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kokoro por hikayukiaka

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Notas del capitulo:

Sé que dure más de lo que había prometido y en parte no les mentiré que fue la flojera que me causo definir los últimos detalles del capítulo, ya que me encontraba de vacaciones en un rancho done la vida de todos se maneja tan tranquila que me la pase durmiendo…

 

Aunque también fue que al lugar donde fui no había nada (literal, para comprar algo la tienda más cercana está a quince minutos en carro, solo para darles un ejemplo) así que cuando me disponía a subir el capítulo el internet fallaba y cuando regresaba era hora de apagarlo para que la bomba de agua funcionara ya que si no se ponía en marcha los frutos de la cosecha se perderían (perdón no les había comentado esto, mi familia o al menos la mayora de esta es ranchera)

 

Ya por ultimo estos últimos tres días me los he pasado con el alma en un hilo, mi tía, la cual es una de las pocas integrantes de mi familia que no es ranchera, se dedica a la crianza de perros bueno una de sus perras embarazadas no pudo tener a sus cachorros, ocasionando que tuviéramos que trasladarnos a ver a su veterinario (ya que era la única que aparentemente no tenía trabajo que hacer) me tomo y obligo a manejar por casi tres horas y no conforme con eso me utilizo como madre sustituta de los cachorritos (despertándome casa dos o tres horas para alimentarlos o simplemente comprobar que siguieran vivos) ya que la madre de estos se había quedado con el veterinario.

Toda una aventura he

Bueno espero que lo disfruten  y a leer

 

P. D.: Como compensación por mi tardanza realice este capítulo más largo.

P.D.2: No olviden leer las notas finales

Kokoro

Capitulo #10: Siendo un Uchiha parte I

 

 

-Tan solo necesito que firme estos papeles– El Joven detrás del mostrador señalo sobre una hoja los lugares que requerían la firma del matrimonio Uchiha y depositado la pequeña tabla que sujetaba el formulario y autorizaciones de los exámenes requeridos paso su pluma para que ejecutaran la acción.

 

-Gracias – El patriarca de la familia Uchiha tomo tanto la pequeña pluma como la tablilla firmado tan rápido que hasta el hombre detrás del mostrador se asustó – ¿Cariño?

 

Fugaku llamo la atención de su esposa extendiéndole los documento junto a la pluma, Mikoto introdujo su mano a la pequeña pero muy elegante bolsilla que llevaba encima sacando una pluma cromada  y aun con la tabla en manos de su esposo firmo la hoja mostrada, guardando la pluma al terminar de firmar los papeles, volviéndose hacia donde los esperaba Sakura.

 

-Muchas gracias Joven –  El chico que hasta en ese momento Fugaku había descubierto era doncel le entrego una copia del papel que había firmado.

 

Fugaku había evitado hacer un comentario cuando su mujer se negó a siquiera mirara al chico que se encontraba detrás del mostrador y del cual no había tenido motivos para excusar la actitud de su esposa, Mikoto era orgullosa, era una dama japonesa orgullosa, tanto de su país como se su herencia familiar que había sido criada para hacerles saber a todo el mundo que su familia era intachable y que su clase venia más del prestigio que había tenido su apellido a lo largo de los años que la enorme fortuna me que habían amasado en estos.

 

-De nada, podrá recoger los resultados a más tardar mañana a la  9:00 a.m. si eso es todo que pase un buen día.

 

-Gracias.

 

Fugaku se giró buscado a su esposa, ubicándola en seguida en uno de los pasillos a su derecha platicando con Sakura-chan

 

La chica se había mostrado muy amable y comprensiva cuando esa mañana poco antes de terminar el desayuno llego a la residencia Uchiha anunciando que sin problema alguno los acompañaría para realizar los exámenes médicos y dicho de paso anunciarles que gracias al ser la hija del matrimonio ampliamente reconocido por poseer los hospitales más confiables y respetados de todos se encargó de los trámites correspondientes para ese mismo día atender a Sasuke-kun.

 

Fugaku pudo distinguir la cara de alivio de Mikoto al contar con la presencia de la peli rosa y no disimulo en lo más mínimo, ya que desde esa misma mañana se había propuesto a ignorar al rubio, acción que no pasó desapercibida ni por él ni por su hijo Itachi, hecho que notoriamente molesto a Sasuke de sobremanera y que por lo mismo se dedicó a mantenerse alejado todo lo que le fuera posible de su esposa y Sakura-chan manteniendo a su esposo lo más cercas que la situación se lo permitía, acción que no le resultaba para nada sencilla ya que desde que puso un pie en aquel por qué no decirlo majestuoso hospital, un par de enfermeras se dedicaron a arrastrarlo de un lugar a otro.

 

Fugaku tomo el ya extendido brazo de su esposa para encaminarse por los pasillos siendo guiados por la Haruno hasta llegar a uno de los consultorios principales de aquella clínica, pero cuando llegaron a la puerta su esposa no espero y sin más abrió soltándose de su brazo e ingresando a aquel blanco cuarto, Fugaku noto como su esposa se detenía repentinamente y se giraba de nueva cuenta con un ligero sonrojo en sus mejillas y un notario ceño fruncido, lo que desconcentro al patriarca Uchiha, desconcertado por el cambio tan repentino en su esposa entro al consultorio viendo lo que posiblemente fue el causante de aquel cambio de ánimos en su esposa. Dejándolo muy a su pesar igual de impactado y desconcertado como su esposa.

 

-Esperare en el jardín – Girándose en sus talos comenzó a emprender la marcha sobre su pasos, deteniéndose un segundo – Sakura querida ¿me acompañas? – Para cuando la chica llego al lado de la mujer está ya se encontraba a mitad de aquel impecable pasillo.

 

-¿Sasuke-kun? – El decir que aquella imagen no lo sorprendió sería más que mentira al igual que decir que sorprendido era todo lo que le había causado, porque aquella figura delante de sus ojos le impacto.

 

-Mo… Sasu es que esto tardara mucho tiempo – Naruto se retorció en aquella silla era incomoda y bastante pequeña ocasionando que constantemente se moviera intentando encontrar una posición lo bastante cómoda para soportar estar en la misma posición al menos más de diez segundos.

 

Ubico al dueño de aquella vocecilla que recordaba era más alegre y al desviar su mirada a su primogénito ubicado justa a su lado tan imperturbable como de costumbre y tras un ligero asentimiento comprobó que su hijo hacia bastante se percató de lo que en ese momento él comenzaba a analizar, del torso desnudo de su aun posible hijo que era ancho y muy visiblemente trabajado un par de cicatrices más específica, entre el hombro izquierdo y la curvatura del cuello terminado en poco más arriba que el final de las costillas, todas con una simetría que parecieron bastante concienzudas al momento de realizarse, siendo más detallado con su inspección distinguió miles de pequeñas cicatrices no más de cinco centímetros repartidas por toda aquella ancha piel y ubicado casi en el lado del riñón una obscura y muy a su parecer grotesca marca de quemadura de aproximadamente veinte centímetros de longitud, horrorizándolo al instante, su consternación por lo que en ese momento vio, lo convenció de algo y eso consistía en que  solo una persona podía contestar todo lo que en ese momento comenzaba a formarse en su cabeza   provocando que con un sutil movimiento se colocara en el lado izquierdo del rubio, más específicamente el lado contrario donde su hijo Itachi se encontraba.

 

-Naruto-chan ¿puedo preguntarte algo?

 

-Lo que sea Fugaku-san – Había dejado de hacer pucheros y girando con un sonrisa en su rostro hacia el dueño de aquella voz mientras intentaba sentarse de la forma más normal posible – Fugaku-san ¿Cuánto más va a tardar Sasu?

 

-Te parece si vamos por algo de comida y mientras te cuento – No dudo en proponerle aquello en cuanto sintió la mirada penetrante de aquel joven de torso desnudo, que por su rápida deducción le interesaba saber cuál era su duda.

 

-Hai – Naruto agradeció infinitamente aquella propuesta, parte de su disgusto fue que esa mañana lo obligaron a salir sin terminar su sagrados alimentos por lo que  en ese momento exactamente cuatro horas después de que oficialmente era la hora de la comida su estómago reclamaba algún  bocado – Sasuke voy con el señor Fugaku-san por comida.

 

Se giró cuando escucho como su esposo anunciaba aquello aun con aquellos aparatos pegados a su cuerpo con evidente enojo en su rostro por aquellas palabras y decidido a ignorar las demandas de aquel doctor por que no se moviese comenzó a caminar hacia donde el oji azul se encontraba siendo nuevamente detenido por aquel hombre de bata blanca.

 

-No te preocupes volveré pronto y traeré algo para ti también – Con una amplia sonrisa se acercó al peli negro, deposito un casto beso en los labios del contrario mientras le volvía a sonreír pero esta vez con arrogancia – Obedece al doctor y no le casi problemas ¿sí amor? – Pudo descifrar el disgusto en el rostro blanquecino.

 

-No tardes – Soltó con el ceño fruncido y volviéndose a sentar en aquella incomoda camilla mientras aquel hombre de bata blanca revisaba que todos aquellos aparatos no hubieran sufrido ningún daño o se hubieran despegado de su cuerpo.

 

 -No lo hare.

 

Y tras aquellas palabras salió de la mano del Uchiha mayor quien con un ligero asentimiento de cabeza hacia con su primogénito y aun mas con Sasuke se dejó guiar por el esposo de este.

 

 

 

-No tienes por qué desconfiar de mi padre…

 

Itachi no pudo guardar silencio tras aquellas miradas que se ofrecieron su padre y aquel peli negro que aún no creía del todo fuera su Ototo, y es que el ver como ese chico obligaba a su padre a agachar la cabeza y aceptar lo que él decía.

 

-No somos personas de las cuales debas cuidarte.

 

-Hmg…

 

Y para Itachi aquel monosílabo era lo que más lo sacaba de quicio ¿Qué es que se creía superior? había notado como ese lindo rubio era el que prácticamente hablaba por su pesado marido y podía apostar que si no fuera por la intervención de este aquel tipo ya no estuviera en este mundo, definitivamente ese engreído y poco agradable azabache no podía ser su lindo y cariñoso Ototo.

 

-Y deberias ser más conversador, no siempre podrás contar con ese lindo rubio para que hable por ti.

 

-Non si puo vedere un cretino peggiore (no se puede ver un cretino mayor)

 

Lo golpearía, o al menos eso hubiese querido y por aquella sonrisa burlona que pudo notar en la cara de ese oji negro antes de que volviera de espaldas más por la insistencia del doctor que por voluntad propia advirtió que ese cretino sabía que no  haría nada y si aún le quedaba algún cuestionamiento este murió en aquella sonrisa ladina que le mostro.

 

-No sabía que hablabas italiano ¿Has viajado?

 

-…- No contestaría a aquello, no tenía porque y sin su rubio amor presionándolo menos lo haría, y fue justo ese pensamiento que lo hizo caer en lo descuidado que llego a ser – No se lo cuentes.

 

-¿No lo sabe? – Eso lo había tomado por sorpresa, pensó que entre ese lindo rubio y el engreído peli negro no tenían secretos, aparentemente no era del todo así solo con el silencio de aquel sujeto aprecio que le importaba que no divulgara nada – No te preocupes no le diré.

 

-Sé que no lo harás.

 

-Pareces bastante seguro de eso – Se irrito con aquella engreída afirmación.

 

-Lo estoy.

 

Itachi no quería entrar en discusiones innecesarias o que solo fueran en círculos, aceptaba que ese oji negro le ponía de pésimo humor, era mejor evitar  cualquier enfrentamiento, al menos hasta que toda aquella situación se aclarase y  se demostrara que ese Sasuke no era su Ototo, porque para él no lo era. Y mientras ese momento llegara era mejor soportarlo.

 

-Sabes desde ayer me he estado preguntando algo ¿Cómo conquistar a ese lindo rubio?

 

Sasuke sonrió a pesar de no ver la cara de aquel sujeto o que este viese la suya, ya que aún se encontraba de espaldas, no pudo evitarlo, era consiente que en mucho de lo que aquel Uchiha le quería preguntar, el cómo era la relación con su rubio no estaba en su prioridades.

 

-Entonces no te interesa saber cómo me hice esto – Dijo se señalaba una espalda llena de mayugaduras.

 

-Confesare que me causa un poco de curiosidad… –Itachi no pudo terminar aquella oración cuando se vio interrumpido por la vos burlesca de Sasuke.

 

-¿Solo un poco?

 

-Bastante ciertamente, pero si pregunto es casi seguro que no me lo cuentes ¿o me equivoco?

 

Con la autorización del doctor el cual aparentemente había terminado de realizar el chequeo, que a Sasuke se le hizo por demás tardado y sin quitar el hecho que en muchas partes inútil, tomó su camisa del perchero encaminándose hacia donde se encontraba Itachi, sentándose en la silla que anteriormente fue ocupada por el oji azul.

 

-Un accidente de auto – Sasuke pudo denominar esta como la segunda razón para odiar todo aquello, las preguntas.

 

¿Lo creí estúpido? Era más que evidente que todo aquello no pudo haber sido causado por un accidente de auto, o es que acaso había tenido más de uno, porque solo así consideraría aquella posibilidad – ¿Y la versión larga?

 

-Esta es la versión que importa – Comenzaba a cansarse de aquel tipo, estaba comenzando a preguntar mucho y por experiencia sabía que eso no era bueno para nadie y eso lo incluía a él.

 

 

 

Personalmente para Fugaku no concebía recordar algún suceso que le provocara más gracia que el que en ese momento se desarrollaba delante de sus ojos, el ver aquella cara llena de emoción, con los ojos destellantes de felicidad mientras la banda plástica giraba mostrando los distintos platillos que conformaban el menú del comedor hospitalario le provocaba una ternura al igual que unas ganas incontrolables de reír.

 

-Naruto-chan sabes, puedes escoger lo que gustes – Inclinándose para que aquellas palabas solo fueran escuchadas por el rubio.

 

-¿De verdad? – En cuanto escucho aquello se giró y aun con la cara llena de emoción por las palabras del Uchiha contemplo con una sonrisa enganchada en su rostro – ¿Lo que sea? – Y sus ojos se iluminaron más al notar como aquel hombre tan solo se limitó a asentir – ¡Gracia!

 

El ver como aquel doncel literalmente se abalanzo hacia él en un efusivo abraso seguido de un debate para comenzar a tomar cuanto plato cruzaba por su vista mientras susurraba los pros y contras de cada platillo, le saco una sonrisa, sonrisa que solo duro unos segundos mientras su cara volvía a su acostumbrado sereno e impasible gesto.

 

Por un segundo olvido por completo el motivo por el cual pidió salir de aquel cuarto con ese risueño doncel y eso lo sorprendió, Naruto era un chico tan animado y expresivo que cualquiera se perdería en su presencia “oh que afortunado muchacho” comenzó a pensar en aquel peli negro independiente mente de que este fuera su hijo, lo cual internamente deseaba, se sentía orgulloso de aquel muchacho por haber elegido a tan esplendido compañero de vida.

 

-¿Fugaku-san?

 

-Lo siento Naruto-chan ¿Qué decías? – En qué momento se había perdido tanto en sus pensamientos, que no había notado como el rubio se encontraba viéndolo con una cara de completa duda mientras agitaba vivazmente su mano frente a su rostro.

 

-Bueno, que si puedo llevarme estos –Mostrado tres de los platillos repletos de carne y arroz.

 

-Por supuesto, solo que tendrás que comerlos aquí el hospital no deja salir comida de esta área –  Una sonrisa se posó en sus labios mientras conducía al rubio para tomar asiento en una de las mesillas de aquel comedor.

 

Naruto tomo asiento de lo más feliz destapo dos de aquellos platillo y comenzó a devorarlos despreocupadamente, mientras que con el tercero lo depositaba en una de las esquinas de la mesilla ya encontraría la forma de hacerlo llegar a su Sasuke, con la sonrisa aun en su rostro levanto la mirada visualizando como aquel hombre lo miraba con un ligera sonrisa en su rostro, percatándose de que hasta ese momento se había comportado como un completo desagradecido – Lo siento – Comenzó a hablar mientras intentaba limpiar su rosto repleto de boronas de comida – Gracias – Tas sentirse satisfecho con su agradecimiento impulso una de las dos charolas de comida que destapo hacia el Uchiha – ¿Gusta?

 

-Oh no, por favor come tú –No hiso falta que dijera más para que Naruto con una sonrisa enganchada en su rostro retomara su ingesta de alimentos.

 

Por su parte Fugaku prefirió esperar a que el rubio terminara de comer, el gusto en su cara y aquella sonrisa que puso al momento de destapar sus alimentos lo obligaron a hacerlo y sin perder un detalle de las acciones de este ya que en sus planes tan solo había concentrado en interrogar sutilmente a ese oji azul y esa idea surgió al darse cuenta que este era el único que contestaba puntualmente todas sus preguntas y del cual no podía perder la paciencia como lo hacía con su posible hijo Sasuke, ese chico que si bien el resultado no daba positivo no se molestaría con nadie si llegaban a insinuar su parentesco sanguíneo, era tan parecido en todas sus actitudes que ya sentía un cariño haca este.

 

-¿Te gusto?

 

Naruto se interrumpió en su último bocado, prestando toda su atención al hombre sentado frente a él con su rostro sonriente lo cual inconscientemente lo hizo sonreír a él también, asintiendo enérgicamente  con la cabeza mientras volvía a sonreír.

 

-Hai, muchas gracias Fugaku-san.

 

-Oh no ha sido nada – Abanicando su mano frete su rostro, para restarlo importancia – Ya que eres el preciado esposo del chico que si todo sale como mi esposa lo previo es mi hijo – y tras esas palabras no pudo retener una leve risa por la expresión de ese chico.

 

-¿Usted realmente lo cree? – Lo estuvo evadiendo y había intentado no volver a retomar aquel tema con su Sasuke después de esa noche y aun así se sentía inquieto, por un lado se alegraba de que su querido teme encontrase y se reuniera con aquellas personas que eran su familia y al mismo tiempo había un aparte de él, que al ver la condición o mejor dicho la forma de vida de la aun por comprobar familia de su esposo, lo inquietaba de sobremanera desenado que solo se tratase de una incómoda confusión.

 

Se sentía como un egoísta y muy en el fondo reconocía que lo era, porque desde que vio aquella residencia, que catalogo más como una mansión con aquellos adornos en mármol y tras pasar la sorpresa inicial deseo salir corriendo de aquel lugar llevando a rastras a su peli negro solo par escondes en donde nadie los encontrase, inconscientemente se golpeó la cabeza tras el asalto a su mente de ese tardío recordatorio.

 

Ya todo estaba hecho, la prueba más grande era que él mismo se encontraba sentado en aquel lujoso comedor de hospital mientras mantenía una conversación con el padre de su Sasuke que hasta ese momento lo miro de frente.

 

 – Digo que Sasuke sea su hijo.

 

-Se supone que para eso estamos aquí ¿no? – Soltó de lo más tranquilo.

 

-Hai pero… -Con la duda aun de si lo que iba a decir era correcto o no, dejo toda aquella angustia de lado miro directo a la cara de aquel hombre con su rostro sereno y con la voz más tranquila – ¿Él se podrá mantener igual?

 

-¿Eh? – Su tranquila expresión fue poco a poco desvaneciéndose hasta que una mueca de sorpresa fue lo único que su rostro pudo reflejar – ¿Mantener igual? No te entiendo Naruto-chan.

 

-… - Resoplo mientras sintió como su corazón volvía a adquirir su acostumbrado ritmo palpitatorio en parte por frustración y otro tanto que en lo personal lo había tranquilizado de alivio, la expresión de aquel peli negro lo alivio de sobremanera y con una nueva y tranquilizadora sonrisa  – No, no es nada… pero Fugaku-san iba a preguntarme algo ¿verdad?

 

-En realidad es que me inquieto un poco el ver aquellas marcasen el cuerpo de Sasuke-kun y pensé que tú… – Abruptamente guardo silencio cuando vio aquella mirada triste en los ojos del rubio, aparentemente una de sus dos dudas habían sido resueltas, Naruto conocía la razón de aquellas cicatrices y por aquella expresión no era para nada grata – ¿Naruto-chan?

 

-Fue un accidente – Un susurro fue lo que salió de sus labios evitando por completo la mirada del patriarca de los Uchiha.

 

-¿Qué clase de accidente? – Fue débil pero lo pudo escuchar y la inquietud del rubio según Fugaku fue tan palpable que el solo hecho de haberle preguntado aquello le hizo pensar en unas mil formas en las que aquel chico peli negro pudiera terminar en aquel estado y ninguna era más alentadora que la anterior.

 

-Fue durante un viaje que hicieron…

 

-¿Quiénes? – Y ciertamente aquello comenzaba a desesperarlo y preocuparlo.

 

-Sasuke y Kakashi-oto-san – Aun podía recordar aquel dolor que sintió cunando entro a aquella habitación de hospital y vio tendido en aquella camilla de hospital a su Sasuke – Ellos salían muy seguido de viaje, a pesar de que Kakashi-oto-san estuviese retirado era constantemente invitado a presidir ceremonias o asistir a reuniones del ejército y como le preocupaba que Sasuke se quedara solo en casa solía llevarlo con él.

 

Escucho atento aquel relato, el cómo el rostros acanelado y su voz comenzaban a reflejar el dolor a cada palabra, el cómo le había costado decir que tras presidir una ceremonia de graduación de los nuevos reclutas en el ejército y tras su regreso un camión aparentemente se dirigió directo a estrellarse contra el carro donde estos iban seccionándolos de tal manera que les fue

imposible evitar el impacto y del cual aquel joven peli negro resulto el más afectado sometiéndolo a una cirugía y una citando las propias palabras de este “tortuosa” recuperación que le habían valido un buen regaño de su parte  y la promesa de que jamás permitiría que lo volviera a preocupar de esa forma.

.

-Debió ser muy difícil – Tomando una mano del rubio cuando este término aquel relato para depositar un pañuelo entre sus manos.

 

-Hai, ese teme siempre me está preocupando.

 

Sus ojos no se despegaron de aquel inocente rostro, ni siquiera cuando un fuerte sonar de nariz lo sorprendió, aceptaba la explicación dada por aquel rubio, era evidente que le conto cada detalle y que el dolor reflejado en su rostro no podía ser un simple invento del rubio, así que creía que este le contaba la verdad, o al menos la verdad que este conocía.

 

Era inmerso que ese rubio desconocía la verdad y tras aquellas marcas en la espalda de su marido, porque solo un despistado total creería aquel relato y por la cara aun sollozante del doncel era evidente que este así lo hacía,  aunque por aquel relato podía percibir que una parte de verdad se reflejaba en este y esta era el cómo relato tan detallado el cuidado que mantuvo con el peli negro tras su recuperación, lo que lo llevaba a pensar que esa parte por lo menos era cierta y le permitía hacer conjeturas de las posibilidades de donde y como se había hecho aquellas cicatrices.

 

-Es porque lo quieres.

 

Un sonoro sonrojo surco aquellas mejillas  mientras una expresión avergonzada le impedía que lo viese a la cara, en lo personal le pareció tan inocente y tierno.

 

-Hai, aunque él siempre esta ocasionando este tipo de cosas – Miro aquella argolla que adornaba su dedo anular, un simple aro de oro sin nada más que una simple inscripción dentro de esta con un “eres mío y soy tuyo” – Egocéntrico engreído – Mascullo tras recordar aquella inscripción.

 

Fugaku no pudo escuchar eso último pero por la cara del doncel adivino que no era nada cariñoso y mucho menos algo que un doncel de buena familia pudiera pronunciar en alto – ¿Así que suele hacer ese tipo de cosas seguido?

 

-Hai, es tan terco y testarudo que siempre se está metido en problemas – Su seño se pronunció y una mueca en sus labios se formó – Usted lo ha visto Fugaku-san es tan engreído que cree que… - Y en un brusco movimiento ocasionado por un tercero su cabeza fue levantada y sus palabras quedaron ahogadas en aquel beso que posesivamente lo sujetaba para que no rompiera aquel contacto.

 

 

 

Se había esforzado en conservar su buen ánimo, lo cual no le era de nada sencillo tomando en cuenta que la persona con la cual debería estar conversando se encontraba más interesada en sus pensamientos lo cual le causaba que le fuera difícil mantener el hilo de la conversación y muchas veces se viera obligada a repetir las cosas en más de una ocasión.

 

-¿Le preocupa algo Mikoto? – Se percató de como la mujer al fin se giraba ocasionando un estremecimiento en su cuerpo al ver aquella expresión tan dolorosa en el rostro de la peli negra.

 

-Mi pequeño ha pasado por mucho dolor – Su lamento salió en un susurro que a cada palaba fue más tenue hasta llegar a ser un murmullo en su propia mente.

 

Cuando se imaginaba y hasta fantaseaba en las posibilidades de sus encuentros, siempre tenía en mente que no importase cuanto dolor sopesara en el ama de su pequeño y adorado hijo ella siempre seria aquel pilar que lo ayudara a superar aquellos dolorosos años de separación, porque si, para Uchiha Mikoto lo único que su hijo Sasuke había estado ocurriéndole desde que lo arrebataron de sus cálidos brazos fue penumbras y dolor.

 

Fue solo en el momento que abrió aquella puerta que comprendió que no importara cuanto su mente se bufo de ella jugado con las horribles imágenes de su pequeño con todo por lo que en todos aquellos años le pudo  pasar que sus pesadillas le parecieron en demasía bastantes condescendientes.

 

Le vasto solo una mirada a aquel cuerpo para sentirse horrorizada y confirmar que no importaba cuanto le costara o cuanto tuviera que soportar rescataría a su pequeño de aquellos barbaros quien le causó tan espantosos sufrimientos mientras lo retenían lejos de su amor.

 

-¿Lo dice por las lecciones de su cuerpo? – Sakura capto en seguida aquel dolor reflejado en la mirada obscura de la mujer y comprendió o siquiera pudo adivinar lo que por su mente estaba pasando – Debió ser doloroso para él – Continuo estremeciéndose al recordar aquella imagen de una espalda llena de cicatrices – ¿Me pregunto qué le abra ocurrido?

 

-Es evidente cariño – Forzándose a mantener un tono de vos calmado, su mirada furiosa se encontró con aquellos ojos verdes – Ese joven.

 

Sakura tardo unos segundos en comprender las palabras de la señora de Uchiha, en gran medida por que aún se encontraba asimilando aquella mirada llena de rencor que esta le mostraba y es que jamás en todos los años que la llevaba conociendo contemplo aquella mirada en el rostro apacible y orgulloso de esa mujer.

 

-No creo que Naruto-kun sea la causa de…

 

-Por supuesto que lo es – No permitió que la Haruno terminara aquella oración ya que para ella no existía mayor mal que aquel joven de nombre Naruto – El solo contemplarlo provoca que mi ser pierda su calma – Tomando nuevamente su bolso se puedo de pie, ya había estado suficiente tiempo en aquel apacible jardín, segura de que aquellos exámenes habían concluido decidió buscar a su esposo ya que este parecía no estarla buscando – Te lo digo querida, ese muchacho tiene que irse, por el bien de todos.

 

 

 

En cuanto puso un pie en aquel comedor su único objetivo fue el identificar a su rubio esposo, comenzó a observar cada rincón de ese lugar pero no fue hasta que escucho aquella familiar vocecilla insultando su persona que pudo ubicarlo, estaba sentado en una de las mesas al fundo que aquel lugar, con dos charolas de comida terminadas y restos de salsa y arroz esparcidos por toda su boca.

 

Se acercó sigilosamente, como asechando a una presa, lo que la causo gracia porque su rubio era tan pequeño e inocente con aquellos enormes y bellos ojos azules que parecía un pequeño conejillo a punto de ser devorado, y ¿Por qué no devorarlo?, cuando vio como estaba a punto de decirle a aquel hombre uno de sus, al parecer de su rubio, tantos defectos, tomo su rostros obligándolo a girar en su dirección y depositando un beso en sus labios.

 

Al principio sintió como su Naruto se resistía a aquel contacto, forcejeando de tal manera que sus manos golpeaban su pecho  y tocaban su cara para separarse, con un ágil movimiento de su parte y descuido del oji azul Sasuke aprisiono ambas manos  canelas con una suya mientras con su mano libre tomaba aquella nuca de rubios cabellos aprisionándola más contra sus labios.

 

Naruto por su parte comenzaba a ceder en aquel vergonzoso acto, admitía que al principio su cabeza solo estaba llena de pensamientos vergonzosos y de lo que diría Fugaku Uchiha por semejante escena y eso fue lo que lo orillo a resistirse a que sus labios continuaran aprisionados y seguiría resistiéndose si aquella lengua no se hubiese introducido en su cavidad explorando cada rincón de esta menguando su deseo de separarse.

 

-¿Quién es engreído? – Le molesto un poco el liberar esos labios pero no podía hacer nada la falta de oxígeno no le permitió continuar – ¿Entonces  no vas a contestar amor? – Aquella cara roja y esa expresión molesta del rubio solo le causo que una sonrisa de medio lado se enganchara en su cara.

 

-Mo… teme estabas escuchándome – Reclamo con una voz de completo reproche mientras ya con sus manos liberadas acertar un golpe en el azabache.

 

-Claro después de todo escuche como un zorrito travieso estaba hablando mal de su apuesto marido – Tomando una de sus mejillas comenzó a estirarlas mientras que este solo gritaba adolorido.

 

-¿Y dime en que parte he mencionado alguna mentira querido mío? – Le sonrió de tal forma que no dudo en que en esos momentos su Sasuke estaba pensando en alguna forma de castigarlo.

 

-¿Terminaron los exámenes? – Fugaku aceptaba que cada vez que ese par iniciaba una de sus controversiales discusiones no podía reprimir una sonrisa y el deseo de escuchar hasta el final y determinar quién era el que realmente el ganador de esa lucha sin sentido, pero siempre se obligaba a interrumpirlos.

 

-Así es padre, el doctor determino que aunque su cuerpo había sufrido de muchas contusiones y fracturas estos habían sanado por completo y que su salud era envidiable – Itachi se posiciono en la silla desocupada en el lado derecho de su padre mientras terminaba de decir aquella explicación – Aparentemente todas fueron causadas por distintos objetos y en diferentes fechas – Susurrando esto último para que solo su padre escuchara.

 

-Entiendo – Su vista volvió a posarse en Sasuke, y como este molestaba al doncel y lo tranquilizaba con palabras dubitativas y besos que le quitaban el aliento, ese chico lo desconcertaba, rompía todos sus esquemas.

 

 

 

-¡Ha renunciado!

 

El grito no solo altero al chico quien asustado dio un pequeño per visible salto en su lugar, aquel hombre lo miraba como si quisiera partirlo en dos, había llamado la atención de todos los presentes en aquel restaurante y no fue hasta que un hombre de cabello cafe traspasara la puerta que dividía la cocina de las mesas del restaurante que el chico de cabellos negros se atrevió a moverse de su lugar.

 

Su irritada mirada viajo del cuerpo de aquel joven de extrañas pero pobladas cejas negras hasta el dueño de aquel establecimiento quien sin perder la sonrisa con la cual había traspasado la puerta se acercó hasta donde se encontraba invitándole a tomar nuevamente asiento y disminuir el tono de su voz ya que este perturbaba la tranquilidad de sus otros clientes, enojándolo aún más pero aun así obedeciendo las indicaciones del peli café.

 

-Lee-kun continua con tus deberes yo atenderé a nuestro cliente.

 

-Pero… - Sentía un poco de miedo el dejar a su amable jefe con aquel hombre, estaba dispuesto a romper su código de justicia y utilizar si era necesario la violencia para sacar a ese corrupto funcionario de una patada de aquel establecimiento.

 

-Está bien yo me encargo.

 

No le convencía aquello, su jefe era muy amable y comprensivo para enfrentar a un hombre que no sentía el más mínimo  remordimiento en perjudicar la vida de nadie, para muestra estaba Naruto y su esposo Sasuke, desde que ese hombre vio a su amigo de ojos azules se dedicó a perturbar su tranquilidad destruyendo toda su vida, del cual desde que conoció había deseado soltar un puñetazo, envidiando al Hatake por haberlo hecho y preguntándose si ambos se encontraban bien, Naruto era su amigo pero la forma tan repentina en que se marchó lo preocupo aún más cuando este no dio muchos detalles de a donde se dirigía para si aquel hombre volvía no tuviera que mentir ya que según su compañero rubio era pésimo mintiendo.

 

Bien obedeciera lo que su jefe le ordeno, pero no por eso estaría menos atento a los movimientos de aquel hombre.

 

-Lamento si mi empleado lo molesto – Yamato sospechaba que ese momento tarde o temprano llegaría y por su vida había esperado que fuese tarde pero ya entrado en el asunto tan solo esperaba salir bien librado de este.

 

-Ha sido su imprudencia la que molesto – Sus ojos se centraron en el hombre que sin inmutarse por su mal humor mantenía aquella sonrisa en su rostro – He pedido ver a Naruto y ese mesero me lo ha negado mintiéndome.

 

-Le aseguro Oroshimaru-san que Lee-kun  no miente – Mentiría si dijera que en el momento en que aquellos amarillentos y fríos ojos no le aflojaron sus rodillas, tenía que ser especialmente cuidadoso con las palabras utilizadas con ese hombre, no podía darse el lujo de que ese político le arruinara su negocio – Naruto-kun renuncio apenas hacer una semana.

 

-¿Dónde se encuentra él?

 

Quería mantener la calma, después de todo ese hombre era su única pista para dar con el paradero de su rubia obsesión, no lo encontraba por ningún lado desde su desastroso encuentro apenas doce días antes no lo volvió a ver y su sorpresa llego cuando no lo encontró en ninguno de los lugares en que este se encontraba su irritación fue palpable cuando descubrió que había salido de la ciudad sin dar ningún detalle de a donde se dirigía.

 

-Lo lamento, no dejo dicho nada al respecto – Y agradecía infinitamente que así fuera, sentía como aquellos amarillentos ojos lo atravesaban buscando una señal de que mentía – No solemos mantener relación con nuestros ex empleados.

 

Apretó aquella servilleta de tela de tal manera que pudo sentir que se rompería, ese hombre estaba jugando con él, era más que evidente que sabía algo, su cara se lo decía y su instinto no podía mentirle aunque por aquella expresión de temor y nervios advirtió que era real la parte que desconocía el paradero de Naruto.

 

Ha… ese rubio cada vez lo volvía más irracional, lo quería no, deseaba poseerlo, tomar su frágil cuerpo y hacerlo suyo, sentir aquella piel, sentía que se estaba volviendo loco, en todo ese tiempo fue muy paciente planeo que más tarde que temprano aquel rubio se entregaría a él en cuanto descubriera la diferencia entre aquel insignificante varón con el que descuidadamente se había casado y él, porque no le cupo duda que eso ocurriría.

 

 Su seño se pronunció más cuando en un momento de calma se puso de pie y tirando aquella servilleta comenzó a abandonar aquel establecimiento, ya no existía motivo alguno para permanecer ni un segundo más en aquel lugar, seguido de su guarda espaldas quien presuroso abrió la puerta principal del local permitiéndole salir de este se marchó sin decir nada más.

 

-Kabuto – Su voz fue un susurro no estaba dispuesto a perder los estribos, todavía no.

 

-Dígame Oroshimaru-sama – Le asusto la forma en que lo llamo regularmente aquella calma era más aterradora en ese hombre que el verlo convertido en una fiera.

 

-Encuéntralo – Si había sido extremadamente paciente, un error que no estaba dispuesto a repetir

 

-Como ordene – Aun no entendía que era lo que ese doncel tenía que cegaba de tal forma a tan importante hombre – Señor hay otro asunto –  Con una inclinación de cabeza continuo – Los Uchiha lo han invitado a una fiesta.

 

-¿Los Uchiha? – Volteando por primera vez su rostro desde que ingreso a aquel vehículo centro su atención al varón de lentes – ¿Con que fin?

 

-Aparentemente, para celebrar la aparición de su segundo hijo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

_______-------Recuerdo VI-------________

 

Lo extrañaba, verdaderamente lo extrañaba anhelaba terminar con todo aquello y volver a su casa más específicamente a ese endemoniado colegio y el saber que no sería pronto me ponía de malas,  sentía  que en cualquier momento la frustración terminaría con migo y eso me provocaba aún más frustración, era consiente que no está haciendo bien y que si su padre lo descubriría todo aquello terminaría y no de la mejor forma.

 

Lo cual no era su deseo, no ahora, no en ese momento, no cuando al fin había probado esos labios, labios de los cuales la sensación aún era palpable sobre los suyos, y sintiendo como sus labios de nuevo se curvaban en una sonrisa que podía adivinar se veía bastante boba pero de la cual no tenia deseos de negar. Y ¿Cómo hacerlo? Si aun podía sentir como su pecho se llenaba de una sensación cálida y su mente de una bruma que aunque le pareciera cursi rosa que le impedía pensar en algo más que no fuera Naruto, realmente se había convertido en un tonto, un irremediable tonto.

 

y no le hubiera molestado continuar todo el día fantaseando con aquel recuerdo del Uzumaki uy el besándose y lo hubiera hecho, pero el sonido de un golpe impactándose justo en la pared donde él se encontraba recargado lo había vuelto a la realidad, esquivando la serie de patadas y puñetazos que aquel hombre de corpulento cuerpo arremetía contra él.

 

Se sentía como un completo idiota, él ahí fantaseando con el rubio mientras se encontraba a mitad de un combate, verdaderamente había comenzado a perder la cabeza y eso a su padre no parecía gustarle.

 

-Sasuke concéntrate Regaño Kakashi mientras con un ágil movimiento había impedido que un cuchillo diera de lleno a su pequeño Mas te vale concentrarte – Dijo devolviendo el cuchillo al hombre que anteriormente lo había lanzado incrustándoselo en el pecho.

 

-Hai, lo siento.

 

Su viejo tenía razón, no era ni el momento ni el lugar para andar pensando en nada que no fuera completar esa misión lo más rápidamente posible, ignorando cualquier pensamiento ajeno de la misión, así que con una nueva sonrisa, nada boba. Comenzó a abrirse paso entre la multitud de hombres encapuchados quienes al verlo tan solo podía distinguir la sonrisa burlona en su rostro, siendo esta su única acción antes de caer inconscientes y heridos.

 

Vio como poco a poco aquellas sonrisas burlonas se desvanecían y comenzaban a ser remplazaba con muecas de asombro y furia al ver como caían cada uno de sus compañeros a manos suyas, era frecuentemente subestimado por su tamaño y complexión y ciertamente eso le daba una ventaja no planeada pero muy conveniente.

 

-Te has descuidado mucho

 

La voz de su padre detrás de suya le anuncio que ya no existía ninguna amenaza, permitiéndole relajar sus músculos pero antes de que pudiera tomar una postura más relajada sintió el golpe de una patada impactándose en su abdomen, desconcertado se deslizo y retomando una postura de defensa vislumbro al causante de aquel golpe.

 

-¿Qué demonios…  por qué has hecho eso? – Me enfurecí, es que acaso no estábamos del mismo lado.

 

-Sasuke – Estaba furioso y no haría nada por disimularlo – Eres un idiota.

 

Idiota era él y estaba dispuesto a reclamar por haberme atacado sin razón alguna, mire a mi alrededor y una vez ubicado el objeto con el cual realizaría mi venganza me abalance contra mi padre tomando aquella pistola que el último hombre que había derribado utilizo, el primer disparo iba dirigido al brazo izquierdo de mi padre el cual el muy maldito había esquivado sin problema alguno obligándome a retroceder cuando de nueva cuenta había lanzado un cuchillo contra mí, decidido a no dejar esto así volví a atacarlo  pero antes de que siquiera poder apuntar fui derribado y la pistola que había tomado se me fue arrebatada en tan solo un segundo.

 

-Estas distraído, tus movimientos aparte de torpes son muy leíbles y sin contar el hecho de esa sacarosa sonrisa que tienes en el rostro desde que partimos de casa – Se inclinó para estar a la altura del peli negro y con una amenaza aun en su mirada –¿Qué diablos te pasa?

 

-Nada.

 

Comenzaba a odiar a mi padre, odiaba lo que hacía y odiaba que a causa de su profesión pareciera un maldito detector de mentiras humano, porque no era estúpido sabía que no me creyó y que tarde o temprano tendría que decirle la verdad y más me valía ya que si él la descubría sería peor.

 

-Naruto.

 

Y por la situación decidí que lo mejor era confesarlo ahora, además mi valor se incremento cuando aquel cuchillo que lanzo había pasado por un lado de mi cara clavándose en la parte superior un tablón de madera, además si quería lograr algo primero tendría que contar con la aprobación de mi padre, de eso era completamente consiente.

 

-No debes y lo sabes.

 

¿Y de quien crees que es la culpa? Si no fuera porque me obligaste a formar parte de este estúpido y peligroso mundo yo en este momento me encontraría a su lado comiendo nuestros almuerzos mientras sin temor alguno lo podría reclamar como mío, pero no me encontraba cubierto de heridas en una casa de seguramente personas peligrosas en un país completamente desconocido para mi  siendo torturado por un hombre que ni siquiera era mi verdadero padre.

 

-Lo sé pero no puedo evitarlo.

 

-¿Recuerdas lo que te dije cuando inicie tu entrenamiento? – Con un suspiro haba comenzada a explorar aquella habitación encontrando el trasfondo que cubría una cerradura de seguridad la cual abrió sin problemas.

 

-Hai – Lo odiaba, lo odiaba mucho – Que no podía tener nada hasta ser el mejor.

 

Pero me había esforzado por serlo,  desde que descubrí que me gustaba Naruto me centre por completo en el entrenamiento, entrenaba día y noche aun en la escuela seguía entrenando había sacrificado bastante por ser “el mejor” inclusive ahora las misiones las realizábamos él y yo completamente solos sin equipo de apoyo o respaldo  pero para Kakashi ni siquiera estaba cercas de serlo.

 

-Si lo entiendes entonces deja de pensar en ello.

 

-Estoy harto de que siempre me digas lo mismo – Explote esa situación no podía seguir así, y se lo haría saber – ¿Dime cuando seré lo suficientemente bueno para poder hacer lo que quiera?

 

Sentí como mi cuerpo entero se paralizaba cuando vi como mi padre se ponía de pie metía un objeto en una de las bolsilla de su chaleco y con una sonrisa claramente reflejada atreves de aquella mascara se acercaba a mí, apuntando aquella a la altura de mi pecho soltado una de las balas que cargaban esa arma ocasionando que en un auto reflejo cerrara los ojos, pero al trascurrir los segundos y no sentir ningún dolor volví a abrirlo dándome cuenta que mi padre se encontraba aun frente a mí con una expresión de pesar.

 

Me obligue a girar sobre mis talones para comprobar que a lo que realmente le había estado apuntando  y disparado no era a mi sino a uno de los hombres que recobro el conocimiento y se abalanzaba contra mí.

 

-Graci…

 

-Cuando puedas realizar una misión sin que tenga que salvarte – Se sintió terrible al ver la expresión de su hijo pero no podía darse el lujo  de ser condescendiente y mucho menos si eso involucraba al rubio – Mientras tanto sin apegos Sasuke.

 

Sentí como el peli plata me daba una ligera palmadita en mi hombro indicándole que era momento de marcharse. Era un completo fracaso y entendiendo que a causa de mi estado había sido más una carga que un apoyo en aquella misión me marche de aquel lugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno sean completamente sinceras(os) y díganme que les pareció?

Intente poner un poco de tención en este capítulo, así como revelar un poco de Sasuke y su pasado (pobre Naru, ignora más de lo que él cree) y centrar un interés en Sasuke, después de todo es el que desarrolla esta historia.

Bien ahora mis dudas que espero me ayuden con sus comentarios para continuar esta historia:

Desean que Sasuke le cuente “todo” a Fugaku e Itachi? –con todo me refiero  a la verdadera causa de sus herida, claro está que siempre abra una parte oculta-

Que piensan de óbito como futura pareja de Kakashi? – Esta idea en lo personal me agrada, pero ustedes dirán –

Quieren que Sasuke se ponga celoso por los integrantes de su familia? – Teniendo en cuenta que sus celos procederán de que la familia Uchiha más específicamente los Varones que la conforman le presten especial atención a Naruto-

Y por último pero no menos importante

Que desean que haga con Itachi? – en el aspecto de pareja, si lo sé ya lo había preguntado, pero por los comentarios recibidos aun no me decido del todo y en serio necesito saberlo YA! – Con o sin pareja? y si pareja fuera el caso cual seria?

Recuerden no puede ser ni Minato Ni Deidara.

Por el momento eso es todo de mi parte, estaré deseando ver sus respuestas y opiniones y hasta el próximo capítulo.

P.D.: Para despejar cualquier duda  Itachi será el seme de la relación.

 


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