Me Perteneces por Sora17

La mansión estaba a oscuras para cuando llegaron a ella, sin embargo Sebastian cargando a su Bocchan aun vestido de elegante señorita, prendió una a una las velas sin siquiera tocarlas.
Ciel solo guardaba silencio, demasiado nervioso hasta para hablar.
Sebastian traía una mirada de pasión salvaje que a duras penas conseguía ocultar. Ciel jamas había pensado que las puertas de una pasión infernal pudieran verse tan bien reflejadas en aquellos ojos.
-Bien.. Bocchan..- murmuró Sebastian llevándolo al baño.
-Huh? Por que me traes aquí??- preguntó Ciel sorprendido, había pensado que irían directamente a la habitación.
-Pensé que le apetecería tomar un baño- dijo Sebastian dejándolo sentado sobre una silla y empezando a preparar la tina con agua caliente.
Ciel reuniendo todo su valor puso una sonrisa tentadora en su cara y agitó la pierna, subiéndose el vestido.
Estaba enfundada por unas medias negras demasiado sexys para una "señorita recatada" asi que decidió aprovecharse.
-No me digas que piensas meterte en la tina conmigo..- susurró Ciel aun moviendo la pierna.
-Bocchan.. Cualquiera diría que me lee usted los pensamientos..- sonrió Sebastian sacándose las gafas que había llevado mientras representaba su papel de tutor.
-Eso es algo atrevido.. Para un simple mayordomo- jugueteó Ciel.
-Asi es. Pero esta noche soy un simple tutor.. Creo que tengo mas privilegios.-
Sebastian sujetó el pequeño tobillo de Ciel con una mano y comenzó a deslizar las medias negras de su amo hacia abajo, revelando la perfecta blancura de sus piernas.
Sin embargo mientras lo hacia sus manos se detuvieron bruscamente sobre la piel de Ciel y sin que el conde supiera por que, de pronto Sebastian empezó a desvestirlo con la formalidad de siempre.
-Huh? Ocurre algo Sebastian?- preguntó Ciel confundido mientras su mayordomo le desanudaba el corset.
-No, no es nada- respondió Sebastian con voz algo indiferente mientras dejaba a Ciel totalmente desnudo.
Lo cierto era que si pasaba algo.
De pronto le había venido a la mente la molesta imagen de aquel rubio insolente tocando a Ciel con descaro...
Y aun mas molesto, el rubor que se había pintado en las facciones de su Bocchan...
-Enserio, que ocurre?- insistió Ciel.
-Nada Bocchan - aseguró Sebastian con una sonrisa -Pero ya es tarde y mañana tiene que madrugar..-
-Y quien te dijo que me importa eso?- murmuró Ciel frustrado, quería que Sebastian lo hiciera suyo, pero jamas caería tan bajo como para suplicarle por sexo a un demonio.
Sebastian le terminó de sacar la peluca en silencio y evitó mirar a Ciel a toda costa.
Si veía ese cuerpo desnudo frente a sus ojos su sangre de demonio no seria capaz de contenerse...
Sebastian cargó a Ciel, mirando la pared que tenia en frente como si fuera lo mas interesante del mundo y lo depósito en el agua tibia que llenaba la bañera, con la delicadeza de siempre...
Tomando la esponja comenzó a bañarlo y a frotarlo, sin embargo no podía mas. Tenia que preguntárselo!!
-Bocchan.. Cual es su tipo?-
Ciel se volvió hacia él con los ojos como platos de la sorpresa.
-M-mi tipo?? De que??- preguntó Ciel..
-De hombre - respondió con toda naturalidad Sebastian, sin dejar de frotar la esponja por su espalda.
-N-no tengo un tipo en particular...- murmuró Ciel ruborizándose...
-Ya veo... Que color prefiere de cabello... Rubio o negro?-
-Y este cuestionario de donde salió??- se molestó Ciel.
-De ningún lado. Es simple curiosidad Bocchan.-
-P-pues.. No es que me fije en el color de pelo o en nada...- musitó Ciel mordiéndose la lengua para no decir "No existe nadie a quien mire que no seas tu!!"
-No tiene.. Una preferencia..? Por ejemplo.. Quien le agrada mas físicamente? El vizconde Druitt o yo?- preguntó Sebastian sin tapujos, arrepintiéndose de inmediato de la estupida pregunta. Había empezado con rodeos y al final había terminado lanzándole aquella pregunta a quemarropa a su Bocchan... ¿Que rayos le pasaba? El jamas era tan impulsivo...
-Que supone que significa esa pregunta???!!!- casi gritó Ciel de espanto, acordándose con horror del vizconde y de esa manera que tenía el rubio de decirle "Mi pequeño petirrojo"...
-Es curiosidad- repitió Sebastian.
Sin embargo Ciel de pronto se echó a reír...
-No me... No me digas que estas celoso?- dijo el conde mirando con incredulidad a su sirviente.
-Todo lo que se de los celos es que son una emoción humana, por lo tanto jamas los experimenté - respondió Sebastian algo fríamente.
-Oh... Y si te dijera que si prefiero al vizconde?- murmuró Ciel con un tonillo malicioso. Lo cierto es que no tenia ninguna intención de ser cruel, pero le parecía la oportunidad perfecta para averiguar los sentimientos de ese mayordomo.
-Pues... Supongo que siendo usted Bocchan, no le costaría nada seducirlo- murmuró Sebastian -Incluso puedo ayudarlo a hacerlo si esa es su orden-
-Oh.. Estas seguro de eso?- murmuró Ciel -No te molestaría escuchar mis gemidos en las noches sabiendo que no eres tu quien los provoca?-
Sin poder evitarlo Sebastian chasqueó los dientes con fuerza y su mano retorció la esponja hasta secarla por completo.
-Ahora mismo lo vestiré y lo recostaré Bocchan- respondió Sebastian con la voz afilada, sin embargo antes de que lo notara, Ciel estiró la mano hacia él y jaló de su corbata, acercándolo hacia si.
-Tu es que eres idiota... Estas celoso y ni siquiera te enteras...-
-Se equivoca Bocch...-
-Silencio. A ver si lo entiendes. El único al que a... El único que me gusta eres tu... Ese vizconde me da hasta espanto..- susurró Ciel sin querer mirar a su mayordomo a los ojos, asi sonrojado y todo mojado se veía irresistible...
Ademas había estado a punto de decir "el único al que amo eres tu.."
-Bocchan..- murmuró Sebastian sorprendido.
-Entiéndelo bien.. Este cuerpo solo ha sido poseído por ti. Solo han sido tus manos las que han tocado mis lugares mas íntimos. Solo ha sido tu boca la que se ha juntado con la mia. Eres tu el único que puede poseerme. En cuerpo y alma..-
"Rayos.. De donde estoy sacando el valor para decir todo esto??"
Una sonrisa mas tranquila cubrió entonces los labios de Sebastian..
-Eso significa que Bocchan me pertenece...-
-No dije eso!!- exclamó Ciel alarmado de haberle demostrado demasiado a su demonio y mayordomo -Tu me perteneces a mi!!-
-Por supuesto Bocchan... Pero usted tambien es solo mío.. Hasta el final..-
Un dedo suave de Sebastian se deslizó por la boca de Ciel, trazando la forma de sus labios  y haciendo suspirar al menor.
-Se-Sebastian... Metete- ordenó Ciel.
El mayordomo se puso en pie y comenzó a quitarse la ropa lentamente, le encantaba ver la mirada de impaciencia de su Bocchan...
-Dejate la camisa y los pantalones, metete con eso puesto..-
-Oh.. Que esta pensando hacer Bocchan?- preguntó Sebastian metiendo una pierna dentro de la bañera donde estaba Ciel.
-No digas nada..- murmuró Ciel entre contento y frustrado. Había disfrutado de descubrir que su mayordomo lo celaba, pero no entendía bien la naturaleza de aquellos celos...
Seria como los celos de un humano común, o la simple defensa de la propiedad de un demonio?
No lo sabía.. Y por esa noche planeaba solo olvidarse de todo...
Ciel se acercó a su mayordomo, acomodándose encima de ese pecho fuerte que ahora se transparentaba detrás de la camisa blanca mojada y se presionó fuerte contra él, Sebastian por otro lado acariciaba la espalda húmeda de su Bocchan y le besaba el cabello.
Ciel levantó la cara y sus labios se encontraron en un beso jugoso y perfecto donde Sebastián acariciaba cada rincón de la boca de su Bocchan con su lengua.
La mano libre del mayordomo se deslizó lentamente por debajo del agua y sujetó el miembro de Ciel haciendo que este soltara un suspiro de placer. El joven conde poco a poco desabrochó los botones de esa camisa mojada y deslizó sus manitos para recorrer toda aquella superficie y llenarla de besos.
Sebastian cerró los ojos y suspiró con una sonrisa satisfecha.
Estar de aquella manera con su Bocchan no se parecía a nada que hubiera experimentado antes
De todos los amos y amas que había tenido.. Definitivamente aquel pequeño, aun después de que lo devorara, ocuparía un lugar en sus recuerdos...
El mejor amo que había tenido...
-En que piensas?- murmuró Ciel besando la barbilla y la mejilla de su mayordomo con cariño.
-En nada Bocchan...- murmuró Sebastian sin soltarlo -Solo en que usted es el mejor amo que he tenido..-
Los ojitos de Ciel brillaron ante esas palabras, y antes de que pudiera decir nada mas su mayordomo lo acalló con un beso apasionado.
Sebastian asi estirado en la bañera se quitó los pantalones con su destreza habitual y sostuvo a su Bocchan encima suyo y de a poco se fue introduciendo en su interior, haciendo que Ciel soltara algún que otro gritito de placer mientras sentía el miembro de su mayordomo penetrándolo delicadamente pero aun asi con pasión.
-Ahhh Se-sebas...tian...- gimió Ciel casi desplomándose sobre el cuerpo de su mayordomo.
-B-Bocchan... Le gusta asi??-
-Kyaa no hagas esas preguntas >.< - susurró el conde todo sonrojado..
Sebastian se rio bajito aunque su risa sonaba temblorosa y comenzó a embestirlo suavemente mientras Ciel lo ayudaba moviéndose un poco encima suyo, chapoteando en el agua de la bañera.
Siguieron asi un rato mas hasta acabar los dos y después de un minuto Sebastian se levantó y tomó a su Bocchan en brazos para llevarlo a la habitación.
Ciel estaba cansado pero en la cara de su mayordomo se notaba que aun no estaba del todo satisfecho.
Ciel lo observó con una expresión tentadora desde la cama donde su mayordomo lo había colocado y lo acarició con su piecito mojado.
Sebastian de inmediato reaccionó subiéndose encima de la cama y acomodándose sobre su Bocchan para cubrir ese cuerpo que lo volvía loco de cientos de besos.
La cama se había mojado bastante por que ninguno de los dos se había molestado en secarse al salir de la tina.
Sebastian de nuevo se acomodó para empezar a hundirse en Ciel, cuya entrada aun estaba lubricada por los jugos que Sebastian había dejado en su interior antes.
A cada embestida la cama del joven amo temblaba y chocaba contra la pared mientras sus gritos parecían resonar con fuerza por la mansión deshabitada.
-Sebastian... Sebastian .. Sebastian!!!- gemia Ciel envuelto en un mar de sudor y pasión... Y Sebastian se excitaba cada vez mas y mas al escuchar su nombre salir de esos labios hermosos que le gustaba tanto besar y morder.
Ciel se aferró con fuerza a los cabellos de su mayordomo y tiró de ellos cuando sintió que ya no podía mas, besando cada centímetro de ese rostro con pasión y ternura. Sebastian también lo besaba y le mordía el cuello y los hombros mientras lo mantenía apretado entre sus brazos.
-Sebastian... Sebastian...- suspiró Ciel sin contenerse y terminando entremedio de los dos mientras que Sebastian al sentirse atrapado por interior de su amo que lo presionaba con mas fuerza mientras se corría, termino tambien llenando a Ciel por completo con su esencia.
El joven conde se acurró entre aquellos brazos fuertes después de haber terminado de hacer el amor y froto su carita contra el pecho del mayor...
-Sebastian... Te quiero..- susurró Ciel muy bajito.
-Bocchan...- murmuró Sebastian totalmente sorprendido. Sin embargo no tuvo que molestarse en responder. Ciel ya se había quedado dormido entre sus brazos.