Un calor sofocante, un aire espeso cargado de odio y sangre, las cadenas sonaban al chocar contra el acero mientras el sonido del látigo rasgaba el aire en la celda diecisiete. DongHae estaba encadenado, en forma de cruz, a unos postes, habia perdido siete dientes producto de dos fuertes puñetazos del Mandamás, su ojos izquierdo estaba tan hinchado que era una masa amorfa dificil de reconocer, los dedos de sus manos habían sido quebrados y aún la ira de Park estaba a tope.
Dos reos dispuestos allí para colaborar con su líder miraban impasibles el sufrimiento del colombiano, Lay estaba de brazos cruzados y SuHo también estaba allí abrazando a su pareja por la espalda, había seguido al Mandamás al verlo pasar y al igual que Lay lucía preocupado.
-¡Habla escoria! -Gritó ChanYeol soltando un latigazo sobre el pecho de DongHae, arráncandole un trozo de piel.
-¡Arg! -Aulló con dolor y miedo -¡No lo penetré! ¡No lo penetré! ¡Lo juro! -Confesó a gritos después de que en un principio negara el encuentro
ChanYeol iracundo dio otros dos latigazos más, le hervía la sangre que se hubiera atrevido a tocar a su pequeño.
El cubierto estaba manchado de sangre de Hae, también de su orina porque se había orinado al ser encadenado.
-¡Habla maldito! -Escupió con odio
DongHae jadeaba con desespero, estaba muy mareado y temía a la muerte, jamás pensó que alguien se daría cuenta, aquel momento en el que vio a Baek en el pasillo pensó que era su más grande golpe de suerte, ahora le parecía su más grande golpe de desgracia.
-Perdóname... por favor... -Susurró con un hilo de voz -... sólo lo... toqué un poco mientras estaba desmayado... sólo un poco ...
Los ojos del Mandamás refulgieron de furia y sorpresa -¿Desmayado? -Exclamó tomándole la cara con fuerza -¿Por qué estaba desmayado? ¿Qué le hiciste, mal nacido?
-¡Nada! ¡Nada, lo juro! ¡Lo juro! -Gritó histérico -¡Él estaba en el palacio solo! -Aulló refiriéndose al pasillo con su apodo: "Palacio"
ChanYeol se sorprendió aún más: ¡Qué hacía ahí, habla de una vez!
DongHae ensanchó los ojos, trató de responder pero las palabras no salían de sus labios, su corazón latía de forma irregular, frenéticamente, sentía que la sangre se agolpaba en su garganta y un intenso dolor lo recorría por completo casi tan intenso como su miedo, abrió la boca en un gritó mudo y con un violento espasmo su cuerpo colapsó y murió.
-¡No! -Gritó el Mandamás alterado, desesperado, aún tenía muchas preguntas Furioso e impotente comenzó a golpear el cadaver, cada puñetazo era descargado con una potencia descomunal, los dos suborbinados se miraron entre sí atemorizados y es que el Mandamás estaba hecho una furia, su cuerpo musculoso brillaba con el sudor y las venas de su bíceps sobresalían imponentes, golpeó y golpeó hasta que se cansó. El cuerpo de DongHae quedó irreconocible.
Lay y SuHo esperaban, sabían que era mejor que se desahogara
-Traigan al resto de los bastardos -Gritó limpiandose con brusquedad la sangre que había salpicado en su rostro
Los dos hombres salieron corriendo, sabía a quienes se referían : A los "Super Junior"
Mientras, Baek seguía llorando, no podía siquiera entender qué había ocurrido,agazapado se recriminada a sí mismo su ingenuidad, recordaba como esa mañana su corazón había latido esperanzado en ser querido por alguien, pero una ves más se equivocaba, sufría al pensar que estuvo a punto de aceptar que era normal estar con un hombre, pero no lo era, ahora lo sabía y estaba pagando el precio de su aberración, una y otra vez venía a su mente las palabras del Mandamás "puto" -Se burlaba de mí -Murmuró dólido, se arrepentía de haber aceptado el trato con el, creía que de haberse negado, aunque terminara violado no podrían llamarlo así, pero ahora nada podía hacer, temblaba de miedo esperando que en cualquier momento alguien entrara para usarlo como una ramera.
-Baek -Llamó alguien
Se sobresaltó e intensificó su llanto convecido de que el terrible momento había llegado, un tipo venía a usarlo, escruchó la reja abrirse y pasos acercándose, no quería mirar, no quería escuchar.
-Baek -Volvieron a llamar ahora de cerca y entonces reconoció la voz
-Vete, Tao -Dijo sin levantar la cara
ZiTao, asustado de verlo así lo abrazó y comenzó a llorar -¿Qué te pasó?
Vulnerable, Baek sintió estrujar su corazón y se aferró al mayor hundiendo su rostro en el pecho de éste, deseaba, más que eso, necesitaba ser consolado.
-No llores -Dijo ZiTao con voz temblorosa -No llores, por favor
-Me quiero ir de aquí Tao -Habló sin apartarse de él -No puedo soportarlo
ZiTao lo abrazó con más fuerza, desde principio le pareció que el pobre chico no resistiría, es más no compaginaba con el sitio, demasiado noble, había sido la primera persona en muchos años que le hablaba como a un igual, sin desprecio, sin aires de superioridad, simplemente como un amigo, por eso no soportaba verlo así, no merecía ese sufrimiento, no quería verlo llorar y agobiado con esto estrechó los ojos decidido, lo iba a proteger, ese sería su propósito de vida, cuidarlo como un hermano menor -Yo te voy a ayudar, lo prometo -Susurró limpiándose las lágrimas
Baek se dejó hacer -No hay forma -Murmuró
-Sí la hay, sera difícil pero con paciencia y astucia lo lograremos -Animó mientras le quitaba los puños de la camisa, trozos de tela que le quedaron después de que Yeol le arrancara la prenda.
Los ojos castaños, enrojecidos, se alzaron para mirar a ZiTao quien lucía con su inusual rostro de seriedad mientras seguía su labor -ZiTao, no te involucres -Susurró asustado, tenía miedo de que el pobre saliera perjudicado por ayudarlo
ZiTao lo ignoró, ya estaba involucrado porque ya le importaba demasiado -Ponte esto -Dijo sacandose su camisa y ayudándolo a ponersela él.
Baek obedeció, Tao se levantó y lo ayudó a ponerse de pie. La camisa le quedaba grande, así que le cubría hasta medio muslo.
-Pero necesitamos escondernos -Comentó tomándolo de la mano y yendo hacia la reja.
Baek temblaba, tenía miedo de que el Mandamás los descubriera. ZiTao mieró cauteloso en derredor antes de abrir la reja, como imaginó el lugar estaba desierto, los reos no se arriesgarían a estar cerca del muchacho de ChanYeol y prestarse a malos entendidos. Abrió y jaló con suavidad la mano de Baek para que lo siguiera, caminaron unos pocos metros y entonces se detuvieron, en la pared había un respiradero, con la agilidad que otorga la experiencia sacó uno a uno los tornillos y fue dándoselos a Baek que no le prestaba atención, demasiado preocupado porque alguien los viera. Una vez retirada la tapa Tao tomó a Baek de la cintura y lo levantó hasta que pudiera alcanzar el hoyo, luego cogiendo impuso entró él, colocó nuevamente la tapa y luego los tornillos, claro que estos ahora quedaban al revés, pero imperceptibles a los ojos distraídos. Después avanzaron varios metros, a gatas Tao lo guiaba con seguridad.
-A donde vamos -Preguntó susurrando
-Más allá -Explicó ZiTao también susurrando -Esto se ensancha y se escucha lo que dicen en el pasillo principal, allí nos enteraremos de que es lo que pasa, además cuando noten que no estás en la celda revisarán todo menos este lugar, porque no se lo imaginan.
-¿Cómo estás tan seguro? -Preguntó no muy convencido
-Porque a veces me escondo aquí mientras todos me buscan y no me encuentran
Baek no dijo nada, además había llegado al sitio que le había indicado ZiTao, se acomodaron mejor y escucharon voces.
-Se jodieron -Comentaba un reo
-¡Qué bolas, eso si es ser bruto! -Exclamó otro
ZiTao y Baek intercambiaron miradas sin entender, este último seguía asustado asi que preguntó -Y después que
ZiTao sonrió -Después iremos a la alasur y seremos libres
Los ojos aún, sorprendentemente, delineados brillaron esperanzados
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