Capítulo 015.
15 Canciones
Preguntándonos en la noche,
Cuantas eran las posibilidades de que estuviéramos
Compartiendo un amor al final de la noche
— Strangers in the night
(Frank Sinatra)
Habían arreglado las goteras de la cancha y la lluvia, aunque no había escampado del todo, se había hecho menos densa. La comidilla del día había sido que Xi Lu Han, el Presidente de la Clase 2-1 y Oh Se Hun, un alumno de tercer año de secundaria, habían llegado juntos a la escuela, recién duchados y haciendo bromas entre sí. Si había alguna duda de que ellos eran una pareja, se había esfumado.
Se dice que cuando la gente tiene sexo se vuelva más bonita y al parecer, pese al clima gris, ese día la sonrisa de Lu Han deslumbró al colegio. Si había alguien que no estaba atraído por el castaño, ahora lo estaba.
A Chan Yeol le pareció cómico que todo el mundo estuviese tan atento a la vida de los demás. ¿Acaso nadie tenía una vida propia que todos se dedicaban a husmear en la vida de los demás? Mientras caminaba hacia la cancha (Aun no estaba del todo seca, pero tenían que practicar ya que tendrían un partido muy importante el fin de semana) tomó su celular y revisó su cuenta en Facebook. Abrió su muro y lo miró, no notó en qué momento había empezado a sonreír como siempre lo hacía, pero supuso que fue cuando vio aquella fotografía que su novio había subido.
Byun Baek Hyun [Hace un momento]
¡Que llueva, que llueva! Vamos, mira hacia el cielo
¡Que llueva! De que llueva lluvia, lluvia, lluvia (8)
Ese comentario estaba junto a una selca, en donde salía el rostro de su novio apoyado sobre una ventana mientras hacía un sentimental puchero. Sonrió más grande y le dio like. Antes de que él pudiese escribirle algo lindo, como el novio cursi que era, vio otro comentario.
Jung Jin Young [1m] Tu, mocoso, ¿Qué clase de cosas estás tramando?
Kim Min Seok [Hace un momento] Seguro está escribiendo un nuevo fanfic YaDong, es eso.
Jung Jin Young [Hace instantes] Más bien está planeando como hacer un live-action de un fic YaDong ¬w¬
Byun Baek Hyun [Hace instantes] ¿Qué clase de cosas están diciendo, pervertidos? *///*
Chan Yeol ladeó la cabeza, intentando contener su risa. No sabía que esa fue la primera advertencia que recibiría a lo largo de ese día.
***
Jong In no supo de donde saco el coraje para hacer lo que hizo, porque estaba seguro de que lo hizo estando en sí mismo completamente. Pero allí estaba, invadiendo la casa de Kyung Soo cuando vio que el hombre malo que vivía con él se había ido.
Lo que vio allí dentro le partió el alma en dos. Vidrios rotos por todos lados y manchas de sangre esparcidas horriblemente por todos lados. En su video juego favorito, llamado Outlast, había que seguir la sangre para avanzar, pero nunca pensó que eso pudiese pasar en la vida real. Siguió el horrible camino de sangre, seguramente le guiaría por la casa hasta llegar a su repostero. Lo llevó hasta una puerta que estaba entreabierta. La abrió en completo silencio.
Kyung Soo estaba hecho un ovillo en la tina del baño, el agua rebosaba y la cabeza de cabellos oscuros apenas sobresalía de la película del agua. Tenía los ojos fuertemente cerrados y murmuraba algo. Tardó en unos segundos en entender que repetía dos frases: <<Estoy bien>> era una <<Fue mi culpa>> era la otra. Cuando el agua derramada tocó la punta de las zapatillas de Jong In, reaccionó y se abalanzó sobre la tina.
Do dio un chillido por la sorpresa, pero en conmoción como estaba, ni si quiera pudo reaccionar cuando el menor lo sacó de la bañera y lo abrazó fuertemente, ambos estaban arrodillados en el suelo del baño que estaba cubierto por una mezcla de agua, sangre y el barro de las zapatillas del muchacho.
Kyung Soo no tenía las fuerzas para empujar al muchacho, porque estaba seguro que el penetrante perfume de Lobo Alfa del bailarín quedaría impregnado por toda la casa y por su ropa. Había algo en el bailarín que hacía que su mente le dijera lo mismo que cuando veía a su novio: Corre por tu vida. Pero en ese momento, Jong In era lo más cercano a un ángel que alguna vez vio.
— Oh, hyung. Estaba tan preocupado, creí que morirías —
Rápidamente, el mayor unió puntos y descubrió que el bailarín ya sabía su secreto que escondía tan meticulosamente. Aun así, no se alejó, pero sabía que el moreno sentía asco al verlo, era lo que todos sentían. Su relación con el hombre había iniciado hacía cuatro años, cuando tenía dieciocho y era un muchacho inocente que venía de un pequeño poblado en Goyang. Luego de tres meses de hermosa relación, aceptó mudarse con el sujeto mayor y fue allí que comenzó su tortura, cuando estaban por cumplir un año de relación, se lo dijo a su padre, pero este volteó el rostro y lo dejo a su suerte, sin tener a donde ir ni en quien confiar, no tuvo otra opción que dejarse maltratar por el hombre. Aunque le dijo a varias personas que creyó de su confianza sobre su relación enfermiza, nunca nadie le tendió una mano porque era asqueroso que un hombre fuese golpeado por otro.
Así que era algo raro estar recibiendo tanta atención por parte de alguien tan caliente como Kim Jong In. Han Wie siempre le repetía lo horrible y patético que era, le decía que nadie nunca lo iba a querer. Y era cierto, nadie nunca fue capaz de quererlo lo suficiente como para sacarlo de allí y él solo no podía.
— Te llevaré a un doctor —
— ¡No! — chilló completamente horrorizado. Si lo descubrían así y arrestaban a Han Wie ¿A quién diablos recurriría? ¿En donde se quedaría? ¿Qué haría con su vida? ¿A quién serviría? — No… N-ni se te ocurra —
— Está bien, hyung. Es una amiga mía, no te llevaré en un hospital, ella siempre me chequea cada vez que hago de las mías y no quiero que mi empresa se entere — rio un poco, algo avergonzado.
Kyung Soo no podía luchar contra Jong In y le asustaba eso. Había algo en su mirada que decía que si lo desobedecía terminaría peor de lo que Han Wie le había dejado. Y era raro, porque de alguna forma quería ver lo que su furia tiene preparada para él. Asintió y se dejo cargar. No estaría mal recibir algún calmante para su dolor. Aun así, tenía miedo de que lo dejasen solo. No soltó a Jong In en ningún momento, aunque sabía que en algún momento debería dejarlo ir.
— Todo estará bien, hyung. Te prometo que estarás a salvo de todo — <<Inclusive de mi>>
El bailarín le hablaba sosteniendo su rostro entre sus manos para que le mirase. Los grandes ojos del repostero temblaban. Había dejado la casa completamente sucia y no le daría el tiempo para limpiarla antes de que su novio llegase. ¿Qué haría cuando aquel hombre viese aquel desastre que él mismo había causado? Cerró los ojos con solo imaginar lo que tendría que atravesar. Tenía mucho miedo.
— No pienses en cosas malas, Kyung Soo. Solo concéntrate en mi y todo estará bien —
Por algún motivo, que una voz firme y clara le prometiera algo con tanta seguridad, le tranquilizó. No estaba en desacuerdo con que Jong In le cuidase, pero no quería afrontar las consecuencias de eso.
El bailarín miraba como el cuerpo frente a él temblaba. El nunca fue bueno tranquilizando o consolando a alguien, solo conocía una manera. Un solo cable a tierra. Sus manos que sostenían el rostro del pelinegro se deslizaron hacia sus mejillas con suavidad. Lo único que quería era que su hyung dejara en blanco su mente.
Lo besó.
Y el demonio Do Kyung Soo pareció calmarse, supo que en cualquier momento le empujaría. Pero Kai había tomado la situación entre sus manos, lo arrinconó contra una pared y sujetó sus muñecas. Jong In sabía que lo que estaba haciendo posiblemente lo asustaría, pero su lado poco racional mandó todo al diablo, los labios del repostero, grandes y esponjosos, parecía haber nacido para su boca.
***
Corría la hora del almuerzo y era el único momento en el que Se Hun y Lu Han podían verse antes del club. Los muchachos habían tomado la costumbre de comer juntos en la azotea del colegio. Estaban dirigiéndose hacia allí cuando pasaron frente a la pizarra de anuncios. Lu Han dirigió su mirada para ver si había algún aviso importante, pero se encontró con un enorme cartel color pastel, corrió hasta estar más cerca de la pizarra y leyó con rapidez. Segundos más tarde, Se Hun estaba detrás de él.
Números Musicales Aprobados para el Festival de Primavera
—Henry Lau—
Rivers flows in you de Yiruma
Numb de Linkin Park
Tunnel of love de Dire Straits
—Siren—
(Byun Baek Hyun, Park Chan Yeol, Kang Min Hyuk)
Love Song de BumKey ft. Rhythmking
Girl on Fire de Alicia Keys
Set fire to the rain de Adele
—Kim Jong Dae—
The Lazy Song de Bruno Mars
Impossible de James Arthur
Let her go de Passenger
—Kim Jong Hyun—
Y si fuera ella de Alejandro Sanz (Corean ver.)
Pompeii de Bastille
—Lee Hong Ki—
Love me again de John Newman
Safe & Sound de Taylor Swift
Human de Christina Perri
—Xiao Lu Han—
Byul de Kim Ah Joong
Le vie en rose de Edith Piaf
Stranger in the night de Frank Sinatra
Profesor a cargo: Lee Jong Suk.
Lu Han chilló de la emoción, su primera reacción fue girarse hacia el menor y abrazarlo por el cuello con fuerza, demasiado feliz, casi arrojándose a sus brazos, hizo que el otro trastrabillara y se riera. Una chica que pasaba por allí, pequeña y con rasgos bien definidos miró esa escena con cierto desdén.
— Dios, quedé ¿No es fantástico? Sé que no es la gran cosa pero…
— Es fantástico— le cortó el menor.
Xi sonrió y no se dio cuenta que Oh seguía sosteniéndole por la cintura, o tal vez no le importó.
Tal vez era por la humedad o quien sabe porqué. Pero el cabello del rubio estaba más lacio de lo normal y le caía sobre el rostro de manera rebelde. El mayor le acomodó el cabello, para que quedara de la manera usual. Sus dedos se deslizaron para la afilada mandíbula del más alto, acariciando suavemente.
— ¡Hyung! ¡Qué suerte! ¿No? ¡Baek Hyun y tu quedaron! — comentó Baek Hyun parándose a su lado.
El castaño y el rubio se separaron con parsimonia luego de que escucharon la voz de Byun, como si hubiesen estado adormilados luego de salir de su propio mundo. Lu Han parecía aun medio atontado.
— ¿Ustedes son Siren? — preguntó Se Hun
— Sip, nosotros y un amigo — comentó Chan Yeol quien, como siempre, tenía a Baek Hyun abrazado por los hombros.
— Los escuché cantar en EXO el otro día —
— Oh, Dios. ¡Alguien nos reconoció! ¡Que felicidad! —