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When the flower boys cry. por Nana-Sama

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Capítulo 052:

52 Finales

 

Se Hun contó mentalmente, este sería su quinto mes junto a Lu Han. La mayoría de los romances juveniles son “Tres meses y ya”  y a pesar de que dos meses más no hacía la diferencia, tal vez los sentimientos involucrados es lo que hacía distinto a aquel romance de otros tantos.

Su amor por su hyung se parecía a un electroshock, al sabor del hielo contra las encías, el primer fuego artificial en Año Nuevo, un café a la madrugada o una coca cola en una noche aburrida. No podía describir su amor de forma romántica porque él no leía poesías. Pero lo podía describir como lo sentía.

Pero también, pese a que era demasiado bohemio, también era un ser sensato y no se creía tan masoquista como para seguir en una relación vacía. Pasaron los días y Lu Han no estaba. Y él se sentía cada vez más solo. Creyó que cuando conociese a su padre se sentiría bien, pero no. Oh Jae Joong le había dicho que no tenía nada que ver con él y que no se haría cargo de otra alma más que de la propia. 

Le había mandado un mensaje a su hyung diciéndole que lo esperaba en un café en el centro, también había llamado a su casa y le había pedido a Amber que le pase el mensaje por si no tenía su teléfono a mano.

Llovía pero no de manera muy fuerte y se encontró así mismo sintiendo un deja vu. Se recordó así mismo, precisamente hacía un año atrás, en ese mismo lugar, esperando por Zelo. Recordó que fue ese mismo día el que habían cortado su relación luego de que él lo encontrara con Yong Guk. El té de burbujas se había terminado hacía rato y el bote vacío lo miraba en silencio.

¿Estaba condenado a que ese día, todos los años se acaben sus relaciones? Recuerda que fue un día como este hace ya varios años atrás encontraron el cuerpo de Shin Yeong. También recuerda como no lloró por su desastrosa relación con Jun Hong.

Sin que se diese cuenta gruesas lágrimas recorrían su rostro silenciosamente, no había conmoción. En ese momento sentía un montón de cosas que nunca sintió, como el calor abrasador pese a que el astro rey ya estaba cayendo. Pero podía sentir como su piel ardía y emanaba calor. Se fue inclinando poco a poco hasta que hundió su rostro entre sus manos, mientras el vaso vacío del té de burbujas contemplaba su llanto amargo.

No quería que eso se terminase, pero sentía como si hubiese llegado a su fin hace dos semanas atrás. El resto de los días que siguieron a ese fueron el relleno de una relación que estaba destinada a fracasar, como bien había dicho Joon Myeon. Quería aferrarse infantilmente a su hyung, abrazarlo y nunca dejarlo ir. Quería llorar sobre su hombro y que le consolase hasta quedarse dormido entre sus brazos. Quería tenerlo entre sus brazos y asegurarse que lo quisiera, ahora y siempre. <<No más>> pensó.

Seguramente las enfermeras del hospital se preocuparían e intentarían darle otro tranquilizante. La venda sobre su brazo izquierdo apretaba demasiado y su garganta le ardía. Jun Hong siempre había sido como su ángel de la guarda malvado.

 

***

 

Sulli abrió la puerta de lo más intrigada. ¿Quién golpeaba la puerta si había todo un jardín con rejas por delante? Cuando reconoció al muchacho no pudo evitar sonreír. Hacía tanto que no veía a Se Hun por ahí.

—    ¿Está Lu Han? — preguntó el chico.

La jardinera lo notó. El muchacho estaba verdaderamente deprimido y se le notaba en el semblante, lo dejó pasar corriéndose de la puerta. Como si fuese un espectro sin vida, el chico se adelantó en la casa.

—    Si, por la tarde se fue con el Sr. Jae Joong y volvió hace un rato —contó la muchacha llena de buenas intenciones. 

Eso fue como un puñal en el corazón de Se Hun. Un puñal que fue removido y una herida bañada en sal y limón. Aun así, mantuvo su rostro estoico y sereno mientras se adentraba en la mansión. Escuchaba voces no muy felices y pudo guiarse sin necesidad de direcciones por la casa. Dejaría las cosas en claro de una buena vez por todas.

 

***

 

Lu Han ese día estaba particularmente deprimido. Amber le había dicho algo referido a Se Hun, pero él no tenía tiempo para su novio, necesitaba ir a despedirse de su madre. Esa misma tarde su hermana se marcharía para ya no volver. Jae Joong le había acompañado a despedirla. No la volvería a ver hasta que pudiese conseguir dinero por sí mismo para hacerlo, porque sus padres no se lo darían.

Había pasado el resto de la noche llorando en los brazos de Jae Joong quien intentaba consolarle como podía. Últimamente, también sentía lejano al escritor y la idea de perder a su tutor le causaba pánico. No podía dejar que otra persona también se vaya. Sabía que su relación con él no era lo más sano del mundo, es decir, habían sido amantes y ahora él se comportaba como un padre responsable. Escuchaba a sus verdaderos padres discutir en la habitación de al lado, a ellos y a sus abogados.

Jae Joong lo tenía abrazado y palmeaba su espalda con su barbilla apoyada sobre la cabeza ajena, Lu Han escondía su rostro en su cuello, quejándose por la ida de su hermana y dejándose mimar por el mayor, era uno de esos días en donde necesitaba sentirse querido.

—    Tú vas a dejarme también ¿Verdad? —preguntó Xi con la voz temblorosa.

—    Él no, pero yo sí —

Lu Han se separó del escritor cuando sintió la voz de Se Hun, casi instintivamente lo buscó por la habitación, encontrándole parado sobre el marco de la sala en donde estaban. Jae Joong le miró con cierto dolor y lástima en los ojos.

—    ¿Qué? — Lu Han no quiso entender bien — ¡Se Hun! ¿Qué haces aquí? — exclamó levantándose para ir a sus brazos.

—    Lo que ha escuchado. Terminamos —

El muchacho se detuvo en su camino mirándole casi sin expresión en el rostro, aun tenía los brazos casi abiertos, como si aún estuviera dispuesto a abrazarle. Se Hun le miraba sin compasión en su rostro, aun con la acalorada conversación de divorcio de fondo.

—    ¿Qué? ¿Por qué? No. Espera. No. Podemos hablarlo —

—    Háblelo con Jae Joong — 

—    Se Hun-ah… —

—    Cuando comenzamos esta relación dijimos que nos apoyaríamos el uno al otro en los problemas que tuviésemos, que a diferencia del resto del mundo me escucharías. Durante estas dos semanas le he necesitado tanto que me duele con solo pensarlo. Le necesité tanto que lloré por usted y aunque le llamé incansablemente no estuvo. Ahora me dirá que usted también tiene problemas ¿No? Aun con todos los problemas que usted tenga, debió haberme llamado porque somos novios y se supone que estaríamos juntos en las buenas y en las malas. Aquí y ahora me siento como un fracaso sabiendo que usted está mejor en los brazos de otra persona. —

—    No sabía que te sentía así, Se Hun-ah — murmuró Lu Han acercándose con los ojos anegados de lágrimas. Lo que menos quería era hacerle daño a su niño colorido. —Lo siento, tanto. Lo siento, de verdad. No quiero que terminemos, Se Hun-ah, no —

—    Lo sabía —

—    ¿Qué? —

—    Que usted me pediría perdón, después de todo, cuando me enamoré de usted sabía que era una buena persona. Aun así, hyung, aunque me pida perdón de rodillas o llore todas las mañanas sobre mi puerta de aquí a tres años, aunque yo le perdonase, no podríamos volver a estar juntos —

—    ¿He? Se Hun-ah yo de verdad quiero arreglar las cosas. Los problemas tienen soluciones…

—    Este no. Es una cuestión de orgullo, pero no voy a volver a pasar lo mismo de vuelta. Porque cuando me diga sus problemas de ahora en adelante para enmendar su error, en su mente pensará que sería mejor recibir el consejo de alguien adulto como Jae Joong. Porque la persona que es verdaderamente indispensable para usted no soy yo, es él —

—    Eso es mentira, yo te amo, no puedes creer eso de mi —

—    A quien recurrió durante estas dos semanas no fue a mí, fue a él. —

Jae Joong notó que aquellas vendas rodeando uno de los brazos del muchacho no eran por lograr un estilo. El chico de verdad se veía caído y hablaba lento como si tuviese un par de bastantes tranquilizantes encima, le recordaba así mismo, cuando luego de salir del hospital luego de su tercer intento de suicidio se enteró que Choi Seung Hyun, su mejor amigo, estaba saliendo con Kwon Ji Yong, un dongsaeng. Miró el rostro de Amber quien estaba para mucho más atrás de Se Hun, apoyada en el marco de la puerta. Nunca había visto triste a la mujer. Cuando sus ojos se encontraron confirmó sus peores sospechas. La llamada que había atendido del hospital la otra noche, que creyó que era equivocada era porque alguien del circulo del muchacho había querido que Lu Han se enterase de lo que había pasado.

—    Por quien estaba rogando era por él, no por mi — concluyó el menor.

—    ¡Se Hun-ah! ¡No me dejes! Prometo hacer lo que quieras, seré el mejor novio de todos yo prometo escucharte todos los días. Lo siento, lo siento. No puedo volver el tiempo atrás pero no quiero que te vayas de mi lado —

Él único momento en que una expresión surgió en el rostro del menor fue cuando el mayor se aferró a sus brazos. Lu Han no conocía esa clase de heridas así que no tenía ni la menor idea de lo que le había pasado a su ahora ex novio.

—    Lo último que tengo para decir antes de irme y dar por concluida nuestra relación es: Gracias por decirme lo de Jae Joong, se lo agradezco desde el fondo de mi corazón —

Lu Han lloraba porque no entendía la mitad de las cosas que estaba sucediendo, pero por sobre todo, porque estaba perdiendo a Se Hun, su Se Hun. Quien lo había adorado y llenado de amor por meses ahora se estaba yendo. Corrió tras él abrazándole por la espalda, rogándole que no se vaya. ¿Cuántas veces había hecho eso? Incontables. Pero tal vez, esta era la primera vez que se lo merecía.

Oh Se Hun había sido todo lo que deseaba, era atento, dulce y cariñoso. No se interesaba con él solo por el sexo como el resto y tampoco lo quería por su dinero, ni por su belleza. Lo quería por quién era. Era su deseo hecho realidad y lo perdió. Se Hun se deshizo de su agarre y no miró atrás.

—    Gracias por los bonitos recuerdos, Xi Lu Han —

Sabía que Se Hun se iría caminando, porque adoraba caminar bajo la lluvia, sabía que podía alcanzarlo si corría. Pero ya no podía, se dejo caer en medio de la acera, chillando por el nombre de su amado quien no se volvió hacia él. Se arrastró patéticamente, llorando por él y exigiéndole que se quede aunque sea por respeto a los mayores.

Fregándose los ojos vio una cinta blanca y algo manchada en la calle. La tomó entre sus manos dándose cuenta de que era una venda impregnada de sangre. No era tan idiota como para no darse cuenta lo que había pasado. Sin importarle que se estaba empapando bajo la lluvia se acordó de lo que Zelo había dicho: “Ojalá tus intentos de suicidio no fuesen tan patéticos

Se Hun había intentado suicidarse nuevamente. Si ya estaba llorando, ahora lo hacía el doble. Su Se Hun había intentando quitarse la vida y él no estuvo allí para apoyarlo.

 

Ji Yong había ido a casa de Se Hun, siempre le había tenido cierto cariño a aquel niño. Ahora que estaba realmente colapsado por el incidente con su padre biológico, no quería dejarle solo. Él tenía la ilusión de tener hijos y Oh era lo más parecido a eso que tenía cerca, además, sentía que no le agarraría afecto a nadie como lo hizo con el chico de cabellos de todos colores.

Le había llamado pero nadie respondió. Recorrió las pocas habitaciones que había hasta llegar al baño. Abrió la puerta y se encontró con Se Hun recostado en el suelo boca abajo, eso hubiera sido más o menos normal si no fuese por el enorme charco de sangre que lo rodeaba. Dio un grito desgarrador. Llamó a Seung Hyun y rápidamente llevaron al muchacho al hospital.

El doctor dijo que se había tomado una sobredosis de pastillas para dormir y luego había intentado desangrarse hasta morir. Supuso que solo se había empastillado para no despertarse en el proceso. Ji Yong estuvo toda la noche al lado del muchacho. Una hora más tarde llegó Jun Hong corriendo. Seung Hyun le dio a una enfermera el número de Lu Han y le pidió que lo llamasen para avisarle lo ocurrido. Inclusive, le avisaron a Kyung Soo.

—    Tercero esta al teléfono — masculló Kyung Soo — Le pondré en alta voz.

—    Tercero es un nombre muy seco, ¿Por qué no le llamamos Middle? — preguntó Se Hun.

—    Está bien. Igual, no creo que a Jong In le hubiese gustado lo que has hecho — murmuró Kyung Soo.

Se Hun estaba recostado con el rostro amarillento, pero no parecía estar mal. Seung Hyun había salvado al muchacho de que tuviese que hacer terapia, pero no dejaría que eso volviese a pasar. Tomaría la rienda en sus manos de la situación.  Zelo le había contado que sería casi la cuarta vez en este año que intentaba acabar con su vida, solo que nunca había acabo en el hospital porque él se encargaba de cuidarlo caseramente. Y eso no estaba bien. Nada en la vida de Oh Se Hun estaba bien. 

Notas finales:

Lo sé, tarde un montón y pido disculpas de rodillas. Es que estaba rindiendo los últimos examenes antes de liberarme por completo. Pero ya he vuelto y eso es lo que importa.

Con respecto al capítulo, lloré mucho mientras escribía esto, espero haber podido transmitir bien mis sentimientos. Se que todo parece muy confuso, pero como siemrpe digo, más adelante se irá entendiendo todo. 

Oficialmente, llegamos al climax de la historia, desde aquí ya entramos e la recta final del primer arco. Ahora, se viene puro desmadre, no se si sea muy feliz, pero solo les digo que la espera valdrá la pena. 

Muchas gracias por sus muchísimas lecturas y sus rws, son preciosos <3

¡Nos leemos! 


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