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Me Perteneces por Sora17

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Notas del capitulo:

Ya llegue con el capitulo 6 ^^

El mágico beso se prolongó durante un minuto entero en el cual Ciel sintió que casi se quedaba sin aire... Y entonces finalmente el mayordomo se apartó de él para seguir vistiéndolo como si nada.
-S-Sebastian...- apenas murmuró Ciel...
-Que ocurre Bocchan?-
-Y ese beso???-
-No le agradó??- preguntó Sebastian poniendo esa carita de desilusión que solo él sabía poner.
-No es eso..- murmuró Ciel todo sonrojado y desviando la vista.
-Me alegro...-
Sebastian pronunció estas palabras seguidas de otro beso, pero Ciel se apartó...
-Que se supone..- comenzó a murmurar pero enseguida se detuvo.
Había estado a punto de decir aquella estupidez de "Que se supone que somos ahora"
La respuesta era simple, seguían siendo amo y mayordomo.
Ciel suspiró y tomo la taza de té que tenía sobre su mesa de noche para darle un sorbo.
-Esta dulce- murmuró casi para si y Sebastian, con la cabeza inclinada mientras le calzaba los zapatos, sonrió tenuemente...
Dulce... El alma de su Bocchan en verdad se había tornado dulce...
Sentia como si con cada beso que le daba pudiera saborear ese dulzor que lo llenaba por completo.
Y no solo eso. A cada beso parecía como si el alma de Ciel se llenara aun mas de aquel sabor único.
Tenía que encontrar la manera de hacer que se acentuara ese sabor a como diera lugar...
Ciel no sabía donde esconder ya la cara para que Sebastian no viera su sonrojo asi que suspiró y siguió mirando el techo como si fuera lo mas interesante del mundo hasta que sintió su corazón calmarse poco a poco...
-Ya saqué las telarañas ayer cuando llegamos Bocchan- dijo Sebastian mirando el impecable techo también, sin poder evitar burlarse un poco de su amo.
-Que bien- respondió Ciel lanzándole una mirada molesta a pesar de que no podía hacer desaparecer aun el rubor de su rostro al acordarse de lo que había pasado la noche anterior.
-Y bien Bocchan. Como piensa investigar sobre sus captores?- preguntó Sebastian cuando ambos salieron de la habitación.
-Pensé en bajar al pueblo a hacer preguntas a la gente sobre si notaron algo raro- respondió Ciel pensativo, lo cierto era que no tenia cabeza para pensar en nada en aquellos momentos. Sin embargo como Phantomhive que era, lo primero eran sus responsabilidades, asi que intentó desterrar de su mente todo lo que estuviera relacionado con Sebastian...
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Se pasaron parte del mediodía y de la tarde en el pueblo, interrogando gente, sin resultados.
Nadie sabia nada a excepción de que estaban muy agradecidos con Ciel por librarlos de aquella pandilla de hombres horrorosos.
-Ya hablamos hasta con el cura del pueblo y nadie sabe nada- suspiró Ciel, comenzando a preguntarse si toda aquella investigación no sería una perdida de tiempo.
Que podrían saber aquellos inocentes e ignorantes pueblerinos?
-Y ya es hora del almuerzo- comentó Sebastian ayudando a su Bocchan a subir al carruaje...
-Tsk como si me importara eso, ademas hoy... Desperté tarde. Ya deben ser como las tres de la tarde- murmuró Ciel intentando ocultar su incomodidad al recordar los motivos por los cuales se había despertado tarde aquel día.
Sebastian se acomodó en el puesto de conductor y dirigió los caballos de vuelta a la mansión..
"Ya verá como si le importará" pensaba por dentro con una sonrisa pícara...
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-Hoy almorzara al aire libre Bocchan- comunicó Sebastian colocando algunas cosas dentro de una bonita canasta.
-Y quien te dio esa orden?- preguntó Ciel fríamente, aunque cada vez que Sebastian le hablaba sintiera que se le saldría el corazón del pecho, tenia que disimularlo a como diera lugar.
-Me parece que ha estado muy cansado ultimamente Bocchan y algo frágil de salud. Asi que nada mejor que un almuerzo en la naturaleza, al aire libre, para despejarse un poco-
-Me da igual- respondió Ciel torciendo un poco el gesto.
Lo cierto era que Sebastian tenía razón. Llevaba varias semanas sin sentirse del todo bien. Tan solo pensaba en los casos que la reina le daba y en su venganza...
Y también ahora la manera en que sus estupidos sentimientos complicaban aun mas las cosas...
"Sentimientos" repitió la mente de Ciel mientras aparecía un pequeño tic en su ojo...
Sentimientos... Estaba realmente loco por sentir... "Algo" por aquel demonio que al final tomaría su alma de un modo u otro.
"No es como si tuviera la esperanza estupida de que se enamore de mi y al terminar mi venganza vivamos felices por siempre jamás... Para empezar él solo esta aquí por el contrato... Ese maldito contrato... Y además, aunque perdonara mi vida yo siempre seré humano. Asi que al final me hare viejo y él seguirá igual a como es ahora, siempre...
Es una estupidez pensar en eso, por que ademas si yo viviera tendría que cumplir mi promesa de casarme con Lady Elizabeth... Y jamas cometeria la canallada de mantener al mismo tiempo una doble relación con mi esposa y mi mayordomo... Y además por que me hago estos planteos estupidos??? Si yo realmente no quiero seguir viviendo cuando mi venganza se halla terminado. Mi único motivo de vivir es esa venganza... No tengo otro. No puedo tener otro.. Ni siquiera por el hecho de que mirar sus ojos me haga sentir atado a esta vida y a su lado... Él no se detendrá a la hora de devorarme y yo tampoco buscaré detenerlo. Si me ayuda a terminar con mi venganza le cederé esta alma y mi podrida existencia con gusto.. Y se acabó.."
-En verdad está muy pensativo desde esta mañana Bocchan- comentó Sebastian dándole un sobresalto al conde...
Pero lo que mas lo sobresaltó no fue el hecho de oír la voz de su mayordomo tan cerca suyo, si no de encontrarse ente sus brazos...
En que momento lo había alzado??? En verdad no se había dado cuenta...
-Ni siquiera notó cuando lo tomé en brazos- sonrió felizmente Sebastian, llevando tambien la canasta ademas de su Bocchan y saliendo hacia el exterior.
Ciel se sujetó del cuello de su mayordomo sin decir nada.
-Y eso? No me reclamará haberlo cargado??-
-Asi está bien- respondió Ciel cerrando los ojos con expresión un poquito malhumorada.
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Sebastian no se alejó mucho de la mansión.
La propiedad estaba rodeada de árboles y prados llenos de flores y entremedio de toda aquella floresta fue donde Sebastian colocó el mantel, la canasta y su aturdido Bocchan...
El perfume de las flores era encantador y la brisa suave que soplaba allí era tan cálida como una caricia.
El cielo se veía azul por completo, sin ni una sola nube y el canto de las pájaros parecía una melodía arrulladora...
"Que es esto...? Por que veo de pronto al mundo tan hermoso?" Se preguntó Ciel confundido.
Entonces miró hacia arriba y allí, casi tapando su visión del cielo encontró el rostro de su mayordomo, ofreciéndole un plato de comida.
-Lo preparé en la mansión. Es salmon rosado con salsa de pomelo. Esta recién hecho- dijo Sebastian pasándole los tenedores.
Ciel trató de ignorar aquellas nuevas impresiones y se concentró en su comida.
Sin embargo ni siquiera terminó la mitad del plato. El lugar tan hermoso en el que estaba no era para distraerse comiendo.
Sebastian recibió el plato con sobras y acomodó todo de nuevo dentro de la canasta en silencio, mientras Ciel se acomodaba sobre el mantel, mirando el cielo con las manos cruzadas sobre el vientre.
Sebastian de reojo lo contemplaba. No hubiera esperado de su joven Bocchan, el solo simplemente acomodarse para disfrutar de una siesta al aire libre.
Ciel siempre se veían nervioso e irritado, desesperado... Cruelmente solitario y delicioso.
La desesperación seguía estando en su alma, tal vez incluso aun mas acentuada que antes, pero acompañada tambien por aquel dulzor irresistible que había aparecido hacia tan poco...
Sebastian no se imaginaba el por que de ese cambio pero le encantaba, asi que como fiel mayordomo que era se quedó en silencio a su lado...
Ciel por otro lado, inconsciente de los pensamientos de su mayordomo solo disfrutaba pacificamente de la tibieza del sol cubriéndolo por completo y del perfume de las flores limpiando sus pulmones cargados por el exceso de contaminación de la ciudad...
Ciel se quedó asi un buen rato, disfrutando de aquellas agradables sensaciones hasta que inevitablemente se quedó dormido...
Sebastian lo observó un momento con una sonrisa y finalmente se puso de rodillas sobre la tierra, acercando su mano para tocar el cabello de Ciel...
-Sebastian...- murmuró Ciel entre dormido y despierto. Sujetó la mano del mayordomo junto a su cara y se acomodó de lado, con aquella mano grande aprisionada entre sus dos manitos...
Con su mano libre Sebastian siguió acariciándolo y acabó por acomodarse al lado de su amo, para tener una mejor visión de aquella carita dormida...
Ciel no durmió mucho tiempo y cuando abrió los ojos se encontró con la cara de su mayordomo a escasos centímetros de la suya...
No le sorprendió demasiado, pero si hizo que su cara se pusiera toda colorada de nuevo...
No sabía si lo que había pasado la noche anterior se volvería a repetir y ni siquiera se le pasaba por la cabeza tomar él mismo la iniciativa, asi que solo se quedó mirando los ojos de su mayordomo con el ceño un poquito fruncido...
Sebastian estiró una mano y pasó un dedo por la frente de su Bocchan para disipar esa arruguita.
Pero su mano no se quedó solo allí, tambien acarició el rostro de Ciel y acabó por quitarle el parche, para poder ver su ojo con la marca del contrato...
-No me gusta tener ese ojo al descubierto- murmuró Ciel otra vez frunciendo el ceño, pero la sonrisa de su mayordomo enseguida le hizo disipar las tinieblas de su cara.
Sebastian se quitó el guante y le mostró la mano a Ciel. Su mano de uñas negras y donde tenía un sello igual al que tenía Ciel en el ojo.
-Esa marca significa nuestra unión y nuestro contrato. A mi si me agrada- respondió el mayordomo...
El corazón de Ciel dio un brinco dentro su pecho.
Acaso Sebastian le estaba diciendo que le gustaba estar unido a él??
Sebastian se inclinó sobre el, tapando el cielo con su cabeza y acercó sus labios a los de Ciel...
-Siempre me gustara estar unido a usted...- murmuró el mayordomo, casi como si leyera los pensamientos de Ciel.
Ciel no dijo nada. No había esperado aquellas palabras de su mayordomo, que en la soledad y belleza de aquella pradera parecían de un romance de cuento de hadas. Aunque la realidad fuera un cuento de terror con un demonio incluido...
"Será posible?... Podrá este demonio... Tener los mismos sentimientos que un humano común?? Y sobre todo... Hacia mi?"
Sebastian sujetó la barbilla de Ciel entre sus dos dedos y unió sus labios con los de su joven amo, invadiendo la boca del conde con su lengua...
Ciel sonrojado era encantador y Sebastian llevaba desde aquella mañana con unas ganas increíbles de continuar con lo de la noche pasada...
Había creído que después de una vez de tener a su Bocchan se aburriría como le había pasado mas de una vez. Pero no, esta era la primera vez que quería más y más del cuerpo de un humano...
Ademas por otro lado parecía como si cada beso y caricia que le daba al cuerpo de su amo acrecentara el sabor de su alma. Asi que ganaba de todas las formas posibles...
Ciel se abrazó al cuello de su mayordomo con el corazón retumbando como nunca y cuando Sebastian se apartó un poco de él para mirarlo a los ojos murmuró: -Esta bien esto? No nos verá nadie aquí?-
-Nadie nos verá Bocchan- le tranquilizó Sebastian antes de besarlo de nuevo...
Ciel correspondió a cada beso, aferrado a la ropa de su mayordomo.
Ser amado...
Siempre se había sentido rodeado de traidores.. Y sin un solo amigo verdadero..
Solo confiaba casi por completo en Lady Elizabeth, y aunque le guardaba afecto a su prima jamas la había amado...
Sabía que ella lo amaba...
Pero la perspectiva de amar también además de ser amado era muchísimo mas tentadora que el solo quedarse con alguien por que ese alguien lo amaba...
Pero aun ni siquiera estaba seguro de lo que sentía por Sebastian, mucho menos de lo que este sentía por él. Mucho menos...
Aunque esos besos de Sebastian y sus palabras... Habían sido tan hermosas...
El mayordomo comenzó a desvestir a Ciel y a acariciar cada parte de su cuerpo. El cuerpo frágil de Ciel lo enloquecía de deseo, quería ver esa carita otra vez gimiendo de placer y diciendo su nombre...
Ciel un poco mas activo que la noche pasada, ayudo a Sebastian a desvestirse tambien.
No es que el poderoso demonio necesitara su ayuda, pero le encantaba como Ciel clavaba sus ojos en él mientras le abría los botones de la camisa con sus manitos inexpertas...
Mordiéndose los labios y un poco mas atrevido que la noche anterior, Ciel sujetó el miembro de Sebastian y lo acarició con su mano cuando ambos quedaron desnudos...
La expresión de Sebastian era una marea de pura lujuria mientras sentía esos deditos recorrer esa zona tan sensible... Y a Ciel le encantaba que lo mirara de su forma.
En silencio el menor acercó su cabeza y con la lengua apenas asomando entre sus labios recorrió el miembro de Sebastian haciendo que al demonio se le escapara un quejido de placer.
-B-Bocchan...- suspiró Sebastian algo sorprendido pero encantado.
Ciel no tenía mucha idea de como tenía que hacer aquello asi que se limitó a darle cortas lamidas, llenándolo de saliva.
Su boca era pequeña asi que cuando quiso metérselo en la boca no entró mucho, pero era lo suficiente como para que Sebastian se sintiera literalmente ardiendo en el fuego del infierno...
-No aguanto más Bocchan- susurró el mayordomo tomando a su amo en brazos y recostándolo por completo sobre el mantel...
La expresión de Ciel con el sol brillando en sus ojos era perfecta...
Era una expresión deseosa, tierna, dulce... Todo eso acompañado por un tentador sonrojo.
Sebastian cubrió de nuevo sus labios con los suyos y después de besarlo se deslizó hacia abajo ansiosamente lamiendo el vientre de su amo, su miembro, sus muslos, hasta sus rodillas...
No quería que quedara ni un solo lugar de ese cuerpo por el cual su lengua no hubiera viajado...
Ciel temblaba incluso aunque la temperatura era agradable y dio un respingo cuando sintió como aquella lengua que lo volvía loco regresaba a su sexo para seguir lamiéndolo lujuriosamente...
La lengua de Sebastian se deslizó más abajo, hasta su estrecha entrada y la lamió, introduciendo incluso un poco la lengua, lo que hizo gemir a Ciel con mas ganas...
-Bocchan... Voltéese por favor...- murmuró Sebastian regresando al oído de Ciel y lamiendo su cuello.
Ciel se dio vuelta sobre el mantel mientras Sebastian aun lo sostenía entre sus brazos y el mayordomo comenzó a introducirse dentro suyo, provocándole unas sensaciones enloquecedoras tan buenas como la noche anterior. Era increíble lo bien que se sentía unirse de esa forma con él.
El alma de ambos estaba unida por aquel contrato y ahora tambien su cuerpo de esta manera.. Era perfecto.
Sebastian comenzó a embestir a su pequeño Bocchan, besándole el pelo, el cuello, la espalda...  Ciel sentía que se romperia a cada embestida de ese hombre, pero esa mezcla de placer y dolor lo excitaban como jamas nada lo había excitado en su vida.
Después de todo.. Su primera vez había sido con él... Y quería que todas las demás tambien lo fueran.
-Bocchan... Voy a intentar algo...- le susurró Sebastian entre los gemidos y suspiros que soltaba Ciel.
El jovencito asintió apretando los dientes con fuerza y de pronto Sebastian, sujetándolo de la cintura y sin salir de su interior, lo dio vuelta, quedando él recostado sobre el mantel y Ciel sentado arriba suyo...
-Ahora intente moverse Bocchan- dijo Sebastian, las manos del mayordomo seguían sujetando aquellas pequeñas caderas mientras Ciel le daba la espalda.
Aquello era mas de lo que podía soportar el menor, sin embargo se contuvo y comenzó a moverse apenas sobre el miembro de su mayordomo.
Se sentía bien tomar un poco el control de aquel tipo de situación como siempre lo tenia en los demás aspectos de la vida de ambos.
Sebastian acarició esa pequeña espalda blanca cubierta de sudor con una mano mientras con la otra aun sujetaba las caderas de su Bocchan, sin embargo no le gustaba no poder ver las expresiones de Ciel mientras lo hacían, asi que levantó al conde sin ningún esfuerzo, saliéndose de su interior y lo dio vuelta para verle la cara...
Ciel tenía todo el pelo mojado y los ojos sorprendidos mientras se mordía los labios, no había esperado que su mayordomo lo sacara de esa posición. Sebastian por otro lado solo podía pensar en lo encantador que se veía Ciel cada vez que se unían de esa manera...
Con cuidado el mayordomo sostuvo su miembro y ayudó a su amo a aceptarlo de nuevo dentro de su cuerpo.. Ciel ya no daba mas, estaba que explotaba, sobre todo cuando terminó del todo sentado encima de Sebastian mientras este acariciaba su torso y sus brazos... La vergüenza de tener allí abajo la cara de Sebastian era tanta que Ciel intentaba desviar la vista.
-Ya puede seguir moviéndose Bocchan- murmuró Sebastian mirando con ternura esa carita avergonzada.
Ciel comenzó a moverse otra vez con las manos apoyadas sobre el pecho de su mayordomo...
Esta vez no desvío la vista, la cara de placer de Sebastian lo estaba poniendo como loco asi que se movió con más confianza sobre él. Sebastian le acariciaba las piernas, lo masturbaba y lo seguía acariciando... Ciel se inclinaba mas y mas hacia él, hasta que al fin termino rodeado por esos brazos fuertes y apretado contra aquel pecho. Sebastian nuevamente tomó el control de la situación y se puso encima de Ciel.
-S-Sebastian... No aguanto mas...- murmuró el joven estremeciéndose a cada embestida que le daba su mayordomo con una precisión exacta.
-Bocchan... No se contenga...- murmuró Sebastian a su oído, mordiéndole un poco la oreja -quiero escucharlo gemir mi nombre...-
-S-Sebastian... Sebastian... Sebastian...- susurró Ciel al limite, Sebastian lo embistió con mas fuerzas mientras lo masturbaba...
-Sebastian... Sebastian...- Ciel se aferró a la espalda de su mayordomo, arañándola un poco sin darse cuenta.
El demonio ya no daba para mas tampoco y cuando Ciel al fin se corrió gritando su nombre con toda la fuerza de sus pulmones, Sebastian se derramó dentro de su amo, llenándolo por completo y hasta el ultimo rincón...
Ciel al igual que la noche anterior se adormeció entre sus brazos mientras Sebastian lo miraba y le apartaba los cabellos húmedos de la frente...
"Se duerme tan fácil entre mis brazos.." Pensaba Sebastian al verlo dormir "Como si confiara por completo en mi... Aun sabiendo que consumiré su alma... Que extraños son los humanos... Creo que jamás los comprenderé..."
Sebastian besó la frente de su amo dormido en silencio y cerró los ojos...
No importaba.. Por ahora todo estaba bien... Ciel parecía feliz... Feliz entremedio de toda la oscuridad y desesperación que lo rodeaban...
Con ese toque dulce plagando su alma en tinieblas que a pesar de todo era pura como pocas... Distinta a cualquiera otra... Irresistible... Y cada vez más y más dulce con aquel trasfondo de desesperación y oscuridad...
Simplemente perfecta...
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Los dias fueron transcurriendo mientras intentaban investigar quien los había delatado y avisado a los malhechores de su llegada, pero las investigaciones no rendían frutos. Por otro lado Ciel sentía que el lazo que lo unia a su mayordomo se hacía cada vez más y más fuerte, al igual que la confianza y la cercanía que tenían.
Sebastian seguía cumpliendo todos sus roles como mayordomo pero ahora era ademas su... ¿Su que?...
"Mi amante" pensaba con algo de satisfacción Ciel, aunque trataba de no pensar mucho en eso, por que si no acabaría volviéndose loco...
No quería tener la esperanza de que Sebastian se enamorara de él... No... Definitivamente quería desterrar aquella idea de su mente... Si llegaba a ilusionarse creyendo que sus sentimientos eran correspondidos y después resultaba no ser cierto... Eso lo destruiria peor que cualquier otra cosa... Y si de un modo u otro su alma sería llevada por el demonio, preferiría que la vida se escapara de su cuerpo sin que su corazón se rompiera de aquella manera.
Si... Definitivamente lo mejor era no ilusionarse...
Ni siquiera por la manera en que Sebastian lo miraba... Ni siquiera por la manera en que lo hacia suyo...
Y Sebastian, por otro lado, solo podía pensar en que cada día que pasaba el alma de Ciel se volvía más y más apetitosa, aunque él sintiera su hambre algo mas controlada no podía negar que se pasaba horas imaginando el momento perfecto en que la tomaría...
Cuando Ciel alcanzara su venganza y si ese dulzor se mantenía, aquella seria la mejor alma que cualquier demonio hubiera conseguido devorar jamas... Y era toda suya...
Llevaban ya un par de semanas en aquel condado retirado, cuando una misiva llegó, proveniente de Londres.
Era de la reina por supuesto. Reclamaba la presencia de su perro guardián en la gran ciudad.
Por lo visto había aparecido un nuevo caso que había entristecido el corazón de su majestad profundamente y era el deber de Ciel aliviar sus penas.
El caso era sobre unas prostitutas que habían desaparecido y luego aparecían muertas con los órganos extirpados.
Al caso se le había llamado "Jack el destripador" aunque nadie sabía la identidad de quien cometia estos desagradables crímenes.
Al dia siguiente de recibir la misiva, Ciel y Sebastian se marchaban de aquella casa.
El conde la miró con nostalgia, preguntándose si algún dia volvería a ver aquel lugar donde su vida había dado un giro de 180 grados.
-Vamos Bocchan... El cochero esta esperando...- dijo Sebastian en ese momento, sacando a Ciel de sus cavilaciones.
El joven había contratado un cochero en el pueblo por que quería conversar con Sebastian respecto al caso de Jack el destripador y ademas por que el aburrido viaje duraba casi un dia entero.
-Vamos- Ciel disimuladamente tomó la mano de su mayordomo y ambos subieron juntos al carruaje.
En un principio hablaron sobre el caso y compararon distintas opiniones junto con la poca información que la reina había adjuntado en su misiva.
Pero cuando llegó la noche, en el tranquilo traqueteo del camino iluminado por unos pocos faroles, el conde se fue durmiendo recostado contra el hombro de su mayordomo y cuando al fin se durmió del todo, Sebastian lo acomodó sobre su regazo para que estuviera mas comodo.
-Bocchan... Que voy a hacer con usted..?- murmuró Sebastian con una sonrisa extraña y sacudiendo la cabeza mientras acariciaba los suaves cabellos del niño a cuya alma se sentía tan tragicamente atado y seducido...

Notas finales:

como amo a esos dos juntos *-* en fin :0 el caso de Jack el destripador.. Al fin regresaran a la ciudad.. Como seguirá la relación de estos dos? Y Sebastian... Que hará buah >< creo que ni yo lo se jeje bueno espero que les haya gustado el capitulo, nos leemos :)!


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