Capítulo 35
35 Maneras de estar más cerca
He contado un millón de mentiras
Pero ahora te digo la verdad
Estas tú en todo lo que hago
— I bet my life
(Imagine Dragons)
El Club de Cantantes Muertos estaba visiblemente más vacío y hueco sin Byun Baek Hyun, pero sabían que en algún momento volvería a llenar sus vidas nuevamente con sus alegorías en tercera persona y demás costumbres que se volvieron casi diarias.
— Hey, ¿Estás bien? — le preguntó Min Seok a Jong Dae uno de esos días ostentosamente calurosos.
— No —
— Sobre que me preocupo por ti me contestas de esa manera —
— Ugh… Perdón, es que llegó un mocoso nuevo a mi curso, tiene el cabello alocadamente rosado, me recordó a Se Hun, pero es mil veces más molesto, no me acuerdo su nombre, pero nos obligó a que lo llamáramos… ¿Zeta?....No espera, no era así…¡Zelo! —
— ¿Cómo el dios griego? —
— ¿Hay un dios llamado así? —
— Sí, es el dios del fervor, pero también de la discordia. Era hijo de Estigia y de Palas y… —
— Ya, no me interesa saber sobre esa deidad tuya —
— Es exageradamente molesto, habla mucho, sonríe mucho. Demasiado feliz para mi gusto —
— Tu odias la felicidad de las personas —
Jong Dae se encogió de hombros y Min Seok bufó, ese tipo, siempre sería un grandísimo idiota.
***
Jong In esperó pacientemente sentado casi sobre la puerta de su casa, Kyung Soo tenía una copia de su juego de llaves y por lo tanto iba y venía cuando quería, aunque nunca salía demasiado, no hacía otras cosas más allá de ir a trabajar y al mercado por provisiones. Estaba preocupado por la seguridad de su hyung y no descansaría hasta saber que el mayor estaba bien.
Cuando Kyung Soo llegó, estaba completamente exhausto por el arduo día, el cuerpo le dolía por completo y su piel le ardía en diversas zonas, todo el día, tuvo la sensación de tener las manos de Kai por todo su cuerpo y era molesto. Además, parecía que todos los comedores de postres del mundo se habían reunido justo aquel día en EXO, aunque eso alegraba a Seung Hyun, él, que tuvo que usar su cuerpo molido para amasar y cocinar todo, no estaba nada feliz. A través de la rendija de la puerta, vio luz y le sorprendió. Temió que Kai rondase por allí en busca de un segundo round, no es que a él no le hubiese gustado (En cierto rincón de su mente, le gustaba el sexo rudo y salvaje) pero su cuerpo no lo soportaría dos veces en un mismo día. Abrió la puerta con cuidado y se encontró a Jong In dormido sentado, con las rodillas dobladas sobre sí y la cabeza apoyada sobre la pared. Su corazón se hinchó por la ternura que sintió. El bailarín tenía el ceño ligeramente fruncido.
Pasó hasta la sala y dejo su mochila, luego volvió a cerrar la puerta y a despertar al menor para que durmiese bien. Se sentó a su lado y lo jaló un poco, notando que su piel estaba más caliente que lo usual, frunció el ceño y lo sacudió un poco más fuerte.
— Jong In~ Jong In~ — canturreó llamándole.
No hubo ninguna clase de respuesta, el muchacho, dormía como un oso hibernando. Se levantó con las manos sobre las caderas pensando como despertarlo sin necesidad de tirarle agua fría << ¡Hacerle cosquillas!>>Pensó felicitándose así mismo. Iba a dar un paso cuando dio un alarido por el susto. Una mano se había aferrado a su pantorrilla.
Aun con la respiración agitada se dio cuenta que era Jong In e intentó calmarse, el moreno le miraba con sus ojos oscuros nublados y turbios. Sus dos manos rodeaban su pierna. Luego de unos instantes, el menor pareció salir del espasmo de su pesadilla. Su rostro se coloreó cuando se dio cuenta que estaba agarrando fuertemente a su hyung que le miraba asustado.
— Ah~ Tuve una pesadilla —
— ¿Estás bien? —
— Eso debería preguntar yo —
— Eso te pasa por quedarte dormido en posiciones raras —
— Gracias por preocuparte por mí, hyung —
— No hay de que, tú haces lo mismo por mi todos los días —
— Ven —
Kyung Soo ladeó la cabeza pero se dejo hacer cuando una mano siguió sobre su pierna y la otra tomó su mano para darle estabilidad, mientras Jong In lo acomodaba sentándolo en su regazo como si fuera un bebé.
— Es un lugar extraño para conversar — murmuró Do.
Jong In lo ignoró y cuando el miedo se reflejó en su rostro, el mayor también se preocupo. Los dedos temblorosos e inseguros del menor se dirigieron al mayor, deslizando el cierre del abrigó con suma lentitud, corriéndolo un poco para dejar libre su cuello. Justo allí, vio el nacimiento de marcas rojas y violáceas y soltó un jadeo de dolor. Había pasado lo que él quería evitar.
Kyung Soo comenzó a seguir el hilo de los pensamientos del menor cuando este hizo que ambos se pararan y los dirigió hacia el baño. Kim se sacó su camiseta de mangas cortas y vio los rasguños sobre sus hombros. Clavó sus ojos en el espejo y miró a través de él a Do, quien se hacía cada vez más y más pequeño apoyado contra la pared.
El resultó ser igual que su ex novio. Aunque juró protegerlo no pudo hacerlo de sí mismo.
***
Luego de una dura temporada de exámenes, Lu Han terminaba agotado, pero aquel viernes después del último examen, no estaba más feliz de poder descansar sobre el regazo de su novio. Estaban en la azotea disfrutando de un almuerzo tranquilo, aprovechando que serían los últimos días en los que estarían allí con comodidad sin que el calor y el sol los moleste demasiado.
Al principio había sentido su relación con Se Hun un poco incomoda, pero al parecer, ambos compartían sus mismos miedos con respecto a las relaciones y poco a poco se fueron adaptando el uno al otro hasta que el titulo “Novios” les quedó cómodo. Le preocupaba incomodar al menor pero resultó ser que el muchacho solo se ponía un poco tímido de vez en cuando. Aunque luego de la noche de su cumpleaños no podía decir que había inocencia en su relación, él, no podía dejar de ver a Oh como el niño que descubrió que era.
Claro, había momentos en los que no podía cuadrar la imagen de niño travieso del chico arcoíris con el hombre seductor y seguro de sí mismo que se volvía. Por ejemplo, cuando pasó los brazos de su cuello para tenerlo más cerca mientras los labios de Se Hun acariciaban los suyos lentamente. Tenía que incorporarse un poco pero no le importó demasiado, pero al menor sí.
Le acomodó con cuidado bajo él, utilizando sus codos para evitar dejar todo su peso sobre él. Xi se dejo hacer con una sonrisa en el rostro antes de buscar los labios ajenos. Era en esos momentos que la chaqueta del uniforme comenzaba a molestarle. Sus manos se enredaron en los cabellos arcoíris. ¡Cuando envidiaba la manera en que Se Hun podía llevar una camisera arremangada con tanta liviandad! No le tenía miedo ni a los profesores ni pensaba en que dirían los demás. El mayor abrió su boca para dejarle al menor juguetear todo lo que quisiera con él, rio suavemente cuando el otro comenzó a esparcir suaves besos por mejilla, sobre su oído y su cuello. Sus manos se deslizaron aferrándose a la espalda del otro.
Se Hun amaba la piel suave del mayor, él era un fanático de los aromas y las notas de chocolate y vainilla que el otro siempre desprendía lo traía de la cabeza, besó su mentón y su barbilla, dándose el lujo de morder apenitas la zona más sensible de su cuello. Lu Han se rio nerviosamente. Tentativamente, Oh probó morder otra vez y el mayor soltó un gemido que lo hizo sonreír.
— Ah~ Se Hun-ah, deja de hacer eso —
Le besó suavemente una vez más antes de separarse un poco, sonriéndole suavemente al mayor. Se acostó a su lado, arrollándose a su lado como un gatito.
— ¿Hace calor o soy yo? — preguntó Lu Han dándose aire.
— Las dos cosas, hyung —
***
Baek Hyun se acomodó mejor mirando atentamente a Chan Yeol, el menor tenía su guitarra sobre su regazo y la rasgueaba alegremente al ritmo de un bolero, le sonreía a él, solo a él. En realidad, poca gente sabía de la buena voz que escondía Park, pero Byun la amaba y sería su fan número uno si fuese un ídolo. También, la cosa gigante sabía tocar el piano y la batería, por lo que siempre solía disfrutar de pequeños conciertos personales que el más alto le daba. El bolero se convirtió en una balada susurrada sobre su oído y el mayor deseó con todas sus fuerzas recuperarse para poder cantar con él.
— Algún día tienes que enseñarme a tocar la guitarra — masculló arañando con un dedo las cuerdas.
— ¿No será igual que cuando te intenté enseñar a tocar el piano? —
— Yo era pequeño y no tenía paciencia — refunfuño inflando las mejillas.
Baek Hyun se fijo en el pequeño triángulo entre las manos, era de un azul tornasolado extrañó y recordó que él mismo le había regalado eso hacía mucho tiempo. Luego pensó que esa no era la uña roja que solía usar para tocar.
— ¿Sigues teniendo la uña que te regale? — preguntó con sorpresa.
— Sí —sonrió inmensamente — No puedo usarla para tocar porque está muy gastada, pero la tengo como medalla —
Señaló el collar que siempre llevaba en donde tenía colgada la uña azul. Byun le sonrió inmensamente, no sabía que él guardaba eso, se lo regalé cuando tenía once y ni si quiera el mismo lo recordaba. Pensaba que él era el único que guardaba como el tesoro más preciado las cosas que ese gigante idiota le daba, tenía todas las notitas que le escribió su novio y cosas extrañas, aunque fuesen baratijas o tonterías, todas en una caja que protegía con sumo cuidado.
— Ya sabes, cuando vayamos a Japón podemos…
— Channie…
— Lo sé, déjame soñar un poco ¿Si? —
— Entonces dime que haremos en Japón —
Faltaba una semana para las vacaciones, era obvio que Baek Hyun no podría salir de su casa en bastante tiempo. Chan Yeol intentó sonreír como siempre, pero solo atino a dejar su guitarra de lado y lanzarse a abrazar el débil cuerpo de su novio. Byun le abrazó fuertemente, enterrando su rostro en su cuello. El mayor siempre solía llorar por cualquier cosa, pero había evitado llorar por su situación durante mucho tiempo. Él no quería seguir viviendo aferrado a un montón de medicamentos, no quería vivir encerrado por el temor del remate de su vida. Pero se permitió llorar entre los brazos de su novio.