CAPITULO 2
/Narra Mana/
Conducia directo a mi casa, mas no estaba seguro de querer hacer eso. Pensé en Juka que se iba solo y en Gackt, tal vez ese idiota lo siga y le haga algo. Mi cabeza daba vueltas y en una esquina di un brusco giro para retomar otra calle de regreso al estudio. Buscaba a ese tonto de mi vocal. De repente le veo a lo lejos y me detengo justo frente a él, bajo.
-Juka, vamos a mi casa -sin siquiera esperar su respuesta la cual, poco me importaba, lo jalé casi arrojandole dentro de mi vehículo. Mis sospechas eran ciertas. Vi de repente doblar al coche de ese cretino de Gackt con disimulo. Habrá creído que soy un estúpido como para no notarlo con su Ferrari roja, llamaba la atención de cualquiera seamos francos. Juka se asomaba curioso desde la ventanilla por lo que colocando mi mano sobre su cabeza lo empujé dentro para que ya no molestara y emprendimos viaje. Al llegar a la cochera de mi edificio salgo, mis movimientos suelen ser muy brusco y muy masculinos y a veces ni me doy cuenta de eso. Abriendo la puerta de donde se encuentra el niño le tomo del brazo firmemente para sacarlo de allí. …l me hacía todo tipo de preguntas. Entramos a mi hogar y subimos por el ascensor, seguido a esto a mi departamento. Limpio y pulcro como me gusta, suspiré ya agotado de todo mientras arrojé a Juka al sofá. -No toques nada- le ordene -Te quedas allí sin moverte o te mato. -Luego de que él asintiera en silencio fui a darme un baño.
Me relajaba suspirando mientras cerraba los ojos dejando que la lluvia caiga sobre mi, necesitaba mucho de un baño, me quedé unos cuantos minutos cuando recordé que me había traído al crío. -Juka! -susurré y salí de la tina para secarme y vestirme. Volví a donde el chico. Estaba dibujando en un cuaderno como lo haría un adolescente, sus dibujos no eran perfectos pero no estaban tan mal para alguien que no tomaba clases de dibujo. Reconozco que soy muy malvado, no puedo controlarme a veces. Le "arranqué" prácticamente el cuaderno de sus frágiles manos y pegandole un grito lo mandé a bañarse. Juka era muy limpio y se bañaba siempre, a diferencia del resto, antes de venir por la mañana. Yo aunque él no supiera lo notaba por su colonia. Que por cierto era bastante infantil. Lo llevaba casi a rastras, no porque él no quisiera bañarse, repito que era muy limpio, de hecho una vez nos contó que se bañaba dos veces por día. Ellos mis músicos creen que yo no se nada de ellos, pero haciéndome el indiferente se mucho de todos. Sobretodo de Juka, es el más pequeño y debo protegerlo y reprenderlo. Lo hago entrar y comienzo a desvestirle como si fuese mi hijo, un bebé para ser mas claros. …l horrorizado intenta sujetar mis manos, pero yo se las golpeo y sigo con mi tarea. Lleno para este entonces la tina y tomándolo en brazos, si, estoy acostumbrado a acarriar peso, por lo que no me hace nada alzarlo, lo meto al agua y comienzo a bañarlo. Dios, es tan pequeño... y hablo de su hombría. No pude evitar reírme a carcajadas, aunque no me sorprendía, ya me imaginaba que iba a ser así. No se por que. Es tan lampiño y suave, terso... Es la primera vez que lo veo tan de cerca. Lavo su cabello con mi mejor shampoo. Ni se por qué estoy haciendo esto, pero me siento raro haciéndolo. Le digo que se quede quieto y voy por un toallon. Lo dejo sobre la mesada y vuelvo a Juka para lavar su cuerpo, él moría de vergüenza, pero no me dice nada. Lo se por el sonrojo de sus mejillas. También se muy bien que está molesto, río, poco me importa. Aunque nunca suelo verlo enojado. Ahora me pregunto como será verlo furioso. Termino con él y lo saco del agua.
-Vamos niño -lo llevo del brazo a mi habitación, él estaba muy confundido, claro estaba de que no entendía nada. Pero se muy bien lo que hago... creo. Odio que Gackt me moleste, lo odio en serio. Tenia mucha ropa en mi casa, incluso ropa de mi tienda, de seguro a Juka le gustará. Èste niño es fanático de todo lo que hago. Busco una remera y unos pantalones, ropa interior y medias. Lo visto como a un crío malcriado y lo dejo impecable, busco en el cajón un secador y lo peino, suspiro, cada vez me sentía mas raro haciendo eso. Juka observaba todo distraído, ni siquiera me miraba, creo que estaba nervioso. Anda... -le digo cuando termino de arreglar su cabello negro, brillaba. Y el negro siempre fue mi color favorito.- Veremos que te hago de comer.
No se que impulsó este comportamiento en mi... creo que fue gracias al imbécil de Gackt. Odio que tome mis cosas, ¿será que estoy celoso de que se fije en Juka? ¿O tal vez... no quiero que me lo quite?... ya no se que pensar...
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