Aun estaba en la ducha, mis nervios simplemente se apoderaron de cada unos de mis movimientos, me avergonzaba salir
Creí que Sherlock demoraría un poco más, me deje la ropa en mi habitación, no quiero salir envuelto en una toalla
-John, ¿estás bien?- pregunto el detective
-Si ss...si claro, estoy terminando de secarme-
-Dios John, 20 minutos para secarte, dime, ¿olvidaste tu ropa en la habitación?-
Este hombre podía simplemente deducir lo que estaba sucediendo, solo basándose en mi demora
Oh, estoy avergonzado, si le digo que si, seguro que irá a por ella, y querrá entrar al baño para alcanzármela y no quiero que me vea así … Bueno, hace unos instantes me tomo completamente desnudo pero … No puedo, no puedo, no pued…
¿Golpearon?
-John, eres como un libro abierto, aquí tengo tu ropa, no te preocupes, la dejare simplemente en el suelo junto a la puerta y me marchare a terminar de preparar la mesa
-O… ok- respondí sintiendo como sus pasos se alejaban
Abrí la puerta para tomar mi ropa y observe como uno pies descalzos se posaron frente a mí, cuando me incline recibí otro beso
-Disculpa John, rara vez cumplo lo que digo-
Cerré la puerta en se mismo instante, mis mejillas enrojecieron enseguida
Si que eres listo Sherlock, caminar unos pasos, descalzarte para que no te oiga y volver, muy listo- Pensaba mientras emitía algunos gestos de enfado con mi cara
Termine de vestirme, abrí la puerta y todo estaba oscuro –Sherlock… ¿Dónde estás?-
-Sigue mi voz John- escuche proveniente de su cuarto, de donde se emitía una muy leve luz
-Sherlock, ¿Qué haces aquí? ¿Y la cena? ¿Y qué con la luz? Teniendo luz de cuarto, ¿prefieres iluminarte con esa pequeña portátil?-
-Ah, disculpa, prefiero poca luz, es un poco mas… ¿intimo?... John, antes de cenar, es mejor charlar, la comida se digiere mejor con la mente en calma-
El estaba recostado en la cama, opte por sentarme a sus pies, ambos llevábamos trajes, por mi parte, la mejor ropa que tengo… Sherlock me miraba fijo, y yo a él, hubiese congelado ese instante, mi corazón latía con fuerza, y en la oscura y silenciosa noche, creí incluso sentir su corazón a la distancia…
-John, ¿recuerdas cuando nos conocimos?- dijo Sherlock quebrando el silencio
-Si, lo recuerdo perfectamente-
-¿Recuerdas que te dije esa mañana?-
-Claro, me insinuaste compartir piso-
-No, no, las advertencias… ¿recuerdas?-
-Si, las recuerdo Sherlock, no palabra a palabra, pero recuerdo que me advertiste sobre tus manías-
-Y incluso advertido, tu decidiste continuar y aquí estamos, sentados en mi cuarto, en mi cama, observándonos fijamente, no sé qué es lo que te atrae de mi John, si es que realmente hay algo que te atraiga, pero antes de continuar debo advertirte algo-
Nuevamente estaba logrando sacarme de mis casillas, que es esa estúpida pregunta sobre si ¿realmente hay algo que me atraiga de él? Claro que lo hay. ¿Como es capaz de pensar que permitiría a un sujeto cualquiera entrara a la ducha, tomarme y besarme tan fácilmente?
-Ufff- Suspire –Bien Sherlock… Adviérteme entonces-
-Yo no sé nada acerca de esto John, lo que hice fue simplemente citar ejemplos literales de lo que considero haría un individuo promedio ante una persona que lo atrae, no más que eso. Siempre considere que las emociones y los sentimientos no son más que un obstáculo en el camino hacia el crecimiento intelectual…-
-¿Pero?- Pregunte sabiendo que existía
-Pero desde que te vi por primera vez, aquella mañana que te sujete para evitar que calleras, desde ese momento en que mi mirada cruzo con la tuya, no pude evitar sentir cosquillas en mi estomago, racionalmente creí que estaba enfermo, pero estas cosquillas aumentan cuanto más cerca de ti estoy…-
-¿Entonces?- lo estaba comprendiendo, por primera vez estaba comprendiendo al grandioso Sherlock Holmes y sabía exactamente a donde quería llegar
-Entonces me di cuenta que esto es lo que llaman Amor, John, a medida que los días transcurrían, yo me sentía más inquieto a tu lado, quería darte mis buenos días en forma de beso, despertaba cada madrugada buscándote a mi lado y al no encontrarte enfurecía conmigo mismo por ser tan cobarde y no atreverme a decírtelo… Pero aquí estoy John, perdiendo por primera vez en mi vida ante alguien, o mejor dicho ante algo, una emoción-
-Sherlock, si consideras que esto es perder yo simplemente no…-
-La más hermosa emoción que he sentido en mi vida, John Watson- interrumpió
En ese momento estoy seguro que Sherlock pudo ver el brillo de mis ojos, mi edad seguro era el mayor contraste con la cara de niño emocionado que debí poner en ese instante
-Pero debo advertirte una vez más John, por tu bien, y por el mío… No tengo ningún tipo de experiencia, existe la probabilidad de que sea un fracaso como novio, que te canses de mí, incluso que prefieras morir solo antes de volver a cruzarme en tu camino-
-Oh Dios, vamos Sherlock enserio cree…-
-Y por todo eso tengo miedo, no quiero herirte… pero tampoco soporto la idea de convivir con el hombre del cual me estoy enamorando, y no tener chance alguna… Pero ante todo, busco tu bienestar, te conozco hace unos días John, pero eso es lo que para mi te hace tan especial, lo que lograste hacerme sentir en tan poco tiempo- Interrumpió el detective, dejando caer una lagrima
No lo dude, me abalance sobre él, lo tome entre mis brazos, comenzó a llorar, se abrazo fuerte a mí y quedamos así gran parte de la noche. Lo único que yo hacía era verle su rostro mientras quedaba dormido bien apretado a mí
Como es posible que alguien que aparenta ser el dueño del universo, la persona para quien todos son indiferentes, el hombre que cree saberlo todo y lo sabe, pueda llorar tanto
Sonreí mientras continuaba acariciando su cabello, Sherlock quedo completamente dormido, y tomo su, considero yo, postura para descansar, se dio vuelta dándome la espalda
-Aguarda, aguarda, mejor metete debajo de las sabanas, puedes en griparte ¿Sabes?- Susurre para no despertarlo
Sera mejor que me marche a mi habitación… Jamás respondí nada, bueno, no quiero que se despierte y mal entienda algo, así que lo mejor será que me quede a su lado, esto servirá como respuesta
Me coloque bajo las sabanas juntos a él, lo abrasé delicadamente y observe su cabello negro hasta quedar dormido… Lo mejor de todo esto era que jamás nos quitamos los trajes.
Para ser la primera noche que dormimos juntos, diría que salió bastante bien, tan extraña como aquella mañana que nos conocimos