Jonghyun se estiraba bajo las sabanas color azul celeste, se sentía adolorido y se negaba a creer que no había podido dormir más que dos míseras horas. Se sentó en la orilla de su cama girando su rostro hacia la ventana, con sus cortinas bien cerradas, estaba totalmente seguro de dos cosas: Aun no amanecía y Minho dormiría como un bebé hasta que lo despertaran para mandarlo a su trabajo.
Trabajo, Jonghyun por poco olvida que hoy empezaría con su nuevo empleo, ¿Qué más daba si comenzaba a alistarse un par de horas antes de lo planeado? No sería la primera vez que le ocurre.
Aunque tomó una ducha casi tan larga como la del día anterior, el tiempo parecía moverse lentamente, tanto que optó por preparar el desayuno para él y su compañero, nada como una ligera ensalada de frutas para empezar un día laboral para cualquier estudiante…
Sin darse cuenta Jonghyun ya se encontraba con su computadora portátil tratando de darle vida a una nueva melodía que tenía en su cabeza, melodía que apareció en cuanto cruzó su mirada con aquel extraño y escandaloso comunicólogo que se hacía llamar Key.
Pasaron las horas, pasaron de manera perezosa. Ya era tiempo de despertar a Minho, Jonghyun estaba a punto de ir a su cuarto para hablarle antes de salir del departamento, y fue justo en el último minuto en el que decidió que sería divertido dejarlo dormir.
Minho sonría aun dormido, estiró sus dedos siéndose completamente descansado, casi olvidando el fantasma de cada año, cuando miró la hora en su celular.
-¡Maldito seas Hobbit!- gritó exasperado, ¿Cómo se atrevía a hacerle esto?, tenían el claro acuerdo de que el mayor sería el encargado de despertar a Minho, todos los días sin excepción alguna, además del compromiso extra de dejarlo bien despierto los martes, el único día que se iban por separado.
Minho realmente odiaba llegar tarde, se alistó lo más rápido que pudo y en cada movimiento maldecía a Jonghyun.
Jonghyun
Caminaba tranquilo, con el tiempo bien medido para llegar a su primer día como un “empleado feliz”, sin embargo no lograba apartar sus pensamientos lo único que recordaba del día anterior, Key.
Key era un joven delgado, de facciones finas, un tanto gatunas, Jonghyun se había quedado sorprendido por su manera tan segura de hablar, por el porte y por ser sumamente ruidoso, siempre parecía tener algo que decir <<comunicólogo tenía que ser>>, pensó.
Entró al pequeño local que se encontraba dentro de la plaza más cercana a la universidad, se dirigió a los casilleros y ahí encontró a Jonghyun, quien también era más alto que él y de tez un tanto pálida, un viejo amigo quién le había cedido su puesto. Lee Jonghyun y Kim Jonghyun, amigos desde el pre-escolar, el dúo dinámico que en su momento fue la peor pesadilla docente.
-¿Ya sabes que hacer, no?- preguntó el joven que lo esperaba recargado en los pequeños casilleros.
-Claro, sería el colmo no saber qué hacer -comentó Jonghyun con suma seguridad al abrir su casillero y sacar su uniforme –en el peor de los casos iré corriendo hacia ti, llorando por tu amplia sabiduría- ambos rieron un poco. El de menor estatura se colocó la camisa y una gorra poco llamativa. Guardó su mochila sintiéndose preparado –… técnicamente estoy volviendo al hoyo del que había salido- sacudió su cabeza llevando ambas manos a sus mejillas.
-Eso te pasa por no respetar los códigos de “no se permite usar el celular” –negó levemente el de mayor estatura –Jjong… realmente tenías el mejor de los empleos… no creo que vuelvas a conseguir un trabajo en una tienda de instrumentos musicales, con tantas horas libres…- habló irónico cruzándose de brazos.
-Si fueras mi amigo no me recordarías mi desgracia – bufó Jonghyun.
-El novato pidió permiso para llegar tarde- explicó Lee Jonghyun, ignorando por completo su comentario –así que hoy empiezas tú solo…-estiró su mano ofreciéndole a su amigo las llaves del establecimiento- aún sigo sin creer que Jessica te devolviera el empleo y te dejara de supervisor después de habernos dejado en temporada alta…
-Ambos sabemos que me trae ganas- comentó Jonghyun totalmente despreocupado- y no la culpo, puede que yo sea lo mejor que haya visto en toda su vida –tomó las lleves y se las llevó al bolsillo del pantalón.
-El modesto ha hablado- disimulando su sonrisa, el más alto giró sus ojos. –Bueno Jjong, te dejo, hoy también es mi primer día en mi nuevo trabajo
-¿Nuevo trabajo?- preguntó perplejo, tenía entendido que su amigo simplemente había decidido tomar un descanso del mundo laboral y vivir de sus ahorros.
-Creo que ya estás preparado para saberlo… pero… me dieron empleo en CNBLUE… ya sabes, esa tienda de música gigante, con buen sueldo y con horarios accesibles – sonrío con picardía antes de salir corriendo - ¡Gracias, Jonghyun! –gritó antes de desaparecer.
Así que Lee Jonghyun, su amigo desde que tenía memoria le había robado el empleo después de que lo hubieran corrido… Jonghyun se encargó de maldecirlo tantas veces como él mismo fue maldecido por Minho.
Minho
Llegó al restaurante, que más bien parecía una refresquería de los años 70’s, que también se encontraba en la misma plaza casi universitaria, con la esperanza de cruzar la puerta a tiempo.
-Llegas tarde Minho- escuchó una voz a sus espaldas. –ya sabes cuál es el castigo- inconscientemente tembló, odiaba que le pasara esto.
-Pero, Donghae… -murmuró a modo de súplica. Donghae era un chico mayor que Minho, él era su jefe y fuera del trabajo, aunque también en el mismo, eran muy buenos amigos.
-Lo siento Minho, puedo perdonar un par de minutos, pero dos horas… -suspiró el mayor- si lo dejo pasar los demás se quejarán y dirán que tienes favoritismos, eso es algo que no nos podemos permitir- habló colocando sus manos en los hombros ajenos -¿Todo en orden?, ¿Por qué llegas tan tarde? –preguntó realmente preocupado, dejando un poco de lado su postura como su superior.
-M… me quede dormido- Minho explicó apenado – no tengo idea de por qué Jjong no me despertó, ya sabes que él es mi alarma, lo siento, no volverá a pasar –habló un tanto rápido golpeando las palabras jurándose al mismo tiempo en no volver a confiar en Jonghyun.
-Menos mal que solo fue eso- sonrió Donghae –tomate el día Minho, yo sé que tuviste un día difícil ayer, no te apures.
-Gracias- Minho le devolvió la sonrisa.
-Pero el día de hoy será descontado, eso es algo que no puedo evitar- sentenció el mayor, obligando que Minho fingiera seguir sonriendo ante la noticia, comenzando a maldecir de nuevo a ese desgraciado Hobbit.
Trató de salir lo más calmado que pudo del establecimiento, pero en realidad estaba hecho una furia, en cuento cruzó la puerta salió corriendo directo al local en donde sabía que Jjong estaría, en donde lo mataría.
Ahí estaba, con unos jeans desgastados, la camisa color naranja y detalles en color negro de su uniforme, con esa ridícula gorra negra que tenía escrito, al igual que la camisa, “Gee” con gigantescas letras blancas. Totalmente despistado, recargado en el mostrador. Ahí estaba ese Hobbit que no volvería a ver la luz del día.
Al llegar notó algo, algo nuevo, y ¿Por qué no?, algo raro. Todo este tiempo pensó en que Jonghyun sería de nuevo el compañero del Hobbit, pero no, quien estaba ahí no era Jonghyun.
-Buen día, bienvenido a la nevería Gee, donde el mundo helado tiene sabores de arcoíris- volvió a escuchar su voz, provocando de nuevo que olvidara todo -¿Qué le puedo ofrecer?
-No, Taemin, esa rana no viene por nieve, viene por mi amor, pero aún no acepta mi rechazo- alcanzó a escuchar lejanamente la voz de Jonghyun.
-Woah, lo siento… -sonrió leve el menor- Jonghyun-hyun, creo que tendría que ser más claro en él entontes –río un poco junto con su nuevo jefe.
-Lo sé, pero creo que soy el amor de su vida- parecía que Taemin y Jonghyun se llevaban bien… espera, ¿Qué?