Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juegos de espadas por RedGlassesGirl

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aclaraciones:

Jet lag: descompensación del reloj interno de una persona debido al viaje entre dos zonas horarias distintas. Shin Makoku y la Tierra tienen distintos horarios, así que Yuuri lo sufre viajando por la tarde desde un lugar y llegando por la mañana al otro, sin descansos de por medio.

Eroge: Ero-games, juegos de video pornográficos.

Panes rellenos: El pan de curry es un pan frito que parece una croqueta, relleno de curry que puede ser de carne, pollo o simplemente salsa; a veces también se le pone huevo frito. El pan de Yakisoba es un pan alargado tipo hot dog sin corteza, cortado al medio y relleno con Yakisoba. El Yakisoba es un fideo con salsa y verduras u otros condimentos, así que ese pan seria como un hot dog de fideos. Estos dos sabores, junto al meron pan son los más populares. El meron pan no es de melón, y tiene un sabor especial, es pan por dentro pero por fuera crujiente como una galleta, muy particular. Estos panes u otros son comunes en las cafeterías de los colegios, si vieron alguna vez Ranma ½ está el chiste de que en colegios de varones llegan a las piñas con tal de conseguir alguno de los mas ricos.

Tercera base: sexo oral.

Juegos de espadas – Capítulo 4

Dentro del sueño

.

.

.

.

.

Las cosas siguen más o menos igual en mi vida de pareja. Últimamente es lo que más me preocupa aunque algunas otras cosas nuevas están pasando, como por ejemplo mis clases de magia, pero la verdad es que soy bastante malo con mi desempeño así que no tengo mucho que contar.

—Majestad, ¡por favor concéntrese!

Oh, diablos, por estar pensando otra vez en cualquier cosa Günter me ha regañado de nuevo. Él me puede querer mucho y todo eso, pero cuando se trata de mi educación se pone en modo profesor y no hay quien lo pare.

Extiendo los brazos y cierro los ojos, es la única manera que tengo de concentrarme. Por alguna razón, soy tan poderoso que puedo hacer esto sin susurrar conjuros. Pero a la vez soy tan débil que apenas logro crear una ventisca alrededor de mis pies, las pequeñas piezas de papel de colores que están en el piso giran muy lentamente y solo puedo mantenerlo por un instante luego de que comienza. No se ve para nada como la demostración de Günter, apenas él susurra unas palabras los papeles giran a su alrededor de la forma que quiera a una velocidad impresionante.

Aunque no lo parezca, esta clase de entrenamiento me drena por completo. Los músculos duelen, pero es más un cansancio general que el conocido dolor del entrenamiento físico. Y también se me entumecen los brazos y las piernas bastante rápido. Aún me queda media hora de esto, y aunque no creo lograr muchos avances, lo mejor es seguir.


Hoy es un día normal.

Normal, hablando de día normal como un chico de la Tierra. He vuelto a casa mientras tomaba una ducha relajante en Shin Makoku, aún no puedo controlar los viajes y no estoy seguro de porque voy y vengo cuando realmente no tengo una misión importante que cumplir. Pero sea cual sea la razón, la agradezco, tengo una vida aquí y el mundo sigue girando, se necesita de mi presencia.

En cierto modo me gusta pensar que si todo es un plan de Shin Ou, él ha sido lo suficientemente considerado para dejarme ver a mi familia de vez en cuando. Gracias, pero no voy a ir a rezar a tu templo, no me esperes por favor.

Es increíble como cuando estoy del otro lado extraño aquí, y cuando estoy aquí… pues extraño el otro lado. Me siento estúpido, un indeciso y caprichoso que nunca se siente satisfecho incluso al conseguir lo que quiere. Pero es inevitable, hay personas importantes para mí de cada lado y no puedo renunciar a ninguna de ellas. En este momento me encantaría ver la sonrisa de Conrart, recibir un beso de Wolfram, leer un cuento a Greta, tomar una clase con Günter o ser regañado por Gwendal. Mi corazón se siente medio vacío. Pero ya no necesito extrañar la comida de mi madre, la invasión de mis espacios personales de mi hermano, o los consejos de borracho de mi padre.

Miro hacia la ventana y me lamento que mi asiento no este junto a ella. Ya no quiero continuar viendo cuentas matemáticas por más tiempo, pero tengo que soportar tres cuartos de hora más entre quejidos mentales hasta que el reloj marque el receso. Me alegro de que pronto sea medio día para poder salir de aquí durante un rato.


—¿Dónde quieren tomar el almuerzo hoy? —Pregunta uno de mis amigos.

Es Masamune, el chico alegre que para mi cumpleaños leyó la guía completa de béisbol y ahora suele aparecerse durante las prácticas de vez en cuando. A su lado está Tetsu, él es un mujeriego irremediable y ya estando en segundo año se lleva el mundo por delante, pero no tiene ningún pasatiempo en particular. Y luego está Ren, el más tranquilo de todos, él tiene una novia desde primer año y una relación tan tranquila y estable que todos tenemos apuestas sobre un casamiento durante el primer o segundo año de la universidad a este ritmo.

Pero son solo sueños y tonteras de adolescentes, no tenemos ni idea de que es la universidad incluso a esta altura del año, y creo que aunque lleguemos a tercero, más de uno de nosotros seguirá sin saber que quiere hacer de su vida realmente.

—¡En el techo! —Dice Tetsu—. Tengo algo de qué hablarles y mejor si estamos solos.

Ok, charla pervertida, es obvio. Tetsu es de ese tipo, el que llega a la casa de alguno de nosotros no para estudiar sino con un bolso lleno de revistas porno. No creo que sea exagerar el decir que varias de las cosas interesantes que pasaron en mis sueños eróticos han sido su culpa, o que directamente varios de mis sueños eróticos fueron culpa de sus videos y revistas.

Pero Tetsu no es mal tipo, ni tampoco ninguno de los otros. Somos un grupo de cuatro que rara vez se reúne fuera del colegio, pero la pasamos bien. Es divertido.

Compro pan en la cafetería lo más rápido que puedo con Masamune y nos vamos para la salida de emergencias. El techo está completamente libre y corre aire fresco, es justo lo que necesitaba para relajarme después de que matemáticas drenara mis energías.

Me acerco al enrejado y me agarro de los rombos de metal mientras me dejo caer un poco, no es peligroso porque la reja es fuerte y delante hay un balcón y no el gran vacío. Estamos en un quinto piso. Si me esfuerzo puedo adivinar donde queda mi casa aunque no la vea, pero distingo con claridad el almacén donde mi hermano me compra las revistas con las últimas noticias de béisbol.

—¿Cómo está tu novia Ren? —le pregunto cuando se sienta contra la verja con un bentou en las manos.

—Cortamos.

—Ah, qué bueno… ¡¿He?!

Me doy la vuelta y veo que no soy el único que no entiende, pero soy el que ha metido la pata. Miramos su bentou y no es lo de siempre, su novia suele poner cosas que harían a cualquiera que no fuera él morir de vergüenza por el exceso de cariño.

Me agacho en cuclillas, Masamune se sienta de piernas cruzadas frente a él y Tetsu directamente se le cuelga encima y presiona sobre el tema.

—Ren, ¿enserio? ¿Qué paso? Te peleaste y nada más, ¿no es cierto? Ya han tenido de esas antes.

—Es verdad, no es raro que se peleen por tonterías y que ella deje de prepararle el bentou —se ríe Masamune.

De tanto hablar de comida me entró hambre así que abro la bolsa del primer pan, es pan de curry. Oh, ¡qué suerte! Me ha tocado con huevo frito.

—No lo sé —dice Ren claramente deprimido, siempre se pone así cuando pelean—. Esta vez está realmente enojada.

—¿Y qué fue lo que hiciste? —alguien tenía que preguntar, y yo soy el más curioso.

—Encontró un par de revistas porno que me olvide bajo la cama un día que no sabía que venía, yo ni siquiera estaba en la casa, mi madre la dejó pasar. Está enojada porque cree que son un asco, pero también se ofendió porque dice que yo no siento que ella sea suficiente. Y además se lo contó a todas las amigas, así que me miran mal cuando paso cerca y no puedo hablar con ella.

Masamune y Tetsu se están riendo pero yo estoy ocupado recordando un incidente que paso en casa.

Hace bastante mi hermano sufrió un problema parecido bastante embarazoso, pero es más triste que esto. Uno de mis perros encontró la caja en su ropero donde tenía las revistas porno y los eroges, y decidió masticar algunas cosas. Los restos esparcidos por la habitación eran bastante gráficos. Como buen hermano menor, aprendí de sus errores, así que compré una caja de herramientas de plástico con candado.

—Cómprale algo lindo y ve a su casa, eso tiene que funcionar —dice Masamune.

—Estoy de acuerdo, los sobornos están bien, cuanto más puedas gastar mejor, más rápido te vas a arreglar. Porque ellas calculan tu cariño con lo que sale de tu billetera y la marca del producto, y nosotros lo calculamos con los regalos hechos a mano y lo que te dejen hacer en la cama.

—Oye Tetsu, ¿no te parece eso un tanto prejuicioso? Además, las chicas con las que tu sales no tienen nada que ver con las chicas normales de instituto —me quejo.

Él disfruta del vago compromiso de salir con cualquier que encuentre rondando en el cetro entre karaokes o salones de video juegos. Pero lo que dice a continuación es la segunda sorpresa del día.

—¿Y tú qué sabes si estas solo? —me reprocha—. Hoy quería contarles que he conseguido una novia.

Parece orgulloso de ello cruzando los brazos y alzando la barbilla. Abro mi segundo pan sin darle demasiada importancia como el resto de nosotros. Es pan de Yakisoba.

—¿Qué les pasa? Dije que conseguí novia, ¡podrían poner un poco más de emoción ¿no les parece?!

—¿Pero qué tiene de raro? Si siempre estás saliendo con alguien, no es una novedad —dice Ren explicando los pensamientos de todos.

—Oigan, ¿qué clase de opinión tienen de mí?

—Mujeriego.

—Pervertido.

—Fácil.

Ni siquiera lo hemos pensado, pero creo que fui el más cruel al decirle fácil, ¡pero es que lo parece! Ahora Tetsu está bastante ofendido.

—Pollerudo, frustrado, virgen —se defiende apuntando a cada uno de nosotros en orden

A pesar de que ya no soy tan virgen, me hiere igual el orgullo su comentario. Mis compañeros tampoco están contentos, pero esta vez nos merecíamos el uso de sus apodos crueles.

—Para que sepan, esta vez voy enserio. Es una de las chicas de ese instituto de señoritas de la prefectura de al lado, ¡me ha dado una carta y todo! Es bastante linda.

—¿Estás saliendo con una chica normal? —Cuestiona Masamune, claramente reprueba lo que ha dicho—. La verdad es que no te veo durando mucho, y me da pena por la chica, solo trata de no engañarla. ¿Ya ha salido con alguien antes?

—No. ¡¿Y porque asumes tan rápido que voy a engañarla?!

—No puedes hacerlo con ella y dejarla cuando te aburras —le advierto.

—Si es virgen estás en un problema, las chicas tienden a encariñarse y no eres el tipo de chico que sea feliz atado a una relación —reflexiona Ren.

—¡Los que están discriminando son ustedes! Hablando de que si es virgen o no. Que yo sepa tu Ren te quedaste prendado a la primera como un nene de mamá. Y tu Yuuri eres más virgen que un DVD recién comprado, ya te quiero ver cuando lo hagas si no te quedaras prendado también, eres del tipo que se enamoraría solo con eso. No quiero escuchar nada de ti Masamune, no eres ni siquiera capaz de decirle a tu vecina que te gusta. Esta vez voy en serio, ella me gusta y no soy un infeliz, sino no la hubiera aceptado. A veces los tipos como yo también quieren un bentou hecho a mano, estoy cansado del sexo, ¡quiero amor!

—H-he hecho unos avances con Sasaki… —dice Masamune luego de un poco de silencio.

—¿En serio? ¿Ella era mayor que tu verdad? ¿No está en tercero? —le pregunto para que me refresque la memoria.

Masamune tiene una cosa desde toda la vida con su vecina, viven en dos casas contiguas y se conocen desde que nacieron, pero ella es unos dos años mayor que él, y bastante salvaje. Es el tipo de chica que yo no podría manejar, y aunque él se lleva bien con ella, es un cero a la izquierda románticamente. Su atractivo sexual para ella es equivalente a un potus de maceta.

—Va a entrar en la universidad de arte el año que viene. Ha estado haciendo desastres en su patio con pintura y unas cosas abstractas, le he estado ayudando con eso.

Eso me suena muchísimo a Wolfram, pero según lo que Masamune cuenta de ella, no es tan seria con su pasatiempo, sino completamente alocada. Si comparamos las carreras artísticas, ella es un bebé en sus primeros pasos al lado de los años que le ha dedicado Wolf a eso.

—¿Por fin te atreviste a hacer algo? Oye, ¿sigue usando esos pantaloncitos cortos, tan, tan cortos? Fue doloroso verlo durante unas horas, no me imagino lo que es para ti toda la pubertad…

Masamune está enojado, es bastante celoso aunque ella no sea su novia.

—Ok, ok, no digo más nada —se disculpa Tetsu, y luego se ensaña conmigo—. Yuuri, te has quedado atrás del todo. Incluso Mune te ha ganado la carrera. Estamos en segundo, ¿cuándo vas a dejar de dar vueltas con que nadie te gusta?

Ya no me queda más pan, así que no digo nada y comienzo a doblar la bolsita prolijamente.

—Un momento. —Creo que Tetsu es el que más fácil puede leerlo en mi cara, pero eso no quita que el resto también lo nota—. ¿Te gusta alguien? ¿Quién? ¿De qué curso?

—¿Estás de novio? —pregunta Ren, es el más perceptivo respecto a estos temas, así que creo que se da cuenta que es algo más que solo tener alguien en vista.

Me dejo caer y me siento en el piso cruzando las piernas. No soy de los que están tan acomodos cuando son el centro de este tipo de charlas, pero tengo demasiadas dudas y pocas respuestas así que me viene bien admitirlo.

—Sí.

A pesar de eso, hay algunos detalles que son complicados. ¿Otros mundos, gente hermosa, demonios? Iría a parar directo al pabellón de enfermos mentales. Así que voy a tener que cambiar algunos detalles, incluyendo el sexo de Wolfram. Lo siento mucho Wolf, pero así es más fácil.

—¡¿Desde cuándo?!

—¿Por qué no dijiste nada?

—¿Ya hiciste algo? —pregunta inevitablemente Tetsu, ya lo tengo sobre mí en cuestión de segundos y se cambia de lado. Aunque me parece mejor así, porque no tengo que ver su sonrisa torcida de frente todo el tiempo.

No pienso dar ningún detalle de lo que hago en privado, y durante todo este tiempo fue Wolfram quien hizo más, no yo.

—Es más grande, como le pasa a Masamune. Un par de años.

Un par de años son 66 para ser exactos. Detalles.

—¿Te gustan mayores? —se ríe Ren.

Hasta ahora nunca estuve seguro cual es mi tipo, así que obviamente ellos tampoco saben. —No se… Yo no era el primero en estar interesado. Pero me gusta.

—Jaja, eso suena como una roba cunas. Siendo tan inocente como eres seguramente te ve tierno. Pero eso no importa, ya tienes una relación, eso es interesante. ¿Van enserio?

Tetsu es igual de sutil que siempre. No soy el único afectado, Masamune lo está mirando mal porque en realidad él es el que siempre sufre estos comentarios, ahora se ve que pasé a ser visto de la misma manera. Ninguno de nosotros quiere ser tierno o inocente, ¡somos hombres!

—Es una universitaria, y no es de aquí. —Tengo que evitar que intenten chismorrear sobre institutos cercanos, o algo parecido. Cuanto más lejos, mejor—. Vive cerca de mis abuelos en Gunma.

Gunma es la prefectura vecina de Saitama, suficientemente alejado para que a ninguno de mis amigos se les ocurra algo estúpido. Ninguno tomaría un tren solo por ir a meter su nariz curiosa en mis asuntos.

—¡Universitaria! —exclama Ren.

Tal vez he exagerado con eso, pero no se me ha ocurrido otra cosa. Estoy lleno de mentiras, tantas como entran en mi boca.

—Eso significa que tiene experiencia. Ah, la vas a pasar bien.

—Basta Tetsu, no todo es sexo —se queja Masamune y le empuja—. Cuando esté en tercero, Sasaki va a estar en la universidad, así que creo que entiendo cómo te sientes ahora. Pero la diferencia de edad no se nota tanto cuando uno es más grande, solo que ahora es más evidente al estar en el instituto. Cuando yo también esté en la universidad ya no me van a importar unos pocos años.

82… Basta Yuuri. No puedo ponerme a calcular cuando la brecha será menos notable. Y Wolfram es un adolescente, tengo que concentrarme en eso. ¡¿Desde cuándo me preocupa tanto la edad?!

—Pero que ella tenga experiencia ¿no es bueno? Creo que estaría celoso de con quien ha aprendido cosas, pero al menos que uno sepa que está haciendo es más cómodo. Y no solo para eso, también sabrá como estar en una relación. —Opina Ren.

Como dijo Tetsu, solo ha tenido una novia y aun siguen, y él es el primero para ella también. Así que descubre la vida de pareja poco a poco tranquilamente.

—Eso es verdad, por eso me gusta salir con chicas que están acostumbradas a los hombres. Es mas fácil, no tienes que ponerte a explicar nada, ni tampoco sufrir momentos incomodos. Y sea o no poco serio, puedes ahorrarte muchas cosas e ir directo al grano. Aunque no sea todo sexo, eso es al menos el 50% de la relación, no puedo estar sin hacerlo, odio sentirme frustrado. Es más fácil probar rápido si hay química o no, y listo.

—Pero a pesar de que lo dices tan seguro, has elegido cambiar por una de esas molestas relaciones frustrantes —dice Ren, ellos siempre son los que más chocan en opiniones respecto al tema.

—Eso es porque encontré alguien que me gusta que no encaja con mi tipo. Estoy dispuesto a sacrificarme un poco. Antes tenía sexo sin amor, ahora puedo tener amor sin sexo, no es un mal trato durante el tiempo que tenga que esperar.

—Bueno, creo que cuando te acostumbras es complicado dejar eso de lado. No hay nada que se pueda comparar, una vez lo haces nada termina de satisfacerte del todo. La masturbación es solo conformismo.

Como Ren y Tetsu son los únicos que tienen experiencia a veces se dan estas charlas. Ren jamás cuenta ningún detalle sobre su novia, pero hace comentarios generales, o personales sobre él mismo. Y a pesar de que Tetsu parece muy flojo, es raro que difame a ninguna de las chicas con las que estuvo, aunque a veces no ha aguantado contar algún detalle que le ha resultado raro o gracioso. No podría soportar estas conversaciones si eso fuera de otra manera, no me gustan los hombres que alardean demasiado o dejan en ridículo a sus parejas.

—Entonces, ¿lo hiciste? —me pregunta Masamune. Creo que se siente curioso porque normalmente somos los que hacen las preguntas estúpidas, no los que cuentan las historias, ya que no tenemos experiencias propias.

—No, aun no —admito mientras juego con mis bolsitas vacías—. Hemos hecho otras cosas, pero no eso.

—¿Están esperando por algo? ¿Hace cuánto están?

Supongo que espero porque yo soy cobarde y no me atrevo a hacer demasiado. Ni tampoco sé muy bien que tengo que hacer, pero estas dudas son demasiado puntuales y ninguno de ellos puede compartir ningún conocimiento sobre hombres. Y Shouri no ha largado la computadora en los últimos días porque está con un nuevo juego, así que no puedo buscar nada.

—Dos semanas…

—Oh, hombre, yo he llegado a esperar tres días nada más.

—Nosotros esperamos un mes —dice Ren.

—¡Un mes! No sabía que tanto, ¿enserio? —Tetsu acaba de darse cuenta que podría llegar a sufrir bastante una relación normal.

—¿Es eso tan malo? —pregunta Masamune.

—A mí no me molesta, y no es como si no hiciéramos nada de nada —admito sintiéndome un conformista.

—¿Hasta dónde has llegado? —me pregunta Tetsu.

—Tercera base.

—Eso está bien las primeras veces, es como wow, una probada de pastel. Pero cuando ya tienes experiencia no alcanza para satisfacer a nadie.

—Yo lo siento igual —admite Ren.

Masamune no puede decir nada al respecto así que se queda callado. En tanto yo… bueno yo me doblego conque Wolfram me ponga una mano encima, así que no puedo decir nada. Cuando lo hace con la boca ya no me avergüenza tanto, pero me basta y me sobra para sentirme más que satisfecho. Me gustaría seguir pensando cómo se siente él, que es quien menos recibe, pero tengo que parar con esto. Si sigo recordando cosas delante de mis amigos voy a pasarme el semestre con un apodo tan gracioso como vergonzoso por excitarme.

Extraño a Wolfram, ojalá realmente fuera un viaje en tren de distancia.


¡He vuelto! Me ha tomado alrededor de una semana en la Tierra, pero durante un día de lluvia salí a hacer las compras y me mandaron de vuelta a través de un gran charco cuando salté dentro.

Llegue temprano, como si me despertara en Shin Makoku para un nuevo día, así que tuve que soportar esta especie de jet lag y continuar como si mi día de la Tierra nunca hubiera pasado. Pero son las seis de la tarde y no puedo parar de bostezar, es como si llevara 24hs seguidas sin dormir.

Las manos de Wolfram rozan suavemente las mías mientras corrige la posición de la esfera que formo con ellas. Hoy toca el elemento fuego. Hasta ahora jamás he tenido una sola clase con Gwendal, ni me han hablado de ello, pero creo que de una forma u otra se me van a enseñar todos los elementos.

Estoy tan cansado que siento que estoy dormido, aquí mismo, parado mientras me vuelve a explicar cómo es que tengo que hacer esto.

—Piensa en calor, en las llamas. Puede ser algo familiar como la hoguera de la habitación o un fosforo, pero mantenlo en mente. Luego piensa en el movimiento y el tamaño, contrólalo y hazlo crecer.

Wolfram es paciente conmigo, apenas muevo la cabeza para que sepa que lo he escuchado pero él no se enoja. Sabe que estoy cansado, pero como no me he quejado ni pedido posponer el entrenamiento en ningún momento está contento. No necesito esforzarme mucho, ya sé cómo se hace esto, logro formar una pequeña llamita entre mis manos. Estoy algo acostumbrado a verlo, pero sigue siendo lindo, es un fuego simpático y pequeño que danza como si hubiera una suave brisa. Pero eso es todo, no puedo hacerlo crecer por más que me concentre.

Voy a colapsar de cansancio, así que lo desaparezco y me siento en el piso con las piernas cruzadas. Intentaré de nuevo de este modo, así podré descansar al mismo tiempo. La explicación da vueltas en mi cabeza, pero creo que sigo haciendo fuerza con el cuerpo y no con lo que sea que tengo que hacerlo para mejorar esto, es lo mismo que me pasa con la magia de viento. Realmente no recuerdo que hago en modo Maou, todo es tan simple siempre.

Wolfram me rodea y se arrodilla a mi lado y levanta mis brazos para que mis manos queden a la altura de mi rostro. Luego cubre mis manos con las suyas y crea una llama tres veces más grande que la mía sin esfuerzo.

—Tienes que sentir la magia, no pensarla —me dice en voz suave a un lado de mi cabeza. Cierro los ojos.

Su cuerpo está muy cerca y yo esto muy adormilado, me encantaría apoyarme sobre él y quedarme dormido mientras me abraza, pero no puedo. Él se queda así un rato conmigo y no puedo esperar a que tengamos un momento a solas. De verdad lo he extrañado, apenas llegue pude verlo, pero como no somos de mostrarnos cercanos frente a nadie no pude dar rienda suelta a ninguno de mis deseos. Y no es nada subido de tono, solo me gustaría estar cerca de él un momento.

La llamarada crece y explota, parecen fuegos artificiales, las chispas de color vibrante van muriendo a medida que caen. No hay humo ni restos de cenizas, es fuego puro.

—Es suficiente por hoy.


Siento la mano de alguien sobre mi cabeza acariciando mi cabello, y creo recordar el momento en que alguien se sentó a mi lado en la cama y el colchón se inclinó un poco. Abro los ojos y veo color caqui.

—¿Conrad?

—Fue una sorpresa venir a mi habitación y encontrarlo durmiendo aquí. ¿No ha llegado a la suya?

—No es eso. —Me estaba por levantar pero noto que tengo el patito amarillo de goma en las manos, cierto, estuve jugando con esto otra vez—. Había venido a darte algo pero no estabas, y me quede dormido.

No puedo contener más un bostezo durante la última frase, los ojos me lagrimean. A este ritmo no creo sobrevivir para la cena. En este momento Wolfram entra a la habitación.

—Ah, aquí estabas —dice al verme—. Desapareciste después de la práctica y no te encontré en la cama.

Dejo caer mi cabeza de nuevo contra las frazadas y me restriego, miro de lado con solo un ojo y llego a distinguir que se ha cambiado de ropas, ya no tiene su uniforme puesto.

—¿No tenías patrulla? Estabas usando el uniforme antes.

—No, no tengo —me dice mientras se sube a la cama de Conrad luego de rodearla.

Solo ahora soy consciente de como invadimos el espacio personal de mi padrino como si fuera nuestro cada vez que queremos. Pero a él parece no importarle. La mano de Conrad vuelve a palmear mi cabeza cariñosamente, y Wolf me acaricia la espalda. Hey, si están compitiendo por quien me toquetea más… pues me da sueño.

—Mmmhh… —me quejo y me regocijo un poco, pero antes de dormirme revuelvo uno de mis bolsillos y saco mi billetera—. Toma, te traje esto, es la única que conseguí por ahora.

Le doy la carta a mi guardián y me giro de lado, mi espalda choca contra el pecho de Wolfram.

—¿Qué es? —pregunta la persona detrás mío en tono curioso.

—Es una carta de los Red Sox, un equipo de béisbol de Estados Unidos. Vi varios partidos de ellos durante mi estadía en el mundo de Yuuri —le explica Conrad con una sonrisa confiada mientras mira la carta alegremente—. Pero no conozco a este hombre.

—Yo tampoco —admito—, pero me la trajo mi hermano y pensé que te gustaría más a ti que a mí, siendo fan de ese equipo.

Conrad ríe suavemente y me da las gracias. A medio camino fuera de este mundo de nuevo escucho retazos de su conversación sobre béisbol con Wolfram. Me aprovecho que esta distraído con eso y me giro hacia su lado de nuevo, me voy a acurrucar un poco aquí y esperar que nadie me extrañe.


Me despierto más vivaz, en la espalda de mi padrino, el leve salto que usa para acomodarme me sacude y termino de espabilarme. Estamos a la mitad del pasillo.

—¿Cuánto tiempo me dormí? —realmente perdí la noción de cuanto ha pasado. Forcejeo un poco para que me dejen en el piso—. Puedo caminar.

Conrad puede ser igual de molesto que Shouri cuando se pone en plan padre adoptivo. ¿Por qué tenía que cargarme?

—Unas dos horas, se ha perdido la cena.

—¿Dónde está Wolf?

—Estaba un poco decepcionado que se haya dormido apenas tuvo tiempo libre, así que creo que se había ido al estudio. Aunque acabo de verlo durante la cena, volvió a irse y no sé dónde pueda estar ahora. Perdón por no haberlo despertado, supuse que prefería dormir y comer algo más tarde.

—Ah, está bien, no tengo hambre.

Aunque ya he vuelto, apenas pasamos tiempo juntos. Eso sin contar las clases claro, ni el desayuno, ni nada del día a día. Aun como que lo extraño.

—Wolfram y usted parecen llevarse mucho mejor últimamente. Se han vuelto bastante cercanos.

—Bueno, siempre lo estoy obligando a que me haga compañía, y tenemos mucho más en común de lo que parece.

Conrad solo me sonríe, no parece querer seguir con sus alusiones. No he hablado con Wolfram respecto a decirle nada a nadie sobre los cambios entre nosotros, y a él no parece preocuparle demasiado si los demás se enteran o no, incluso tengo la sensación de que está bien así porque nadie puede meter las narices en sus asuntos.

Además, ¿cómo se supone que debería dejar que se enteren? ¿O debería ir y comunicarlo directamente? "Vengo a avisarte que estoy saliendo con tu hermano, por favor no hagas ningún comentario innecesario". No, no creo que sea así, eso parece un reporte. No soy para nada bueno con estas cosas, no es como si tuviera una mala relación con Conrad pero no sé cómo decirle. Creo que me pone nervioso que entienda tanto y tan poco al mismo tiempo, y que Wolf sigue siendo su hermano menor y no una persona cualquiera.

—¿Va a continuar durmiendo?

—Supongo que sí, ya no estoy tan cansado, pero el jet lag aún me afecta. ¿Sabes que es jet lag? ¿Has viajado en avión antes? Si duermo hasta mañana tal vez se me pase, no voy a necesitar la cena, la comida de la tarde me alcanza y sobra.

—Si no se siente bien puedo ordenar algo ligero. Y no, no he viajado en ese transporte antes, pero he visto varios aviones en el cielo.

—Tal vez algún día puedas.

No estoy seguro de si el jamás volverá a pisar la Tierra, pero de ser así hay tantas cosas que me gustaría mostrarle.

—Tal vez.

Él me sonríe como siempre cuando llegamos a la puerta. Supongo que después de todo encaja más con este lugar, aunque me sigue pareciendo que ropa de la Tierra y un pequeño papel en alguna que otra película de bajo presupuesto encajaría perfectamente con su imagen.

Mi habitación está vacía, pero el fuego está encendido y mi pijama está sobre la cama prolijamente doblado. Mi reloj G-shock marca solo las 22.30 y aunque sigo cansado ya no tengo tanto sueño. Me cambio la ropa y busco una suéter de algodón en el armario, es como cinco tallas más grande de lo que debería pero me encanta que sea holgado y grueso, puedo batir mis brazos dentro y esconder mis pies descalzos dentro.

Aunque me paso un rato leyendo sentado en la cama dentro de mi ropa que parece una carpa, nadie llega. Inevitablemente me quedo dormido.


En algún momento alguien interrumpe mi sueño de nuevo, esta persona me aplasta y se mete en la misma ropa que yo por mi espalda. Sus brazos me rodean y apenas llego a soltar dos botones del cuello cuando forcejea y logra sacar la cabeza, siempre me pregunté si entraban dos personas en este suéter, y ya tengo la respuesta. Ninguno de nosotros tiene las manos en las mangas, pero podríamos.

—¿Que estás haciendo? —pregunto divertido.

—Parecía que tenías mucho espacio de sobra —responde Wolf acomodándose mejor, me sostiene rodeando mis brazos.

—¿Qué hora es?

—Tarde. La una, o casi las dos tal vez.

—¿Qué hacías despierto tan tarde?

—No tenía sueño.

Por más que intento voltear la cabeza no me alcanza la distancia.

—Quiero besarte.

—Que lastima.

Intento girar con todo el cuerpo y lo único que consigo es quedar apoyado sobre Wolf, pero él no me deja voltear. Enrosca sus piernas con las mías para terminar de inmovilizarme, incluso se aferra con los dedos sobre mis pies, y ríe muy suavemente contra mi nuca. Me abrazo a mí mismo lo poco que puedo y aprieto sus manos.

—¿Cuánto tiempo pasó desde que me fui?

—Un mes, tal vez un poco más. No lo sé.

Esta vez me deja girarme apenas lo intento, los botones del suéter han cedido casi todos con tanto movimiento. Rodeo su cuello con mis brazos y lo beso. Ya no puedo decir "te extrañe", me siento mal porque su espera no se compara con la mía.

Pero lo he extrañado, hasta recién, incluso aunque me abrazara y estuviéramos muy cerca. Me faltaba esto. Wolfram me sostiene con fuerza y se hunde contra la cama bajo mi peso, su cuerpo está caliente y solo ahora me doy cuenta que no solo nos tapa el suéter sino las sabanas. No sé desde hace cuánto que está conmigo en la habitación.

Me gira de lado y deja caer mi cuerpo sobre el colchón, pero no quiero alejarme de su boca. Me gustan sus labios, su forma de besar es suave y como he insistido en continuar se deja llevar y me acaricia con cariño. Podría decir que es todo muy inocente y lleno de ternura, pero siento el bulto suave y a la vez rígido contra mi cadera, empujo un poco en respuesta.

—No es mi culpa, es él —me dice casi riendo, lo cual me hace reír un poco a mí también.

—No dije que me molestara.

Su respuesta es besarme a un lado de la nariz y luego morderme la punta.

—Auch, ¿Por qué fue eso?

—Vine a dormir —me dice tranquilo y se acomoda un poco mejor en la cama—, es tarde y aun estás cansado.

La habitación está completamente a oscuras, las cortinas tapan la luz de la luna pero una porción se filtra formando una rendija. Apenas puedo distinguir un atisbo del brillo de su cabello opaco en toda esta negrura, y sus ojos cristalinos han tomado un tono verde azulado oscuro.

—Quiero dormir cerca de ti. —No es una petición, porque simplemente me vuelvo a acomodar lo más pegado que puedo a su cuerpo.

—Estás muy cariñoso hoy. —Aunque dice eso, no parece que le moleste para nada.

—Te extrañe.

Las manos tan conocidas que tocaban las mías esta tarde durante la práctica acarician mi espalda sobre la ropa y suavemente sobre la piel de mi mejilla mientras devuelve mi abrazo.

—Yo también te extrañé, Yuuri.

Mi nombre es un susurro que desaparece en la oscuridad junto con mi consciencia. Si no estoy ya en el sueño, continuaré soñando.

.

.

.

.

.

Continuará…

 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).