Capítulo 1: Caminos Cruzados.
-¡Dije que no! ¿Qué no entiendes? ¡No voy a ir!
- Ya me estoy cansando de tu altanería Vegeta, será mejor que obedezcas o te pesará.
-Me importa un comino lo que pienses hacer, no estoy interesado en ese tipo de ‘ceremonias’ o como sea que le llames a esa ridículas reuniones a las que por ‘obligación’ de la realeza debo asistir.
-Hijo, ya es hora de que sientes cabeza, tienes obligaciones para con tu planeta, ya has cumplido 25 años, ¡Es hora de que busques un engendrador y así tener un bonita familia y vivir felices! Para poder sucederme en el trono del planeta Vejita deberás tener pareja. –Decía un poco más calmado el monarca-
-Bah, lo que sea igual si voy a esa ‘reunioncita’ no voy a escoger a ningún engendrador ni nada por el estilo. ¡Adiós su Alteza! –Decía el Príncipe Vegeta mientras salía volando a toda velocidad por la ventana del castillo-
-¡Guardias! ¡Atrápenlo antes de que se…! Vaya..otra..vez. –Exclamó desganado el padre del Príncipe.
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En la ciudad central de Vejita:
<ATENCIÓN: A TODOS LOS HABITANTES DE VEJITA, SE HA ESCAPADO DEL CASTILLO POR QUINTA VEZ SU MAJESTAD EL PRÍNCIPE VEGETA CON RUMBO DESCONOCIDO, A AQUEL QUE INFORME SOBRE SU PARADERO LE SERÁ RECOMPENSADO ALTAMENTE –sonido de alarma- POR FAVOR ESMERARSE POR ENCONTRARLO ANTES DE LAS 8:00 PM HORA DE LA CEREMONIA DE ENGENDRADORES. REPITO: ANTES DE LAS 8:00 PM –sonido de alarma->
-Oye Ryota, ¿a dónde crees que se habrá escapado el Príncipe esta vez?
-La verdad es que nadie sabe nunca a donde va, él siempre llega 24 o 48 horas después de la ceremonia. Oye por cierto, ¿tu hijo iba a ir?
-Ese jovencito, como todos los engendradores del planeta, está perdidamente, y hago énfasis en esa palabra, enamorado del Príncipe, pero este nunca se ha presentado a esa celebración, por eso es que no va.
-Ahh, bueno me pregunto cuál... ¡Oye! No seas tan brusco! -Exclamaba el ciudadano al momento en que un grupo inmenso de soldados atravesaron corriendo y otros volando las calles de la ciudad.-
-Parece que este año si van a ‘capturar’ a ese muchacho.
-Tú lo has dicho Ryota.
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Muy lejos de ahí, en las afueras de la ciudad…
-Qué bien se siente atravesar los cielos de Vejita a esta velocidad… -Pensaba el Príncipe satisfactoriamente-
-Un momento... El scouter no está mal… vienen… ¡MÁS DE 2000 SOLDADOS A BUSCARME! Esto debe ser mentira, tengo que salirme con la mía como todos los años. –aumentaba la velocidad de vuelo al tiempo que escuchaba unas exclamaciones-
< ¡Ahí lo veo! ¡Es el príncipe, sin duda!>
-¿Hn? ¡Ahí vienen esos! –decía el hijo del Rey Vegeta.-
< ¡Aumenten velocidad! ¡El scouter dice que está a unos 3000 metros!>
-Será mejor que busque refugio en ese bosque y oculte lo más posible mi Ki. Ese árbol se ve como un perfecto escondite. –dijo al momento en que una sonrisa cínica se formaba en su rostro-
En ese momento el Príncipe resolvió ocultarse tras ese árbol confiando en que nadie pasara por ahí, sino, se darían cuenta de su refugio.
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-Dios mío llego tarde, mi madre se enfadará, no debí quedarme a ver la vitrina de los dulces en la ciudad. Ahh, ahh, debo darme prisa. –volaba a toda velocidad un joven saiyajin de facciones y cuerpo impresionantemente hermosos y cabello en puntas negro, pero de pronto se dio cuenta de algo…
-¿Eh? Y esa cantidad de soldados, ¡Ah! Debe ser… Mejor corro.
Descendió a un pequeño bosquecillo y nuevamente empezó a correr a una moderada velocidad. Llegó un punto en que no podía más y se detuvo un momento a descansar. Se recostó en un árbol muy amplio y grande.
-¡Qué lugar tan hermoso! –decía el joven de fleco largo-
-¿Hn? ¿Acaso alguien se recostó en este árbol? Espera, ¡No puede ser! ¡Ahí vienen esos inútiles – pensó nuestro Príncipe-
Mientras el joven miraba el hermoso paisaje, respiraba profundamente cuando de pronto.
-¿Eh? ¡Oye tú! ¡SUÉLTAME! Que mphfff! Mmmmpf!
Sintió que alguien lo tomó por la espalda, tapó su boca y arrastró hasta la parte trasera del árbol.
-Shhh! Ni se te ocurra hacer ruido.
-HNNN! MPHFF! –todavía no podía ver a su captor-
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-Estoy seguro de que aquí sentí el Ki del Príncipe-
-Debe ser que ya no sirves para soldado, Souta. Deja tus tonterías y vamos al pueblo siguiente haber si lo encontramos.
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-Hnn! Ahhh! –sintió como la mano enguantada que apresaba su boca finalmente se retiró-
-¿Por qué rayos me tomó así que no ve que…
El joven se giró y fue una total sorpresa lo que le estaba viendo directamente a los ojos.
-¡S-SU M-MAJESTAD! –exclamó con total asombro-
El príncipe no podía creer lo que veía. Un joven asombrosamente hermoso, unos ojos grandes y muy expresivos cubiertos por el largo fleco que caía sobre ellos, piel blanca, labios finos, un cabello hermoso y rebelde. Un cuerpo esculpido con caderas algo sobresalientes.
-Su majestad es tan atractivo como escuché en el pueblo. Era cierto. Pero…
-Este joven es hermoso. Debe ser un engendrador. Debo saber más.
-Oiga, su Alteza, ¿por lo menos me podría soltar?
-Di tu nombre. –dijo mirándolo fijamente-
-¿Para qué?
-Di tu nombre.
-Mmm, Kakarotto.
-Kakarotto ¿eh? Eres un engendrador, ¿cierto?
-Sí. Mire, disculpe, ¿podrá seguir con su entrevista otro día? Tengo mucha prisa, mi madre me está esperando hace 2 horas en mi casa, de seguro está furioso.
-Qué carácter, está bien. ¿Dónde vives Kakarotto?
-Vivo acá a 2 kilómetros de este pequeño bosque en un pequeño asentamiento lejos de la ciudad. Mire su alteza sé cuáles son sus intenciones. Últimamente me han preguntado mucho eso y no ha sido para nada más que para poder aparearse conmigo. No quiero tener más de este tema. Quiero que sepa que he rechazado a TODOS los dominantes que han querido llegar a esa parte conmigo. Y no porque usted sea el Príncipe de este planeta significa que tengo la obligación de hacerlo. Tengo cosas más importantes. Adiós.
-¡Oye! ¡Espera! ¿Cómo te atreves a dejar a tu Príncipe ‘con la palabra en la boca’?
-¡Lo siento Alteza!
Dicho eso Kakarotto se dirigió al pequeño pueblo donde residía junto a su madre, Bardock y su hermano mayor, Raditz. Buscó su casa, abrió la puerta sabiendo ya a quién y cómo lo encontraría.
-¡Kakarotto! ¿Por qué tardaste tanto? ¡Me tenías preocupado! ¡Se hizo tarde para preparar la comida!
-Hehe, lo siento mamá, es sólo que…
-¡Te distrajiste viendo la vitrina de los dulces en la ciudad mientras comprabas la comida! ¿Cierto?
-Sí, mamá. –dijo algo cabizbajo- ¡Pero no puedo evitarlo! Me gustan mucho los dulces, es difícil que nosotros podamos acceder a lujos como esos, pero eso no evita que yo pueda distraerme un poco observándolos. Además, no fue solamente por eso que me retrasé.
-¿Entonces? –preguntó Bardock serio y con los brazos cruzados mirando a su hijo-
-Es que cuando regresaba tuve que parar el vuelo para descansar un poco, aterricé en un bosquecillo porque vi unos soldados dirigiéndose hacia mí.
-Seguro son los soldados que buscaban al Príncipe Vegeta.
-Sigo, encontré un árbol en el cual me recosté a descansar un poco, cuando me encuentro con que unos brazos fuertes me sujetan por detrás y me halan hacia la parte trasera del árbol. No podía hablar porque ese saiyajin me tapó la boca. Cuando ya pasaron los soldados me soltó. Iba a decir muchos insultos pero me detuve al ver que era el muy buscado Príncipe.
-¿T-Te encontraste con el P-Príncipe? ¿Qué te hizo? ¿Qué le dijiste?
-Sí, sólo se me quedó viendo fijamente a los ojos por lo cual me asusté un poco, pero después reaccionó cuando le dije que me soltara. Me preguntó cosas como mi nombre, dónde vivo, si soy engendrador y eso.
-Y, ¿qué hiciste?
- Tuve que responderle mamá, obvio, porque me lo ordenó. Es el hijo del Rey del planeta. Claro, contesté de mala gana. Creo que lo notó. En fin, luego empezó a preguntarme más cosas y me harté así que le dije que no estaba interesado en ‘estar’ con nadie, y me fui.
-¡¿RECHAZASTE AL PRÍNCIPE DEL PLANETA VEJITA?!
-Sí.
-¿¡Y ESO COMO POR QUÉ KAKAROTTO!?
-Ya te dije que por ser el Príncipe no va a ser la excepción. Todos los dominantes conmigo buscan sólo sexo. Nada más. De seguro que detrás de ese físico bonito y atractivo es un horrendo monstruo egoísta, grosero e insensible. Yo no busco eso en un dominante.
-Kakarotto, no sabes cómo se comporta ni cuáles son sus sentimientos hacia los demás, ¿cómo puedes juzgarlo sin conocerlo? Hubieras tenido una gran oportunidad de saber si es una buena persona. A lo mejor estaba interesado en conocerte mejor y tú sólo le diste una pésima primera impresión.
-Parece que no le dí importancia. En fin tengo hambre. Será mejor que empecemos a cocinar rápido. Y por cierto, ¿Raditz?
-Aún no llega, sabes que está en el grupo de ‘primera clase’ junto con Nappa, tu primo Turles, Broly y su majestad el príncipe Vegeta.
-Cómo me gustaría estar en ese grupo, debe ser tan divertido conquistar planetas cada semana.
-Lo sé hijo, pero como eres un engendrador de tercera clase, eso es imposible. Esto es a lo que NOSOTROS estamos resignados a conformarnos.
-Si…
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Muy lejos de allí, se encontraba nuestro Príncipe favorito pensando…
-Ese joven es tan hermoso. Tiene una dulce voz, angelical, su expresión inocente e infantil. Es tan PERFECTO. –decía para sí mismo el Príncipe-
-Espero algún día volver a verlo. Mientras, iré a la casa que tengo en la colina de la cascada de Vejita.
La casa a la cual se dirigía P. Vegeta es una que mandó a construir secretamente para sus huidas anuales. Muy bonita, acogedora y amueblada con excelente vista. Al llegar abrió la puerta, caminó por el pequeño pasillo hasta encontrar la puerta que daba a su habitación. Tomó una ducha y se cambió de ropa.
Daban las 9:30 PM, ya recostado en la amplia cama, sólo quedaba una cosa en su mente.
-Kakarotto…