Luego de quemar la carta, como Moriarty lo exigió, me puse en contacto con Lestrade. Pasé hasta la mañana dando testimonio sobre lo ocurrido, Sherlock había quedado en el apartamento, ya que él había sido la real victima en todo esto. Luego de terminar en Scotland Yard, volví con el detective.
Seguramente se encuentre descansando en el dormitorio.
Me asomé lentamente, y allí estaba, acurrucado sobre uno de los bordes de la cama, realmente era extraño ver a Sherlock así. Me recosté por detrás de él, abrazándolo. En ése momento, me pareció oírlo llorar.
-John… Tal vez lo mejor sea… que lo nuestro se disuelva- exclamó el detective.
-¿Ah sí? Y más o menos… ¿Cuál sería la causa para terminar con lo nuestro? ¿Moriarty?- Pregunté sin soltarlo
-Es más que Moriarty; es por ti, John. No pude tan siquiera protegerme a mí mismo, no pretendo que vuelvas a arriesgarte por mí, tú no mereces esto, no mereces estar con alguien que a fin de cuentas, simplemente te causa más preocupación que cariño-
Emití un leve suspiro.
-Sherlock… voy a decirte algo, pero necesito verte a los ojos-
El alto hombre volteo, sus ojos estaban pequeños por el cansancio, y rojos, de seguro por haber llorado.
-Escucha bien, porque no quiero repetirlo más Sherlock Holmes… Tal vez no seamos la típica pareja modelo, ya que desde el “vamos”, no lo somos. Míranos, tu eres un detective con una gran mente, yo un medico retirado con una pensión miserable y un trabajo con el que aún puedo sobrevivir; no pretendo mucho con la edad que tengo, y lo que realmente quiero, eres tú. Lamento ser tan cliché, pero en tan poco tiempo, te volviste tanto para mí, y no encuentro palabras para poder explicar lo que siento cada vez que te veo. Para mí, eres un héroe, y no me molestaría, de vez en cuando, que los roles se inviertan, y pueda ser yo quien tenga que salvarte… Tienes razón, tal vez merezco algo mejor, pero aquí el punto, es lo que yo quiero para mi, para mi día a día, para las siguientes vacaciones, para navidad, para mi futuro en si… Y lo que quiero, eres tu; y no lo digo como capricho, sino porque de verdad siento que te quiero… y me atrevería a decirte algo más… Yo te amo, Sherlock.
El detective enmudeció por completo, su mirada expresaba total sorpresa, la cual a cada segundo, iba cediendo a una inmensa sonrisa.
-John… ¿Lo dices… lo dices en serio?- Tartamudeo
-Claro que si… por eso simplemente, no voy a dejarte por nada ni nadie. Si es necesario que tenga que enfrentarme al mismo diablo, cara a cara, lo haré. Seguramente tenga miedo, y tal vez no logré hacerle mucho, pero me veré impulsado por el amor que siento hacia ti- Respondí, acercando mi rostro al suyo, dejando unos minutos para intercambiar suspiros.
-John, no sinceramente no puedo garantizarte nada… nada más que mi amor, y que siempre, pase lo que pase, estaré a tu lado. Ésta situación fue necesaria para comprender que ahora, debo ser precavido por tres-
-¿Por tres?- pregunté frunciendo el seño
-Si, por tres. Por mi, para que tu no tengas que volver a ponerte en peligro. Por ti, para poder estar siempre que me necesites... y por nosotros, por nuestras futuras navidades, vacaciones, viajes, días y noches, así… Tal vez no con mucho, pero a la vez, con todo, porque tener el privilegio de poder abrazarte, y observarte como lo estoy haciendo ahora mismo, para mí lo es todo- Expresó el detective, antes de besarme de tal forma, que sentí una gran tranquilidad recorrer mi cuerpo.
Así pasaron las horas, y Sherlock se había dormido. Decidí llamar al trabajo para notificar que seguramente, al otro día podría integrarme. Necesitaba descansar después de tal madrugada, y tampoco quería dejar solo a Sherlock.
Con todo lo que sucedió, debe estar realmente agotado. No se quitó la ropa, y tampoco se tapó. Lo haré yo por él.
Desvestí a Sherlock casi sin que se enterase, y lo metí en la cama. El siguiente, fui yo.Lo abracé tan cálidamente como pude, él coloco una de sus manos, sobre las mías, que lo tomaban de la barriga.
El aroma que Sherlock desprende… es realmente adictivo. Cuando despertemos, lo molestaré un poco, diciéndole que es a causa del aroma de su cuerpo, que no puedo dejarlo solo, Seguramente se reirá, y acotará alguna tontería. Él sabe que todo lo que le confesé hace un momento, es verdad, estoy seguro que vio el destello en mis ojos… el mismo que tiene él cada vez que me habla.
Entre pensamientos, caí dormido.
-John… John…- susurraba el detective
-¿Sherlock… que sucede?- pregunté despertando muy lentamente
-John... necesito que me oigas, tengo que preguntarte algo- exclamó
Sherlock estaba sentado a un costado de la cama, pero frente a mí. Tomé asiento, refregándome los ojos y lo observé.
-¿Te gustaría viajar a los Estados Unidos, John?-
Despabilé casi instantáneamente. No lograba entender por completo lo que Sherlock me preguntaba, o más bien, no quería hacerlo.
-Sherlock… perdón, debo estar medio dormido aún.... ¿Estados Unidos?- pregunté
-Si John, acabo de hablar con mi hermano, y me ofreció algo… en fin, necesito saber si viajarías conmigo… ¿Lo harías?- Expresó con notorio entusiasmo
Miré hacia abajo por unos segundos, y sentí claramente un suspiro del detective. La habitación comenzó a enfriarse, o eso lograba percibir.
-Sherlock… no… realmente no lo sé- respondí, provocando que el detective volviese a suspirar, antes de pararse de la cama, y marcharse del cuarto