Llevaban más de dos horas intentando abrir una puerta, que según ZiTao, llevaba a un lugar secreto y aunque no había especificado nada más, Baek había esperado ansioso poder descubrirlo con sus propios ojos, pero pasado tanto tiempo se había quitado la camisa y estaba acostado en el suelo con los brazos tras la cabeza, mientras el mayor trataba una y otra vez forzar la cerradura con un alambre.
-¿Por qué estás aquí Tao? -Preguntó bostezando aburrido
-Maté a mi papá -Contestó sin dejar de hacer su labor
Baek se sorprendió -¿Hablas encerio?
El otro asintió
Consternado se sentó, mirándolo fijamente y después de un breve silencio cuestionó -Por qué?
-El mató a mi mamá y yo lo maté a él -Respondió con simpleza
Los ojos marrones brillaron confusos, una mezcla de sentimientos se arremolinaban en su pecho
-¡Ya está! -Exclamó ZiTao alegre al abrir la puerta
Aún consternado Baek suspiró, se colocó de nuevo la camisa y se puso de pie -Ya era hora -Murmuró desalentado, pero de pronto su estómago lo distrajo gruñendo alto
-¿Tienes hambre? -Pregunto el ojeroso
-De los mil demonios -Contestó afligido, desde el día anterior no había probado ni un bocado
ZiTao buscó en su bolsillo, sacó una galleta y se la ofreció -Toma
Descolocado Baek lo miró
-Tienes que tener fuerzas para explorar -Explico contento
No lo pensó más, tomo la galleta, la abrió con desesperación y la engulló como un naufrago, estaba hambriento
-Ven -Le dijo ZiTao entrando a la habitación
Soltó un hondo respiró y lo siguió
Aquel cuarto lucía abandonado, estaba cubierto de polvo y había sillas dañadas apiladas unas sobre otras, sin contar los restos de escombros.
-Aquí -Exclamo ZiTao yendo a la pared del fondo y apartando un par de cosas le mostró una pequeña puerta
Los ojos de Baek brillaron de emoción ante la expectativa
A Tao le costó por el óxido, pero pudo abrirla y enseguida salió una avalancha de carbón, porque eso era aquel cuarto, un cuarto donde se guardaba el carbón en la época en la que la calefacción se daba a traves de ese mineral.
Ambos salieron de prisa porque todo el polvo y hollín que se levantó los estaba ahogando
-¡Te voy a matar, ZiTao! -Exclamó BaekHyun tosiendo aún, cubierto de hollín de la cabeza a los pies
-¿¡Porque!? -Lloriqueó ZiTao
-Arg, cállate -Dijo molesto, todo el día desperdiciado por semejante tontería.
En ese momento cayó en cuenta que ya era de noche y que seguramente el Mandamás ya estaría esperándolo. Palideciendo echó a correr a su celda.
-¡Baek! -Llamó confundido ZiTao
-Nos vemos mañana!! -Gritó a lo lejos -¡Maldita sea! -Murmuró para sí preocupado, temía que ChanYeol se enojara por hacerlo esperar
Al pasar corriendo por el salón principal muchos ojos se posaron sobre él, curiosos por su facha, pero él los ignoró, subió de prisa las escaleras y llegó a la celda, al entrar frenó en seco, allí estaba el Mandamás, sentado en la cama y con una expresión seria
Baek, asustado y jadeando se apresuró en disculparse -Perdóname, no me di cuen...
-Ve a bañarte -Le interrumpió el mayor con tono grave, quien habia disimulado su asombro al verlo lleno de hollín
Baek sintió como el corazón le empezó a latir más rápido, era obvio que ese hombre estaba muy enojado y se maldijo mentalmente por ser tan despistado y no darse cuenta de la hora antes. Tratando de calmarse no dijo más y se acercó a la puerta del baño, cuando tomó la perilla volvió a escuchar la gruesa voz de Yeol
-Adentro está tú ropa
Se preocupó, pensaba aturdido ¿Qué cosas habrá inventado esta vez?. Resignado entró y luego cerró pasando el pestillo, paseó su vista por el cuarto y notó su atuendo colgado de una percha ubicada en la pared, sólo entonces se alivió, se trataba sólo de uan camisa azul rey, chaleco, pantalón y zapatos negros. Pasó su mano por su frente para limpiarse el sudor, luego comenzó a desvestirse, no sin antes llenar la tina con agua tibia.
Duró mucho rato bañandose y deseaba poder tardarse aún más, pero el temor de sacar de sus casillas a ChanYeol lo hizo desistir. Se secó y se vistió notando que esta vez la ropa era de su talla y le quedaba perfecta. Se miró al espejo y el temor lo invadió por completo, el recuerdo de aquel primer intento de sexo lo descompuso.
Tardó un poco en sosegarse, estaba aterrado, de eso no había ninguna duda. Sacudió la cabeza para librarse de aquellos pensamientos nefastos y se acercó a la puerta, podía escuchar claramente los latidos de su propio corazón, creía sentirlo justo en la garganta, como si de un momento a otro se le fuese a salir por la boca; se frotó las manos nervioso y salió al fin.
El Mandamás estaba de pie esperándolo, se había cambiado de ropa, , vestía un traje de color negro de diseñador , de brazos cruzados y mirada fría, hasta el punto de amendrentarlo. Nervioso, Baek no pronunció palabra alguna, se quedó estático frente a él, con la mirada en el suelo.
El Mandamás se le acercó -Ven -Le dijo tomándolo de la mano sintiendo lo frío que ésta estaba
Baek tragó grueso pensando que lo llevaba a la cama pero el Mandamás siguipo de largo saliendo de la celda.
-¿A donde vamos? -Se atrevió a preguntar a pesar de su miedo
Pero el mayor no respondió, lo condujo a una celda algo alejada y muy oscura donde apenas se lograba distinguir una puerta al fondo.
Baek comenzó a temblar ¿A donde lo llevaba? ¿Qué pretendía hacerle? ¿Qué clase de locura había inventado ese hombre ahora?, palideció y las ganas de huir se apoderaron de su mente, miró su propia mano sujeta con la del Mandamás y pensó por un leve instante en zafarse bruscamente y echar a correr -Esto no es lo que acordamos -Dijo en un hilo de voz
El Mandamás simplemente sonrió, puso su mano en la perilla y abrió aquella puerta sin siquiera voltear a mirarlo un instante y Baek sintió que se le paraba el corazón.
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