De camino a casa, Sherlock no observo mi rostro, tan solo tomo mi mano, y acotó que prefería volver caminando; eran varios minutos, los cuales entre el silencio y el paso lento, se hacían aun mas eternos
-Sherlock… sabes… que ahora seamos novios, no indica que hables menos… o que directamente no hables- le señale al detective, que únicamente volteo su rostro hacia mí y sonrió
La mano de Sherlock era cálida, suave, no me sujetaba con fuerza, sino más bien con seguridad. Ya nos encontrábamos a unas cuadras del apartamento, cuando el silencio se quebró
-John… sabes bien que eres la primera persona con la que mantengo una… relación…- expresó
-¿Hablaste?- le pregunté sorprendido
-Siempre quise sentir esto- me contesto, manteniendo su mirada fija al frente
-¿Sentir qué?- pregunté
-Sentir… que alguien me acompaña a través del silencio- en ese momento, el detective se detuvo, y observo el estrellado cielo
-Creí que jamás te habían interesado las relaciones en general-
-Ahora que lo pienso… “Jamás” no es la palabra correcta… desde que te conocí, has volteado mi mundo, mis valores siempre se basaron en la racionalidad y todo aquello que podía ser comprobado y avalado a ciencia cierta; el amor jamás tuvo fundamentos en mi vida, y siempre creí que la causa era su carencia de intelecto, y jamás… créeme cuando lo digo, jamás estuve tan equivocado y tan acertado, al mismo tiempo-
Sherlock volteo su mirada hacia mí, se veía un hermoso destello en sus ojos; él llevo mi mano hacia su rostro
-Recuerda que soy el tonto en la relación… ¿A qué te refieres con tan equivocado y acertado?- pregunté
-Mantuve lejos esta clase de sentimientos, ya que acertadamente carecen de intelecto, y eso me lo enseñaste tu… lo aprendí contigo… desde aquella tarde, observé con atención, como mis pensamientos, se vieron invadidos por ti, alguien que apenas conocía, era ilógico, era irracional, no podía permitir que eso me estuviese pasando… no podía… pero si lo quería… ya que al mismo tiempo que afirmaba lo irracional del amor, me di cuenta que para amar, no hace falta tener un intelecto superior-
Sherlock se abalanzó sobre mí, rodeándome, poso una de sus manos debajo de mi barbilla y alzo mi mirada, provocando que chocara con la suya
-…Incluso, con el pasar de los días, un tonto como tú, se enamoro de un egocéntrico como yo… y un egocéntrico como yo, termino convirtiéndose en el novio del hombre más sincero, humilde, amable y hermoso, que jamás encontrará en su vida-
En ese momento, no había nadie en las calles… y si hubiese personas, poco me interesaba… Pocas veces, Sherlock se había expresado de ésta manera… tal vez era su manera de expresar de forma más profunda, el “sí, quiero ser tu novio”
Al llegar al apartamento, ninguno de los dos, se abstuvo de expresar de forma física, lo que sentíamos… lo que entre líneas quiere decir, que tal vez, la cama, durante esa noche, fue demasiado pequeña para nuestros cuerpos
Entre abrí mis ojos, observé que estaba amaneciendo
Sherlock, eres muy alto, mis pies apenas pasan tus rodillas... No, tu altura es perfecta, tu cuerpo es perfecto, tu mirada, tu sonrisa, tus manos, tu cabello… tu, Sherlock Holmes, eres perfecto… para mi
Pensaba, mientras jugaba con los risos del detective, quién aún no despertaba
Anoche menciono algo sobre que siempre quiso sentir como lo acompañaban a través del silencio… ¿Una Metáfora?... De seguro, pero no la entendí del todo bien…
-John… ¿Ya estás despierto?- pregunto, bostezando el detective
-Buenos días… novio- le contesté abrazándolo con fuerza
Sherlock se volteo, quedando frente a mí
-Cierto… novio- replicó apoyando su frente sobre la mía
Ambos sonreímos…. Aún faltaban algunas horas para que comenzara mi turno en el trabajo
-Iré a preparar el desayuno…-
-No- interrumpió Sherlock tomándome de la mano
-Lo haré yo… espera acostado- insistió, mientras se levantaba de la cama
Pasaron unos minutos y Sherlock volvió al cuarto, con una bandeja rebosante en tostadas y galletas dulces
-Wow… ¿Vamos a comernos todo esto?- pregunté
-Se supone que ésta es la etapa donde comenzamos a engordar- contesto, sentándose a un lado mío
-Sherlock… esa etapa es el casamiento- acoté riéndome
-Bueno… ya llegaremos- contesto, dándome un beso en la mejilla
Me había sonrojado por completo, y por alguna razón, odiaba que Sherlock me viese así… Para mi suerte, su celular comenzó a sonar
-Sherlock, debes atender-
-No… éste es nuestro momento- respondió
-Sherlock Holmes, hazme el favor de atender… puede ser la Scotland Yard-
Para mi sorpresa… lo era…
Sherlock, estuvo varios minutos hablando y al colgar comenzó a vestirse
-¿Sherlock?-
-…-
-!!!Hey, Sherlock!!!- exclamé
-John… perdona, perdona…-
-¿Qué sucede? ¿Pasó algo?- pregunte preocupado
-Si… no tengo mucho tiempo… pero… Moriarty- expresó, con una mirada de temor
No sabía quién era, más si había oído su nombre… James Morirty
-¿Moriarty?... ¿Tú qué tienes que ver con él?- pregunté exaltado
-Más de lo que te imaginas- respondió
Por primera vez, sentí que Sherlock se dirigía a un verdadero peligro… en lo que nos conocemos, lo acompañe a un caso, y él asistió por si solo a varios otros… Pero algo en mí me indicaba que éste, era muy diferente
-Dame unos minutos- le exigí
-¿Qué haces, John?-
-Voy contigo… no conozco a James Moriarty, apenas se de él… más si tu reacción es ésta, significa que es peligroso… y no puedo permitir, como tu novio, que vayas solo-
-Vaya suerte la mía… no creo en el destino, pero que justo la noche anterior nos hayamos vuelto novios- acotó irónicamente
Ya estaba listo… había dejado un mensaje al trabajo que seguramente por un par de días no podría asistir… ellos conocen mi situación, y seguro no habrá problemas
Me acerque a Sherlock, me acomodar su bufanda antes de salir
-No me interesa si fue el destino o lo que sea… Pero desde hoy, seré tu sombra… tu luz… tu compañero a través del silencio- expresé, antes de salir lo más rápido posible de nuestro apartamento