Capítulo 004.
4 Golpes de calor
Algunos días,
Simplemente transcurren.
Y otros, son inolvidables.
—Be the light
(One Ok Rock)
Jong Suk sonrió al muchacho frente a él. Lu Han siempre había despertado en él cierto cariño maternal que ningún otro estudiante despertaba en él. O tal vez sí. Tal vez era Se Hun y nunca se lo dijo a nadie para proteger al niño. Volviendo al estudiante chino, desde la primera vez que tenían sesiones a solas, había tenido la necesidad de ayudarlo. Y no era hasta casi un año después de conocerle que recién había logrado poder empezar su plan. Pero lo que veía no eran los resultados más óptimos. El presidente de clase no parecía ni por asomo más feliz.
— ¿Por qué? —
— ¿Por qué, que, Lu Han? —
— ¿Por qué envió a Oh Se Hun-ssi como castigo a mi club? ¿Por qué el mío, Jong Suk-nim? —
El psiquiatra sonrió con tranquilidad, trasmitiéndole algo de paz al alterado muchacho que tenía en frente. No había sido un castigo, era un salvavidas para ambos. La depresión es algo común en los adolescentes, sobre todo en aquellos que tienen problemas para socializar y sufren vidas complicadas.
— No es un castigo, Lu Han—
— ¿Entonces? —
— Deberías descubrir por ti mismo el motivo por el cual Se Hun está en tu club —
— Jong Suk-nim — protestó vagamente — ¿Por qué no simplemente me dice que es lo que pretende? —
— Tengo mis razones, Lu Han. Ahora. ¿Qué tienes en contra de que Se Hun este en tu club? ¿Tienes algún problema con él? ¿También declaró interés por ti? —
— No lo hizo —
— ¿Acaso eso no era lo que buscabas en alguien? —
— Sí, pero… — Lu Han suspiró.
Cuando quiso responder algo, se dio cuenta de que no lo había pensado bien y estaba aún más confundido que antes. Ahora que sabía que Lee Jong Suk tramaba algo, tenía miedo, porque las cosas que pensaba su tutor eran casi proféticas. Si él decía algo, pasaba y daba demasiado miedo. Además, estaba su dualidad. El siempre esperó que alguien le hable sin dobles intenciones. Hasta Kim Min Seok se le había declarado y había tenido que rechazarlo con todo el tacto del mundo, no es porque no le gustara, ni porque considerara a su hyung un mal chico, pero simplemente no quería nada con nadie. Y luego estaba Se Hun, que venía, lo invadía completamente y luego lo rechazaba en primera de cambio. Para peor, ahora, cada vez que escuchaba La vida en rosa, no podía parar de pensar en su expresión fría, en su olor a lluvia y madera. Y pensó que el rosa no tenía nada que ver con Se Hun, pero si con él.
Mientras caminaba por el pasillo, no pudo evitar pensar en lo ridículo que se vería desde fuera, su rostro estaba repentinamente acalorado.
— Hyung —
— ¿Qué? —
Se volvió hacia la voz suave de Se Hun. Intentando recomponerse lo mejor posible, componiendo esa sonrisa siempre que llegaba cuando estaba en apuros.
— Bueno… yo… — Oh se rascó la nuca, dudando si hablar o no.
— ¡Se Hun! ¡Se~ Hun~! —
Pronto, un brazo rodeó los hombros del inexpresivo chico y ahora Kim Jong In estaba parado a su lado, mirando con una sonrisa eternamente grabada en su rostro al presidente de clases.
— Oh, ¿Este chico lo está molestando, hyung? —
— No, no lo está —
— Entonces… ¿Los rumores eran ciertos y me los negaste todo, pillo? — masculló en tono divertido, mientras le hacía un intento de llave al chico por el cuello antes de fregarle su puño por la cabeza.
— ¡Ya! ¡Suéltame! — rogaba el más joven de todos.
— ¿Qué rumores? — Lu Han se hizo el desentendido y compuso su mejor cara de tonto para preguntar aquello.
— Oh, hyung, es vergonzoso decirlo así pero ya sabe —
Mientras iba soltando a Se Hun la significativa mirada que le dirigió el moreno le hizo sentir escalofríos, porque sabía a lo que se refería. Oh rodó los ojos antes darle un golpe en la cabeza a su amigo, el otro sobre exageró y chilló de dolor. Fue hincándose hasta llegar al suelo y se hizo un ovillo mientras lloriqueaba como niño.
— Ya, ya — El rubio le dio un par de puntazos con la punta del pie sobre el costado del bailarín que no había dejado de chillar. — Le diré a Kyung Soo-hyung que te cocine algo hoy —
— ¡Yay~! —se levantó de un saltito y aplaudió con felicidad.
A Lu Han le pareció algo rara la escena, pero era divertida. De pronto, cuando sintió que sobraba, se giró con intenciones de irse hacia otro lugar. Aun le quedaba tiempo del almuerzo. No sabía que Se Hun tenía un hermano, era un dato nuevo sobre el muchacho.
— ¡Hey! ¿Pero tu novio no se enfadará al dejarlo solo? —
— Jong In, no es mí… —
— ¡Venga también, hyung! — exclamó Kai correteando hacia el más bajo.
— No, no. Así está bien no es necesario —
— ¡Yay~! ¡Se Hun! ¡Dijo que sí! —
***
Lu Han descubrió que el tal Kyung Soo no era hermano de Se Hun, era más bien un sumbae del lugar donde él trabajaba. Sí, también descubrió que Se Hun trabajaba. Oh dejaba sus fachas de maleante justo cuando atravesaba esa puerta que llevaba hacia la zona prohibida para clientes. Cuando regresó, al parecer, se había cepillado el cabello. Pero además de eso era algo en su actitud que cambiaba, no eran solo la camisa blanca y el pantalón negro. No era solo el delantal oscuro. Había algo más. Y no supo que era.
Se Hun le había dedicado miradas de odio a Jong In desde que llegaron. Lu Han no las notó. El café llamado EXO parecía muy agradable. Estaba adornado en tonos monocromáticos en negro y blanco. Y todo parecía muy pulcro. Un sujeto de ojos sonrientes le había dicho a Se Hun que dejara la caja y los sirviera.
— Dae Sung-hyung, usted es el mesero —
— Oh, pero son tus amigos ¿No? Ve, justo ahora te están mirando —
Oh supuso que se vería ridículo si hacia un berrinche así que simplemente tomo un cuaderno de notas y se dirigió a la mesa de sus amigos con un significativo gesto de fastidio.
— Yo quiero cualquier cosa que haya sido cocinada por Kyung Soo —
— Le diré que te frite la rata que mató Ace, entonces —
Lu han rio un poco ante la relación de esos dos. Se Hun se volvió hacia él y vio claramente como había escrito "Rata frita" en su bloc. De pronto, el mayor se encontró sin habla bajo la mirada intensa que le dedicaba Oh.
— Amh, no lo sé. ¿Qué me recomiendas? —
— ¿Le gusta el chocolate? —
— Me encanta — sonrió.
Kyung Soo se asomó por la ventanita de la cocina. ¿Se Hun de mesero? Eso solo pasa pocas veces en la vida. Además, ese chico al que estaba sirviendo era muy mono. <<Se Hun no es tonto>> pensó. Tanteó su delantal blanco en busca de su móvil. Le resultó raro que el amiguito de Se Hun no estuviese por ahí. Tomó una fotografía de esa linda escena.
— ¿Soy yo o hace calor? — se preguntó así mismo.
— Hace calor —
Dio un respingo cuando escuchó la voz ligeramente ronca de alguien. Se giró un poco y vio al amiguito de Se Hun apoyarse con una mano sobre la mesada en la que él estaba apoyado.
— ¿Q-que haces aquí? — masculló aturdido por el susto.
— Hyung, no nos han presentado formalmente aún. Soy Kim Jong In y seré su perdición — la sonrisa de niño bueno que tenía el moreno contrarrestaba con la siniestra situación en la que estaba.
— ¿He? —
— Soy Jong In, hyung. Debe decirme su nombre aunque ya lo sepa —
Kyung Soo agarró la manga de crema y se la estampó en el hombro. El menor chilló un poco y el más bajo sonrió. Volvió a depositar la manga con cuidado sobre la mesada.
— ¿Sabes porque cocino aparte del barista? Porque odio que se entrometan en mi cocina. — comentó dándole empujones para que saliera de allí — Odio que invadan mi espacio personal, así que si vuelves hacerlo, no será la manga, será un mazazo en tu cabeza. — cuando lo tuvo fuera, mirándole con una cara de cachorro abandonado, puso una mano sobre su cadera y añadió. — Por cierto, soy Do Kyung Soo, pequeño acosador —
— ¡Ah! ¡Hyung! ¡Eres tan amable! —
— ¡Le haré un coulant de chocolate! — exclamó.
Se Hun se giró sobre sí mismo al ver a Jong In y a Kyung Soo parados en el límite entre la cocina y la sala. Lu Han también los miró con curiosidad.
— ¡Yo también quiero un coulant, hyung! —
— No, tú te callas y te sientas —
Jong In correteó hacia donde había estado y luego miró a su hyung. <<Parece un cachorrito>> pensó Lu Han. Casi podía imaginarlo con orejas y una larga cola moviéndose alegremente, agitándose con fuerza a la espera de cualquier cosa por parte de su amo. Y le pareció, que Kyung Soo era ese amo.
Unos quince minutos pasaron antes de que Se Hun viniera con dos platos en una gran bandeja redonda y plateada. Y Lu Han sintió algo extraño cuando las hebras rubias ligeramente humedecidas se deslizaron sobre el rostro del más joven. Con elegancia que no sabía de dónde había sacado, dejo el plato con el postre chocolate frente a él, al lado de coulant había una bocha de helado de chocolate blanco bañado en una salsa de chocolate. Y mas allá un cortado en una taza blanca sobre un platito negro. A Xi se le fueron los ojos por toda la pálida anatomía del menor. Tal vez, porque tenía un primer plano solo para él del perfil del chico. Nuevamente, notó el lunar sobre la línea de su mandíbula y sonrió casi por inercia.
Luego, más allá, se chocó con la mirada electrizante de Jong In. Este, le miraba con una mueca divertida. <<Me pillaron>> pensó y sus mejillas se calentaron. Y aunque lo pensó no le dio mayor importancia, no estuvo haciendo nada malo. Haría lo que cualquier otro en su lugar.
Luego, Se Hun casi le tiró el plato a Jong In antes de marcharse en un pestañeo. El bailarín miró su plato y encontró una única galleta en forma de rata con pequeños detalles en rojo.
— Y me trajo una rata — masculló.