He buscado por toda la ciudad, me adentro en cada suburbio, recorrí cada callejón… Y Sherlock aún no aparece. Ya intente llamar a su móvil, pero no responde.
Aquella tarde, de pronto comenzó a llover. No tuve más chance que regresar a casa, calmarme, no podía olvidar que hacía menos de un día que había salido del hospital.
-Querido aquí está tu té- Expreso la Sra. Hudson, que se dispuso a acompañarme por la noche
-John, tranquilo… De nada sirve ponerte nervioso, Sherlock aparecerá, tú tan solo debes tener…-
-¿Paciencia?- Interrumpí
-…Si John-
-Sra. Hudson… voy a ser franco con usted. Sherlock Holmes, no es simplemente “alguien más” para mi, y estoy seguro que usted ya debe saberlo o al menos, tener sospechas. En tan poco tiempo… Sherlock se convirtió en todo para mi, desde que abro mis ojos, y observo su silueta a mi lado, hasta el último segundo, antes de dormirme abrazado a él, solo existe una cosa en mi mente: Su felicidad… Y el saber que Sherlock partió del hospital, sintiéndose de cierta forma, culpable por lo que me sucedió, simplemente…-
No pude terminar de hablar… La Sra. Hudson me abrazó con fuerza.
-John… desde aquel día que los observe entrar por la puerta, supe que entre ustedes, había algo más que un vínculo de amistad. Se lo que siente él por ti… y ahora sé lo que tú sientes por él. Por eso simplemente no debes perder la confianza en Sherlock, porque lo que ése hombre siente por ti, es lo que lo protegerá ante todo.-
-Gracias Sra. Hudson…-
En ese momento golpearon la puerta.
-John, ábreme, soy Lestrade-
De un salto, corrí hacia la puerta
-John… encontramos algo, debes venir-
No dudé ni un segundo, tomé un abrigo, y salí junto a Lestrade. Llegamos a una vieja casa abandonada, a pocos kilómetros de la ciudad. Entramos, y en ella se encontraba la gabardina del Detective, junto a una nota.
-¿Puedo leerla?- le pregunté al Inspector
-Claro John, los de investigación ya estuvieron aquí y no encontraron nada-
Tomé la carta, y procedí a leerla
“El incoherente destino no se detiene, ni para bien, ni para mal. La llave que lo apaga, se encuentra dos pasos detrás de tú mirada”
S.H
-¿Te dice algo ésta nota, John?-
-Tal vez, no estoy seguro… ¿Cómo podemos saber que es realmente Sherlock quién la escribió?-
-Fue él. Sus huellas están en toda la hoja- Respondió Lestrade
-¿Puedo llevármela a casa? Necesitaría leerla con más calma
-No hay problema. Vamos, te llevaré John-
No entendía mucho, pero con suerte, al leerla con tranquilidad pueda encontrar algo.
Llegué al apartamento, la Sra. Hudson ya se había marchado a la cama. Decidí recostarme yo también.
¿A qué se refiere con incoherente destino? ¿Qué significado le da Sherlock al destino? No se detiene ni para bien ni para mal. Estoy seguro que trata de decirme algo... Se refiere al destino, se refiere a que no se detiene, pero habla de que dos pasos detrás de mi mirada, se encuentra una llave para apagarlo.
Un momento…
El destino, no significa nada, habla del destino en sí mismo. Las cosas buena y malas seguramente son por las que hemos tenido que pasar nosotros… ¿Dos pasos detrás de mi mirada?... Será posible que…
Exaltado, salí nuevamente del apartamento, era ya tarde en la madrugada, así que opte por hacer esto solo. Por suerte, a pocas cuadras apareció un taxi. Le indique al conductor una dirección, y le pedí que fuese lo más rápido posible.
Había llegado… Gracias a esa insistencia de Sherlock en que la gente debería aprender a observar, en lugar de simplemente ver, pude darme cuenta que “dos pasos detrás de tú mirada”, hace referencia a la primera vez que nuestros ojos se cruzaron. Aquel día que tropecé frente al detective, y él logro detener mi caída…
Has hecho tanto por mí, que ya es hora de que comience a hacer algo por ti Sherlock Holmes… ésta vez, yo detendré tu caída