Durante la semana el centro de rehabilitación había tenido una reunión donde se hablaba del avance de cada paciente y se presentaban los nuevos profesionales que se integraban al lugar. Llegó el turno de que SeungRi hablaba de JiYong.
-No quiero seguir con este paciente –Contestó serio cuando el presidente le preguntó sobre el estado del rubio.-
-¿Qué ha pasado? –Preguntó el hombre, encargado del lugar.-
-Él…él no quiere que lo ayude, no quiere ayuda de nadie. Doctor, usted sabe que he trabajado con muchos chicos de su edad y todos, absolutamente todos se han ido de aquí totalmente renovados pero él no tiene solución, lamento decir esto…
Todos en el salón suspiraron, no podían dejar a JiYong así como estaba, el joven realmente necesitaba ayuda, ayuda profesional o simplemente si salía moriría de una sobredosis
-Yo…A mi me gustaría llevar el caso –Una grave y ronca voz se escuchó por todo el salón, cortando el silencio que había.-
-Joven Choi, ¿Está seguro? Esta semana será la primera semana de trabajo y comenzar con un caso tan complicado…-Intentó hacer pensar mejor al chico el jefe del lugar.-
-Estoy seguro, me gustan los retos y me gustaría conocerlo, quizás puedo hacer algo y si no, lo haré saber –El castaño sonrió y estrechó su mano con Seungri.-
Ambos esperaron que todos en la sala se retiraran del lugar para hablar sobre el paciente que tan estresado tenía al pelinegro
-Solo te diré…es un chico complicado –Dijo SeungRi, llevando su mano a sus cabellos.- Más de alguna vez te va a golpear –Rió, provocando risas en el otro chico.-
-Ah pues, soy nuevo…quizás tenga más paciencia ¿No?
-Eso espero…
SeungRi llevó al castaño hasta la habitación de JiYong, tocó la puerta y entró con el joven detrás de él
-JiYong –Le llamó. El rubio se volteó serio y lo miró.-
-¿Qué quieres ahora? –Contestó de mala gana.-
-Cambia la cara por favor –El chico tras SeungRi rió ante su comentario.- Él es Choi SeungHyun, tu nuevo supervisor y psicólogo. Él acaba de llegar aquí a trabajar, espero que tengas algo más de consideración y no le des arañazos ni cachetadas como me las das a mí. Los dejaré solo para que se conozcan, pasaran bastante tiempo juntos. –Y sin decir más, el pelinegro se retiró.-
Pov SeungHyun
Aquel era mi primer día de trabajo. El jefe me había indicado que debía asistir a una reunión en la cual se hablaba el estado de cada paciente internado, sin más, asistí. Oía cada una de las fichas de algún paciente cuando un chico en especial me llamó la atención, hasta ahora, el chico nombrado era el único cercano a mi edad. ¿Cómo un chico así podía haber caído en la droga? Suspiré y seguí escuchando, esperando quizás que el chico hubiera avanzado en el tratamiento, pero no fue así. Observé a SeungRi levantarse al hablar, se veía molesto.
“Él no tiene solución” ¿Cómo era posible que un profesional se rindiera antes que el propio paciente? Me ofrecí a llevar yo a cabo el tratamiento, siempre me había gustado ayudar a los demás y esta era realmente mi oportunidad para hacerlo, especialmente en lo importante que se oía este caso
-Solo te diré…es un chico complicado –Me dijo el pelinegro, tan solo asentí ¿Realmente sería tan así?
-Ah pues, soy nuevo…quizás tenga más paciencia ¿No? –Contesté sin tomarle mucha importancia a sus palabras, venía con toda la disposición de ayudar al chico, no a perjudicarlo aún más.-
-Eso espero –Me contestó.-
Ambos entramos a una de las tantas habitaciones que le centro clínico de rehabilitación tenía. Alcé la vista y ante mis ojos tenía a un chico bastante delgado, ojos almendrados, cabello rubio y todas sus facciones totalmente definidas; si no le hubiera conocido, realmente lo confundiría por chica
-JiYong –Le llamó Seungri con voz dura.-
-¿Qué quieres ahora? –Contestó el joven rubio de mala gana, por lo que se veía ambos no se llevaban para nada bien ¿Qué había hecho SeungRi este tiempo?
- Cambia la cara por favor –Dijo Ri, provocándome una risa que al parecer había molestado al joven ahí. Seungri me presentó ante él y luego se retiró, dejándonos a ambos solos en la habitación
Me acerqué al joven y me senté en la silla que tenía al lado de su cama, él sin siquiera dignar a ver quién era, me dijo
-Vete, no te necesito.
-¿Irme? Ah pues, acabo de llegar, no pensé irme tan pronto…-Contesté con algo de humor. Observé al chico y noté una pequeña sonrisa en sus labios.- ¿Cuál es tu nombre?
El chico dudó en contestarme, jugaba con sus manos y mantenía la vista en estas
-¿No me responderás? Sé cómo te llamas pero me gustaría oírlo de ti –Hablé suave a pesar de mi ronco y grave tono de voz.-
El rubio alzó la mirada y posó su vista en la mía. Ahora podía mirarlo con más detalle
-Soy…JiYong…-Contestó casi en un susurro.-
Observé al chico por unos minutos. Realmente no se veía un mal chico y aún me preguntaba qué lo había hecho llegar hasta estas alturas. Le sonreí amable y extendí mi mano para posarla sobre el dorso de la suya
-Yo me llamo SeungHyun, Choi SeungHyun y estoy aquí para ayudarte, realmente quiero hacerlo. Me encantaría que nos lleváramos bien, pasaré bastante tiempo a tu lado y me gustaría tener confianza con mi primer paciente –Sonreí.-
El chico me miró y me sonrió un poco, asintiendo ante cada una de mis palabras. Cuando escuchó mis últimas palabras abrió un poco más los ojos y me miró fijo
-¿Primer paciente?
-Sí…decidí tomar tu caso porque SeungRi ya no lo quería, no sé…dijo cosas que no me gustaron y pues, creo que al ser nuevo tendré más paciencia ¿No? Esa es la idea. Seré tu psicólogo y mi idea principal es que, me digas cada una de las cosas que sientes, siempre y cuando te sientas en confianza y no en la obligación de hacerlo; Te esperaré todo el tiempo que sea posible ¿Está bien JiYong?
El rubio asintió
-¿Quieres comenzar ahora? –Pregunté en un susurro, el chico volvió a asentir. Me sentí feliz que confiara en mí, no lo quería decepcionar para nada y esperaba ojalá, serle de mucha ayuda.-
Fin pov SeungHyun
Pov JiYong
Observé al chico sin ningún interés hasta oír la manera en cómo me hablaba, se notaba que realmente quería ayudarme, se oía comprensivo en todos los aspectos; ¿Debería hablarle sobre mi? Quizás me haría bien, aún así, lo dudaba
-Es…difícil –Contesté murmurando, sin siquiera mirarlo, no me atrevía.-
-¿Difícil? –Dijo.- Todas las cosas tienen solución, menos la muerte…quizás esto es una etapa por lo que estás pasando…en tu ficha vi tu edad y quise tomar el caso porque en parte me sentía identificado contigo. Yo sé que uno siempre se tentará con las cosas que te vayan a ofrecer pero debes saber controlarte también
-No puedes ayudarme, nadie puede hacerlo –Contesté.-
-¿Nadie? La ayuda depende nada más y nada menos de ti, debes poner de tu parte, pequeño… ¿Acaso quieres quedarte en el centro por toda tu vida? –El chico tomó mi mano, mirándome.- Pero si tú quieres estar solo, lo entiendo, te daré tu tiempo
Negué con suavidad y sonreír ante el tacto con su mano en la mía, era cálida, me daba confianza y eso me gustaba
-Entonces… ¿Cómo comenzó todo? –Me preguntó, observándome atento. Aclaré mi garganta y comencé a recordar.-
-Fue…no hace mucho –Susurré, observando por la ventana.- Conocí a un chico un día, él era popular, tenía un sinfín de amigos y era el típico joven que siempre está en fiesta, sale con varias chicas y esas cosas. A veces tenía ganas de ser igual que él, realmente su vida se veía totalmente fácil al tener todo lo que pedía. Cuando él me consideró su amigo me sentí genial, la gente comenzó a hablarme más y llegó el día que fui invitado a una reunión con su grupo de amigos. No sabía qué hacer en realidad –Reí bajo.- Dudé si debía invitar a YoungBae, él es mi mejor amigo y me gusta pasar tiempo con él pero tampoco era su ambiente, preferí no hacerlo.
Cuento corto, al llegar, noté que ¿Sobraba? En sus fiestas todas las chicas vestían de manera provocativa, sus faldas apenas cubrían sus piernas –El mayor rió bajo al oírme.- y más de alguna se acercaba a mí, intentando manosearme. SeungRi me llevó hasta una habitación en la cual habían muchos chicos fumando de todo y en un rincón había un grupo que se inyectaba…probé por primera vez y me sentí tan jodidamente bien y genial que no pude dejarlo…-Desvié la mirada, mordiéndome el labio inferior.-
-Eso es totalmente normal, no te apenes –Me dijo totalmente comprensivo.- ¿Sabes? Cuando era menor fui un tiempo muy adicto a los cigarros, claro que normales, sin efectos secundarios –Reí un poco mientras le miraba.- ¿Sabes por qué llegue a eso? Por la percepción que la gente tiene de esta sociedad, los estereotipos y esas cosas. Antes estaba demasiado subido de peso, las chicas tampoco me tomaban en cuenta y aunque no lo creas, he tenido una novia que nunca besé –Abrí un poco los ojos al oírlo.-
-¿Es en serio? –Pregunté.-
El chico asintió
-¿Ves que no estás solo? Yo te entiendo, por eso elegí trabajar en esto, quiero ayudar a la gente porque a mí nadie me ayudó, solo mi madre. A la gente donde fui no me fue de mucha ayuda, al contrario, me sentía peor
-Yo me siento así…-Comenté casi en un susurro, iba a hablar nuevamente cuando sentí su mano en mi mejilla, la estaba acariciando.-
-Tan solo déjame ayudarte, podrás salir de esto bien y ya no tendrás problemas con otras personas. Todo saldrá bien pero debes poner de tu parte…vendré aquí todos los días y te ayudaré, te escucharé, aconsejaré; Más de alguna vez te haré reír y juntos haremos que seas el chico que fuiste antes, tu madre y tu amigo estarán muy agradecidos
Le sonreír amplio, hace días no sonreía pero sus palabras lo merecían. Asentí y me acomodé en la camilla; estaba en eso cuando llegó una de las enfermeras con una bandeja que tenía comida
-Es hora de tu comida joven JiYong, por favor, coma hoy ¿Sí? Ha adelgazado mucho y eso le hace peor –Me dijo la enfermera. Era una mujer de unos 65 años. Desde que llegué aquí que ella me traía la comida y me cuidaba, jamás comía, solo 2 o 3 cucharadas de algún plato, no tenía ganas; estaba molesto.-
La mujer se retiró y SeungHyun me miró frunciendo el ceño
-¿Por qué no comes? –Preguntó, mirándome fijo.-
-No tengo ganas –Contesté de mala gana.-
-¿Y a mi qué? Come.
-No.
-JiYong, come.
-¡No quiero! –Contesté frunciendo el ceño.-
El mayor me observó y mientras negaba, cortó un trozo de carne y la llevó con el tenedor a mi boca
-Abre amplio –Dijo con suavidad, lo miré y reí.-
-¿Crees que soy un niño?
-Lo eres…haciendo berrinches de que no quieres comer…eres un niño, ahora, abre la boca…por favor –Me hizo un pequeño puchero.-
Lo observé fijo, su puchero me había parecido totalmente adorable y abrí la boca, sonrojándome. Por mi mala suerte, él lo notó
-Ahora eres un niño ruborizado –Rió suave, volviendo a tomar un poco más de comida, llevando cada uno de los bocados a mi boca, yo simplemente los recibía.-
Y así siguió hasta que ya no había comida en el plato
-¡Muy bien! –Dijo feliz, jalándome de la mejilla.- Ahora, puedes ir a jugar pequeño JiYong –Decía en broma, provocándome risas. Me comenzaba a encariñar con él.-