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Me Perteneces por Sora17

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Notas del capitulo:

muejeje servido el capi 11 mas información en las notas finales xd

-Este hombre realmente es espantoso- suspiró Ciel con una expresión resignada después de leer la carta del vizconde.
-Puedo saber de que se trata todo esto?- preguntó Sebastian, que aun seguía crispándose cada vez que se acordaba del rubio.
-Parece ser que lo han dejado en libertad por el incidente del otro día.. Ya sabes, si tienes nobleza y algo de dinero puedes limpiar el crimen que sea. En fin, como lo han dejado en libertad, dará un almuerzo en su mansión para todos sus conocidos...- respondió Ciel repiqueteando nerviosamente los dedos sobre la mesa de su escritorio. Por algún motivo tenia un mal presentimiento respecto a aquello...
-Asistiremos?- preguntó Sebastian.
-Si. Se puede llevar de acompañante a un familiar o amigo asi que no podrás ser solo mi mayordomo-
-Será como la noche de la fiesta??-
-No!- exclamó Ciel con un tic en el ojo -Esta vez estoy formalmente invitado, yo, Ciel Phantomhive. No necesitaré esconderme detrás de ningún absurdo disfraz!-
-No sabía que el vizconde Druitt lo conociera a usted lo bastante como para enviarle una invitación tan formal..- respondió Sebastian, sintiendo como si algo pequeño y venenoso lo aguijoneara por dentro.
-Nos conociamos desde antes de que mis padres murieran- murmuró Ciel pensativo, acariciando su anillo...
Si.. Aun recordaba la amabilidad y dulzura de aquel chico...
La primera vez que lo había visto tenía solo 5 años y el vizconde 9.
Era una versión miniatura de su padre el por aquel entonces imponente vizconde Druitt, habían jugado juntos en cada fiesta en la que habían coincidido, pero luego, cuando el vizconde cumplió los 14 años su padre falleció y él heredó su titulo, volviéndose todo un señorito, olvidándo al pequeño Ciel...
Aquella había sido la ultima vez que lo había visto, hasta la vergonzosa noche en que se había disfrazado de dama para colarse en su fiesta.
Ahora el vizconde ya con 17 años era la sensación de las noches londinenses y dudosamente se acordaría mucho de Ciel más que como de un conocido cualquiera.
-Se ha quedado pensativo Bocchan- murmuró Sebastian al ver la mirada perdida de su amo.
-Si.. Solo pensaba en lo mucho que puede cambiar la gente... En fin, el almuerzo es dentro de solo un par de dias, estaremos listos para entonces.-
--------
-Es espantoso... Realmente horrible... Siento que si vuelvo a verlo me dará algo...- susurró Ciel por milésima vez mientras el carruaje avanzaba tranquilamente por la calle.
Sebastian estaba sentado delante suyo, vestido como un elegante caballero y su rostro no parecía muy feliz.
Ciel le había hablado sobre la relación que alguna vez tuviera con el vizconde y eso no le había hecho ninguna gracia.
-En verdad lo aborrece no es cierto Bocchan?-
-Lo aborrezco por como es ahora... Tan falso... Tan...-
-Ha oído usted decir que muchas veces antiguos amores se convierten en odio??-
-Otra vez con eso?? Sebastian!! Es una orden! No vuelvas a insinuar que alguna vez me pudo gustar ese tipo- refunfuñó Ciel realmente irritado, aunque le agradaba un poco pensar que su mayordomo lo celaba.
-Como ordene Bocchan...-
La mansión del vizconde esta vez no estaba tan llena de gente y el ambiente era mucho mas formal que el de la fiesta de la otra noche.
Por lo visto solo había invitado a la nobleza mas allegada a él y Ciel seguía sorprendido de que el vizconde se hubiera acordado de él lo bastante como para invitarlo también...
Sebastian y Ciel bajaron del carruaje y un sirviente de la mansión de Druitt los guió al interior.
Allí dentro estaba el vizconde, charlando con algunas damas, pero apenas vio llegar Ciel se disculpó con ellas y fue a su lado con una sonrisa.
-Conde Phantomhive!! Como me alegra que haya venido! Ha pasado tanto tiempo!- exclamó el vizconde tomando una de sus manos y estrechándola entre las suyas.
"No tanto tiempo como crees.." Pensó Ciel, tratando de borrar de su mente la fiesta de la otra noche.
-Si.. Como ha estado Alistair?- preguntó Ciel tratando de sacar su endurecida personalidad de sociedad que llevaba un tiempo sin usar.
-Con un pequeño problema pero nada más. Me he enterado de lo sucedido con su tía, por favor acepte mis mas sentidas condolencias.-
-Gracias- murmuró Ciel amargadamente.
-Y este caballero que lo acompaña quien es?-
-Es mi... ejem... Tío de un país cercano.. Y conde de... De Transilvania...- improvisó Ciel.
Habían planeado otra cosa con Sebastian, pero Ciel de pronto se sentía tan nervioso que había sido incapaz de recordar al pie de la letra toda la mentira.
Sebastian fue saludado amablemente también y cuando la hora del almuerzo llegó, todos los presentes se dirigieron al salón principal.
Por algún motivo sin embargo las facciones de Sebastian no aparecían relajadas como de costumbre y había un transfondo de tensión en sus ojos. Ciel se moría por preguntarle que pasaba pero estaban demasiado rodeados de gente.
Sin embargo esa mirada no podía ser nada bueno.
Casi se podía decir que estaba erizado como un gato cuando ve entrar a otro gato en su territorio...
"Solo deben ser imaginaciones mias..." Pensó Ciel, mientras los sirvientes del vizconde traían las fuentes de comida. Pronto el almuerzo empezó y los comensales se pusieron a charlar suavemente mientras comían.
Ciel por otro lado comía en silencio sentado al lado de su "tio". Al terminar el almuerzo y el postre tambien, la fiesta se prolongaría hasta el té de la tarde, pero Ciel y Sebastian se escabulleron en dirección al tocador.
Sin embargo a medio camino los llamó el vizconde.
-Qué ocurre?- preguntó Ciel forzando una media sonrisa.
-A las damas les gustaría conocer al conde de Transilvania y me pidieron que lo invitara formalmente a su circulo-
Sebastian dudó, pero Ciel asintió levemente. Después de todo podía ir al baño solo.
Sebastian se alejó de su Bocchan con una expresión inequívocamente nerviosa que Ciel no le había visto nunca antes y el jovencito se marchó hacia el tocador.
El vizconde iba detrás suyo, presumiblemente a utilizar tambien el tocador y Ciel rezaba en su interior para que el rubio no le dirigiera la palabra...
-Oye... Ciel...-
"Ahhhhh desde cuando me llama solo Ciel a quema-ropa este??" Pensó el conde...
-Dígame - respondió Ciel con formalidad..
-Te acuerdas... Cuando jugábamos juntos cuando eramos mas jóvenes?-
"Mira lo que se viene a acordar justo ahora..."
-Si.. Me acuerdo- respondió Ciel con precaución.
-Ahhh que alivio! Pensé que ya te habías olvidado de eso!! Aunque... Creo que mi corazón sabía que lo recordabas como yo, sobre todo después de...- el vizconde no terminó la frase y miró sus propios zapatos, como si se sintiera  avergonzado...
Ciel abrió grande su único ojo visible con cara de "Y a este que le pasa?" y entró primero al tocador.
Cuando termino decidió salir huyendo de allí a toda prisa, sin esperar a que el vizconde pasara, pero el rubio no tenia que usar el baño...
-Jeje solo mande a tu tío con aquellas damas para que pudiéramos hablar a solas.. Por eso te seguí..- dijo el vizconde.
-Oh que bien...- murmuró Ciel apretando el paso casi con desesperación.
-Por que la prisa??- preguntó el rubio sujetando a Ciel de la muñeca mientras el pequeño conde se volvía horrorizado hacia él...
-Es que.. No quiero..dejar solo a mi tio...- mintió Ciel intentando una sonrisa que se quedó toda espachurrada en su cara del repelús que le daba estar tan cerca del rubio.
-No creo que se lo coman... Ciel... Ademas, quiero decirte algo. No creo que sea adecuado hablarlo en los pasillos de la mansión, asi que sígueme - dijo el vizconde tirando de la manga de Ciel.
Ciel quería zafarse pero no sabía como hacerlo sin ser grosero así que no tuvo mas opción que dejarse guiar.
El vizconde lo metió en una habitación y después se apoyó sobre la puerta.
-Al fin estamos solos... Mi pequeño petirrojo..-
"AHHHHHHHH!!!!!" el gritó no salió de la cabeza de Ciel, pero al conde le costó mas de un minuto recuperar la compostura...
-Y- y eso?- murmuró Ciel haciéndose el tonto.
-Ya se que tu eras la damisela que me cautivó la otra noche... Lo descubrí ayer mirando una vieja fotografía que nuestros padres nos tomaron juntos... Esos ojos.. Como pude no reconocerlos??? De haber sabido que eras tú no habría intentado subastarte en el mercado negro ni por todo el oro del mundo!- exclamó el rubio con voz apasionada.
"En serio... Voy a vomitar..." Pensaba Ciel...
-No.. No se de que hablas...- susurró el ojiazul con un nudo en la garganta.. No sabía si se encontraba en peligro o...
-Si lo sabes...- murmuró el vizconde sujetando la pequeña barbilla de Ciel entre sus dos dedos.
Si. Definitivamente estaba en peligro.
-No puedo creer que hayas hecho todo eso solo para... Acercarte a mi una vez mas!!!!- exclamó el vizconde con sus ojos de color violeta relumbrando como amatistas.
"QUE????? acercarme a él???!!! Pensé que diría que había sido una treta asquerosa solo para capturarlo!!!" Gritó la mente de Ciel.
-He dado este almuerzo con el único motivo de volver a verte y decirte que lo se!!!... Ciel.. No puedo creerlo.. Cuando lo entendí todo me emocioné hasta lo mas profundo de mi alma!!! Nadie jamas había hecho algo tan bonito por mi!!- gritó el rubio con un reguero de lágrimas debajo de los ojos...
-Fue para capturarte!!!- le soltó Ciel abruptamente...
"Rayos no debi decirle eso... Quien sabe como reaccione..."
-Y lo has logrado!! Me has capturado Ciel!! Has capturado por completo mi corazón como las redes de los pescadores capturan el pescado allende los mares!!!-
"Que ascooooooo!!!!!"
-Sebas...-
-No digas nada mi pequeño petirrojo... Entiendo tus motivos!!- exclamó el vizconde colocando un dedo sobre los labios de Ciel.
-Sin embargo no necesitabas disfrazarte de dama para cautivarme, cuando el amor es verdadero y las almas gemelas se encuentran no importa que sean dos hombres o dos mujeres o un hombre y una mujer! No importa nada! Ahora.. Ahora que solo somos tu y yo no hay nada mas que temer... Este amor será eterno!!! Bésame!!-
-Suéltame estás delirando!!!- exclamó Ciel empujando el pecho del vizconde con todas sus fuerzas.
Pero Alistair Chamber seguía sujetándolo entre sus brazos y acercando sus labios a los suyos...
"Nooooooo si me besa jamas lo superareeee!!!!" Gritó la mente de Ciel. Sin embargo cuando pensó que todo estaba perdido, una idea se le vino a la mente.
Echando la cabeza hacia atrás, se impulsó y le dio un fuerte cabezazo en la frente al rubio.
Posiblemente el cabezazo le dolió mas a él que al vizconde pero fue lo suficiente como para que el rubio lo soltara, un poco aturdido y Ciel logro escabullirse por la puerta...
Sin embargo no pasó mucho hasta que sintió la carrera del vizconde detrás de él, llamándolo...
-No huyas mi pequeño petirrojo!!!- gritó el vizconde corriendo a pocos pasos de Ciel.
-Ya deja de decirme asi!!- exclamó el conde, sintiendo como algo cálido se escurría de su frente hasta  su nariz y barbilla.
Por lo visto, para colmo, el cabezazo que le había dado al vizconde lo había lastimado mas a él que al rubio. Se llevó la mano a la frente y la miró mientras corría, estaba toda roja...
"Maldición. Tengo que llamar a Sebastian y... No! Definitivamente yo puedo defenderme solo! Mejor que él se quede haciendo sociales con las damas... Diablos no debí haber llegado ya al salón del te?? No puede ser... Acaso tomé la dirección equivocada y me estoy introduciendo más en la mansión???!!!"
-Cuanto mas correrás Ciel?? Ya se que este es el hermoso juego de persecución que juegan los amantes antes de un encuentro amoroso pero el momento de dejarte atrapar va llegando!!- anunció el vizconde detrás de él...
"Si me alcanza estoy perdido..." Pensaba Ciel doblando por los interminables pasillos de la mansión.
En cierto momento creyó haber despistado al vizconde y en lugar de seguir corriendo se metió en una habitación y cerró la puerta, apoyando el oído contra la madera.
No parecía que el vizconde estuviera cerca. A lo mejor había entendido el mensaje y se había rendido...
-Creo que hice bien esperándote aqui .. Sabía que tarde o temprano acudirías por ti mismo a mi habitación.. Mi sexy petirrojo...- dijo una voz a sus espaldas.
"S-su habitación??!!!"
-No.. Puede... Ser...- murmuró Ciel dándose la vuelta lentamente, deseando que todo hubiera sido una ilusión de su mente.
Pero no, allí arriba de la cama de sabanas color rojo sangre se encontraba el vizconde, estirado, en pose sexy y con la camisa abierta, sujetando un lazo entre sus labios...
-Ven a la cama petirrojo...-
-Primero muerto!!- exclamó Ciel escapando a toda prisa de la habitación.
Se encerró en otra, la primera que vio. Con suerte el vizconde pasaría de largo siguiéndolo y él podría salir de la habitación y volver sobre sus pasos. De esa manera tarde o temprano conseguiría volver al salón del te...
Se quedó otra vez con el rostro apoyado sobre la madera y al minuto sintió acercarse los pasos del vizconde por el corredor.
Solo tenía que seguir de largo aquel irritante rubio.
-C-I-EEE-EE-LLL (8)- canturreó el rubio mientras pasaba, y a los oídos del pequeño conde ese llamado se le antojo tan siniestro que se echo a temblar...-Dooondee esta-aa-as??-
"Ni que te fuera a responder.." Pensaba Ciel escuchando aquella voz alejarse por el pasillo.
-Te encontraaaree...-
Ciel suspiró y aguardó unos minutos más. Hacia rato ya que no escuchaba la voz del vizconde y con cautela salió de su escondite, pensando en desandar sus pasos a toda carrera cuando...
-Te encontré!!- exclamó de pronto alguien, muy felizmente, rodeando el cuello de Ciel con sus brazos.
-Suéltame!!!- gritó Ciel, encontrándose arrinconado contra la pared por aquel loco.
-Ahora te cargaré como si fueras mi princesa hasta la habitación! Para tener una enloquecida tarde de pasión!-
-Que me dejes!!! No estoy interesado en ti!!- exclamó Ciel tratando de soltarse. Lo del cabezazo solo había sido viable para una ocasión si llegaba a hacerlo de nuevo se abriría su propia cabeza del golpe.
-Pensar que te arriesgaste con ese disfraz tan atrevido solo para seducirme... Jamas me sentí tan importante para nadie!!- siguió diciendo el vizconde.
-Fue por que pense que eras Jack el destripador idiota!!-
Pero el vizconde hacia oídos sordos a esto.
-Que sucede que hay tanto ruido?- preguntó en ese momento una voz calmada, saliendo desde una de las habitaciones.
Ciel volvió los ojos agradecido hacia oportuna intromisión...
Allí había un hombre alto, de cortos cabellos castaños y ojos dorados.
-Ahh Claude!! Vuelve a la habitación!! Justo ahora él y yo nos estamos declarando nuestro amor!- exclamó el vizconde con voz quejumbrosa.
-No!! No es lo que parece!!- se debatió Ciel entre los brazos del rubio, pensando en que si el caballero aquel que el vizconde había llamado "Claude" lo reconocía como Ciel Phantomhive , su vida en sociedad realmente habría terminado.
-Mi amo esta muy agotado...- dijo Claude en plan "lárguense con esas cosas a otro lado"
-Ahh dile al primo Aloys que no sea tan aburrido!!- exclamó el vizconde.
-Mhh.. Que está pasando?- preguntó en ese momento una voz soñolienta, saliendo de detrás de Claude. Por lo visto el tipo alto no era más que un mayordomo, dedujo Ciel, pero si el señorito de aquel mayordomo lo veía entre los brazos del vizconde su vida social si estaría terminada...
Rápidamente Ciel se deshizo del abrazo del vizconde ahora que este estaba distraído y pensó rápidamente en una buena manera de escapar que no implicara volver a correr con el vizconde detrás...
Y estaba en eso cuando el dueño de la vocecita de antes asomó desde detrás de Claude. Era un jovencito de cabello rubio y grandes ojos celestes, algunos centímetros mas alto que Ciel...
-Huh??- los ojos de Aloys de quedaron pegados a Ciel apenas lo vio... -Y este chico?-
-Es el conde Phantomhive, y tu futuro nuevo primo!- exclamó con voz soñadora el vizconde...
-Que no soy nada eso!! Y ya me voy!- exclamó Ciel, deseando que el chico rubio entretuviera al vizconde por cualquier medio.
-No puedes irte mi pequeño petirrojo!!- gritó el vizconde poniendo una carita de pena conmovedora.
-Esta herido..- dijo Claude mirando la frente de Ciel y su cara por donde aun habían rastros de sangre.
-Claude, cúralo inmediatamente- ordenó Aloys.
-Yes, your highness...-
Claude volvió al interior de la habitación y regresó con un pequeño cuenco con agua y unas vendas. Ciel se dejó limpiar la sangre en silencio, golpeando el suelo con el pie nerviosamente.
Claude terminó rápido de curar la pequeña herida y ni siquiera necesito venderla. Sin embargo se había ensuciado un poco las manos con sangre de Ciel.
Algo curiosamente y sin que nadie lo viera, se llevó la mano a la boca y paso la lengua por la sangre...
-¡....!- Claude no dijo nada, pero se había quedado con la boca abierta y por sus ojos dorados cruzó por un momento un destello de llamas rojizas.
¿Que había sido eso?
¿Que era... Este... Sabor?
-Bien Claude... Ya está curado...- dijo Aloys mirando suspicazmente a su mayordomo.
-Eh... Eh si...- murmuró Claude, intentando recuperarse pero sin apartar sus ojos fogosos de Ciel.
-Aun quieres irte mi petirrojo??- preguntó el vizconde haciendo un mohín de pena.
-Ya deja al chico en paz Alistair... Claude.. Acomoda la habitación. Yo llevaré a este chico de vuelta a la sala de té. Y tú, primo, no crees mas confusiones.- dijo Aloys, tomando a Ciel de la mano y llevándoselo con él...
A Ciel le desagradaba ser tocado por cualquiera que no fuera Sebastian, pero después de todo aquel chico estaba siendo amable asi que lo soportó...
-Debe disculpar a mi primo conde Phantomhive, es algo... Extravagante...- dijo el rubio mientras se llevaba a Ciel.
Parecía una persona encantadora y amistosa, pero algo en sus ojos no terminaba de convencer al conde...
-Por cierto, yo soy el conde Aloys Trancy. Mucho gusto.-
-Mucho gusto.. Yo soy el conde Ciel Phantomhive...- murmuró Ciel.
-Eres algo tímido no es asi?? Ah en fin... Mira ya llegamos!-
Ciel suspiró aliviado al ver que habían conseguido regresar al salón de te. Y rodeado de un circulo de damas distinguió a Sebastian, charlando con su soltura de siempre.
Y a Ciel le hubiera encantado gritarle un par de cosas pero se contuvo.
Apenas apareció en la estancia Sebastian clavó sus ojos en él y tambien en las manos unidas de los dos condes con una expresión graciosa entre exasperada, sorprendida y preocupada...
Se dispensó con las damas y de inmediato fue hacia Ciel.
-Bocchan...- murmuró, mientras este le clavaba una mirada asesina, recordándole que no le tratara como a su amo delante de otras personas.
-Descuiden.. Ya se que son amo y mayordomo como mi Claude y yo... Los dejo solos...- rió Aloys Trancy, antes de marcharse de vuelta a las entrañas de la mansión, casi bailando.
Ciel lo observó irse con una ceja enarcada... ¿Quien demonios era ese chico?
-Debemos irnos Bocchan. Ahora.- murmuró Sebastian, sin poder siquiera ocultar su nerviosismo.
-Que ocurre??- preguntó Ciel.
-Le explicaré todo de camino a casa...- respondió Sebastian, y sin despedirse de nadie siquiera, sujetó el brazo de su Bocchan y se lo llevó con él al exterior...

Notas finales:

ok el vizconde esta loquillo xd jaja en fin :0 aparecieron Aloys y Claude! Que estarán planeando ese par!? Y Aloys se hace el bueno xd... A mi Aloys me cae bien al final el solo quería ser amado :') pero bueno parece q Sebastian empezara a tener problemas por q todos le andan atrás a su Bocchan xd en el próximo capitulo se revelaran mas misterios y eso xd en fin gracias por leer nos vemos!:)


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