kagome que los niños de la costa entonan cada vez que juegan. Las ha aprendido por los lugares en los que ha estado, siempre escondido entre las sombras y refugiado del contacto con otros debido a su entrenamiento militar.

Una presencia tras él le hace cerrar el libro y abandonar el pincel, Yamato se inclina para mirar lo que hay por debajo de su nivel. Han sacado a pasear al heredero Uchiha y a que la ama tome un poco de aire y sol. Hay más de un curioso que se detiene un par de minutos para verlos, son pocas las ocasiones en que Hinata ha salido más allá de los terrenos de la familia desde su llegada a Nagasaki, así que su presencia causa revuelo y sonrisas, ella parece tan lejana y frágil, todo una deidad adecuada para Sasuke que la sociedad aprueba.

Otros mas, en su mayoría chicas que han salido hacer las compras con sus madres o salir con sus amigas, se quedan para ver al extranjero cantante que caza cangrejos y grita cada vez que el agua le toca, riendo escandaloso y atrayendo consigo al niño.

Es un cuadro, de una tarde perfecta que el buen clima se encarga de enmarcar.

r13;Es hora de irnos, pronto anochecerá y solo están Lee y Sasuke para resguardar la seguridad del interior de la mansión.

La voz de Yamato le hace cerrar los ojos, se incorpora casi perezoso, guardando todo en el bolso que cuelga tras su espalda, el sol se está poniendo y la comitiva que ha causado atracción a las orillas de la playa también se prepara para regresar a casa. Sai asiente ante la mirada fija que el castaño hombre no ha apartado de él, esperando la confirmación de que ha sido escuchado.

r13;Yamato-Taichou, me gusta la voz de Naruto r13;Murmura bajo, comenzado a caminar a la dirección en donde están los caballos que les ayudaran a atravesar el bosque.

Yamato se limita a escuchar, no contesta nada sobre eso, tal como la última vez en la que Sai ha dicho cada cosa que le gusta y que componen al rubio, al igual que guardara silencio cuando pase la próxima vez, solo observando cuidadosamente como  la mirada de Sai se va transformando y el presentimiento de que algo está por cambiar, creciendo.

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Estación. 9

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Fue la evolución en cadena de historias contadas a medias, con un Naruto cayendo en las garras del alcohol, de sonrisa melancolica y mirda vidriosa. De pronto dejo de ser todo el sol que iluminaba con su presencia la estancia en la que entraba para pasar a convertirse en una mancha que ocupaba un lugar en el espacio. Se dice que todos tenemos una doble naturaleza escondida dentro de nuestros cuerpos. Una es la que siempre mostramos al mundo exterior, por la que se nos cree conocer, la careta que nos ponemos por las mañanas y a veces olvidamos retirar para dormir.

La segunda es más antigua, un secreto oscuro que permanece en estado vegetativo. Un coma inducido como forma de escudo, reservado exclusivamente para los momentos culmines de la vida.

Neji, tardo mucho tiempo en entender sobre ellas, descifrando de a poco las palabras de su padre,  enfocándose libremente solo en los entrenamientos, ese combate cuerpo a cuerpo que se practicaba a las primeras horas del alba, al castaño le gustaba saber cómo es que cada extremidad se iba convirtiendo en un arma en potencia que derrotaría a cualquier amenaza para su pequeña prima de cuatro años.

Y todo era eso, una fuerte convicción, una meta a la cual llegar y ser más fuerte, más valiente, más alto. Ser un hombre ya.

Cuando el castaño se pone a comparar los pensamientos de su yo de cinco años, con su actual persona quiere reír ante su ingenuidad, ante sus grandes sueños vueltos añicos que tintinean en su interior cada nuevo día, rompiéndose más, cortando más.

Su padre mucha veces le dijo, que el destino rige los hilos del mundo, que todos estamos conectados a través de lazos que se forman invisibles para los ojos, latientes para el corazón. Neji odia a su destino un poco más que a su padre por haber nacido unos segundos después que su tío. Llevándolos a ambos a pertenecer a la rama secundaria del clan. Tantas prohibiciones, demasiadas inhibiciones, un poco de injusticia, y bilis amarga en la boca.

Neji no codicia las riquezas que Hinata tiene, ni su posición dentro de la familia. Neji ansia el poder que confiere ser la cabeza de la rama principal, porque entonces él hubiese tenido lo que le falto para poder tomar a su prima y llevársela como siempre ha querido. A Neji le duelen tanto  las reglas, que se castigo siguiéndolas al pie de la letra. Neji no tiene  ni una pizca de amor por ninguno de sus parientes, que le parecen más barreras, obstáculos que nunca pudo derribar. Que aprisionaban a Hinata y le cortaron las alas.

El castaño no culpa a esa mujer que ahora porta un apellido diferente, no lo hace porque si se pone realista ante esa situación en la que ambos viven, era lo única salida que podían tener ambos para escapar por la puerta principal de la mansión Hyuga.

Bebe un trago mas de fermentado de arroz, mientras Naruto pelea con sus palillos par a tomar un poco de piel asada de salmón, antes de terminar arrancadora con los dientes mientras balbucea acerca de escabullirse silencioso por la noche y desaparecer de ese pueblo de una vez por todas.

Neji le enfoca por unos breves segundos, alzando su brazo para limpiarle la comisura de la boca con una mueca de fastidio.

r13;Borracho dices más idioteces de las que pensé. r13;lo dice con esa voz aburrida que tendría alguien que ha escuchado los planes de otro unas 10 veces. Naruto le frunce el entrecejo, retirando su rostro en un acto de rebeldía. Neji solo suspira cansino. r13;Se realista Naruto, el mundo ese así. A veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan. Madura.

r13;No siempre es así. r13;refuta en voz alta, dejando caer un pedazo de su comida. Lloriquea un momento cuando nota el pedazo de salmón en el suelo. Regresa su mirada al castaño que se está sirviendo un nuevo trago de fermentado como si él nunca hubiese hablado r13; Neji ¿la amas?

El castaño no contesta, mantiene su rostro hacia abajo, en donde yace su vaso. Que pregunta más estúpida. ¿Cómo le puedes preguntar a alguien si ama a otra persona? Eso no se contesta con un “si”. Un “si” es tan burdo. Dos letras conjuntas no encierran todo el poder que lleva a dentro los sentimientos que se sienten. Como explicar para que pueda entender, como es que se eriza la piel, y el habla se traba, como describir esa sensación cálida en el pecho y los intestinos enredándose de los nervios. Como describir las palpitaciones más allá del corazón, y esa manera cursi en la que todo parece más brillante, más bello, casi una utopía idílica de bienestar inmediato cuando sus ojos se encuentran, la respiración acelerada, el bombeo de sangre, la ansiedad, la inestabilidad, la falta de concentración, los pensamientos repletos, las historias que se entretejan en la cabeza cuando esa persona no está. Es una conexión de agonía lenta.

Es una tortura. Amar es una tortura idealizada, que se sumerge entre el sacrifico, las heridas y el dolor. Por eso debe ser rojo. Porque rojo son la mayoría de los venenos naturales, porque roja es la sangre que fluye dentro de nosotros, porque rojos son los estandartes de guerra y rojo son las señales de peligro.

Neji hecha la cabeza hacia atrás, ¿Qué si la ama? Él no lo sabe. Lo único que sabe es que estará ahí, a su lado, no importa cuánto duela.

r13; ¿Tú le mas a él?r13; murmura Neji como toda respuesta. Naruto se llena la boca de pescado y gira su rostro hacia el lado contrario.

Están tan jodidos los dos.

Y la noche paso así, entre los gritos de Naruto relatando historias de Tokio, en el distrito rojo, de Tsunade, de Jiraiya. De lo que podía recordar de Londres, de su madre gritando para que comiera todo. Hablaron de todo, mientras se miraban a los ojos, con el puente rojo tras sus espaldas que despedía uno a uno a los invitados de la mansión.

Neji vio caer lentamente a Naruto sobre el futon, acurrucado y abrazándose a él mismo. Y sintió mucha pena e impotencia. Tomo una manta poniéndola sobre él y salió. Había sido un día demasiado difícil.

 

Las campanas del reloj en el despacho indican que el día ha llegado a su fin, Itachi se ha mantenido al margen de la figura distante que es su hermano, sentado en el sofá, con un trago de sake y un cigarrillo a medio terminar. Aún hay movimiento en la parte trasera de la mansión que indica que los sirvientes recogen los últimos estragos que la fiesta infantil ha dejado. La casa huele a dulce de dango y brisa nocturna. Kenshi ha caído rendido, con una sonrisa de niño consentido y lleno de besos de sus padres marcándole las mejillas.

Todo ha sido bueno, la comida, la compañía, tener a su pequeño contra su pecho, sintiendo su calidez y sus manitas aferrarse a él.

Un día casi perfecto.

Sasuke chasquea su lengua ante la imagen que se le ha grabado a fuego en las retinas. Neji continua ahí, como una constante, tomando a Naruto de la cintura, llevándoselo hacia el área de las cocinas, sosteniéndolo como si fuera el salvador que ha llegado justo a tiempo a recoger los pedazos rotos de un rubio que exploto.

Sasuke desconoce todavía porque fue que sintió que todo terminaría cuando el de ojos azules atravesara las puertas de la mansión, ese repentino miedo que le dejo paralizado, que le revoluciono la mente y le hizo débil por un instante. Toma de un solo trago el contenido del pequeño vasito.

Una mano sobre su hombro le hace reprimir la mueca del alcohol raspándole la garganta. Itachi le toma, con cuidado, suavemente, lo lleva hacia él, en un abrazo forzado que le tensa cada musculo. Ha sido su hermano el que lo ha encontrado a mitad del puente con la rabia coloreándole los ojos de rojo y los puños apretados contra la espalda de su hijo. Sasuke tiene esa sensación, de cuando se ha sido descubierto cometiendo un crimen y no queda nada para defenderse. No al menos de la astucia del mayor.

Su cabeza volatizada de tabaco y su sangre ya ebria ante su cuarto trago de sake, le restan percepción, su razonamiento se ha ido a la mierda y ha sido presa de insulsos impulsos. Recarga la mejilla contra el antebrazo de Itachi y murmura algo que suena “ahora no” con voz arrastrada y falta de convicción.

Itachi solo asiente, comprendiéndole, mimándole, dejando que sea el tiempo el que lleve a su hermano hasta él y diga todo lo que acallado por tantos años. Porque sabe, que existe un secreto, que Sasuke ha estado ocultando con recelo desde sus 16. Algo que podría ser la diferencia entre esa vida que tiene ahora y una que pudo tener. El instinto de protección aumenta su exponente dentro del hecho del mayor. Itachi siempre ha buscado proteger al menor de todo aquello que le provoque un daño, Sasuke es y siempre será lo más importante dentro de esa vida llena de prorrogas, normas y apariencias. La única cosa sincera.

Kenshi, que es una extensión de ese amor, es un arma de doble filo, algo que hace que Sasuke caiga y se levante. Un factor que lo mantiene vivo, algo que también se tiene que proteger. Su sobrino, futuro dueño y señor de esa dinastía. La pequeña semilla que continuara su legado, lo más importante que tienen.

r13;Nii-san

Sasuke le mira, con el ceño fruncido y los parpados caídos, Itachi le acaricia la mejilla, en un gesto que se traduce en que lo está escuchando, Sasuke eleva la mirada encontrándose con los oscuros ojos del mayor, respira profundo y el mundo se quiebra.

Todo se ha ido a la mierda, y es hora de ponerle punto final a esa historia que nunca tuvo un futuro.

r13;Quiero fuera de esta casa a Naruto.

 

Neji se pega contra la pared, la voz de Sasuke colándose por el corredor le ha alcanzado. Mira el plato con algas y pepinos dulces que han mandado de las cocinas para los hermanos Uchiha y retoce por sobre sus paso. Debe de buscar a alguien más para que ejecute la orden. Respira hondo y se retira lo más silencioso posible.

Nadie debe verlo, nadie debe saber que él es el único que puede decirle a Naruto que se marche antes de que Sasuke pueda echarlo. No permitirá una última herida por parte del líder del clan. Protegerá a Naruto como no pudo hacerlo con Hinata.

Neji desaparece, dejando los recipientes en la entrada de la cocina. Tiene que volver a su habitación y despertar el rubio, tiene que ayudarlo a salir y que llegue seguro al hostal de esa tal Ino que Naruto menciono en su larga charla de Nagasaki y los dangos dulces de la costa.

Y Neji tal vez lo hubiera hecho, si Itachi no hubiera salido de las cocinas en busca de ese encargo que no había llegado hasta el despacho. Si no lo hubiese distinguido en medio de la oscuridad con sus ojos de halcón y le hubiese llamado para que revisara  a Kenshi, el niño estaba solo en sus habitaciones y él se quedaría con Sasuke trabajando. Mentira. Pensó automático el castaño. Si en algo iba a trabajar Itachi iba ser en encontrar la razón por la que su hermano quería fuera al rubio.

Neji obedeció, pensando que tendría un momento durante el trayecto de la noche en ir avisar a Naruto que desapareciera antes de que Itachi averiguara toda la verdad, el Uchiha mayor podría encargarse de silenciarlo si lo consideraba un peligro para la familia y Naruto ciertamente lo era con toda la información que servir en la mansión había dejado en él, aunado a que había sido la puta de Sasuke. Naruto estaba en más peligro que nunca.

Cuando llego a la habitación de Kenshi y vio al niño despierto, sentado sobre el futon mirando hacia fuera supo que tal vez el destino de Naruto ya estaba escrito y que no había nada que fuera cambiarlo, por más que lo deseara.

 

Naruto está sentado muy quieto viendo cómo es que Hinata excava presurosa entre la tierra, arrancando con las manos desnudas el lote de girasoles. El sudor le escurre por la espalda y el cabello le cubre los ojos, está perdida dentro de su propio mundo mientras una lluvia de pétalos amarillos va desfalleciendo a su alrededor, el rubio arruga la nariz ante el saturante aroma de las flores por todo el lugar.

Se ha despertado temprano esa mañana, ha dormido poco y llorado como un miserable, tiene los ojos hinchados y la cabeza le duele, ha ocupado el futon de Neji, cuando Naruto ha abierto los ojos quejumbrosamente ante la falta de reconocimiento del lugar en donde se hallaba, ha encontrado ese espacio vacío, Neji ha desaparecido en algún momento de la noche.

Él ha esperado a que amanezca para regresar a su habitación con la suficiente entereza para cambiarse y prepararle el desayuno a Gaara que estuvo buscándolo ayer, bajo palabras de Lee que ha traído la leña hasta el horno de la cocina. Naruto siente como es que una preocupación se le instala en la mente al desconocer el paradero del castaño. Lee sale por más leña y el silencio regresa. La casa se siente vacía y tranquila después de la fiesta que ha habido ayer.

O por lo menos eso es lo que ha pensado antes de que el ruido de metal cayendo lo haya obligado a salir corriendo hacia el jardín para encontrarse a Hinata en su ropa de dormir mojada y llena de tierra, arrancado los brotes de girasoles y pisando las Ikebanas que ella misma a cuidado y plantado con tanto esmero. Naruto, que puede verle los rastros de lágrimas en las mejillas y las nuevas acumulándosele alrededor de los ojos, se debate entonces, entre dejarla terminar esa impulsiva remodelación de flores y protegerla de que cualquier otro sirviente de la casa le vea y  el hecho llegue hasta los oídos de Sasuke o correr como un loco desesperado para encontrar a Neji y que él se haga cargo.

Cualquiera de las dos suena terrible en su cabeza. Así que deja de pensar y se guía por instinto, se agacha junto a ella y comienza arrancar también todas aquellas flores que se han enraizado hasta los pistilos en el suelo y de los cuales se resisten a ser arrancados de la vida por parte de su criadora.

Hinata le enfoca un momento, como si apenas reparara en él, y de cierta forma es así. Estaba tan concentrada en quitar todas las semillas que el mismo Neji le ha dado para esa temporada, recordando la sonrisa con la que se las ha entregado, ese día el castaño había podido hacerse de los últimos girasoles solo porque ella había mencionado que este año sería lindo ver el jardín de un hermoso amarillo, como si estuviera plagado de millones de soles.

Hinata hunde las manos con rabia entre las hojas mutiladas y los tallos destrozados, porque siempre ha sido así, un acto ensayado de pequeñas muestras de amor que solo provoca heridas de largo plazo que no cicatrizan y ella esta tan cansada, cansada de fingir, de mentir, de actuar.

Por eso se armo de valor, por eso cito a Neji en el cobertizo, para poder decirle cuanto lo amaba, para explotar en sentimientos que estuvieron demasiado tiempo resguardados en su pecho, para mirarlo a los ojos y darse el lujo de poder rozarle la piel aunque fuera solo esa única vez.

Neji no le contesto nada, la dejo hablar, que todo fluyera como un caudal, se aparto de su tacto y huyo de su mirada perla. Neji continuo escondiéndose entre protocolos y formalidades que le acabaron de romper el corazón y quizás un poquito la cordura de lo que era aceptable para su situación.

Hinata lo intento, mantener la postura, seguir con esa trama que había conformado junto a Sasuke, porque él era bueno con ella, porque le daba todavía un eje del cual sostenerse, Kenshi.

Sin embargo parecía que esto ya no era suficiente. Ni su hijo, ni el jardín y ahora tampoco Neji.

Neji, Neji, que juro protegerla, estar siempre a su lado. Neji que le había dejado, que no había sido capaz de defenderla de ella misma y su lenta consumación de sus pasos hacia el abismo.

Apretó los labios. ¿En que se había convertido? ¿Quién era ella, esa que arrancaba con tanto fervor lo que había construido?

¿Quién era ella, que caí hacia enfrente, enterrando el rostro en el lodo y los dedos en pétalos muertos?

¿Quiera esa, que de pronto se sostuvo de una callosa mano, mientras era arrastrada hacia el cobertizo en un caminar apresurado, y cubría su boca de los sollozos?

¿Quién era esa que se comprimida contra el cuerpo de Naruto, y no respondía a los gritos de angustia que de pronto comenzaron por la casa a no poderla encontrar?

Hinata se miro las manos temblorosas, sintió el ardor en su piel  y se quebró. Rápido, fuerte. Hundió su frente en el pecho con acelerado corazón y resbalo contra la puerta del cobertizo, dejo de ser la madre, la esposa, la ama. Para quedar como la simple mujer de corazón roto que sentía por primera vez que si lo dejaba todo o se quedaba no habría ninguna diferencia.

r13;Tendrás que apresurarte a reponerte. r13;la voz de susurros de Naruto le hizo cerrar los ojos. r13;Ten- Ten ya ha dado la alarma, y en cuanto vean como ha quedado el jardín el pánico se desatara. Sasuke mandara a buscarte y Kenshi llorara porque no estarás en la habitación como siempre. Tienes que recuperarte, antes de que Neji pierda el juicio por no encontrarte y todo se vuelva un escándalo. Respira, despacio, respira.

Hinata obedece por acto reflejo, da una gran bocanada de aire que deja salir con lentitud, repite el proceso dos veces más, Naruto la sostiene de las muñecas, en un intento de que se ponga de pie y se soporte a ella misma. El llanto va disminuyendo a medida que las voces que la llaman aumenta. Naruto abre un poco la puerta, dejando apenas una rendija, Sasuke se encuentra de pie a la salida de la habitación de Hinata mirando cómo es que todo ha sido removido, un cementerio de flores y lodo. Sus ojos se estrechan cuando nota unas huellas.

Naruto entonces repara no solo él sino en Hinata también, ambos descalzos y llenos de lodo. Están jodidos. Sus ojos viajan por todo el cobertizo hasta caer en una regadera de metal. El rubio ruega hasta a la última deidad que conoce porque el artefacto tenga un poco de agua que le ayude a lavar a la chica, debe hacerla pasar por inocente, Sasuke no debe siquiera sospechar de ella.

r13;Vamos Hinata, tenemos poco tiempo, quítate la bata r13;, Naruto continua hablando en susurros, mientras corre por la regadera, la chica se sonroja, debajo de su bata solo está el kimono de dormir. Se palmea en la cara, no es momento para avergonzarse cuando están tratando de ayudarle.

La bata llena de lodo y tierra cae al suelo, Naruto llega con la regadera con un poco de agua y se la pasa, le hace señas para que se limpie. La voz de Neji y Sasuke se escucha muy cerca en el jardín. El revuelo ha despertado a Kenshi, su llanto se escucha lejano. Naruto siente los nervios crispársele mientras espía a través de la rendija como es que el desastre es inspeccionado. El cobertizo tiene dos salidas, una hacia el jardín y otra por donde entra el coche hacia la salida sur de la mansión.

r13;Tienes que correr hacia el bosque, por la salida sur, sigue el camino de la barda, tras los arbustos, no intentes pasar si hay guardia o demasiado transito. Trata de parece desorientada, no digas nada, eres buena guardando silencio, trata de usar eso. Hinata si Sasuke especula que tú hiciste eso pensara que algo está mal e Itachi seguro le apoyara, él no descansara hasta saber porque actuaste así. Puede que Neji se culpe de algo para que Itachi quite su mirada de ti. r13;Naruto respira hondo. Sería tan fácil delatar a Hinata y hablar sobre alguna crisis o pérdida de cordura. Sería tan fácil hacer que la manden a otro lugar. La mira, ojos rojos, mirada muerta y fragilidad en su máximo esplendor. Ella es solo una chica que se enamoro. Solo eso. r13;Corre, y buena suerte.

Hinata asiente, saliendo con cuidado, casi de puntillas, pegándose a la barda como la indicación que Naruto le ha dado. Puede escuchar su nombre siendo repetido por diferentes voces y como las sombras corriendo por la casa se traslucen tras los shoji. Lleva su cabello hacia atrás, aun esta temblando tras ese arrebato de sentimientos. Vuelve a respirar, tratando de enfocarse en la voz del rubio dentro de su cabeza. Él tiene razón, lo que ella hizo combate contra su personalidad, Itachi podría pensar que tuvo un colapso mental y la alejaría de Kenshi como prevención, eso sería su fin, su hijo es lo único que le queda. Nadie se lo quitara.

Se deja caer de rodillas y comienza a gatear, trata de que su cuerpo no roce a los arbustos y mantenerse fijamente pegada a la construcción que protege a la mansión. Se detiene cuando escucha pasos, ella también fue entrenada de niña para escapar y defenderse. Jamás nadie le mostro que existían técnicas militares de las cuales no se puede contra atacar.

r13;Hinata-sama, si esta intentado huir del bastardo de mi primo puedo decirle que lo está haciendo horriblemente mal.

Hinata se paraliza, gira su cabeza viendo la sonrisa de Sai. El mundo se le viene abajo.

r13;Déjeme ayudarla y llevarla con Itachi o el bastardo. r13; Ella se encoje ante la mano del chico pálido. r13;Va estar bien, todo ha terminado.

Hinata asiente, temblorosa y sintiéndose una fracasada. Las palabras de Naruto ahora suenan mas como una profecía que como una advertencia.

 

 


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