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Me Perteneces por Sora17

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Notas del capitulo:

Tenía ganas de este capitulo desde que empecé a escribir este dic *-* sin mas que decir, enjoy! :3

Debía estar loco para pedirle a su mayordomo que se quedara a su lado de esa manera pensaba Ciel Phantomhive incluso después de dormirse.
Sin embargo.. Por que de pronto se sentía tan increíblemente protegido a su lado?
Lo lógico hubiera sido sentir miedo al verlo matar sin inmutarse a tantos humanos.
"Bestias.. Bestias disfrazadas de humanos" repitió la cabeza de Ciel...
Sebastian era fuerte. Un demonio poderoso. Y aun asi la paz que obtenía de estar a su lado no la obtenía de ninguna otra cosa.
Aun cuando los separaban las cobijas y un montón de ropa, se sentía... Cálido...
Una calidez que creía perdida hacia mucho tiempo. Una que lo hacia sentir diferente. Que alejaba un poco el odio y el dolor que consumían sus dias.
Sin darse cuenta siquiera de que pasaba de la difusa realidad al sueño, Ciel se quedó profundamente dormido, con el rostro de Sebastian grabado en la memoria.
Dentro de su sueño estaba su mayordomo por supuesto. Y esta vez, aunque el sueño parecía la pesadilla de siempre, era distinto.
Mientras corría por los pasillos de la mansión incendiada, no corría solo.
Detrás suyo corría Sebastian. No como una sombra malvada. Si no con la cara que él le había conocido siempre, incluso mas humana...
La pesadilla parecía haber perdido parte de su poder negativo ahora que él estaba a su lado.
Sin embargo aquella vez Ciel no llegó a ver la abominación que lo esperaba en la sala incendiada. Si no que Sebastian jaló de su manga y lo detuvo a mitad del pasillo.
-Déjelo Bocchan...- murmuraba Sebastian y sus ojos se veían tiernos.
-Sebastian...- murmuraba Ciel dentro del sueño.
-Quiero que sea mío Bocchan.. En cuerpo y alma....-
Ciel se ruborizaba al oír esto, pero de inmediato el sueño cambio de rumbo y una nube negra pareció devorar al mayordomo que le había dicho aquellas palabras inesperadas.
Y de nuevo oscuridad. Y de nuevo soledad...
-Sebastian!!!! Sebastian!!!!- gritaba Ciel dentro de aquel infierno que era la mansión -No puedes irte!!!! Si quieres irte entonces jamas debiste haber venido!!! Sebastian!!!-
---------
-Sebastian!-
-Bocchan??- preguntó el mayordomo sobresaltado por ese repentino grito llamándolo en la penumbra, proveniente niño dormido a su lado.
Los ojos de Ciel se entreabrieron... Allí delante estaba Sebastian, mirándolo entre sorprendido y confundido.
"Estaría soñando conmigo??" Se preguntó el mayordomo sin dejar de mirar aquellos ojitos entreabiertos...
-Sebastian...- murmuró de nuevo Ciel muy bajito, estirando la mano hacia su mayordomo.
Impulsivamente Sebastian tomó aquella manito delicada y entrelazó sus dedos con los de Ciel, sin dejar de mirarlo.
Ciel no quitó la mano, aun estaba algo dormido pero su corazón igualmente latía a toda prisa y sentía la sangre subir a sus mejillas...
-Sebastian... Tuve una pesadilla-
Y su voz por un momento sonó tan tierna e infantil que algo extraño pareció removerse en el interior del mayordomo...
-Una pesadilla?- preguntó Sebastian.
"Una pesadilla.. Eso explica que haya dicho mi nombre. Seré solo una pesadilla para él?"
Sin embargo sus manos seguían entrelazadas. Asi que no podía creer eso.
-Desaparecías...- murmuró Ciel bajando la vista y fijándola en algún punto de la camisa de su mayordomo.
-Vaya tontería para soñar Bocchan. Estoy aquí a su lado.- susurró Sebastian dando un suave apretón a aquella manito que aun sostenía entrelazada en su mano grande.
Los ojos  de Ciel se levantaron hacia él, mirándolo con una inocencia conmovedora.
Jamas había visto a Ciel tan desvalido como en aquel momento.
Era tan fuerte y aveces tan débil.
Esa combinación de esencias lo volvia loco.
Pasaron algunos minutos mas de aquella manera, en silencio, mirándose. Hasta que Sebastian desentrelazo sus dedos y llevó su mano a la mejilla de Ciel, haciendo que este se estremeciera.
"Me pregunto si tendrá miedo" pensó Sebastian, deslizando su mano por aquella carita, acariciándola con una ternura de la que no se sabía capaz...
-S-Sebastian...- murmuró Ciel enrojeciendo y acercándose un poco mas al mayordomo.
-Bocchan...-
Sebastian se incorporó un poco sobre la cama, sin despegar los ojos de Ciel y deslizó las sabanas que cubrían a su amo un poco mas abajo, trazando con su mano el contorno del pómulo hasta llegar al mentón y siguiendo con el cuello...
Ciel no hacia otra cosa mas que estremecerse ante la caricia sin decir nada, ni siquiera cuando Sebastian comenzó a abrir botón por botón su camisola de dormir, dejando su pecho al descubierto.
Parecía como si aquella noche, en aquella soledad, cualquier palabra estuviera de mas...
Sebastian bajó la cabeza y beso el pecho de Ciel, justo donde su corazón latía y deslizó la lengua por allí hasta llegar al vientre de su amo...
Ciel tenia una expresión asustada tan graciosa que hizo sonreír al mayordomo un poco y detenerse.
-Bocchan... Esta bien si lo beso asi?- murmuró Sebastian.
Ciel solo asintió con la cabeza.
Su mente ya había dejado de preguntarse que demonios estaba pasando... Solo era consciente de aquella sensación extraña que lo inundaba.
Una sensación que había tenido desde la primera vez que viera aquellos ojos rojizos... Y que había ignorado hasta aquella noche.
Sebastian abrió los ojos totalmente sorprendido. Al hacer aquella pregunta había esperado que Ciel reaccionara y lo echara, poniéndose loco como siempre que él hacia algún tipo de movimiento en aquella dirección.
Sin embargo Ciel solo simplemente había dado su consentimiento aquella noche...
"Será que mi cuerpo le resulta .. Atractivo como a mi me lo resulta el suyo?? Se que muchos me encuentran asi.. Pero jamas lo imagine de Ciel.. Sin embargo su rostro no expresa deseo.. Si no algo que no entiendo..." Pensó Sebastian, sin embargo no podía pensar por mucho mas teniendo ese cuerpo a su completa disposición.
Continuo besándolo, esta vez subiendo, y se detuvo a un centímetro de los labios de Ciel.
-Bocchan...- repitió antes de unir sus labios a los del joven...
Uno de los brazos de Ciel se aferró a su cuello y la otra mano acarició su rostro como nunca antes lo habían acariciado...
Los labios de Sebastian se quedaron inmóviles por un segundo al sentir esa caricia...
Esa caricia que implicaba aquello que él no entendía... Un ¿Sentimiento?...
-Sebastian...- murmuró Ciel durante el corto momento en que sus labios estuvieron libres.
-Me gusta cuando dice mi nombre...- le susurró Sebastian al oído, besándole el cuello y dejando un rastro húmedo por aquella piel marmórea y perfecta...
-Sebastian...- repitió Ciel, buscando los labios de su mayordomo.
El sabor de la boca de su joven amo era incomparable y el sentir sus labios moverse algo torpemente intentando seguirle el ritmo, lo estaba excitando como nunca en su vida...
Las sabanas parecieron desaparecer por arte de magia y Sebastian termino de desabrochar la camisola de Ciel, dejando su cuerpo desnudo frente a sus ojos.
Lo había visto mil veces, pero no de esta manera.
No tendido en la cama y con los ojos brillantes y los labios húmedos de sus besos...
-Que tanto miras...- murmuró Ciel desviando la vista y sonrojándose aun mas.
-Su perfección Bocchan...-
-Por esta noche dime solo Ciel, Sebastian...-
Sebastian asintió y comenzó a desabrochar su propia camisa y chaleco dejando al descubierto su torso por primera vez ante los ojos de Ciel.
Con la suave luz de las velas casi consumidas, las expresión del demonio parecía incluso llena de ternura a los ojos de un tembloroso Ciel. Todavía no estaba seguro de no seguir soñando.
Siempre había creído que Sebastian solo deseaba su alma... Pero aquellos últimos tiempos donde el mayordomo se había acercado a él había comenzado a sentir que tal vez fuera deseable para él de ese modo...
Y allí estaba... Ese hombre perfecto de cabellos negros,quitándose la ropa delante de él con absoluta serenidad...
El corazón de Ciel latía tan rápido que parecía que despegaría volando en cualquier momento. Sin embargo apenas Sebastian colocó una mano sobre su pecho este ritmo pareció calmarse, adoptando una cadencia mas tranquila...
El dedo índice del mayordomo recorrió suavemente el pecho de su amo, trazando formas suaves antes de volver a acercar su boca para llenarlo de besos.
Cada centímetro del cuerpo de Ciel fue acariciado por las manos de Sebastian y saboreado por su lengua.
La temperatura subía más y más entre los dos, sin que se detuvieran ni por un segundo las caricias y los besos dados y recibidos.

Pronto Sebastian quedó desnudo también sobre la cama mientras Ciel lo devoraba con los ojos.
Sus piernas eran tan fuertes y ágiles. Su torso tan perfecto. Sus brazos. Su todo, maravillaba al pequeño conde que estiró su bracito para tocar aquel cuerpo masculino y llenarlo de caricias...
Sebastian se dejó acariciar en silencio y cuando Ciel pareció haber tocado cada parte de él, de nuevo se incorporó sobre la cama y se colocó sobre el conde.
Sus labios se unieron en un beso cálido y húmedo donde los alientos y las lenguas de ambos se entrelazaban en uno solo y Ciel dio un respingo cuando sintió aquella mano enorme acomodarse sobre su miembro y comenzar a moverse suavemente.
-Ahhh!! Se-Sebastian...- gimió Ciel sintiendo un placer que no había experimentado jamas en su vida.
Su cuerpo estaba cubierto de sudor y los cabellos negros se le pegaban a la frente, siendo luego apartados gentilmente por la mano libre de su mayordomo.
-Asi... Esta bien Bocchan?- murmuró Sebastian pasando su lengua por todo el cuello del conde.
-Si.. No te detengas.- susurró Ciel con la mirada perdida en algún lugar del techo.
Sebastian siguió acariciándolo de esa manera mientras saboreaba su piel y comenzó a bajar dejando un rastro de saliva por todo el cuerpo de Ciel, hasta que su húmeda boca se tropezó con el miembro del joven.
-Ahh que haces!!- exclamó Ciel al sentir como aquellos labios besaban su intimidad y comenzaban a lamer.
La sensación era perfecta, pero la vergüenza de que Sebastian estuviera allí abajo era demasiada...
Sin embargo cuando el mayordomo se lo metió por completo en la boca Ciel no fue capaz de pensar mas.
Gemía sobre aquella cama mordiéndose los nudillos de una de las manos y asi siguió hasta que uno de los dedos de Sebastian comenzó a deslizarse de pronto dentro suyo, y a moverse lo que le hizo lanzar un grito de sorpresa y algo de dolor.
-Relájese Bocchan...- murmuró Sebastian antes de devolver sus labios a la intimidad de Ciel.
El joven trató de quedarse todo lo flojo que pudo sobre la cama y Sebastian se acomodó encima suyo, besándolo, abriéndole las piernas.
Con cuidado Sebastian se fue deslizando en el estrecho interior de Ciel. Sus ojos de a ratos parecían volverse mas ardientes que el infierno mientras lo hacia suyo.
Cada beso, cada lengüetazo.. No se parecían a nada que hubiera experimentado antes...
Ciel por otro lado soltaba cada tanto algún que otro gritito de dolor y en sus ojos habían aparecido algunas lagrimas que lo hacían ver aun mas encantador...
Cuando finalmente logró acomodarse en el interior de Ciel, Sebastian se quedó allí un par de minutos, inmóvil, disfrutando de la sensación.
Ciel lo abrazo con fuerza...
-Ahora somos uno solo..- murmuró entrelazando sus dedos con una de las manos del demonio.
Sebastian asintio, sus ojos estaban llenos de deseo, lujuria y hambre, pero en los de Ciel solo había una mirada luminosa y dulce que Sebastian no le había visto jamas..
El mayordomo comenzó a moverse lentamente haciendo soltar algún que otro quejido a su amo, pero pronto Ciel se acostumbró a la sensación y comenzó a disfrutarla, dejándose llevar por la experiencia de aquel hombre..
Sebastian entraba y salia de su interior, respirando con algo de fuerza mientras acariciaba a su Bocchan..
Sujetó el miembro de Ciel mientras lo embestía delicadamente hasta que su amo se relajó completamente y le fue mas fácil moverse en su interior.
Estuvieron asi un rato, donde solo se escuchan los gemidos de Ciel quebrar el silencio de la noche y la fuerte respiración de Sebastian acompañando cada embestida.
La mano del mayordomo acariciando su intimidad mientras lo hacia suyo fue demasiado para Ciel y el mas joven se derramó en la mano del mayor con violencia, gimiendo totalmente empapado.
Al verlo Sebastian no pudo evitar venirse tambien dentro de su amo mientras sus labios seguían unidos y Ciel se sintió invadido por aquella calidez.
El mayordomo salio del cálido interior de su amo y se acomodó sentado sobre la cama, sus ojos seguían rojos...

El mas joven quedó exhausto tras aquello. En tanto Sebastian se veía sumamente nervioso...
Había echo a Ciel suyo...
Ahora.. ¿Debería comérselo?
No... Aun no había cumplido su parte del contrato...
Sin embargo notaba el alma de Ciel.. Distinta de hacia tan solo un rato..
La notaba... Mas dulce...
Mucho mas irresistible que antes...
Por que habría cambiado de pronto su sabor de costumbre por uno mucho mas complejo y exquisito?
No lo entendía... Solo era consciente de que aunque se moría por devorarlo, aun no había cumplido con el contrato...
Solo eso lo detenía... Pero tener la comida allí, tan cerca después de todo el tiempo que llevaba hambriento...
-Sebastian..- murmuró Ciel a medias dormido, acomodándose en el regazo de su mayordomo...
En ese momento de sorpresa el hambre pareció aligerarse un poco y una sonrisa apareció en los labios del demonio mientras acariciaba los cabellos del mas joven...
Aquella noche, a pesar de todo había sido la mejor de su existencia.. Hasta ahora. Por que sabia que la mejor seria cuando al fin consumiera aquella alma que lo enloquecía dia a dia...
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Aquel día Ciel durmió hasta bien entrada la mañana y se despertó por si solo, parpadeando por la luz que ya inundaba la habitación. Debía ser cerca del mediodía...
-Mhhh me pregunto por que Sebastian no me ha llamado aun- susurró Ciel...
-Por que me encanta como se ve cuando duerme Bocchan- respondió una voz tranquila por arriba de su cabeza...
Ciel miró hacia arriba sorprendido para encontrarse con la expresión amable de su mayordomo que lo miraba...
Estaba durmiendo en el regazo de su mayordomo???
Un momento... Entonces lo de anoche...
Ciel se sonrojó por completo al recordar lo que había pasado...
Muy en lo profundo de su ser había estado seguro de que era un sueño... De que todo había sido nada mas que un hermoso sueño...
-Huh.. S-Sebastian... Ya está el desayuno?- preguntó al fin Ciel atreviéndose a hablar.
-Por supuesto Bocchan- Sebastian se levantó de la cama... Estaba totalmente vestido como siempre y cuando Ciel miró hacia abajo se dio cuenta de que su camisola estaba puesta en su sitio tambien, perfectamente arreglada...
No había evidencia alguna de que nada hubiera pasado entre ellos dos la noche anterior...
Sebastian sirvió el te en silencio mientras la cabeza de Ciel daba vueltas, inseguro de si lo vivido había sido un sueño o una realidad...
Si le preguntaba algo asi a Sebastian y resultaba que todo había sido un sueño moriría de la vergüenza...
-Y bien Bocchan. Cuando este listo, ahora que ha resuelto el misterio, podrá volver a la mansión cuando quiera- comentó Sebastian.
-No- respondió Ciel sentándose en la cama -Aun no he descubierto quien comunicó a esos malhechores de mi llegada aqui-
-Entonces nos quedaremos Bocchan?-
-Si- respondió Ciel volviendo a ser el mismo de siempre. Si Sebastian actuaba como siempre entonces todo debía haber sido un sueño. Un sueño que debía sepultar en su memoria.
Bebió en silencio el té que le dio su mayordomo y se dejó vestir en silencio, intentando olvidar que aquellas manos lo habían recorrido por completo en aquel sueño tan real...
Sebastian terminó de anudar el lazo en su cuello y lo miró..
-Bocchan, lo noto triste esta mañana- dijo Sebastian.
-No es asi.- respondió de inmediato Ciel con algo de mal humor. Sin embargo cuando menos lo vio venir, los dedos de la mano enguantada de su mayordomo sujetaron su barbilla y lo obligaron a bajar la cara para mirar al hombre que aun seguía inclinado ante él para vestirlo...
Sus ojos se entrecruzaron y una sonrisa apareció en la cara de Sebastian...
-Yo se como hacer que se sienta mejor...- murmuró Sebastian, acercando sus labios a la boca de Ciel...
Ciel abrió los ojos enormes de la sorpresa cuando sus labios se encontraron con los de Sebastian en un apasionado beso...
Entonces no había sido solo un sueño...

Notas finales:

lemon un tanto meloso pero bueno *-* la primera vez de cielin no podía ser una bestialidad >< wow.. Aceptar esos sentimientos endulzo su alma... Podrá Sebastian contenerse para no devorarlo? Será capaz de corresponder a lo que ciel esta comenzando a sentir? O todo será poco mas que un juego para nuestro mayordomo favorito...? En fin *-* espero con ansias sus opiniones sobre este capitulo xd nos vemos!


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