2. Situaciones Confusas
- Torao, es muy extraño…- Luffy chilló avergonzado sobre el teléfono mientras lo sostenía contra una de sus orejas, las cuales estaban tan rojas y calientes como su rostro. Tenía su mano libre sobre su abdomen, temblando ligeramente, dudando si debía seguir bajando- no creo poder hacerlo…
- no es nada del otro mundo. No tienes nada qué temer- Law esperaba que pudiese calmar al menor con su voz a través de la línea telefónica- es bastante sencillo…
- pe… pero…- se mordió el labio inferior y miró hacia la entrada de su habitación, ¿y si su hermano llegaba en ese mismo instante? Ya había asegurado la puerta, pero Ace se las podría arreglar para entrar a la fuerza
- sólo debes concentrarte en mi voz, olvida todo lo demás… en este momento, estamos únicamente tú y yo…- no quería obligar a su querido Luffy a hacer algo que no quería, mas había deseado eso desde hace tiempo, y además, era una forma de aliviar un poco el dolor de tener que estar lejos de él- Luffy… te ves adorable cuando estás sonrojado…
- ¿cómo lo…?
- estamos sólo tú y yo, ¿recuerdas?- el moreno sonrió ligeramente; el pequeño era tan transparente que podía predecir todo de él desde donde estaba- oh, y creí que ya no te podías poner más rojo…
- basta Torao, no te rías de mí…
- no me estoy riendo. Te acabo de decir que luces adorable- jamás creyó que pudiera decir algo tan cursi de forma sincera; simplemente amaba a ese chico. Su corazón ya latía ansioso con sólo escuchar su voz a través de ese aparato… e imaginar lo que Luffy estaba a punto de hacer… era simplemente delicioso. El cuerpo ya comenzaba a responderle, y todavía faltaba la mejor parte- tu rostro… se siente tan tibio… y tu cuello… ¿aún no se borra esta marca?
- nhhh….- sus palabras habían sonado tan convincentes que casi pudo sentir la mano del mayor paseándose por sus mejillas y bajando lentamente hasta su cuello, palpando aquel moratón en su piel con la yema de sus dedos- Torao…
-…- esa voz… al fin estaba funcionando. Suspiró ya relajado y se recostó en el sillón en donde se hallaba sentado mientras paseaba su mano sobre su entrepierna por encima del pantalón- quizá haga falta una marca más aquí… mhhhh… y aquí también…- cerró lentamente los ojos, tratando de sentir a Luffy a través de los sonidos que éste hacía desde el otro lado del teléfono
- mhhhh no más marcas…- su hermano se enfadaría si veía los dientes de Law marcados en su piel de nuevo- sólo… sólo tócame…- su mano había dejado de temblar, así que bajó desde su vientre hacia esa parte de su anatomía que le causaba tanta vergüenza nombrar en voz alta
- oh vaya… sí que estás ansioso…- podía ver claramente al menor y al él mismo tocando su delgado cuerpo, acariciando sus piernas, subiendo lentamente la playera que traía puesta- incluso tus tetillas están duras…- lamió cada una de ellas, estimulándolas antes de bajar lentamente- voy a quitarte esto…
- n… no… yo lo hago…- dejó el teléfono a un lado suyo, poniéndole el altavoz para escuchar al mayor mientras se abría los pantalones, y con sumo cuidado, los bajaba junto a su ropa interior. Su miembro dio un salto de entre sus ropas, irguiéndose ante su incrédula mirada; no sabía que podía ponerse así sin que Law lo tocase, ¿o era que en verdad, de alguna forma, podía tocarle desde donde estaba?- mhhhh…
- se siente bien hacerlo, ¿verdad? Anda, tócate para mí- se relamió los labios- comienza con el glande…- hubo unos segundos de silencio que rápidamente se volvieron incómodos- la punta, Luffy, la punta- le aclaró al otro, porque seguramente no le había entendido- presiónala suavemente con tus dedos
- bien…- con un par de sus dedos, apresó su glande y le dio un apretón, logrando que su piel se erizara de placer- mhh…. ¿así?- sabía que el moreno no podía verle, pero no quería romper el juego; era más divertido imaginar que Law estaba ahí, mirando cada movimiento suyo
- justo así pequeño…- no pudo evitarlo, su mano bajó la bragueta y se metió directo en sus pantalones, comenzando a estimularse también- asegúrate de darle atención a todo tu pene… de arriba a abajo… con tu mano… hazlo a un ritmo que te funcione…
- …- por el teléfono tan sólo se escuchaban los suspiros de Luffy y el cómo intentaba acomodarse para que todo aquello se sintiera mejor. Se hizo un ovillo sobre la cama, y con ambas manos sobre su hombría, la recorrió de la base a la punta, apretando de vez en vez- mhhh Torao se… se siente… muy caliente…
- bastante caliente…- reiteró- ¿puedes sentir cómo palpita y se hincha entre sus manos?
- mmmm… sí…- inconscientemente comenzaba a aumentar el ritmo que llevaban sus manos- mírame Torao… ¿lo hago bien?
- lo haces bastante bien. Si logras llegar al orgasmo, dejaré que me lo hagas a mí alguna vez- de sólo pensar en esa posibilidad, su miembro dio un nuevo respingo de placer- mhhh… Luffy… usa tu saliva…
- ¿mi saliva?- se detuvo un momento para procesar la petición en su mente, y cuando comprendió, embardunó sus manos con algo de su saliva y volvió a su labor; el contacto de su miembro caliente con sus manos ahora frías le causó un nuevo y exquisito escalofrío- ahhhh… e… es… mhhh…
- Luffy… Luffy…- ya para ese momento se masturbaba sin mayor problema, su temblorosa mano apenas y podía sostener el celular con su mano. Con un par de sus dedos presionaba el orificio del glande, dándose más placer- mhhh… Luffy…
- ah ah ah…- se había encogido más sobre la cama, con la respiración entrecortada y rápida por la excitación. Su cuerpo temblaba por razones diferentes a las que tenía en un principio y los latidos acelerados de su corazón parecían ensordecerle- mhhh… ahhh… Torao… mírame… mira… me… ahhhh…- pronto sintió entre sus manos un líquido caliente que salía desde la punta de su miembro, aunque no se sentía satisfecho todavía, así que no se detuvo…- Torao… está saliendo…
- sigue Luffy… mhhh… no te detengas… aprieta sus testículos también…
- sí…- una de sus manos bajó todavía más, atrapando sus genitales en un fuerte agarre. Aun recordaba cómo era que el mayor lo hacía, así que intentó imitarlo; movió su mano en forma circular, tirando y apretando de ellos, causándole un nuevo nivel de placer- Torao… no…. Mmhhh… no lo hagas tan rudo…
- …- era oficial, con esas palabras estaba por correrse, tan sólo esperaba hacerlo al mismo tiempo o después que Luffy o se sentiría extraño de ser el primero en culminar- mmhh… yo lo hago como quiero… quiero escucharte gritar mi nombre… ahhh... Luffy…
- ahhh… mhh… ¡¡Torao!!- gimió largo y profundo cuando finalmente se corrió entre sus manos; el espeso líquido bajando entre sus dedos era caliente, viscoso y seguramente no sería fácil de limpiar… pero el placer que experimentaba lo valía. Aun jadeando, apretó tanto como pudo su miembro hasta que salió la última gota de su ser
-…- al escuchar su voz supo que el pequeño Luffy había terminado, ayudándole a su vez a alcanzar el orgasmo. Procuró que el semen no manchara más de lo necesario, y en cuanto su voz se tranquilizó un poco, le habló al menor- no tires demasiado de él… o tendrás que hacerlo de nuevo…
- ¡¿eh?! ¡¿de nuevo?!- no era que no le gustara la idea, sino que no tenía fuerzas suficientes para seguir jugando, y además no sabía en qué momento podía llegar su hermano a casa
- ha sido divertido, ¿verdad?- agradecía que Luffy no pudiera ver la sonrisa que tenía en esos momentos
- shishishi, muy divertido. Aunque prefiero que juegues conmigo en persona y no sólo por teléfono
- descuida pequeño… pronto podremos jugar… ¿recuerdas que dije que te daría una sorpresa?
- ¡ah, es verdad! ¡quiero mi sorpresa!
- te la daré si haces lo que yo digo al pie de la letra…
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En la estación de policía de Whiskey Peak, varias horas más tarde…
Zoro bufó con molestia mientras entraba al departamento de policía; no sólo se había perdido de camino a la escena del crimen que Ace le había enviado a investigar, el dueño del auto abandonado resultó ser un alcohólico, que además de marearlo con su aliento, le comenzó a gritar quién sabe qué cosas, y él, al ser tan desesperado, lo golpeó; ahora tendría que darle un informe completo a Ace y disculparse por los daños ocasionados, y por si fuera poco, se perdió cuando regresaba. Y para poner la cereza sobre el pastel, aun debía explicarle al pecoso el por qué le había encontrado desnudo. Estaba simplemente harto, no veía la hora para regresar a casa junto a su rubio…
- buenas tardes, Roronoa-san, ¿tan pronto de vuelta?- la risita aguda de la chica le dio a entender que se estaba burlando de su persona
- hola- Zoro respondió con simpleza, ignorando lo que la mujer había comentado. Desde que Monet había llegado al departamento de policía, no le agradó en lo absoluto… quizá hacía un trabajo perfecto e inclusive la podía considerar atractiva, pero había algo en ella que no le agradaba… y él era un hombre que seguía sus instintos- ¿sabes dónde está Ace?
- debe seguir en su oficina, aunque no creo que llegue ahí sin que alguien lo guíe, ¿necesita mi ayuda?- al ver que el espadachín fruncía el ceño con ira, Monet sonrió ampliamente y siguió su camino, ignorando la poderosa y fría mirada de Zoro clavada en su espalda. Debía admitir que incluso la presencia de ese hombre le hacía temblar, era imponente en más de un sentido; y por esa misma razón era tan divertido molestarle.
Con una sonrisa que a simple vista parecía sincera e inocente, la peliverde saludó a algunos policías más antes de llegar a su destino… el Archivo de la Policía de Whiskey Peak. Entró sin problemas al lugar, en poco tiempo se había ganado la confianza de todos ahí menos de Roronoa, pero eso no representaba ningún inconveniente para ella, no había ido a hacer amigos. Encendió la luz y aspiró profundo; había filas interminables de cajas con información y evidencia colocadas cronológicamente sobre estantes… entre todos esos cachivaches y montones de polvo, estaba el archivo que su jefe necesitaba. Se colocó sus gafas y comenzó a explorar el sitio, internándose cada vez más en éste… cada caja tenía una etiqueta con la fecha y el nombre del caso para poder identificarla, por lo que no era necesario tocar de más.
Tuvo que retroceder casi 19 años entre los archivos hasta encontrar la caja que necesitaba. Quitó el exceso de polvo con sus manos y la llevó consigo hacia una mesa colocada entre los estantes. Puso la caja sobre la mesa y la abrió cuidadosamente mientras se relamía los labios, era como haberse sacado la lotería… al ver el contenido, no pudo hacer más que sonreír amplio; definitivamente era lo que su jefe buscaba. Sacó el contenido de la caja y extendió todo sobre la mesa; luego introdujo una mano entre sus pechos y sacó una minúscula cámara fotográfica que utilizó para tomar fotografías de todo lo que había ahí. También se tomó la libertad de hojear el informe de la policía contenido en la caja, acomodándose las gafas con la mano
- joker tenía razón, fufufu…- estaba tan excitada por la nueva información que se acarició los brazos con ambas manos para intentar contener el placentero escalofrío que la recorría- estará muy contento cuando lo sepa…- guardó todo en la caja antes de regresar la misma a su sitio; no podía quedarse demasiado tiempo o levantaría sospechas.
Guardó su pequeña cámara y salió del Archivo, no sin antes tomar la caja que le habían mandado a traer en primer lugar o la mirada de la policía caería sobre ella. Después de dejar la caja en donde le habían indicado regresó a su trabajo.
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- y eso fue lo que pasó- terminó de relatarle Zoro a Ace, quien parecía estar enfadado todavía- así que no tienes por qué desconfiar de Smoker o de mí, ¿vale? Sabes que yo sólo tengo ojos para el cejillas, y también sabes que no traiciono a mis amigos
- lo sé Zoro, lo sé. Fue bastante estúpido de mi parte. Smoker ya había intentado explicarle, pero no le di mucha oportunidad- el pecoso se llevó una mano a la frente y se recargó en el respaldo de su silla, tratando de aclarar sus ideas- es sólo que… estoy bastante alterado últimamente… Luffy se está saliendo de control, y Trafalgar no deja de buscarle…
- mmmm… ¿has escuchado ese dicho de que el amor cambia a las personas?
- no bromees Zoro
- no estoy bromeando… después de todo lo que sucedió con Trafalgar; el hecho de que Luffy lo cuidara sin decirte nada, seguirlo hasta Rainbase, y que Trafalgar ayudara a Luffy tras el disparo, sin contar todas aquellas veces que se han escapado para verse, ¿aún no lo notas? Trafalgar se enamoró de tu hermano, y Luffy de él…
- de verdad Zoro, no es nada divertido- dejó caer su cabeza sobre el escritorio, haciéndola sonar fuertemente- no digas algo tan desagradable
- te repito, no bromeo. Debes aceptar que Luffy ya no es un niño; está por cumplir los 19 años, es prácticamente un adulto. Aun siendo su hermano mayor, no puedes seguir tomando las decisiones por él, mucho menos puedes decirle qué debe o qué no debe sentir… a mí tampoco me agrada Trafalgar, pero nadie puede hacer nada a estas alturas….- le dio unas palmaditas en la cabeza para intentar animarle y luego se marchó, no había nada más que pudiera hacer por su querido amigo
- no puedo decidir por Luffy, ¿eh?- seguía con la cara estampada contra el mueble- bueno, quizá yo no pueda… pero sé de alguien que sí…
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Entre el trabajo del departamento de policía, los delitos que se cometían diariamente en Loguetown, monitorear lo que Shachi y Penguin hacían, y la búsqueda del Cirujano de la Muerte, ese día les había dejado demasiado más agotadas de lo normal. Pasaban de las 11 de la noche, Hina había asignado a algunos hombres para vigilar los movimientos de los subordinados que Trafalgar había dejado atrás, esperando obtener alguna pista de su paradero; mientras, ella y Tashigi se tomaban el tiempo para descansar un poco y comer por primera vez ese día.
- Aquí tiene comandante- Tashigi se sentó junto a su superior, tendiéndole un plato con ensalada y carne asada- espero que me haya quedado bien
- gracias Tashigi- mientras comía, Hina sacó su teléfono y marcó un número- ¿qué hacen esos dos?- preguntó directo
- si pregunta por lo de Trafalgar, puede estar tranquila- le respondió la persona tras el teléfono- ellos no han hecho nada sospechoso… sólo están… intimando…
- ¿ah?- la chica enarcó la ceja con enfado, ¿acaso todos los hombres a su alrededor eran homosexuales? Se llevó un par de dedos al tabique de la nariz y lo presionó un poco, tratando de relajarse- ¿y están seguros que siguen ahí?
- bueno, hacen mucho ruido como para que no los…
- ¡¡no están!!- se escuchó un grito al fondo, pero fue lo bastante claro como para que la pelirrosa lo escuchara- ¡¡esos malditos no están!!
- ¡¿de qué estás hablando?!
- ¡¡sólo era una maldita grabación!! ¡¡esos bastardos nos engañaron!!
- ¡¿escaparon también?!- la comandante se mordió el dedo pulgar, todo se estaba complicando más de lo que debería- ¡¡vayan a buscarlos YA!! ¡¡no pierdan tiempo!!
- ¡¡como diga comand…!! ¿qué fue eso?- se escucharon algunos ruidos fuertes- ¡¿pero qué…?! ¡¡AHHH!!- los disparos, los golpes, las cosas rompiéndose… algo terriblemente malo estaba pasando
- ¡¿qué pasa?! ¡¡Responde!!- entre tanto barullo, alcanzaba a escuchar gritos, súplicas e incluso lloriqueos de sus hombres, y mezclados con sus voces, los gruñidos de una especie de bestia que parecía estar rasgando el cuerpo de aquellos hombres. La comandante no tuvo ni siquiera que dar la orden, al escuchar la conversación, Tashigi había preparado todo para salir- vamos Tashigi
- ¡enseguida comandante!- la peliazul se cuadró ante su superior por costumbre y juntas salieron del apartamento rumbo al sitio donde se suponía que estaban custodiando a Shachi, Penguin y Law.
El lugar estaba cerca de ellas por conveniencia, así podían vigilar los movimientos de los tres 24/7, pero obviamente algo había salido terriblemente mal en esos últimos días, pues los tres habían logrado escabullirse sin que se dieran cuenta. Mientras Tashigi llamaba a algunos refuerzos para que acudieran al lugar, Hina bajó rápidamente del auto y entró al apartamento… o lo que quedaba de él.
Cuando vio la puerta hecha trizas en el piso supo de inmediato que algo grave había sucedido. Esquivó los trozos de madera en la entrada y se escabulló en el interior del sitio… la puerta estaba deshecha a base de golpes, ni siquiera había marcas de forcejeo; quien fuera la persona o personas que entraron, venían con la intención de tumbarla. Mientras pasaba por el lugar, metió una mano dentro de su abrigo y sacó un par de guantes que enseguida se puso para no manchar la escena del crimen con sus huellas. Trataba de no tocar demasiado, tan sólo lo necesario para hacer un rápido bosquejo de lo que había pasado…
Un grupo de personas había tirado la puerta a base de golpes, quizá con algún objeto pesado, y enseguida comenzaron a atacar a sus hombres… incluso pudieron usar ese mismo objeto para golpearlos, pues no había muchos casquillos de bala en el suelo. El camino de sangre en el piso le indicaba hacia dónde habían corrido sus hombres mientras intentaban sobrevivir… Hina siguió el rastro hasta una habitación contigua, encontrando finalmente a sus cuatro subordinados. Revisó sus signos vitales uno a uno, todos estaban muertos, excepto uno…
- c… comandante…- pronunció tan débil el hombre que Hina tuvo que ponerse de cuclillas para poder acercarse a él y escucharle- y… yo…
- Hina no está molesta- le interrumpió sosteniendo su mano entre la suya- lo hicieron bien. Hina sólo quiere saber quién les hizo esto, cualquier cosa ayudará
- E… Eus… tass…- fueron las últimas palabras del hombre antes de que su propia vida escapara de sus manos. Sus ojos se apagaron lentamente y el corazón dejó de latirle.
Hina bajó la mano del hombre, cerró sus ojos, ahora en blanco, y se marchó de ahí; dejaría que Tashigi y su equipo terminara el trabajo de investigación en el lugar, ella tenía otra cosa más importante que hacer.
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Pasaron algunas horas antes de que Hina llegara a su destino; no había sido muy bien recibida, pues ya pasaban de las dos de la mañana…
- ¿no le parece que es muy tarde para una vista, comandante Hina?- el alcaide parecía bastante ocupado, pues ni siquiera levantó la mirada para recibir a la mujer- que sea rápido, como puede ver, yo también soy un hombre ocupado
- Hina quiere ver a Eustass Kid- decidió ir directo al grano, como había dicho Vergo, tampoco tenía tiempo para desperdiciar
- lamento informarle esto comandante, pero Eustass Kid está muerto- habló con tanta naturalidad que parecía cosa de todos los días- hace unos días hubo una fuerte pelea entre los presos, se salió de control y Eustass terminó muerto ese mismo día
- Hina quiere ver el cuerpo- no estaría convencida de eso si no lo veía con sus propios ojos; después de todo, lo último que había dicho uno de sus hombres de confianza antes de morir había sido “Eustass”
- bien, si insiste- Vergo dejó todo lo que estaba haciendo y se puso de pie- sígame- cruzó los brazos tras su espalda, y a paso lento, condujo a la mujer a la pequeña morgue que había dentro de la prisión.
Ahí, los cuerpos eran estudiados para determinar la causa de muerte, se hacía el informe y permanecían en congelación hasta que la familia reclamase el cuerpo. Si nadie reclamaba el cuerpo al término de una semana, eran arrojados a una fosa común. La puerta, como muchos lugares en prisión, estaba vigilada todo el tiempo, pero al ver que era el mismo alcaide quien iba, los guardias tan sólo se limitaron a hacerse a un lado. Hina siguió al alcaide por el pasillo, bajaron algunas escaleras, y al llegar a la cámara de refrigeración donde se almacenaban los cadáveres, no pudo evitar un escalofrío que le recorrió de pies a cabeza.
Vergo permaneció en silencio durante todo el trayecto, no tenía nada que decir. Cuando llegaron, miró las manijas de las puertas en la pared; eran como cajones de escritorio, sólo que eran más grandes y de metal; en la parte de enfrente tenían unas placas donde se colocaba el nombre del preso y la fecha del descenso. Tiró de una de las manijas, sacando una plancha metálica sobre la cual había un bulto enorme en una bolsa de plástico.
- aquí está, Eustass Kid- miró la etiqueta que la bolsa tenía para identificar al cuerpo y luego bajó el cierre de la bolsa, revelando su contenido; dentro estaba nada más ni nada menos que Eustass Kid, con la piel más pálida que de costumbre, casi transparente, y los labios hinchados y morados- según las pruebas, recibió dos disparos en el cráneo- sujetó la roja cabellera del difunto y apartó algunos mechones, dejándole ver los orificios de las balas- de alguna forma, uno de los presos obtuvo un arma, probablemente se la quitó a un guardia, y durante la pelea le disparó a Eustass. Aún estamos haciendo las investigaciones correspondientes, le pasaré el informe completo si lo desea
- …- ¿habría escuchado mal? Ese, sin duda, era Eustass Kid, quizá su subordinado lo había confundido con alguien más o simplemente había dicho palabras sin sentido, y por arte del azar, terminó pronunciando ese nombre- Hina le agradece, Hina sólo quería estar segura
- descuide comandante, sólo hace su trabajo- empujó de nuevo el cuerpo al interior del refrigerador- espero haber sido de ayuda
- fue de ayuda, Hina le agradece de nuevo. Hasta pronto- la pelirrosa se puso sus gafas oscuras y encendió un cigarrillo mientras salía de la prisión; ¿en verdad se había equivocado?
Continued…