Capítulo 045
45 Sinceramientos
Y más ahora, que tenemos el amor,
no hay ningún secreto ahora
— Burn
(Ellie Goulding)
Jang Na Ra era una mujer de ascendencia coreana que había nacido en Estados Unidos, si bien estaba divorciada, era hermana del representante de Jong In y este, no dudo en ponerla como su figura materna en América. El bailarín podría decir que se “enamoró” de ella en el primer instante en que la vio. Y no es que se haya enamorado románticamente, pero tenía la necesidad de comportarse como un hijo con ella.
La mujer rondaba los treinta pero nos los aparentaba, era pequeñito y muy tierna, parecía que podía romperse con cualquier cosa y Jong In, tuvo la necesidad de protegerla. En cierto punto, le hizo recordar a su propia madre, solo que con ella, podía mantener conversaciones que entre una madre y un hijo sanguíneos serían algo incomodas.
La mujercita le sirvió su café y se sentó con el propio en la mesa, había preparado una deliciosa tarta para ambos, aprovechando que ese día, el moreno lo tenía desocupado. Le sonrió y alentó al bailarín a probar su postre.
— ¡Esta delicioso, noona! —
— Gracias. Es la primera vez que cocino una tarta en mucho tiempo así que tenía miedo de cómo me iba a salir —
— No se nota. Eres muy talentosa, noona —
— Bueno, mientras tanto me contarás sobre ese amor platónico tuyo que me has mencionado el otro día — le dijo sonriendo con aire de cuchicheo.
— Ah, sí~ Él se llama Kyung Soo y es un hyung. — sonrió casi naturalmente por solo traer su recuerdo a su mente — Vivió una vida dura y de alguna manera yo terminé salvándole si se puede decir así. —
— ¿Dura? ¿Se puede saber que le paso? —
— Tenía un novio que lo golpeaba, ese maldito —
— Ah — sonrió tristemente recordando sus años de casada — Entonces entiendo por donde viene la mano. Es bueno que haya tenido tu apoyo para salir de esa situación, es casi imposible hacerlo solo —
— Me lo comentó. Igual, el nunca se rindió y siempre permaneció fuerte. Eso me gusta de él, es sentimental y comprensivo, a veces se comporta demasiado como una madre obsesiva — rio un poco recordando la manía de su hyung de limpiar absolutamente todo — Y también cocina muy bien, como tú —
— Al parecer, a ti para conquistarte hay que entrarte por el estomago — bromeó la mujer.
— Más o menos. Es que, no lo sé, supongo que la gente que cocina son mi debilidad —
— Eso se nota, créeme — se inclinó luego de tomar un poco de su café — ¿Y cómo es él? ¿Tienes alguna foto? —
Jong In suspiró pesadamente, dándose cuenta que nunca se había sacado una fotografía con su hyung favorito.
— Lamentablemente, no. Creo que el tiempo se nos pasó muy rápido. Un día esta con migo y al otro ya tuve que venir aquí —
— Odio las historias de amor que terminan así, pero como estoy a tu lado, estoy completamente segura de que volverás a ver a Kyung Soo — acotó la mujer levantando su puño.
— Gracias, noona. — Pensó un poco en la manera de describir a Do —Nunca le pregunté cuanto medía, pero tenía la altura perfecta para que yo pasara mi brazo por sus hombros. Su piel era más pálida que la mía y era muy bonito cuando entrelazábamos nuestras manos porque a pesar de que la suya era más pequeña, se amoldaban bien. Kyung Soo tiene los ojos grandes, como los de una lechuza y son hermosos, porque en ellos se refleja todo lo que piensa. Tiene unos labios gruesos con forma de corazón y cuando sonríe, sus ojos se arrugan y su boca forma otro corazón. Cuando ríe siempre parece algo incomodo y es parecido a un “He~ He~” Dicen que parece un niño y supongo que es porque parece muy inocente y bonito cuando está feliz. Tiene la costumbre de apretar los labios y por lo general es muy silencioso. Siempre me cuidaba más de lo que lo cuidé yo a él. Solía cantarme en la noche canciones de cuna, aunque él creía que yo ya estaba dormido.
— Debe ser verdaderamente hermoso — Na Ra sonreía con alegría verdadera. Ella adoraba las historias de amor con final felices y el muchacho frente a él, estaba perdidamente enamorado.
— Lo es, aunque él no lo sabe —
***
Lu Han ladeó la cabeza y la apoyó en el hombro de Se Hun, abrazándolo por los hombros. El menor lo abrazaba por la cintura y se movían suavemente a un ritmo que estaba únicamente en sus cabezas. Como no habían soportado la cantidad de gente que había dentro, bailaban suavemente en la galería de la gran mansión en donde se había hecho la fiesta, donde la música sonaba menos fuerte.
Había muchas cosas que debía aclarar con Se Hun, más que aclarar algo necesitaba saber un poco más de él, era como una especie de necesidad que se iba acrecentando con el tiempo. Todo el mundo parecía conocer más de su novio que él mismo.
Cuando sintió vibrar su pecho creyó que su amor por Se Hun había alcanzado límites insospechados, pero luego se dio cuenta que era su teléfono móvil y se separo con pereza del menor para atender. Vio que era Amber quien le llamaba y supo que ella no le jodería la noche a menos que sea verdaderamente importante.
— ¿Qué pasa, Amber? —
— Oh, mi niño. Sabes que nunca intentaría interrumpir una cita tuya, pero tu madre ha llegado a casa y no está del mejor humor posible —
— ¿Y papá? —
— También, pero ya sabes, el Señor está trabajando —
— Si, ya voy —
— Lo siento, mi niño —
— No importa —
Se Hun no había podido escuchar nada de la conversación, pero tampoco había podido darle su espacio debido a que Lu Han había entrelazado sus manos mientras hablaba por el móvil. Sabía que Xi solía llorar por muchas cosas, mayoritariamente y en este último tiempo por él y se ponía triste cuando él lo estaba. Pero los sentimientos desoladores que invadieron su precioso rostro fueron preocupantes, no supo descifrarlos. O tal vez no tuvo las suficientes agallas para descifrarlos.
— Me tengo que ir, Se Hun-ah —
— Está bien, hyung, pero déjeme que le acompañe. Es tarde —
— Está bien, llamaré un taxi —
— ¿Está seguro que no quiere que lo acompañe? —
— No, además tendrías que volver caminando —
<<Más bien, no querría que estés cerca de mi madre, Se Hun-ah>>
— Está bien, nos vemos mañana, hyung — se despidió dejándole un suave beso sobre los labios y acariciando su cabello.
— Nos vemos~ —
La sensación de los cabellos suaves de su hyung sobre sus dedos permaneció en sus yemas el resto de la noche.
Si bien Se Hun técnicamente no tenía permitido beber por ser menor de edad, prácticamente nadie en esa fiesta debería hacerlo. Además, aunque Jong Dae pretendía emborracharlo sutilmente porque creía que era divertido ver a las personas ebrias, él, no era de los que se emborrachaban. Chan Yeol estaba sentado en uno de los sofás cerca de la barra, al parecer, él tampoco tenía ganas de bailar.
En la pista, al único que pudo identificar fue Baek Hyun, bailando a los saltos con un sujeto con cara de zorro. Ambos se reían y brincaban de aquí para allá, vio como San Deul se sumaba a ese pequeño círculo de canguros. ¿Aquel que bailaba con ellos no era Gong Chan? Al parecer. Se dio cuenta que pese a que Park había dicho que era bastante celoso, sabía con quien molestar y con quien no a su pareja. El gigante estaba sentado con Sun Woo.
— ¿Y Min Seok hyung? — le preguntó a los gritos –por la música- a Jong Dae.
— Estudiando —
— ¿En vacaciones? ¿Un sábado? —
— Lo sé, es una ardilla de biblioteca. Está estudiando como método de protesta en contra de sus padres —
Se Hun torció el gesto.
— ¿Te acuerdas que él quería ir a una universidad en Estados Unidos? — El menor asintió — Sus padres, como están divorciados y lo llevan bastante mal no le dieron permiso. Estaban preocupados por él y les hizo efecto contrario. No salió de su casa en estas dos semanas de vacaciones —
— ¿Y le está dando resultado? —
— Tampoco es como que les importa tanto a sus padres —
A Se Hun le hubiese gustado que sus padres alguna vez le hubiesen prohibido algo.
***
Park Shin Hye había dejado su apellido de soltera desde hacía muchísimos años. Ahora llevaba el apellido Xi por delante y esperaba que eso siga así por mucho, mucho tiempo.
No estaba orgullosa de lo que había sido. Su hermano era un doctor especialista en cardiología y ella ¿Qué fue? Salió con un hombre que la dejo embarazada y se fue. Venía de una familia respetada que no toleraría eso. Esa historia se repetía en millones de mujeres, pero había algo que impedía que ella fuese infeliz aun con su hija no deseada en su vientre. Existía un hombre, sencillo a pesar de ser millonario que la amaba más que a nada en ese mundo.
— Ya, déjate de tonterías — masculló Jae Jong.
— ¿Qué pasa? ¿Dices que es demasiado fuerte para un libro? — preguntó la mujer.
— Es demasiado dramático, parece un dorama. — masculló el escritor cruzándose de piernas y resoplando.
— Cállate Oh, tú no sabes nada de sensibilidad femenina —
— ¿Ah, no? Díselo a mis 14 novelas, clasificadas como best-sellers —
— Como sea, tu escribe, después de todo es como una biografía ¿Verdad? —
— Bueno, tú me pagaras por esto así que no importa —
— Como también es ficción puedes concretar mi deseo de matar a Bo Ram —
— ¿Qué? ¿Quieres que sea un asesino textual? La niña no te hizo nada —
— Casi me arruina la vida —
— Además, ahora está estudiando felizmente, viviendo con su novio ¿Cómo se llamaba? ¿Lee Jin Ki? Como sea, esta desentendida de ti ¿No es eso genial? —
— Seh, siempre y cuando no vuelva y no manche la reputación que he conseguido —
— Además, tú eres la única idiota que no fue a reclamarle al tipo. Si hubiera sido tú, zamarrearía al sujeto hasta que se hiciese cargo de su hija. Y si yo hubiese dejado a alguna mujer embarazada me hubiese gustado que no se asustase de ante mano y me quitase la posibilidad de ver a mi hijo. —
— Claro, si un hijo tuyo apareciera por aquí ahora lo recibirías con los brazos abiertos ¿No? —
— Si él me recibe a mí… —
— ¡Ya llegué! —
Lu Han apareció en la sala y saludó con una reverencia muy formal a Oh Jae Jong, el amigo de su madre. Todo el camino había intentado hacer algo para que su madre no notase nada. En realidad, no sabía muy bien en que estaba pensando. Simplemente no quería que su madre tuviese algún interés particular en Se Hun.
— ¿De dónde vienes? ¿No me dirás “Hola”? —
— Estuve en casa de… un amigo. Iré a saludar a mi padre —
— En el capítulo 23 podemos escribir cuanto tu hijo te odia — bromeó Jae Jong. — O a cuantos de sus novios espantaste y por eso no te los quiere presentar —
— No seas zonzo — bramó la mujer. — Y tú, niño, deberías presentarme a tu novio. Igual, has perdido mi respeto dejando a Yi Fan, no encontrarás un chico mejor que él en todo el planeta —
Lu Han rodó los ojos y la ignoró, subió las escaleras para dirigirse al estudio de su santísimo padre.
***
Baek Hyun era, sencillamente, hermoso. Si él se diese cuenta de eso, sabría que nunca podría pensar en alguien que no fuera él. Y no es que Chan Yeol fuese superficial, pero su novio era bonito por dentro y por fuera.
Park estaba esperando la hora de la fiesta en la que pasan lentos para invitar a bailar a su novio, que estaba sentado en la barra junto a sus amigos. Él también estaba con los suyos, pero no podía dejar de pensar en él. Y menos cuando sus mejores amigos traidores se habían ido. Jong Hyun contaba sus anécdotas siempre graciosas y su novio, Ki Bum, le escuchaba con cara de aburrimiento. Baro también tenía esas anécdotas infalibles. Lee Hyun Woo, que era amigo de Min Ho y de Woo Bin más que de él, también estaba sentado a su lado, mostrando su enorme y bonita sonrisa al mundo. Ninguno de ellos estaba en los mismos colegios, pero siempre solían juntarse. Min Ho estaba físicamente cerca, pero era obvio que el chico que siempre le encuentra la solución a todo estaba más interesado en Lee Tae Min, el famoso bailarín que era amigo de los otros, estaba tan interesado que no había separado sus labios de los ajenos en toda la fiesta. Woo Bin había desaparecido en algún momento de la noche porque tenía que hablar con el Profesor Lee. Por suerte, los hermanos Kang, Min Hyuk y Ha Neul estaban allí sentados o se sentiría absolutamente perdido.
La música comenzó ponerse lenta y a Chan Yeol comenzó a sentir como sus manos sudaban.
— ¿Alguien quiere bailar con migo? — chilló Hyun Woo.
— Deberías saber que los lentos se bailan…lento — explicó Ha Neul.
— Duh, lo sé. Vamos~ Estoy aburrido y quiero bailar~ —
— ¡Bailemos! — exclamó Jong Hyun y Ki Bum lo miró con malo ojos.
Pero el chico no se dio cuenta y tiró del chico bajito y enorme sonrisa a la pista de baile. Y, definitivamente, no sabían bailara románticamente, se tironeaban de lado a lado riendo a carcajadas.
Chan Yeol se paró juntando sus fuerzas para atravesar los pocos metros que lo separaban de la barra. Distinguía la risa de Baek Hyun en medio de la multitud de bullicios.
— ¿Qué les pasa a esos dos? — preguntó Min Hyuk.
— Están peleados — respondió Min Ho con Tae Min sentado sobre su regazo, rodeándolo con sus brazos felinamente. — El muy tonto la embarró y no se da cuenta que el otro tonto ya le perdonó —
— Esos dos… — murmuró Kang riendo levemente.
Park se acercó a Byun y se paró detrás de él, pero este no se había dado cuenta de su presencia aun. Todo el grupo y a los gritos estaban intentando explicarle a Yi Xing que la casa de la abuela de Baek estaba en medio de las montañas al norte y que era imposible llegar con el bus. Se dio cuenta que todos estaban bastante ebrios, también notó la sonrisita de satisfacción de Jong Dae y suspiró, anticipando que habría muchos problemas con esa manada de ebrios.
Tomó el hombro del mayor apoyando su mano sobre su hombro y este se volteó algo aturdido, mirándole con sus ojos (Teñidos de un color verde oscuro por las lentillas) brillosos y una sonrisita tonta en el rostro.
— ¿Quieres bailar? —
— ¡Claro~! ¡Vanos, Channie~! — chilló casi lanzándose a sus brazos.
Más o menos lo arrastro a la pista de baile. Casi sintió ganas de llorar, como había extrañado que lo llamara de esa manera, como había extrañado su voz llena de dulzura, su cuerpo fino entre sus brazos. Habían pasado tres días, pero los sintió como si fueran tres otoños enteros. El mayor pisó sus pies para poder estar un poco más alto, pasándole sus brazos por el cuello. Chan Yeol apoyó su barbilla sobre la cabeza ajena, sosteniéndole mientras le abrazaba por la cintura, moviéndose ligeramente sobre un pie y sobre el otro.
— Channie~ —dijo fuerte para que pudiera escucharle. — Casi creí que me ignorarías el resto de la fiesta —
Bailaron, así, completamente unidos el resto de la fiesta. Con cierta cautela, el menor deslizo sus grandes manos por la pequeña espalda de Byun. Ella, en los sofás, sus amigos le alentaba.
— Podríamos besarnos como si fuera una película — propuso el mayor.
— ¿Por qué como en una película? —
— Ya sabes, estoy medio ebrio y se me ocurren cosas geniales. Todo el mundo dice que “fue un beso de película” y tus besos, siempre fueron besos de Chan Yeol —
Park soltó una carcajada que rápidamente fue acompañada por la de Byun, pero asintió y tomó aire. Rodeó su cuerpo con sus brazos y lo tumbó hacia un lado con una enorme sonrisa en su rostro. Baek Hyun soltó un gritito por la sorpresa pero rápidamente rio, prendiéndose por el brazo fuerte de su novio. Y se besaron con ansias pero despacio, disfrutando del momento.
Más tarde, Baek Hyun fue a pedir algo para tomar cuando la música movida empezó nuevamente y Chan Yeol fue a sentarse con sus amigos. No había más de tres metros de distancia y casi pudo verlo, tal vez no por el bullicio de gente. Pero vio claramente como un pie se atravesaba en el camino de Byun y este resbaló hacia atrás, golpeando su cabeza contra el suelo. Hubo un grito general de la zona y en menos de un segundo el menor estaba junto a su novio. Hyun Woo y Ki Bum saltaron a ayudarlos.
Park tomó en brazos al mayor cuando se dio cuenta que se había desmayado.