Capítulo 051
51 Maneras de morir
Yi Fan esperó la respuesta por un minuto que le pareció eterno, mientras Min Seok seguía manteniendo su cara de “¿Qué diablos me estás diciendo?” Y es que aquel pequeño ara de rata era se prospecto ideal de cómo debía ser una persona con quien mantener una relación seria y formal.
— ¿Me estás pidiendo para salir o no? —
— Si y no —
Min Seok ladeó la cabeza, era el chico más listo de Corea pero no podía entender aun la lógica de Kris. Quería que salga con él, pero que al mismo tiempo que finja ser su novio para que –por lo que le contó- la madre de Lu Han no esté sobre él todo el día. Decir “Lu Han” fue la palabra clave para que él accediera.
Min Seok sabía guardar bien las apariencias, pero su odio iba creciendo cada vez más hacia el niño flor chino. No solo porque el año anterior le había rechazado cruelmente a su amable invitación, si no porque tenía todo lo que él quería. No iba a perder ese juego. Si él podía ser mejor que el ciervo en algo, entonces lo haría.
— De cualquier manera, está bien —
— ¿De verdad? —
— Con una condición —
— ¿Cuál? —
El mayor sonrió y el rubio le miró con un poco de preocupación, le hizo una seña para que se acercara y Kris estiró su largo cuerpo sobre la mesa, ladeando la cabeza para darle un toque de intimidad a la charla.
— Si yo finjo ser tu novio perfecto, tú, fingirás ser mi novio pandillero —
Kris se encogió de hombros y aceptó con una brillante sonrisa. Min Seok supuso que lo costaría mucho, si se ponía esos lentes oscuros que llevaba enganchados a su camisa y se ponía serio, podía pasar por un mantón con clase.
Min Seok se paró de golpe y le indicó que se suba a la motocicleta negra que estaba estrenando. El mayor abrió la puerta de la cafetería, tan solo introduciendo su cabeza.
— ¡Papá! ¡Me voy con mi novio! —
Kris no pudo contener la carcajada que se le escapó cuando vio correr al pelirrojo hacia él y subirse a su motocicleta velozmente, justo en el momento que un hombre gordo y ya mayor salía, él arranco.
***
Lu Han tenía varios problemas en ese mismo momento, su teléfono móvil estaba resquebrajado en el piso, partido en varios pedazos, tenía a una mujer colérica a la que llamaba madre frente a él persiguiéndole con un palo de amasar. Ni bien salió de su casa el Gallardo de Yi Fan lo estaba esperando fuera.
— ¿Qué diablos pasó? — masculló Kris.
— Es una larga historia — respondió Xi — Tu solo conduce al departamento de Bo Ram —
Decir que esa semana había sido pésima era quedarse corto con lo horribles que fueron esos días. El se llevaba mal con su madre, pero su relación nunca estuvo peor. Hubo un problema con Min Ho y Bo Ram y es que su padre, al querer darle trabajo a su hermana tuvo una discusión con Shin Hye. Luego discutieron sobre su divorcio nuevamente y sobre la tenencia de Lu Han. Si sus padres llegaban a divorciarse, él no quería quedarse con su madre. Moriría si eso pasaba.
Quince minutos más tarde llegaron al departamento de Bo Ram. Quien les atendió no fue otro que Jin Ki, su novio.
— ¿Qué pasa, chicos? — preguntó.
— ¿Esta Bo Ram aquí? — inquirió el menor.
— Oh, no. Ella se fue a comprar unos pasajes, nos iremos a vivir a Tokio — contó el muchacho — Creí que tu madre te lo había dicho —
Jin Ki abrió la puerta y dejo ver que todo estaba empaquetado, forrado y en maletas. Lu Han pestañeó un par de veces apoyándose por el marco de la puerta. Su hermana se iba, está bien, ellos no tenían demasiada relación. Pero era su hermana. Una de las pocas personas cuerdas en su familia, uno de sus pocos cables a tierra cuando por meses sus padres no estaban. Su familia. Asintió levemente cuando Yi Fan le preguntó si estaba bien.
Kris terminó llevándolo a su departamento, Xi no se sentía lo suficientemente fuerte como para volver a su casa.
— Se Hun podría estar preocupado por ti ¿Quieres que le llame? — preguntó el mayor.
— No — negó rotundamente mientras se dejaba caer en el sofá de cuero negro — Creo que si lo veo me largaré a llorar —
— ¿Pelearon? —
— No, pero él tiene ese efecto en mí —
Yi Fan hizo una mueca pero dejo su celular sobre su mesada. No le parecía correcto que estuviese con él y no con su novio, después de todo y según lo que su amigo le contaba, ese chico siempre lo estaba apoyando.
Lu Han no quería involucrar a Oh en todo eso, sentía que se llevaba mal con Jae Joong y tampoco quería que tuviese relación con su madre. Sabía que a Shin Hye le había agradado y no tenía intenciones de dejarlo caer en las garras de esa mujer. Cuando más lejos estuviera Se Hun de todo el desastre que era su familia, más a salvo estaría. Por lo menos hasta que las cosas se tranquilicen. Tampoco creía que el chico colorido fuese de los que se molestaban porque no le hablaba por tres días, no era para tanto ¿No? Lu Han intentó convencerse de eso, para peor, ni si quiera tenía su móvil consigo.
Lu Han se sintió un poco muerto aquel día.
***
Chan Yeol sentía que había fracasado. Baek Hyun estaba sentado e medio metro de él mirando la televisión. Eso sería una escena usual, de no ser por eso, la distancia que había entre ellos. Yura le había dicho que simplemente necesitaba tiempo y que no tenía que tomarse a pecho las cosas que su novio hiciera o dijera en este tiempo.
Habían establecido esa distancia como sana y prudencial. Byun se ponía nervioso cuando estaba un poco más cerca o lo tocaba. Park estaba sufriendo por dentro al no poder abrazar a su novio, sobre todo ahora que lo veía tan destruido.
***
Kyung Soo estaba barriendo el piso mientras escuchaba canciones de Shinhwa cuando el teléfono de la casa había sonado. El había estado procurando lucir más cool durante los últimos días con la ayuda de Ji Yong quien no tenía nada que hacer y quería probar en él su primera colección de ropa. Él no era demasiado alto, rozaba el 1.70 y no podía modelar en una pasarela, pero al ex ídolo le agradó de cierta manera.
— ¿Diga? —
— Hola —
El teléfono casi se le cae de las manos cuando escuchó la voz de Jong In al otro lado de la línea. Su rostro se puso rojo como si fuera una niña de preparatoria enamorada y comenzó a balbucear y a tartamudear cosas que nadie entendió.
— ¿Kyung Soo hyung? —
— ¿J-Jong In? —
— Mmmm…no —
Oh, Kyung Soo no pudo evitar que su rostro se contrajera en una mueca de decepción, seguramente era Kai quien le estaba llamando para molestarle.
— ¿Qué pasa, Kai? —
— Tampoco soy Kai —
— ¿He? —
— Bueno, no sé quién soy. Técnicamente no soy nada, soy simplemente un reflejo de una mente trastornada. La cuestión es que podría llegar a ser una tercera personalidad —
— Entiendo, gracias Tercero por avisarme —
— No llamaba para presentarme, Kyung Soo hyung —
— ¿Me darás malas noticias acerca de Jong In? —
— Exactamente —
Do se sentó en el sofá, dejándose caer mientras se frotaba el puente de la nariz, ya lo presentía. No podían ser buenas noticias, después de todo Do Kyung Soo no estaba destinado a tener un final feliz.
— No sé dónde está Jong In —
— ¿He? —
— Estuvimos yendo a un psiquiatra, ya sabes, luego de eso, dormimos y cuando desperté ya no estaba Jong In, no podía sentirlo. Solo éramos Kai y yo —
— ¿Me estás diciendo que el temor de Jong In de no ser la personalidad original era cierto y que ahora desapareció gracias a la terapia? — preguntó el mayor con la voz ronca.
— Exactamente —
— Eres algo cruel, Tercero —
— Llamaba porque, si todo sale bien, yo también desapareceré y no creo que Kai sea tan amable como para llamarte —
— Gracias, Tercero —
Cortó sin oportunidad de que el otro dijera nada más. Se hizo un ovillo en el sofá, abrazando sus piernas. No podía decir que Jong In había muerto, porque su cuerpo seguía moviéndose por ahí, de lo más campante. Pero su Jong In ya no estaba.
Ji Yong llegó esa tarde lleno de bolsas donde cargaba sus nuevos modelos para obligarle al repostero a que se los pruebe todos. Pero encontró a su modelo único y favorito arrullándose así mismo en el sofá, llorando a mares.
Se Hun corrió hacia el departamento de Jong In, había recibido la llamada desesperada de Kwon. (Técnicamente era Choi, pero no importaba) El mayor estaba casi histérico diciendo que no podía tranquilizar a Kyung Soo. Había telefoneado a Lu Han, después de todo, él también se preocupaba mucho por Kim.
— ¿Qué pasó? — espetó con la respiración agitaba.
Kyung Soo estaba sentado en un rincón, abrazándose las rodillas, hipando y llorando. Ji Yong estaba sentado en el sofá, con un té de limón frente a él esperando a que el otro se tranquilizara un poco para dárselo de beber.
— Al parecer, Jong In ya no está — comentó el ex ídolo.
Oh no dijo nada, simplemente miró a su hyung unos instantes antes de sentarse a su lado. Esa noche, también llovió aunque la población coreana ya estaba acostumbrada a las típicas lluvias que aparecían y luego se iban, habiéndolo mojado todo a su paso.
Se Hun también tenía ganas de llorar, tenía ganas de patear cosas y comportarse como un niño, pero no pudo. Simplemente se quedó allí, sentado con la tristeza misma reflejada en su rostro. El mayor de todos suspiró.
Aquel niño estaba viviendo una tragedia tras otra, no podía seguir viviendo en la situación en la que estaba. Jun Hong, el mocosito de cabello rosado, le había dicho que varias veces había intentado suicidarse y temía que volviera a intentarlo, peor aún, temía que esta vez lo lograse.
Kyung Soo podía jurar que una parte de sí había muerto en el mismo instante en el que colgó el teléfono.
***
Faltaban tres días para el regreso a clases y las cosas no podían estar peor para Park Chan Yeol, le habían comunicado que su supuesto mejor amigo, Kim Jong In, había muerto, porque, resumiéndolo, era así como lo veía él. Su hermana había sido atacada por unos vándalos y estaba en el hospital. Su padre se mudaría a Japón y su madre se quedaría sola a cargo de la clínica en Seúl, por lo que pasaría menos horas con él. Su mejor amigo, Woo Bin, había recibido una notificación de la escuela diciendo que debería trasladarse por su supuesta relación con el psicólogo Lee Jong Suk. Por si eso no fuera poco, su novio, su único cable a tierra, estaba más trastornado que los pacientes de su hermana. Todo eso era maravilloso para el joven atleta, maravilloso.
Todo comenzó a ir de mal en peor en aquel instante.
Baek Hyun caminaba torpemente –como lo habitual pero tal vez más sedado- y cuando sus pies se enredaron haciendo que el muchacho se tambalease, Chan Yeol reaccionó rápidamente a agarrarle por la cintura para evitar que se fuera de cara contra el piso.
No se esperó que Byun le diera un golpe. Recién se dio cuenta de lo sucedido cuando Baek Hyun dio unos pasos hacia atrás hasta pegarse a la pared, disculpándose tan rápido que ni si quiera se le entendía. Park comprendió que estaba hablando en su propio dialecto. No tuvo tiempo de reaccionar cuando Baek Beom se acercó con varios pasitos y tranquilizó a su hermano con una jeringa en su brazo. Al parecer, él se tomaba muy personales los consejos de Yura.
Chan Yeol tenía la mano sobre su pecho, justo el lugar donde el mayor le había pegado y no había caído del todo cuando el padre de Baek Hyun ya se había llevado a su hijo menor a su cuarto y lo había dejado tendido en la cama porque tenían visitas y no querían que el cadáver de lo que alguna vez fue Byun Baek Hyun estuviese desparramado en la sala.
Park se deslizó escaleras arriba moviendo su enorme cuerpo hacia la recamara del mayor. Se quedó a su lado el resto de lo que duró la inconsciencia del mayor. Chan Yeol estaba casi dormitando cuando escuchó a su novio removerse.
— Chan Yeol, tenemos que hablar —
— ¿Qué pasa, Hyunnie? — susurró sentándose en el colchón.
Baek Hyun tomó aire antes de hablar, irguiéndose e intentando lucir lo más neutral posible.
— Debemos terminar, Chan Yeol —
— ¿Qué? —
— Te amo, Park Chan Yeol y es por eso que debemos terminar — Baek Hyun respiró profundamente — En estas semanas desde que hemos regresado de Jeju, te he rechazado una y otra vez y tu no me has dicho nada, porque me quieres. Pero recuerda que yo también te quiero a ti y no puedo verte sufriendo del modo en que lo haces —
— ¿Acaso te golpeaste la cabeza, Baek Hyun? No puedo dejarte y menos ahora, sí, te mentiría si te dijera que me duele no poder abrazarte ni besarte, pero te amo, ¡Diablos! No puedo dejarte solo ahora —
— No es solo por lo de ahora, Chan Yeol — insistió Byun mientras sentía como las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas —Desde que hemos nacido que he dependido de ti para sobrevivir, pero tú no de mi. Siempre he sido torpe e inmaduro y tú siempre has estado allí para sostenerme y mimarme. Siempre has sido tú. Te necesito como al aire y eso está mal. En algún momento te cansarás de mí y me dejarás, yo me quedaré atrás y tu seguirás con tu camino —
— ¡Baek Hyun! ¡No digas esas cosas! Byun Baek Hyun, te necesito, te necesito y no sabes cuánto — rogó arrastrándose hasta quedar lo más cerca posible sin tocarlo —
— Chan Yeol te estoy dejando porque te quiero y porque quiero que seas feliz. Siempre te he amado y lo único que busco es que encuentres a una persona que te ame de la misma manera que tu a ella, que no esté tan rota como yo. —
— Baek Hyun, solo tú puedes hacerme feliz —
— No, Chan Yeol hace meses que tú no eres feliz a mi lado. Te he estado haciendo sufrir y no sería justo de mi parte atarte y hacer miserable el resto de mi vida. ¡Te he golpeado! ¿No lo entiendes? Hoy pase una raya que no se debería cruzar nunca —
— Bae… —
— No. Chan Yeol, terminemos, olvídame y se feliz —
— ¿Esto será todo? —
— Si —
— Todo lo que hemos luchado para estar juntos y ¿Este es el final? —
— Gracias por el año y medio de felicidad, Chan Yeol, gracias por haberme hecho feliz toda la vida. Pero este es el final —
— Está bien — aceptó Chan Yeol — Terminaremos, pero no pidas que me olvide de ti. Dices que mi vida era miserable a tu lado, ahora será miserable sin ti —
— Adiós, Park Chan Yeol —
— Hasta luego, Byun Baek Hyun —
Hay muchas maneras de morir en esta vida y –posiblemente- morir por amor fuese la más noble. Baek Hyun se había sacrificado por la felicidad del otro y Chan Yeol había muerto junto con su relación.