Capítulo 018.
18 Dolores
Te escucho respirar,
Estas mintiendo a mi lado
— Always be mine
(F.T. Island)
Se Hun se preguntó cómo diablos habían llegado a ese lugar. Estaba completamente seguro que ese no era el vestidor en donde el quipo de su escuela estaba preparándose. Miro a Lu Han pero este parecía estar tan o más perdido que él. Además había algo que parecía estar llamando su atención.
La mirada de Xi estaba fija en un bolso. No parecía ser de una marca en particular, era de cuero oscuro y tenía varios parches, pero tenía dos colgantes, uno en forma de ciervo y otro en forma de dragón. De pronto, al mayor parecía casi faltarle el aire y lo único que quería hacer era correr en ese momento.
Sin darle tiempo si quiera a su corazón a comprender lo que sucedía y cuando escuchó una voz grave resonar en los pasillos, hizo lo que su instinto de supervivencia le decía. Salió a correr.
— ¡Hyung! — exclamó el menor.
Se Hun salió disparado detrás de él. Cuando salió casi se choca con un chico alto (Posiblemente era más alto que Chan Yeol) y con el cabello rubio oscuro, pero le pidió disculpas con una mínima reverencia y siguió su camino. Por poco y pierde al mayor, corría bastante más rápido de lo que pensó.
Lo siguió exclamando su nombre de vez en cuando, pero Xi parecía no tener ni la menor gana de escucharlo o siquiera frenarse. ¿Cuánto más correría? Estaban en una plaza cerca de la cancha cuando pudo alcanzarlo lo suficiente como para tomar su brazo. En su camino de voltearlo, por la inercia del movimiento, trastrabillo y cayó hacia delante, llevando al suelo con él a su hyung. Gracias a sus reflejos (Que aparecían cuando querían) evito aplastarlo con su cuerpo apoyándose en sus codos. Escaneó con sus ojos al mayor para ver si se había lastimado o algo parecido.
Lu Han estaba llorando como un niño pequeño, con los ojos cerrados intentando limpiar sus lagrimar con el dorso de su antebrazo e intentando calmarse. Se Hun no tenía ni la menor idea de que le sucedía. Se cambió de posición y se sentó al lado de su hyung antes de tomarlo entre sus brazos y abrazarlo fuertemente. Xi se permitió seguir sollozando sobre el hombro del menor.
— Está bien, hyung — murmuraba Se Hun mientras acariciaba su espalda.
El mayor se permitió seguir llorando un poco más, pero no podía seguir haciéndolo de forma natural con Oh acariciándole de esa manera. Aun así no lo soltó. Aun hipando sobre el hombro del menor, su respiración comenzó a normalizarse. Se dio cuenta que volvía a estar sentado entre las piernas del rubio como aquella noche de tormenta.
Se Hun sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo tendió, algo avergonzado el otro aceptó. Oh siempre tenía algo con que limpiarse cerca, porque, por lo general, siempre se manchaba con pintura o cosas así y era ridículo andar con manchas de colores por ahí.
— ¿Qué paso? — preguntó cuando creyó que se había calmado.
El ciervo miró los ojos negros del rubio y supo que no había manera de que dejara pasar esa pregunta, suspiró pesadamente arrastrando su mano por su cabello para acomodarlo un poco, aunque, más que arreglarlo, lo desacomodó más.
— Reaccione un poco exageradamente al enterarme que mi ex novio estaba por ahí —
— ¿Un rubio alto con cara de asesino serial? —
— Pareciera que te estás describiendo a ti mismo — intentó bromear un poco.
— Hyung… —
— Supongo, todos los que conocí en China eran bastante más altos de yo, pero él era bastante más alto que el resto del mundo —
— ¿Y qué paso entre ustedes dos? —
— Bueno, yo estaba muy enamorado de él y tal vez el me quiso en algún momento. Todos mis amigos me decían: Es un idiota, no está enamorado de ti y va de falda en falda, no te acerques. Pero a mí me gustaba, porque tenía todo lo que yo creía que pertenecía a mi pareja ideal — suspiró considerándose un tonto así mismo por milésima vez en su vida — Y como siempre fui bastante terco y un poco más de mimado, yo lo que quería era que fuese mi novio y lo conseguí. Yo hice todo lo que estuvo a mi alcance para enamorarlo, pero simplemente no estábamos destinados a estar juntos —
— ¿Lo engañó? —
— No, dentro de todo tenía ciertos códigos. Simplemente me cansé de amar y no ser amado. Así que lo deje. Ahora que lo digo en voz alta, suena ridículo. — rio amargamente.
— Hyung, nada que tenga que ver con usted será ridículo para mí— Se levantó del suelo, sacudiéndose un poco antes de tenderle la mano para ayudarlo a levantarse — Ahora, vamos, Chan Yeol hyung estará esperando porque le alentemos —
Caminaron con tomados de la mano nuevamente hacia la cancha. Se Hun, aprendió que la próxima vez preguntaría bien por las direcciones a las que quería ir.
***
Min Ho miró con curiosidad los arañazos en la espalda de su capitán, ladeando su cabeza tardó un comprender a que se debían esas lastimaduras, hasta que lo hizo gracias a la mirada socarrona de Woo Bin (En realidad, se llamaba Hyun Joong, pero odiaba que le llamaran así) Sonrió pícaramente. Todo el plantel del equipo se miró entre sí. Chan Yeol tarareaba suavemente mientras se cambiaba su ropa de entrenamiento por la del partido. Woo Bin hizo un par de gestos y Min Ho tuvo que contener su risa para que el orejón no le escuchase. Con eso, tendrían tres semanas para hacerle burla al muchacho.
— Oh, si yo tuviera un novio como Baek Hyun también le daría duro antes y después del partido, sobre todo si ganamos —
Choi miró con sorpresa a su compañero, no debió haber dicho eso. Hasta Hyun Joong, quien no era demasiado escrupuloso a la hora de hablar, enarcó una ceja. La única manera de molestar a Park era despreciar de alguna manera a Byun. Y cuando el capitán se giró sobre sus talones mirando seriamente al muchacho que habló, supo que no le había gustado nada el comentario que hizo.
— Ignoraré lo que has dicho, solo porque debemos jugar ahora — se puso la toalla al hombro — La próxima vez que digas algo tan morboso acerca de él, no lo cuentas —
El muchacho se tensó y Min Ho siguió con grandes zancadas al muchacho de grandes orejas.
***
Jong In amaba ver jugar a los basquetbolistas. Esos partidos lo llenaban de adrenalina y quería abalanzarse sobre los árbitros y sobre los jugadores cada vez que perdían una canasta. Pero Kyung Soo no parecía tan emocionado en ver el partido, si no en analizar al muchachito que lo estaba cuidando. De muchachito tenía poco, ni el físico, ni nada. Su psique era tan cambiante que hasta podría marearse, podía pasar de un instante a otro de ser la cosa más dulce del planeta a ser una bomba sexual con altas probabilidades de hacerle daño. En ese momento parecía un cachorrito, sentado un poco más adelante que él en la cama, siguiendo con los ojos y la cabeza la pelota. Pero sospechaba que si lo provocaba un poquito su otro lado saltaría a flote enseguida.
Pensándolo, no creía que Jong In fuese un muchacho de flores y bombones. <<Me gustaría un chico de flores y bombones>> pensó <<También me gustaría volver a ser lo que era antes>> Sacudió un poco su cabeza. Lo que pensaba era idiota, toda su vida había sido patético y ahora lo era más.
— ¿Cómo te pagaré todo esto? — preguntó de repente.
El moreno le miró por sobre su hombro, con una mueca confundida en el rostro. Kyung Soo le había sacado por completo de su órbita de adrenalina y chicharras. Parpadeó un poco y le dedicó una sonrisa. Si fuera solo él, ese niño inocente, podría amarlo sin dudar, pero había algo más que lo perturbaba.
— Lo hago porque me gusta hyung, no necesito nada más que eso —
— No seas zonzo, es obvio que algo pretendes —
El bailarín sonrió con cierta malicia y se acercó como un gato. Kyung Soo se incorporó de golpe arrastrándose hasta chocar con el cabezal de la cama. Ese no era el cachorrito que hacía unos instantes le hablaba.
— Eres inteligente, Kyung Soo —
El rostro del menos estaba tan cerca que podía sentir como su aliento chocaba contra su rostro. Podía ver las motas negras dentro de sus ojos marrón chocolate y la manera en que sus labios delineaban las palabras era realmente deliciosa a la vista.
— Dicen que el infierno puede ser divertido si estás con el demonio correcto — su voz era más profunda y más lenta, tenía una sonrisa torcida gravada en el rostro.
Kai besó a Kyung Soo con ansias, Jong In había estado impidiéndolo porque notaba que uno de los golpes que aquella bestia horrenda le había dado, había lastimado el labio inferior de su hyung. Do estaba conmocionado, le dolía aquello, pero no tardo en corresponder al más joven. Le dolía la cabeza por haberse levantado tan rápido y estaba seguro que la herida de su boca se había abierto devuelta porque aquel beso que le sacaba el aire tenía un sabor entre metálico y dulce que lo cautivaba aun más. Una de las manos de Kai lo tenía fuertemente agarrado por el cabello y el repostero, en vez de quejarse o intentar zafarse enredó sus brazos sobre el cuello ajeno. El menor en ningún momento cerró los ojos, sus profundos orbes lo miraban fijamente y –a veces- sonreía lascivamente sobre el beso.
El moreno se volvió sobre su hombro rompiendo el contacto, Kyung Soo deshizo su agarre repentinamente cohibido por haberse lanzado así a los labios de alguien.
— Oh, Chan Yeol-hyung ganó —