Capítulo 006.
6 Rumores
Sin un sueño en mi corazón Sin amor por mi mismo—Blue Moon
(Elvis Presley)
Jong Dae se dio cuenta que fue mala idea haber dicho lo que había dicho sobre la princesa del Club de Cantantes Muertos, cuando vio dirigirse al muchacho hacia la cancha de baloncesto. Tragó saliva en seco, ni si quiera alguien tan inmortal como él sobreviviría a la furia de Park Chan Yeol. A todo esto ¿Quién es Park Chan Yeol? El enorme novio de Byun Baek Hyun.
El capitán del equipo de baloncesto, con sus ciento ochenta y ocho centímetros y sus largas extremidades espantaría a cualquiera cuando estaba molesto. Aunque la mayoría del tiempo era el ser más feliz del universo. Jong Dae rogó mentalmente porque aquel sujeto no estuviera molesto con él.
Muy posiblemente tuviera que verlo mucho de ese momento en adelante, después de todo, el basquetbolista seguramente los ayudaría con los preparativos para el Festival de Primavera, sobre todo si se trataba de ayudar a acarrear cosas grandes o pesadas.
***
Baek Hyun empujó la pesada puerta de la cancha donde todo el equipo estaba entrenando. Caminó en silencio y por más que hizo esfuerzo para que nadie lo notara, nadie osaría llegar tarde al entrenamiento de Choi Daniel, por lo cual, todos se detuvieron para observar al intruso a mitad de entrenamiento. Cuando se dieron cuenta que era el pequeño novio de su capitán, luego de saludos amigables, todos volvieron a entrenar. Chan Yeol hizo amago de dejar de hacer lagartijas pero la severa mirada de su entrenador lo hizo permanecer en su lugar. Baek Hyun le dedicó una sonrisa antes de ir a sentarse a las gradas.
Se sentó en la más baja, esa que estaba cerca de la banca donde se sentaban los novatos a descansar cada vez que podían escapar del ojo de águila del entrenador Choi. Cuando pasaban los minutos, no pudo evitar sentirse interesado en la conversación que mantenían tres chicos que estaban descansando frente a él.
— Al final, resultó ser una zorra cualquiera —
— Oh, vaya. No me lo esperaba Xi Lu Han, el Señor-no-quiero-salir-con-nadie-por-que-soy-casto-y-puro terminó metiéndose con Oh Se Hun —
— Es un niñato después de todo, ¿No va con su personalidad de “No-salgo-con-nadie-por-que-son-todos-pervertidos”? —
— ¡Pff! ¡Claro! ¿No sabes quién es su hermano del alma? ¡Kim Jong In! ¡Kai! ¡Amo y señor de la destrucción de cualquier pareja feliz! ¡Dios del sexo! ¿Cómo Oh Se Hun va a ser distinto a la estirpe con la que se junta? —
— Son niños —
— Los niños de hoy en día son cada vez más promiscuos, yo a su edad jugaba con la pelota y ni si quiera pensaba en esas cosas —
Baek Hyun no podía creer lo que escuchaba, en la semana en la que había tratado poco y nada con el niño rubio, había creído que era un buen chico. Nunca hizo nada desubicado, tampoco tuvo ningún indicio de que pensara en Lu Han para esas cosas. Esas cosas no podían ser ciertas. <<Se Hun-ssi es un buen niño>> se recordó <<No ha hecho nada malo. Los rumores son cosas horribles inventadas por personas malas>> Más que nada, intentaba recordarse que su hyung siempre había sufrido por la superficialidad de las personas. No necesitaba que se lo dijera para darse cuenta, por lo tanto, no tendría una relación con un chico casi tres años más chico que él solo para hacer eso.
Intentó prestar atención en la manera en como su novio enseñaba a jugar a los más jóvenes, pero en su cabeza daba vueltas la historia que había acontecido el año anterior, casi en los finales del periodo escolar. La profesora Lee había sido descubierta teniendo relaciones con Kim Jong In, y la Señora Lee estaba casada y tenía dos hijos. Dos hijos con la misma edad que el chico con el que follaba. Jong In no presentó cargos, pero toda la sociedad de alumnos y tutores se había conmocionado y pedían a gritos que encarcelaran a esa mujer por abuso de menores.
Pero a Se Hun nunca lo habían relacionado concretamente con alguien y pensó que eso estaba bien, después de todo, tenía quince años. No tenía necesidad aun de ese tipo de contacto con otras personas. Aunque pensó que era necesario advertirle a Lu Han sobre las posibles circunstancias que rodean la vida de su nuevo dongsaeng.
En su fuero interno, no creía que nada de eso fuera cierto. Baek Hyun no creía que nadie de su edad, ni de la edad de Se Hun hubiese tenido ya relaciones sexuales. Él, a sus diecisiete años era completamente virgen y lo seguiría siendo por mucho tiempo más.
***
Jong In pensó que algo malo estaba pasando con él. Había salido de la casa de la Señora Kim y no había arreglado las cosas de tal manera de que su esposo comenzase a sospechar de su presencia merodeando a su mujer. Y eso, era algo raro en él. En lugar de estar haciendo cosas que enfureciesen a jóvenes esposos, estaba esperando un café cortado y un brownie en EXO.
Su coreógrafo se había quejado del gran tiempo que pasaba en ese lugar. Pero Jong In no iba a ceder ni un milímetro. Pasaba toda la mañana y la siesta en el estudio de SM –la empresa a la que pertenecía- practicando hasta casi desfallecer y luego toda la noche. No podía darles más sin vencer su propia libertad. Sabía que eso no le gustaba nada a su CEO, pero no iba a dejar que nadie lo cuartara.
Había participado en varios shows televisivos, pero todavía no lo habían presentado oficialmente y eso, era algo que le molestaba enormemente. Bailaba mejor que cualquiera en todo ese lugar y lo sabía. <<Te mereces mucho más que esto>> susurró Kai sobre su oído. Sacudió un poco la cabeza mientras la dejaba caer hacia atrás, cerrando los ojos. Necesitaba descansar.
Sintió un dedo hundiéndose en su mejilla. Primero dio un respingo por el susto, pero luego se removió un poco, intentando conciliar el vago sueño que había obtenido. Pero aquel dedo se volvió a hundir en su mejilla. Iba a levantar la mano y espantar a aquel ser, hasta que se dio cuenta del repentino olor a chocolate y café que lo inundaron. Abrió los ojos de golpe, para encontrarse con la mirada seria y dura de Kyung Soo.
— Aquí vienes a comer, no a dormir, mocoso — masculló dejando se sopetón las cosas que había ordenado.
— ¡Ah! ¡Kyung Soo-hyung! Estoy tan cansado~ ¿Me prestarías tu hombro para dormir? —
— No —
— ¿Por favor? —
— No —
— ¿Por favorcito? —
— No —
Jong In infló sus mejillas protestando. El cocinero se giro y le dio la espalda, miró a su alrededor y vio que ya casi no había personas, miró el reloj de su móvil, eran las ocho y media. Oh, estaba tarde para su ensayo. ¿Tanto tiempo se había quedado dormido? Luego se dio cuenta que no estaba en la silla en la que se había sentado (Había elegido ese asiento minuciosamente, porque desde allí se podía ver de vez en cuando al repostero cocinando) si no que estaba en las sillas sobre el ventanal, de esas que parecen sofás. Pestañeó algo confundido pero decidió que sería mejor comer, pagar e irse antes de que su coreógrafo lo ahorcara.
— Awww~ Es un amor — comentó Dae Sung.
Como ya era tarde, el café dejaba de ser café para ser un restaurante, por lo cual, la actividad mayor la llevaban los cocineros y no los reposteros como Kyung Soo. Este, rodó los ojos, soplando el flequillo de su frente con exasperación. Le había pedido al camarero que tirara al bailarín el sofá. “Arruina la vista” había dicho, pero en verdad, sabía que un sofá era más cómodo que una pequeña silla.
— ¿Siempre se queda así dormido? — masculló en tono despectivo.
— Siempre, cuando llega aquí, parece cansado. Debe estar sufriendo mucho stress —
— Pff, seguro —
Dentro de la mente de Kyung Soo estaba bien cuidar de Se Hun –Lo miró moverse entre las mesas con naturalidad- todos en ese lugar cuidaban del niño y es porque, a través de su imagen de chico malo, era obvio que aquel niño necesitaba todo el amor que no tiene. Pero Jong In no inspiraba la misma confianza que él. Cada vez que lo veía en su mente –pese a que el bailarín también era solo un niño- se encendía una alarma de peligro máximo. A través de su vida Kyung Soo había aprendido a saber en qué personas confiar y en cuales no y le era imposible estar tranquilo con el chico moreno cerca. Había algo en él que inspiraba temor.
***
Lu Han miró su celular por enésima vez en la noche. Se debatía entre sí, sí o no. Al final, tomo todo el coraje que pudo, tecleó un par de cosas y envió el mensaje.
Para: Se Hun-ssi.
¡Hola! ¿Cómo estás? Este mensaje es para que tengas mi número. Soy Lu Han. Marzo 13