Antes de que pudiéramos reaccionar, escuchamos más ruidos, salimos de la habitación y corrimos hacia el salón y miramos a una ventana, la tormenta había cesado un poco, solo caían unos cuantos copos de nieve, vimos a los lejos, un grupo de hombres, cerca de diez, comenzaron a correr en dirección a la casa. Ambos alarmados retrocedimos un poco mientras que los hombres se acercaban más y más a la casa.
Uno de los hombres se acercó más que los demás, incluso los demás comenzaron a retroceder, el hombre sacó algo de su bolsillo, Mello al verlo encogió los ojos.
-¡Mierda! ¡Near cuidado! -Mello corrió hacia mí y me agarró del brazo y comenzamos a correr, escuché un ruido como de un cristal rompiéndose, me dí la vuelta y noté que había algo redondo en el piso. Al fijarme bien en que era, noté que era una bomba, abrí la boca y encogí los ojos.
La bomba explotó, Mello y yo nos lanzamos al suelo, la explosión nos aturdió, Mello cubrió mi cabeza con su mano y yo puse mis brazos sobre mi cabeza. fragmentos de cristal y madera caían sobre nosotros.
Coloqué mis codos sobre el suelo y me dí la vuelta, la casa se comenzaba a incendiar, Mello y yo nos levantamos y quedamos paralizados por un instante.
El fuego comenzó a extenderse cada vez más, y cuando nos dimos cuenta, estaba todo envuelto en llamas, era como estar en el mismo infierno, corrimos hacia las escaleras lo mas rápido que podíamos esquivando las llamas y intentando no respirar mucho el humo, mientras subíamos por las escaleras para llegar a la planta alta, una parte del techo colapsó y cayó sobre mi pierna, caí rápidamente y grité de dolor haciendo que Mello se diera la vuelta.
-¡Near! -Gritó Mello, corriendo agarró la viga de madera con sus manos y la quitó de mi pierna.
Me corrí del lugar para que Mello soltase la viga de madera, mi pierna estaba sangrando, el dolor era insoportable, no podía levantarme, así que Mello me cogió y me cargó mientras corría en busca de alguna salida alternativa.
El fuego se hacía cada vez más abundante, no podíamos ver más allá de las grandes llamas, Mello corrió hacia la primera puerta que vio y la abrió de una patada, era una habitación, la cual también se incendiaba, Mello miró a todos lados y vio una ventana, corrió hacia ella, pero antes de que llegara a ella, otra viga del techo cedió y cayó justo al frente de Mello, haciendo que retrocediera y cayera al suelo conmigo.
-¡Mello, ¿ahora que vamos a hacer?! -Dije desesperado sentándome en el suelo.
-No lo sé, ¡no lo sé! -Dijo Mello gritando colocándose las manos en la frente.
-¡Debe haber una manera! -Dije, no podíamos rendirnos tan fácilmente, debería haber una salida, ¡debería!
-Near... se acabó -Dijo.
Me quedé sorprendido, me coloqué frente a Mello y lo tomé de los hombros frunciendo el ceño.
-¡No! ¡no se ha acabado aún!¡vamos, debe haber algo! -Dije apretando más sus hombros.
-¡Abre los ojos Near! ¡¿acaso ves alguna salida?! ¡no hay caso! ¡estamos acabados! vamos a... -Mello no terminó la oración, elevó la cabeza y miró algo detrás de mí, hizo un gesto de impresión y me tomó de los hombros antes de que me diera la vuelta.
-¡Near! ¡hay solo una oportunidad!, ¡sálvate tú! -Dijo gritándome en la cara.
-¡¿Qué?! ¡No! ¡no me iré sin ti! -Dije, sentí como reaccionó a mis palabras.
-Lo siento Near, pero solo uno podrá salir, no quiero que mueras, ¡Sálvate tú! -Dijo sonriendo, noté algunas lágrimas saliendo de sus ojos.
-¡No digas estupideces! ¡Estás siendo irracional!
-¡Tu estás siendo irracional! ¡Joder Near! ¡solo huye! ¡Sálvate tú!
-¡No me iré sin ti Mello! ¡vamos, podremos salir los dos!
-¡¿Porqué te importo?!
Me sorprendí a su pregunta, de hecho no lo había pensado mucho en eso, a mí nunca me importó nadie, ¿porqué a el sí?
-¡Porque eres la única persona que no me vio como un fenómeno! -Grité con los ojos cerrados.
Mello se quedó callado, estaba más que sorprendido. Lo miré a la cara, sus lágrimas crecieron, mojando todo su rostro.
-Mello... no llores -Dije, coloqué una de mis manos en su mejilla y limpié sus lágrimas. Quedé sorprendido, sus lágrimas... eran cálidas, nunca creí que las lágrimas fuesen cálidas, nunca lo había sabido, siempre me pregunté si las lágrimas eran frías o cálidas, pero nunca lo supe, pero ya lo sé, las lágrimas son cálidas.
Mello se acercó a mis rostro y me besó, y después me abrazó, apretó sus brazos contra mi espalda. después me miró y me sonrió.
-Te amo, Near... -Me sorprendí, estaba atónito, ¿acaso Mello dijo que... Me ama? - Lo siento, lo siento tanto, Near -Dijo.
Estaba paralizado, Mello se levantó y me cargó nuevamente y corrió en dirección a una pared, giré mi cabeza y noté que había un pequeño hueco que estaba por ceder en cualquier momento.
-Adiós Near -Dijo Mello.
Antes de que pudiera responder Mello se tiró al piso y me arrojó al hueco, caí rápidamente hacia la nieve, me levanté lo más que pude ignorando el dolor de mi pierna y elevé la mirada hacia la casa en llamas.
-¡Mello! -Grité lo más fuerte que pude, pero no hubo respuesta, me arrodillé en la nieve y me quedé contemplando la casa en llamas.
Escuché unas risas detrás de mí, me dí la vuelta y vi a los hombres que causaron todo esto. Me levanté lentamente y fruncí el ceño.
-¡Sois todos unos malditos! ¡váyanse al infierno! -Grité.
-Eres como una cucaracha -Dijo uno de los hombres.
Varios corrieron hacia mí, intenté escapar, pero cuando estaba a punto de correr caí al suelo por la herida en mi pierna, los hombres riendo me rodearon, uno de ellos me colocó una pañuelo en la boca y nariz, intenté forcejear para escapar, pero los otros hombres retenían mis brazos y mi pierna, no aguanté más, terminé respirando el pañuelo y mi vista se comenzó a nublar hasta que finalmente, perdí la conciencia...