Caminaba sin rumbo fijo, no parecía ser el mismo de antes, por primera vez no tenía ánimos de nada. Miraba como las demás personas caminaban, platicaban, reían sin ninguna preocupación; una sonrisa irónica se dibujó en su rostro, ¿cómo sería la vida ahora?, jamás pensó que llegaría a sentir lo que era perder a alguien
Horas antes:
- No es cierto... dime que no es cierto
- Lo es -Uruchi lloraba- Naka, Rai dejo este mundo
Naka no lo podía creer, su hermano mayor había muerto, en ese mismo momento, llegaron a su cabeza los recuerdos que había formado con su hermano. Sintió como las lágrimas salían de sus ojos, Naori le siguió contando del accidente, ya que Uruchi no tenía voz.
- ¿Dónde está su cuerpo?
- En el hospital, en este momento, le están extrayendo órganos vitales
- ¡¿Por qué?!
- Naka, cálmate -hablo Uruchi- fue decisión mía, luego de que tu hermano dio su última voluntad
- ¿Cuál fue?
- Tu hermano se accidento por
- Querer ver a Shizuka-sama, ya me lo dijeron, ¿pero porque hiciste eso mamá?
- Porque Rai, quiso que le dieran su corazón a Shizuka-sama, él sabía iba vivir conectado a un aparato; fue por eso que pidió darle a ella su corazón
Naka se sujetó el pelo, recordó que Rai una vez que le menciono que de serle posible, si Shizuka llegara a necesitar el transplante, él le daría su corazón; Naka lo tomo como algo literal, pero luego entendió lo que en realidad le quería decir: el corazón de Rai, siempre le perteneció a Shizuka.
- Naka, tu hermano me pidió que por favor no odiaras a Shizuka-sama, él...
Pero Naka no escucho y salió de la casa, Uruchi quiso seguirlo pero Kaguya se lo impidió. El joven llego a una banca, seguía con su mirada baja, pensaba en ir y reclamarle a Shizuka aun sabiendo que quizá ella aún no sabía quién fue su donante. Sin embargo, su corazón le hacía recordar las palabras de Rai de que no la culpara, no sabía que hacer
No se percató de que una pelota llego a su pie, Naka la miro, pensó en patearla lejos para que no llegara ningún molesto niño a pedírsela, pero cuando escucho esa voz
- Disculpa, tomare la pelota -al verlo alzar su rostro- ¿Naka?
- Ah, eres tú -tomo la pelota- aquí tienes
Gaara vio a azabache completamente apagado, sabía que en ocasiones era sarcástico, pero se escuchaba sin ánimo, el pelirrojo tomo la pelota
- Gracias, bueno nos vemos
- Espera -bajando su cabeza- dijiste que el padre de tu hijo murió, ¿verdad?
- Si
- Dime... ¿cómo superaste el que se haya ido?
- Bueno
- ¡Gaara! -se escuchó la voz de Temari, que venía con Sai en brazos -¿qué estás haciendo? -al ver al Uchiha- ¿eres Naka, verdad?
- Si, gusto en verla, Temari-san
- ¿Pasa
Pero la chica no termino su frase al ver una mirada seria de Gaara, Sai vio al chico algo cabizbajo
- Dada -estirando sus bracitos
- Ven aquí -cargándolo- creo que debemos irnos
- No -dijo Sai
Gaara y Temari vieron con extrañeza al bebé, quien comenzó a moverse para que su papi lo bajara
- No Sai, la última vez casi me matas de un susto
- Dada...
- Ya dije que no Sai
Naka alzo su vista y vio como el pequeño azabache trataba que su papi lo pusiera en el suelo, cuando una idea vino a su mente
- ¿Quieres hacerme sentir bien, enano?
- Ti
Los adultos se sorprendieron, no esperaban que el bebé entendiera la tristeza, Naka lo miraba incrédulo
- ¿Le enseñas a hacer bromas?
- Claro que no, Sai es listo y sabe cómo son los estados de animo
- Dada
- Sai, lo que quieres hacer es muy noble, pero este tipo no lo aprecia -viendo a Naka- si nos disculpas, nos vamos
- Espera -Naka se puso de pie- no me has respondido
Gaara y Naka se miraban fijamente, el pelirrojo noto una tristeza en los ojos del azabache, solo suspiro
- Temari, tú adelántate y llévate a Sai
- No, dada, no
- Sai
- Déjalo -hablo Naka- creo que me hará bien la compañía de los dos
- Gaara
- Esta bien, Temari, solo déjame sus cosas
- De acuerdo
Dicho eso, Temari dejo solos a los tres, Naka le hizo espacio a Gaara en la banca, quien se sentó con Sai en brazos. El pelirrojo suspiro
- Como te decía, cuando el papá de Sai murió… yo, me sentí morir -viendo al cielo- por más que trate, ya no le encontraba sentido a la vida aunque trate de salir con chicos, nada era igual. Me había enamorado profundamente de él
- ¿Cómo se llamaba?
- Shimura Sai -Naka lo miro de reojo
- ¿Y por él llamaste así al enano?
- Sí, pero no sabía que él -viendo a su bebé- venia en camino
- ¿Hasta cuándo?
- Cuando -suspiro- trate de morirme, luego de haber pasado cinco meses desde que Sai murió, me deje morir de hambre. Temari me encontró y me llevo al hospital, ahí trataron de alimentarme, pero seguía decidido a morir, hasta que la doctora que me atendió me dijo que estaba encinta y que podía perder a mi hijo. En cuanto lo supe, nuevamente me levante, no iba a dejarlo morir no iba a perder el fruto de mi amor
- Dada
Sai se acurruco en el pecho de Gaara, quien apoyo suavemente sui barbilla en la cabecita de su bebé, al mismo tiempo que unas lágrimas salían de sus ojos. Naka al verlo, las quito suavemente
- Disculpa, pero
- Está bien -respondió Naka- entonces, es por tu hijo que superaste la muerte de tu novio
- No del todo, he aceptado que el ya no está en este mundo, pero el tener a mi hijo es como si él no hubiera muerto
- Te quelo dada
- Y yo a ti mi cielo -le abrazo Gaara
Naka al verlos, sonrió, de alguna manera le recordaban a él mismo y a Rai. Miro hacia el cielo y como si escuchara la voz de su hermano
- Naka
- Rai -susurro
- ¿Qué?
- Rai… mi hermano mayor, falleció
- Lo siento
- Pero antes de morir, pidió que su corazón le fuera dado a la chica que amaba para que pudiera seguir viviendo y mi madre pidió que tomaran los órganos para personas que necesiten algún transplante
- Eso es muy noble de su parte y en cuanto a tu hermano, fue un acto valiente pero al mismo tiempo, una lección de amor. Sé que el corazón de tu hermano está en buenas manos y así, podrá seguir vivo
- Lo sé, pero…
Naka no pudo más y comenzó a llorar afligido, Gaara lo vio con tristeza ya que lo entendía; en cambio Sai
- Naka… Naka… -el azabache al oírlo lo vio- Naka
Sai estiraba sus bracitos, con un asentimiento de Gaara, Naka lo cargo y lo sentó sobre su pierna. El pequeño lo miraba algo confundido
- Dada paeta
- ¿Paleta? -el bebé asintió- ten
- Naka
El azabache se sorprendió al ver que el bebé le daba la paleta, Gaara solo sonrió con ternura y vio a Naka con ese gesto, quien luego entendió: Sai trataba de hacerlo sentir bien con un dulce, el azabache sonrió y se sintió como tonto. Tal vez aún era muy pequeño para entender el dolor de perder a alguien, pero algún día, su papi le contaría de su padre quien murió sin conocerlo. En eso recordó una experiencia con Rai
*FLASH BACK*
Naka lloraba tristemente, mientras Rai terminaba de cavar una tumba, aquella ve iban a enterrar un pajarito que el menor había encontrado. El ave estaba lastimada, pero Naka lo había cuidado y parecía que el pajarillo se recuperaría, pero esa mañana amaneció muerto
- Naka, es hora -le dijo Rai
- Hermano -con la cajita en manos
- Está bien
Rai tomo la caja, la coloco en el pozo y le echo tierra; una vez hecho eso, coloco una piedra a modo de lapida. Naka se aferró a su hermano
- Niisan, no lo entiendo, ayer canto tan bonito y yo pensé que se recuperaría
- Tal vez, esa canción fue para darte las gracias, por haberlo cuidado
- ¿Agradecerme?
- Si, mamá dijo una vez que los animales saben cuándo es su hora y en el caso de las aves, dejan en este mundo una canción para que todos lo recordemos
- ¿Cómo lo recordare?
- Solo cierra tus ojos y escucha
Rai cerro sus ojos y Naka lo imito, el viento comenzó a soplar y de la nada, el menor escucho la canción del ave
- Rai, la escucho -sonriendo- puedo oírlo
- Eso es porque, mientras lo sigas recordando, él no habrá muerto
Naka sonrió y asintió, Rai hiso lo mismo y le dio una paleta. El menor la tomo, pues esa era la manera en que Rai le decía que la vida tenía momentos amargos y dulces
*FIN FLASH BACK*
Naka seguía viendo a Sai que aún sostenía la paleta, el azabache comenzó a llorar y abrazo al pequeño. Gaara solo sonrió con ternura y más porque a Sai no parecía molestarle. Luego de separarse
- Tienes razón, Gaara, Rai no ha muerto. Él vive en aquellos a los que le dio una segunda oportunidad -el pelirrojo asintió
- ¿Paeta?
- Gracias, amiguito
Naka tomo la paleta y el pequeño sonrió. Los tres se quedaron un rato más en la banca, hasta que poco a poco iba llegando la noche y comenzaba a hacer frio
- Debemos irnos, no quiero que Sai se enferme
- Entiendo
Pero ambos notaron que Sai se había quedado dormido en los brazos de Naka, con cuidado, el azabache ponía al bebé en los brazos de Gaara; una vez hecho eso, el azabache cubrió al bebé con su manta
- Gracias
- No, gracias a ti
Ambos se dieron cuenta de lo cerca que estaban sus rostros, sus ojos se conectaron de inmediato, no supieron cuando duraron así, hasta que un imprudente paso
- Ya dense un beso
El tipo se alejó riéndose y eso hizo reaccionar a ambos chicos
- Perdona, te retraso
- No… yo -ambos se ven y se ríen- Naka-san, en verdad siento lo de tu hermano. Si no te molesta, me gustaría acompañarlos en su funeral
- Claro, yo te aviso con Lars
- O -sacando una tarjeta- este es mi número, avísame e iré
- Gracias
Gaara asintió y se retiró del lugar, Naka solo miraba con una sonrisa
- ¿Te gusta Naruto-sama, sí o no? -recordó Naka- cuando madures lo sabrás, todo puede cambiar
- Rai -viendo al cielo- Naruto-sama nunca me gusto ni lo ame… creo que, ese doncel con todo y ese mocoso…
Naka sonrió para si, finalmente, entendió que pronto sería igual que Madara, Itachi, Sasuke, Lars y Tobi.