Seis de mla mañana y Baek seguía sentado en la cama, apoyando la espalda en el respaldo de la misma, toda la noche había estado dándole vueltas al asunto del Mandamás y sus sentimientos, sin embargo seguía confundido. De pronto escuchó como se abría la puerta y con asombro vio entrar, con una sonrisa, a ZiTao. Sus ojos se iluminaron y de un salto corrió hacia él y por fin los amigos pudieron abrazarse nuevamente.
-Estaba tan preocupado por tí -Baek sin ocultar su júbilo -¿Te hicieron algo? ¿Estás bien?
-Sí, lo estoy -Contestó felíz de apretujar a su pequeño amigo -El Mandamás es muy bueno, sólo conversó conmigo
Baek alzó la mirada para encararlo -¿Qué quieres decir?
-Él solo habló conmigo,estaba muy preocupado por tí -Dijo mientras pasaba sus largos dedos por los cabellos castaños del menor.
-Entonces él te mandó a decirme eso -Replicó separándose nuevamente del mayor
Tao sonrió, le tomó el rostro con ambas manos y le besó la frente -No, yo vine por mi cuenta para ver a mi hermanito.
Baek se sonrojó y desvió la mirada -Me... me alegra tanto que estés bien.
Poniéndole el brazo sobre los hombros, ZiTao lo guió hasta la cama para sentarse -He oído que te marchas
Baek de pronto recordó esa realidad y sintió melancolía -Sí... hoy
-Me hace felíz eso, tú no perteneces a este lugar -Exclamó con una sonrisa sincera.
-Tao... -No entendía, por qué, pero mientras más se acercaba la hora de marcharse más tristeza lo invadía
-Ahora puedes reiniciar tu vida y olvidarte de todo -Dijo con el corazón en un puño, pero sabía que el Mandamás tenía razón, Baek debía olvidar la mala experiencia, la cárcel y todo lo que tuviera que ver con ella, incluso olvidarlo a él.
Baek le agarró la mano -Toda mi vida fui libre, toda mi vida estuve rodeado de "gente de bien" y sin embargo jamás me topé con nadie sincero... solo había arpías a mi alrededor... Tao... tú eres el único que tengo... jamás de los jamases podría olvidarte.
Conmovido Tao lo abrazó, ¿Por qué no pudieron ser personas normales? ¿Por qué no pudieron conocerse en otras circuntancias?
Y hablando de sus pasados y sus sueños se hicieron las siete de la mañana y a la habitación llegó el abogado, sorprendiéndose de encontrar a Baek conversando íntimamente con un sujeto "que mierda pasa aquí" pensó confundido -¿Estás listo? -Preguntó sobresaltando a los otros dos que no lo habían notado.
-...¿Eh?... ah sí... lo siento.
-¿Usted es el abogado que va a sacar a mi hermanito de la cárcel? -Preguntó Tao parándose frente al abogado Wu, muy cerca de él con una gran sonrisa dibujada en el rostro.
Baek sonrió, le agradaba que Tao lo trate como hermano.
-¿Quién mierda eres tú? -Preguntó el abogado, incómodo
-Soy ZiTao, el que cuida de Baek -Comentó estrechándole la mano, tomándolo por sorpresa.
-Estoy listo -Interrumpió Baek
El abogado sacudió la mano, liberándose bruscamente del agarre del otro -Umm... vamos -Dijo haciendo un ademán a Baek, esperando que ese extraño no los siguiera.
Pero para su desgracia no fue así, Tao los acompañó todo el recorrido, parloteaba sin cesar de los maravilloso que era el mundo libre, de lo bien que le iría a Baek allá afuera, del a gente que conocería, los lugares, la comida que probaría, iba tratando de animar a Baek pero este no le escuchaba ensimismado en sus pensamientos, pero en cambio el abogado iba lúcido y atormentado de tanta palabrería, además, se sentía algo enojado porque creía que ese extraño era el motivo por el cual el pequeño no le correspondía al Mandamás.
Firmaron los documentos necesarios e hicieron todo el protocolo, sin embargo Baek parecía no ser consciente de nada, solo cuando llegaron a la última puerta, aquella que lo separaba de la libertad y escuchó el cerrojo abrirse, su corazón dio un vuelco y ahora sí fue plenamente consciente de lo que ocurría.
-Vamos -Instigó YiFan
-Yo... -Estaba nervioso
-¿Qué te pasa Baek? -Preguntó Tao
-... ¿Pudiera... despedirme de él? -Preguntó Baek, avergonzado.
El abogado se sorprendió, le había parecido muy tranquilo al lado de ese extraño y había deducido que en verdad no sentía nada por el Mandamás, esa historia del "hermanito" le había parecido cinismo, que en realidad tenían algo, porque en la cárcel todo es conveniencia pero se había equivocado, al parecer el sentimiento fraternal era enserio, miró fijamente al menor "Quien mierda eres tú pequeño, para cambiar así la realidad del mundo" y sonriendo respondió -Está bien, ve.
Baek asintió y fue en su encuentro con el Mandamás.
El abogado sonrió con más amplitud y pensó "Tú lugar está con él"
-¿De que te ríes? -Preguntó curioso Tao acercando su cara a la del abogado
Este se sobresaltó -¡Deja de hacer eso, mierda!
Baek no sabía donde buscarlo, pero afortunadamente se topó con JunMyeon
-Niño, ¿No tendrías que haberte ido ya? -Preguntó extrañado
-Sí... yo... quisiera -La cara de Baek estaba muy roja
JunMyeon sonrió enternecido -El Mandamás esta allá -Dijo señalandole una puerta
-Gra... gracias -Murmuró avergonzado
Baek tocó la puerta varias veces pero no obtuvo respuesta, así que, aunque con temor abrió y entró, todo estaba en penumbra y el ambiente viciado con olor a cigarrillo, tardó un poco en acostumbrar la vista, entonces notó que había alguien sentado, la silla estaba de espaldas a la puerta pero el hombre sobresalía y se hacía notorio, alto y corpulento, el Mandamás, miró también que había muchas botellas vacías sobre el escritorio, y es que ChanYeol había estado bebiendo toda la noche sin parar. Preocupado lo llamó quedo -Channie...
Este, ensanchó los ojos y se giró bruscamente, no había respondido antes porque había creído que era nuevamente JunMyeon para reprenderlo, jamás había imaginado que pudiera ser Baek.
Marrón y negro se encontraron y una corriente eléctrica
pasó a través de ambos...
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