Baek estaba en la habitación que compartía con el Mandamás donde lo habían encerrado luego de que lo separaran de ZiTao, estaba nervioso ¿Dónde se lo habían llevado? ¿Qué le iban a hacer? ¿Por que no los castigaban juntos?, caminaba de un lado al otro cuando escuchó que la puerta de la celda se habría y por ella aparecía la silueta de él: del Mandamás. Asustado y rabioso, así permaneció parado en el mismo lugar, sin mirarlo.
ChanYeol al verlo sintió estrujar su pecho se sentia aliviado de tenerlo consigo nuevamente pero la punzada de dolor abrumaba su corazón, Baek lucía cansado y muy pálido, su cara estaba sucia con sangre reseca, sanfre que había derramado cuando él le había abofeteado con excesiva fuerza y llevaba puesta una camisa que le quedaba grande y le daba un aspecto vulnerable. Sin pensarlo se acercó a él y lo abrazó impulsivamente.
-Pérdoname -Susurró apoyando su mentón en la cabeza del más chico, atrapándolo entre sus poderosos brazos, deseando no soltarlo jamás.
Por un instante Baek se bloqueó, había esperado golpes e insultos pero nunca se espero tan acto y eso lo enojó más, recordó la noche en la que ese hombre le hizo tantas promesas "jamás te haré daño" y luego a la mañana siguiente había arremetido contra él sin piedad ¿Acaso lo creía tan estúpido para caer de nuevo? Enojado se revolvió con fuerza intentando zafarse.
Pero Yeol no cedió, lo apretó con un poco más de fuerza, lo suficiente para inmovilizarlo pero con cuidado de no dañarlo -Tranquilo -Susurró -Se que tienes razón en...
-¿¡Cállate!? -Gritó indignado -¿En donde está ZiTao?
ChanYeol calló todavía sin soltarlo, sabía que era culpable de esa situación, que se merecía el rechazo del pequeño pero aún así le molestaba que se preocupara por otro hombre. Suspiró para controlar sus celos -Yo...
-¡Que te calles! -Interrumpió nuevamente Baek, gritando iracundo, luchando con más energía -¡Sólo dime donde esta Tao! ¡Que le hiciste!
El Mandamás lo soltó de golpe haciéndole caer por impulso y le dio la espalda apartándose unso cuantos pasos, no lo soportaba ¿Por que insistía en hablar de ese tipo? ¿Tan importante era para él? Sacudió la cabeza, volvía a sentir rabia pero no debía dejarse dominar por sus emociones, aunque Baek no ayudaba.
-¡Responde que le hiciste! -Gritó furioso
-Nada!! -Estalló ChanYeol -Pero lo haré si no dejas de nombrarlo!
Baek se estremeció - ...que ... quieres decir...
Yeol jadeaba exaltado, sentía su corazón latir muy fuerte y unos inexplicables nervios recorrerle, tenía una inmensa necesidad de él, quería abrazarlo, mirarlo, besarlo... miró los labiso rosados, fruncidos por el enojo, unos labios dulces, unos labios que deseaba más que nada -Quiero besarte- exclamó con voz ronca.
Baek lo miró angustiado, había entendido esas palabras como una amenaza, que de no permitirlo ZiTao saldría perjudicado.
Pero Yeol tan sólo había expresado en voz alta su dese, sin nada mas que eso y al ver que Baek no lo rechazaba tahantemente, interpreto cesto como una aceptación tácita y emocionado acortó la distancia, lo tomó suavemente del mentón y le elevó el rostro, su deseo crecía cada vez más, Baek desviaba la mirada, frustrado, dolido, pero ChanYeol creyó que era solo timidez y se fundieron en un beso que nacio de la mala interpretacion de ambos, las manos de ChanYeol se deslizaron por la espalda del mas chico, en una caricia dulce, lenta, de quien disfruta de un manjar y quiere saborearlo por mucho tiempo, había mucha dulzura en su trato, mucho cariño, Baek lo recibio y se sintió desdichado "¿Cómo alguien puede fingir tan bien el cariño?" pensó sintiendo el toque suave del mayor y con su corazón abatido gimiteó en medio del beso.
ChanYeol separó sus labios lentamente pero sus brazos lo seguían sosteniendo.
-No llores más, dulzura -Pidio en voz muy baja
Baek agachó la cara, no podía hacer otra cosa más que obedecer -....prométeme que no le pasará nada a Tao -pidió con la voz entrecortada, maldiciendose a sí mismo porque no quería que el Mandamás se diera cuenta que sus besos le afectaban.
ChanYeol ensanchó los ojos ¡Se había dejado besar para proteger a Tao! ¡Tanto así lo quería!, ahora mas que rabia lo que sintio fue un profundo dolor en su corazon y angustiado lo apretó contra sí. Por que, por que no lograba hacer que sus sentimientos llegaran a él, se preguntaba desesperado. Despues de un largo momento se separó de él y respiro hondo, estaba muy alterado, el chico tambien, no valia la pena hablar de eso ahora, además Baek necesitaba descansar, así que solo le daría un baño, algo de comer y ya luego hablarían mañana. Sin decir nada lo tomó de la mano y lo llevó al baño, allí llenó la bañera con agua tibia y se dispuso a quitarle la unica prenda a Baek, estaba sumido en sus pensamientos pero de pronto sintio la tension del menor, lo miró con detenimiento, tenía las mejillas sonrojadas y una expresion de angustia muy grande, era obvio que no quería que lo desnudara, pero entonces ¿Porque no decía nada?, enseguida comprendió, lo hacías por ZiTao.
Apretó lo dientes enojado ¿Hasta que punto sería capaz de llegar por él? ¿Por qué confiaba en ese imbecil tan facilemten y no en él?, desde su rabia decidio probar hasta donde llegaria Baek por Tao, sin violencia pero con rapidez l quito la camisa, Baek soltó un leve quejido por la sorpresa pero enseguida se morió el labio para silenciarse, la mirada aguda del Mandamás estaba sobre él, detallando cada gesto, cada mirada, lo tomó de los hombros y lo giró haciendo que apoyara sus manos en el lavamanos y se colocó tras él sosteniendolo de las caderas, como si lo fuese a penetrar allí mismo, lo sintió temblar incontrolablemente y esperó, pero el chico no dijo nada, jadeaba iracundo ¿Por qué? ¿Por qué?. Era lo que retumbaba en su mente, con su enorme mano le tomó el rostro y lo giró hacia él obligandolo a mirarlo desde aquella postura y descubrió el rostro infantil bañado en lagrimas, se sobresaltó y lo soltó ¿Qué mierda estoy haciendo? Pensó desconcertado y agitado sólo dijo
-Bañate - y salió de allí cerrando la puerta tras sí.
Baek gimoteó asustado y al orir la puerta cerrarse cayó de rodillas y se abarazó a si mismo tratando de detener el tiritar de su cuerpo, respiró hondo una y otra vez, necesitaba calmarse, ahora no se trataba sólo de sí mismo, sino de Tao, él único amigo que tenía, él único que lo había ayudado sinceramente.
ChanYeol descargó furioso un florero contra la pared de fondo, no sabía como actuar con ese chiquillo, no importaba sus intenciones siempre terminaba asustandolo, necesitaba tanto abrazarlo, besarlo, hacerle el amor toda la noche pero no a la fuerza y ahora parecía que era el unico recurso con el que contaba. Toda su vida había obtenido las cosas a través de las amenazas y siempre se había sentido bien con ello, poderoso e intocable, pero con Baek era diferente pues pese a que conseguia que lo obedeciera, sólo le quedaba la sensacion de ser basura. Se sentó, una profunda sombra de tristeza cayó sobre él, quería ser el unico en el pensamiento de BaekHyun, pero parecía que ese puesto ahora lo tenía ZiTao, sonrió búrlandose de si mismo, le gano las partida un hombre que ni siquiera esta en sus cabales. Sacó un cigarrillo y lo encendio pensando en que debía hacer para ganarse el corazón de su niño qué...
Después de un rato Baek se apresuraba en el baño, no quería provocar la ira de su carcelero, porque pensaba de hacerlo ZiTao sufriría, despues de bañarse salio y se coloco un albornoz blanco y tomo la perilla de la puerta, entonces los sucesos recientes vinieron a su mente y sintó estrujar su pecho "Me trata como a un puto" pensó dolido. Sacudió su cabeza, esos pensamientos sólo lo herian y no queria que Yeol lo notara. Salio por fin y vio al Mandamas en el sillón, se sobresalto pero enseguida se recompuso, aunque no dio ni un paso, dudando sobre lo que tenia que hacer.
El Mandamás esbozó una media sonrisa, le alegraba tanto tenerlo a su lado de nuevo, pero le dolia tanto no poder hacer otra cosa mas que obligarlo -Ven, pequeño -Llamó con dulzura al tiempo que apagaba el cigarrillo en el cenicero de la mesa de junto.
Baek avanzpó hasta llegar junto a él, el corazón le latía con fuerza, sintió como el Mandamás lo tomó de la cintura y lo sento sobre sus rodillas, acomodandole los flequillos humedos le dio un casto beso en la frente y luego otros más. suaves. en las mejillas, nariz, ojos y finalmente los labios -Te extrañe tanto -Le susurró abrazandolo posesivamente -Si te perdiera me moriria, no valgo nada sin tí, precioso
Baek se mordió el labios, esas palabras, que para el no eran mas que sucias mentiras, lo estaban lastimando mas que cualquier golpe
-Perdóname, dulzura, perdoname -Siguio confesando en ese tono bajo
Y entonce Baek no pudo soportarlo más -¡Cállate! -Gritó apretando los puños y desviando el rostro
Yeol se sorprendio
-¡Cállate, callate! -Las lagrimas ya puajaban ór salir -¡Hazme todo lo que quieras pero callate! ¡Deja de decirme tus malditas mentiras! ¡Deja de hacerlo ya!
El corazon del Mandamás se estrujo, se daba cuenta que le habia hecho mas daño de lo que creia porque no era solo una herida, era una herida hecha sobre otra mas profunda, una en la que la confianza del muchacho en los demás ya casi se había extinguido. Se maldijo a sí mismo por hacerlo sufrir así, lo estrecho firme contra su pecho ignorando las quejas, escuchando llorar y tratar de usprimir sus sollozos, desesperado por calmar un poco su dolor le tomó la mano y se la puso en su pecho para que escuchara sus latidos acelerados. Baek lo miró confundido, con sus ojos enrojecido empañados por las lagrimas.
-¿Escuchas? -susurró - late así por tí... eres tan pequeño y cuando se trata de ti me siento tan indefensp, tan nervioso, tan asustado...
Baek ensanchó los ojos, escuchaba los latidos de ChanYeol, fuertes y acelerados ¿acaso estaba así por él?
- ... Soy un salvaje que no sabe como tratarte... no se como acercarme a tí... pero te quiero Baek, eso no lo dudes... te quiero
El corazón de Baek dio un vuelco, sintio sus mejillas arder "te quiero", que hermoso era escucharlo, su voz sonaba tan calida... pero no era cierto, no volveria a caer, jamás. No respondió, solo se abandono a un llanto lastimero y doloroso y el Mandamás, consiente que no podia exigirle nada, se limito a arrullarlo con dulzura, prodigando besos suaves y caricias tiernas, sabia que Baek era un niño inocente a quien habia lastimado mucho y por eso precisamente sus acciones habian calado tan hondo en él "¿Cómo pude pensar que un chiquillo tan tierno se enredaría de maneta tan vulgar con DongHae?... soy un idiota" pensó mortificado mientras seguia acunando dulcemente, en silencio, se daba cuenta que ya las palabras no servirian de nada, ahora tenia que tomar medidas, probarle con hechos lo mucho que lo amaba.
Unas horas más tarde el cansancio hizo mella en Baek y fue vencido por el sueño, entonces el Mandamás aflojo un poco su agarre, contemplo su rostro suave, marcado por las lagrimas que hasta hace poco salían de sus ojos- Sentía un amor muy grande "Jamás habia conocido a alguien como tú" susurró acomodandole los flequillos rebeldes, acaricio los suaves labios y sonrio sintiendose como un tonto porque el solo hecho de tenerlo alli sobre su regazo, dormido y calmado, lo hacia muy feliz "Sólo contigo me puedo sentir así" pensó enternecido pero la sonrisa que recien se formaba en sus labios se esfumó cuando los recuerdos golpearon su mente "Dejame" "Sueltame", ahora comprendía su titubeo, el pobre no sabia nada, recordo "Arg... deja de fingir" y luego su llando. Entonces fue el Mandamás el que lloró.
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