Bath, declarada Patrimonio de la Humanidad, una de las ciudades reliquia de Inglaterra… A menos de una hora, se encontraba un pequeño pueblo recientemente fundado, unas 100 personas habitan sus calles, que además se componen de: 1 Bar, 1 pequeño Mercado, 1 Farmacia (también conocida como la casa del único Medico en el pueblo) y 1 Estación de Policía
Fremhem… Así bautizaron al pequeño pero acogedor pueblo… Al llegar a Bath tuvimos que tomar un taxi que nos llevara al pueblo
-¿Conocías Bath, John?-
-No… Solo de nombre, realmente me hubiese encantado recorrer sus calles… Será en otro momento-
-No te preocupes… prometo traerte cuando finalicemos el caso- Respondió Sherlock, mientras observaba el encantador paisaje que nos ofrecía la noche
-Claro… Cambiando de tema: ¿Se supone que nos esperan?-
-Si, la persona que acudió a mí en Londres, pero que erróneamente dio con mi hermano… Tengo entendido que también será la encargada de hospedarnos-
-Oh… Bien… Y… ¿Su nombre?-
-Lily… creo, tengo gran capacidad de deducción pero pésima memoria con los nombres- Contesto entre risas, mientras yo visualizaba luces a lo lejos
-Fin del camino Señores- Nos comunico el chofer, mientras estacionaba en la entrada al pueblo
Sherlock quedo unos minutos hablando con el hombre, mientras yo sacaba el equipaje del auto… De pronto, una mujer se acercó a mí
-¿Doctor Watson?- Preguntó
-Si, usted debe ser Lily ¿Cierto?... Encantado-
-El placer es mío Doctor, gracias por aceptar venir-
-Por favor… Gracias por tomar en cuenta a mi… mi… mi compañero- Ufff por poco hablo de más
-Si… los rumores del Detective han llegado a todas partes del país… Y Fremhem no fue la excepción-
-Señorita Lily… Gracias por esperarnos- Expreso Sherlock mientras se acercaba a nosotros
-¿Qué tanto hablabas con el conductor?- Le pregunté
-Simple investigación… Para resolver un caso, es necesario indagar cada rincón y tratar de conocer a cada persona-
-Bueno caballeros, casi es media noche… ¿Les parece si vamos a mi casa?- Dijo Lily amablemente
Al llegar a su hogar, nos ofreció té, luego de acomodar las valijas en una habitación, los 3 dispusimos sentarnos alrededor de una pequeña estufa a leña
-Señor Holmes, supongo ya está enterado de los detalles del caso ¿No?-
-Si, y por favor, Sherlock… Estoy enterado, aunque me gustaría, tanto a mí como al Doctor, oír de su propia boca los acontecimientos-
-Claro… Veamos, por donde comienzo…- Murmuraba Lily
-Esto comenzó a suceder a pocas semanas de haber inaugurado el pueblo… Todos aquí somos personas humildes, familias trabajadoras… Algunos poseen pequeñas granjas, y con eso, ya deben considerarse muy afortunados; uno de los que tiene el mayor número de animales es el Señor Nathan Anglosford, el mismo a quien le sucedió el primer hecho extraño: Una noche, Nathan había invitado a varios amigos a tomar cerveza y jugar cartas en su hogar, entre esos amigos, estaba mi marido, y como es costumbre llevar a sus esposas, también fui… Las horas transcurrieron muy rápido entre tragos, chistes y apuestas, cuando de pronto, muy cerca de las 2am sentimos un ruido extraño proveniente de afuera, era como usar un sorbito cuando ya no queda liquido, parecía como si estuviesen succionando algo; Nathan tomo una vieja escopeta, al abrir la puerta, la luz del pueblo entero se fue, la niebla mezclada con la profunda oscuridad invadieron todo… No le voy a mentir Detective, tuve mucho miedo-
-Entiendo Señora, pero continúe por favor-
-Claro… entonces para más seguridad, salimos todos de la casa, éramos 7 personas, contando a Nathan, nos guiábamos únicamente por el ruido que emitía fuese lo que fuese que había en la oscuridad... De pronto, todos los que estábamos presente vimos algo sumamente inquietante, entre la niebla se alzo una figura blanca, no era una persona, tampoco un animal, tan solo era como una entidad sin forma, y aunque no lo crea: Intangible… ya que Nathan le disparo, pero la bala atravesó a esa cosa, fuese lo que fuese… Decidimos correr de vuelta a la casa, cuando entramos y cerramos la puerta, Nathan ya no estaba con nosotros… Al otro día contamos lo sucedido al pueblo, pero sencillamente nadie nos creía; lamentablemente tuvo que sucederlos a ellos para que comenzaran a creer-
-¿Un fantasma?- Pregunte un poco inquieto por lo que acababa de oír
-No lo sabemos Doctor, pero sea lo que sea, ya se ha llevado a mas de 10 personas en el pueblo… entre ellas… mi esposo- La Señora comenzó a llorar, de cierta forma me vi obligado a contenerla mientras Sherlock analizaba lo que había oído
-Bien Señora Lily, ya es tarde, vaya a la cama, nosotros haremos lo mismo, tuvimos un largo viaje y creo que sería mejor enfocarme con la mente descansada- Señalo Sherlock
-Si, tienes razón… Descansemos y mañana les daré una recorrida por el pueblo… Hasta mañana caballeros- Se retiró subiendo las escaleras
-Oh, y disculpen que no tenga más cuartos… Ni que tampoco tenga camas separadas… Jamás hospedamos a nadie ni tampoco tenemos visitas usualmente-
-No se preocupe Señora, ya veremos nosotros como nos acomodamos- Respondió mi compañero, lanzándome un guiño
Ya en la cama…
-¿Sherlock?-
-¿Dime John?-
-¿Toda esta historia… no te produjo ni una pizca de miedo?-
-¿Miedo?... Para nada, por el contrario, me entusiasma mucho más el aura que envuelve a este caso… Siendo concreto no creo en los fantasmas-
-No sé si considerarte muy valiente o una especie de iceberg sin emociones-
-Hey… John Watson, claro que tengo emociones, sino, ¿Como explicas que te ame tanto?-
-No lo sé- Conteste acurrucándome a él
-Yo no tengo miedo, pero no se… me impresionó la historia-
Estoy seguro que Sherlock percibió al instante que mentía, si tenía miedo, siempre me asustaron esta clase de cosas, que no pueden explicarse
-John… Si tienes miedo o inseguridad, recuerda que estoy aquí, por ti desmontaré la farsa que seguramente sea esto… Te lo prometo- Dijo mientras besaba mi frente y acariciaba mi espalda
-Gracias Sherlock… -
¿Se quedó dormido?... Seguramente está muy cansado, puedo sentir su respiración que choca contra mi cabello, entre tus brazos Sherlock, no siento temor, ni inseguridad… Tal vez lo que dijiste fue simple cliché pero, esas palabras… Tus palabras… Son la fuente de mi confianza y motivación… Creeré en ti una y mil veces más, pues una y mil veces más estoy dispuesto a todo por usted, tonto detective engreído