Luego de que Lars le entregara la banda a Madara, este se encontraba en su estudio, ya Sasuke había sido dado de alta por lo que se encontraba en casa. El azabache mayor pensaba, tratando de entender que hacían esbirros de su abuela. En eso, Izuna llamo a la puerta
- Madara, te traje café, ¿estás bien?
- No -mostrándole la banda- Kaguya-obasama, los mando, no estoy seguro para que
- ¿Qué harás?
Al día siguiente, en la casa Namikaze
- Naruto date prisa
- Ya voy papá, si Deidara no se encerrara en el baño
- Cállate, hum
- ¿Qué?, ¿acaso Itachi-ni te dejo otra marca?
Deidara ya no respondió y Naruto se burló de él. Minato observaba desde las escaleras, cuando alguien llamo a la puerta
- ¿Madara?
- Hola
- Oh, perdón, pasa
- No, solo vine a decirte que saldré de la ciudad
- ¿Por qué?
- Hay un asunto que tengo pendiente, que debo resolver. Así que no te veré hasta la siguiente semana
- Está bien -sonriendo
- ¿Me extrañaras?
- Bueno -suspiro Minato- al menos me librare por un momento de tus acosos
- ¿En serio? - burlón
En eso, Madara tomo a Minato de la cintura, al tiempo que ponía su pierna entre las del rubio para darle un beso algo fuerte, el cual se pasó al cuello del rubio
- Ma-Madara… sabes que…
- Lo sé -entre besos- aquí es donde eres más sensible - dándole una lamida al cuello
- Mm…
- Por Dios, váyanse a un hotel
Madara vio a unos sonrojados Deidara y Naruto, pero el más rojo era Minato, pero aun así, el azabache soltó al rubio mayor
- Chicos
- Está bien, papá -dijo Naruto- después de todo… voy a desayunar - yéndose al comedor
- Ahora sé de donde saco Itachi lo pervertido - murmuro Deidara siguiendo a su hermano
Madara solo esbozo una sonrisa y soltó al rubio
- Bueno, nos vemos dentro de una semana -acariciando la mejilla de Minato
- Si, por favor, vuelve con bien
- Lo hare
- Madara
Antes de que el azabache se fuera, Minato le dio un beso de despedida, Madara solo correspondió y lo abrazo con fuerza a su cuerpo, como si nunca quisiera irse, cuando terminaron
- Te amo -se dijeron al mismo tiempo
Madara subió a su auto pero antes de irse dio una vista a Minato y vio que en la puerta estaban Naruto y Deidara, diciéndole adiós con las manos. El azabache sonrió y arranco. El viaje duro casi cuatro horas, su destino, la Villa Uchiha donde se haya la casa principal de la clan. Antes de bajar, muchos recuerdos, buenos y malos, inundaron la cabeza Madara. Finalmente bajo del vehículo y entro a la villa.
Todos sus habitantes, estaban sorprendidos de verlo, tenían años de verlo. Pero a Madara poco le importaban las miradas y los cuchicheos que recibía. Finalmente llego a la casa principal, pero antes de entrar
- Vaya… vaya… hasta que el hijo prodigo regresa -lo recibió una voz seria
- …
- Cuanto tiempo sin verte, Madara
- Inabi -respondió el pelinegro
- Sabes que no eres bienvenido
- No vengo a verte a ti, vine a buscar a Uchiha Kaguya
- ¿Cómo te atreves a faltarle el respeto a la abuela?, largo de aquí
- ¡Inabi! - se oyó una voz femenina
Madara e Inabi, dirigieron su vista hacia una chica de cabello morado y piel clara, quien al salir miraba seriamente al segundo y sonrió al primero
- Bienvenido Madara, la abuela te espera
- Gracias, Naori
Naori sonrió y guio a Madara hasta la sala principal, como el azabache supuso, Kaguya lo esperaba, pero no estaba sola, los más viejos del clan yacían sentados junto a ella y delante de los Sabios Uchiha, como se les conocía, yacía un hombre al que llamaban Daimyō, quien sostenía un abanico
- Gracias Naori, puede retirarte -la joven reverencio
- Madara Uchiha- inicio el Daimyō- ¿a qué se debe tu llegada?
- Supongo que sabes a que he venido, cierto, Kaguya-sama
- ¡Madara! -hablo Yashiro- esa no es forma de hablarle la cabeza de nuestra familia
- ¡RESPONDE! -ignorando a Yashiro- ¿Por qué enviaste a tus perros a investigar a Namikaze Naruto, Byakko Sarutobi Shizuka y Senju Tobirama?
- ¿Namikaze?, ¿Byakko?, ¿Senju? -repitió Teyaki- ¿Quiénes son ellos?
- Pronto los conoceremos -hablo Kaguya- Namikaze y Senju son alumno y maestro, pero ambos son las parejas de Sasuke el hijo menor de Fugaku e Izuna
- ¡¿Qué?! -exclamo Yashiro- ¿y esa chica Byakko?
- Es amiga de Namikaze y alumna de Senju. Sin embargo, al parecer ella, bueno igualmente no podemos dejar que se pierdan vidas inocentes
- Pero Kaguya-obasama -se quejó otro de los ancianos- ¿escucho bien?, el hijo menor de Fugaku y el hijo menor de Tajima, tienen parejas fuera de nuestro clan
- Ellos no son los únicos, Itachi y Madara, también -anuncio Kaguya
Todos los ancianos, hasta el Daimyō, estaban sorprendidos. La descendencia de Tajima, rompía las reglas, como años atrás, se había hecho
- No vine hasta aquí para eso -replico Madara- contéstame
- Daimyō - hablo Kaguya
- Madara Uchiha, como sabes, si alguien de nuestra familia se relaciona sentimentalmente con alguien que no pertenezca al Clan Uchiha, esta pareja debe presentarse ante todo el clan y ser juzgado por los miembros más viejos de la familia así como de la cabeza principal
- Tsk, esa es una regla absurda -hablo Madara- ni mi hermano ni mis sobrinos ni yo tenemos porque obedecer y menos después de que nos dieron la espalda
- Lo de Izuna -hablo otra anciana- fue un acto de desesperación por parte de Sato, él ya se ofreció a disculparse y tiene una proposición que espera la aceptes.
Madara se extrañó al oírlo, la anciana se puso de pie y le dio un papel a Madara, el cual al tomarlo, abrió los ojos sorprendido
- Sato y Tomoe, esperan que…
Pero la anciana no siguió, ya que de inmediato, Madara rompió el papel
- Esta es mi respuesta. Díganle a ese bastardo y la bruja de su madre, que no permitiré que se acerquen a Izuna
- Aun así, Madara, tú y el resto de la familia de Tajima deben venir, junto con los Namikaze, Tobirama Senju y Shizuka Byakko. Los esperamos en la reunión familiar
Madara solo apretó sus puños y salio del salón, antes de salir de la casa
- ¿ya te vas?
- Sí, no soporto estar más aquí, Naori gusto en verte
- Espera -deteniéndolo- por lo menos descansa y cuéntame que paso
El azabache solo suspiro y acepto la invitación de Naori. Una vez en la casa de esta, Madara le contó lo sucedido
- Ya veo, pero antes, felicidades -sonriendo- debe ser un doncel muy apuesto
- Lo es -sonrió Madara- nadie se le compara, pero no estoy seguro de que venga
- Ignora a los viejos, sabes que esa regla es absurda, pero que debemos seguir
Naori bajo su cabeza con melancolía, Madara solo la vio de reojo, dejo su taza de café en la mesa
- Por cierto -hablo Madara- tu hijo está bien
- ¿De verdad? -Naori alzo su rostro ilusionada- ¿Y como esta?, ¿ha comido bien?
- Él está bien, es independiente como su madre y todo un prodigio
- Ya veo… -comenzado a llorar
Madara abrazo a su prima, dándole ánimos
- De seguro me odia, por abandonarlo
- No lo creo, ¿le dirás la verdad?
- Si viene, sí. Tiene que saber porque tuve que abandonarlo
- Naori, ¿podrías hospedarme hasta mañana?
- No tienes que pedirlo, eres bienvenido
Al día siguiente, Naori despedía a Madara. Nuevamente cuatro horas, separaban al azabache de su familia y de su amor. Una vez que llego a la ciudad, llego a un centro comercial y después a un lugar especial.
Horas después llego a su casa, donde fue recibido por Izuna
- Pensé que vendrías en una semana
- Lo sé, pero en realidad lo hice para ganar tiempo
- ¿Acaso vas a?
- Si
- Hermano - Izuna abrazo a Madara con felicidad
- Por cierto, Naori te manda saludos
- ¿Cómo está?
- Espera vayamos a la reunión y espera que él vaya para decirle la verdad.
- Tenemos que hablar con él, ya que si no vamos, al menos su hijo debe ir y conocer la verdad
- De hecho, nosotros también iremos
- ¡¿Qué?!, pero
- Kaguya insiste en conocer a Minato y los demás. Además, con lo que pienso hacer, será bueno dejarles en claro que no seguiremos la tradición
- Ya veo
- Pero eso no es todo -Madara suspiro- Sato…
- S-si –Izuna tembló
- Ha pedido tu mano en matrimonio