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After I get drunk of you por mishula

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Notas del capitulo:

Ay dios, no tengo perdón, estoy trabajando y estudiando y, bueno... es terrible

les paso este, el penultimo capitulo de este bello fanfic... ya saben no demoren en votar si es niño o niña, aun las votaciones estan abiertas

Parfait Amour 
o Un trago amargo

- ¿Perdón? – dije mientras me levantaba suavemente de la mesa.

¿Había oído bien? Ella… ¿Quién era exactamente para decirme eso? El señor Uchiha había sido tan amable y comprensivo, y ella… Ella quien era la madre de Sasuke, ella quien ahora cruzaba los brazos y se sentía muy especial, ella quien estaba deshonrándome con esas proposiciones, la misma que estaba halándome de vuelta a la mesa. 

“Debo volver con Sasuke rápidamente” eso fue lo que pensé.

- Mira cariño, todos tienen un precio, dime el tuyo
- Ninguno, Señora
- Antes que me rechaces, te diré algo importante. ¿Conoces la compañía Uzumaki. S.A?-
Paré en seco, era la compañía de mi padre. Asentí y volví a sentarme. - ¿Venden papel verdad? 
- Sí
- Acabo de firmar con ellos un negocio de más de doce millones de dólares, por todo el papel del año, como sabrás una empresa de publicidad como la mía requiere mucho papel. Sasuke debe haberte dicho que la compañía en la que él está es mía, pues bien, te ofrezco este trato: aléjate de mi hijo y firmaré más contratos como esos; desprecia mis atenciones y hundiré a tus padres en el fondo del abismo, nadie volverá a hacer negocios con ellos.

Todo se detuvo, ella miraba fijamente mis ojos, era como una pantera negra al asecho, mis sentimientos por Sasuke eran, y son, muy fuertes, sin embargo, mis padres habían luchado toda la vida para tener esa empresa. Recordé lo que me dijo Nagato “Estamos pasando por un mal momento” suspiré pesadamente. Estaba acorralado, ante eso decidí usar mi última carta.

- Estoy en estado – dije seguro que eso la detendría. Soltó una carcajada y aplaudió un poco.
- Un salvavidas muy interesante – volvió a su posición imperativa de antes – pero eso yo ya lo sabía. ¿Crees que dejaría que cualquier chico de quien sabe donde arruine a mi pequeño? Mira, desde el principio supe que serías un gran problema, desde que arrollaste a mi bebé 
- ¿Cómo?
- Sí, fue hace seis años. ¿No lo recuerdas? Estoy 100% segura que fuiste tú, Naruto Uzumaki, despistado, nervioso, en fin primera lección de manejo.

Quedé frío, así que él era la persona por la que me había esforzado en olvidar, la causante de mi miedo al volante, ya no recordaba su cara, ni su nombre, solo recordaba su figura chocando contra el parabrisas, rompiéndolo, probablemente con lesiones graves. Suspiré, al parecer Sasuke si me recordaba, así que a eso se refería cuando mencionaba que me conocía de antes, tardé un poco en digerir lo que ella me había dicho. Después puso sus brazos sobre su regazo y sonrió. 

- Mira, puede que Fugaku haya sido comprensivo contigo pero yo tuve muchas carencias cuando estuve con él, no podía comprarme mis joyas y me tocó trabajar muy duro, yo no quiero eso para mi bebé. Así que mejor aceptas... no sabes de lo que soy capaz.

Me quedé ahí algunos segundos, definitivamente mi burbuja se había roto demasiado pronto, escondí mi cara en mis manos un segundo, ella sonrió burlona. Me tenía en sus manos.
La miré directo a los ojos, quería golpearla, quería correr con Sasuke, quería… ¡Dios! quería hacer muchas cosas pero no me atreví a hacer ninguna. Estaba asustado, estaba nervioso, estaba triste, estaba desesperado. ¿A quién acudir? Sasuke trabajaba para su madre y el Señor Uchiha no siempre podía ser mi salvavidas. Iruka y Kakashi estaban muy lejos e Itachi… aunque era perfecto, probablemente le diría a Nagato y éste a mi padre y era muy joven para morir separado en girones por mi papá. Todo se resumía a una sola palabra: desamparado. Lloré un poco, el embarazo y la situación me habían colmado y ya no podía más.

- Mira cariño, hagamos esto: yo te doy una pensión para ti y tu “bebé”,- fruncí el ceño - le doy dinero suficiente a tus padres, tanto como para que tu hermanito no trabaje en un Mc Donald’s y bueno… tu solo debes dejar a Sasuke. Por cierto, hablé con Fugaku, ya no tienes que volver a trabajar
- ¡¿Qué fue lo que le dijiste?!
- Que ibas a quedarte aquí, no tienes lugar donde volver, eres mío ahora.- Diciendo eso se levantó, no sin antes dejarme un número de teléfono y decirme algo más -Tienes hasta mañana en la noche.- Me quedé ahí, solo, lloré otro buen rato.

Había tomado mi decisión, no era la mejor pero era mía, la llamé directo y solo dije “De acuerdo” ella rió al otro lado de la línea y me llegó un correo con la confirmación de un vuelo a Francia “Es un pueblo pequeño, pero ahí estarás bien. Gracias por tu comprensión.”

Partiría en la mañana. Llegué a casa antes que Sasuke. Nagato e Itachi estaban profundos en el cuarto de videojuegos, tomé mis cosas.

“No eres tú. Soy yo.
No te molestes en buscarme”

Así como estaba, no necesitaba más ropa, tomé su almohada y me fui rumbo al aeropuerto. Estaría ahí toda la noche.

A la mañana siguiente tomé mi vuelo muy temprano, con el miedo de encontrarme con Itachi que también volaba ese día, así que fui el primero en abordar, iríamos primero a Bordeaux, sería un vuelo largo. Tomé unas mantas y traté de dormir aunque lo único que podía soñar era con la tristeza de Sasuke al notar que no estaba ahí. Dormí abrazando mi vientre y sentí que lloraba un poco.

“Estamos aterrizando, por favor abrochar sus cinturones”

Salí del avión con la sorpresa de encontrarme a dos personas con traje esperándome, no eran ni las seis de la mañana y ellos estaban ahí tan… ¿cómo se dice? Impecables. Sonrieron de lado y me halaron hasta un transporte.

- Buen viaje Señor Uzumaki.

Me entró pánico, por un lado, confiaba en la mujer, ella era una persona de negocios, no podría ser tan mezquina ¿o sí? Por el otro, no podía estar tranquilo con las últimas palabras del hombre, me desaparecería de la vista de todos y lo peor, temía mi muerte. Pero no fue así, tomamos otro avión que nos llevó hasta Venecia, luego el tren, que en un trayecto muy poco práctico supongo yo que para evitar que me siguieran, fue hasta San Marino, luego tomamos otro hasta Napoles y de ahí un barco hasta Sicilia. 

Pensé que habíamos terminado el viaje pero en seguida tomamos un camino… anormal, desde el puerto, ingresando en la isla hasta llegar a Augusta, un pueblito muy bonito, cálido y bien estructurado, algo pequeño, pero estaría bien. Descubrí que había una maleta con ropa de mi talla en la entrada de una casa. Esa mujer tenía todo planeado.


*~*~*~*~*


POV SASUKE


Llegué muy tarde a casa, estaba tan agotado, tan cansado, tan aturdido que caí en el sofá. No recordaba que Naruto estaba ahí, lo noté cuando no lo vi en la mañana.

- Creo que fue a comprar algo – dijo Itachi mientras llamaba a casa de Naruto para avisar sobre Nagato.
- ¿Ah? 

Nagato miraba nuestra habitación y se acercaba a mí.

- Hey, no tiene la ropa aquí. Y dejó esto.

Vi la nota y todo se desmoronó, no supe qué hacer ¿Había sido secuestrado? ¿Qué había pasado? Se había llevado todas sus cosas sin una explicación razonable ¿Por qué, cuando ayer había estado tan cariñoso? ¿Fue su plan desde un principio? No, Naruto nunca fue mezquino, entonces… ¿Por qué? Esa siempre fue la duda, siempre fue el punto de corte, el punto frío, la cuestión.

La duda me asaltó pero no hice nada más durante ese día. Me fui directamente a mi habitación mientras Itachi alistaba sus cosas y se iba al aeropuerto. Partió con Naruto a quien le hice jurar que no dijera absolutamente nada, lo prometió y se marchó a su trabajo, después simplemente me quedé solo. Estaba ahogándome, desahuciándome encima de la cama. Quería pedir ayuda, pero ¿a quién? Si le decía a mi padre de seguro me reprendería por imbécil y la poca confianza que había ganado de su parte se iría por el caño, solo tenía una solución, mamá.

- ¿Diga?
- Ma… soy Sasuke.
- Dime, cariño.
- ¿Recuerdas a Naruto? ¿El que te presentaría hoy? Desapareció.

Después de un rato muy largo hablando y pensando con ella, me propuso contratar un detective privado, con la excusa que tal vez el estaba siendo amenazado ¿Por quién? Ni idea, pero era posible, me dijo también que no contactara a papá, tal vez él era el del problema. Lo pensé, él siempre había estado en contra de mi orientación, mamá en cambio confió en mí y me dejó su sucursal en Canadá, papá a duras penas estaba pensando en ello, el conocer a Naruto por medio de él fue una simple coincidencia. En cambio siempre pude confiar en mamá, ella tan transparente y cariñosa, ella era todo y mucho más. Después de dejar mi vida, casi literalmente, en sus manos… y durante un buen tiempo me enclaustré en casa. Esperando noticias, esperando que mi amor  volviera, esperando algo, cualquier cosa.

Tres meses después

Eso que tanto esperé vino unos meses después, fue un día que no olvidaré. Ese día reuní el optimismo más puro con la desesperación absoluta, y un poco de tinte sobrenatural. Ese día pensé que estaría listo para salir por fin de casa y buscar por mi cuenta un modo para alegrar mi vida, en efecto lo hice, me levanté y alisté como si fuera para el trabajo. Luego la noticia que mi madre me daría me quitaría todas esas ganas de seguir viviendo.

- Amorcito... – dijo cuando llegó a casa como de costumbre, cada sábado – el detective encontró información sobre Naruto.

Se me alegró la vista y me senté interesando frente a ella. Sin embargo su semblante me decía que no podía haber nada bueno en el informe que había recibido. Imaginé lo peor, aunque claro, lo peor fue poco para lo que me dijo.

- Él, bueno, según los reportes el chico quiso volver al pais así que tomó un avión hacia corea para conseguir un viaje más económico, luego al tomar un ferri este se… hundió. Yo, no sabía cómo decírtelo, hace varios días que lo sé, pero no quería matarte así. Nadie sobrevivió.

Todo se desvaneció y supe que había caído inconsciente, pensé en todas las cosas que había planeado para cuando encontrara a Naruto , había planeado ir tras él tan pronto mamá consiguiera algo de información. Había planeado tenerlo conmigo y no dejar que se fuera de nuevo. Entonces descubrí lo imbécil que había sido, solamente dejando que mamá hiciera todo el trabajo y yo solo lamentándome. Si hubiera sabido antes, tal vez… no me dolería tanto, me sentí tan imbécil, tan impotente, no haber podido salvar su vida me hizo muy infeliz, más cuando no sabía exactamente qué hacer con mi vida después de esto. Todas mis intenciones de seguir adelante, de luchar, de ser de nuevo alguien que mereciera el amor de de ese pequeño rayo de sol se fueron volando, o mejor dicho… nadando.

Cuando desperté estaba en un hospital y mi madre estaba ahí, confié tanto en ella y, ella solo me dijo la verdad. No mantuvo esperanzas tontas ni nada por el estilo, pensé entonces en Naruto. En estos momentos él tendría unos seis meses y estaría panzoncito, lloré amargamente mientras ella estaba consolándome. Había perdido todo, él tenía algo que yo jamás recuperaría, él tenia mi amor y mi hijo, él me tenía, yo era suyo por completo y ya no estaba.

- Está bien que llores bebé, ya le dije a Fugaku, él se mostró igual que tú. Está bien, está bien.

Al salir del hospital decidí que si me enamoraba de nuevo no sería así, no volvería a caer en las garras de nadie, no volvería a sentir lo mismo. De hecho, me prometí que jamás me olvidaría de Naruto, jamás. 

Entonces fingí seguir con mi vida, fingí ser de nuevo el chico Gamer incorregible, fingí seguir siendo el chico que sacaba suspiros y no trabajaba por nadie diferente a sí mismo, en secreto y como si mi subconsciente me molestara compraba ropa para bebé y la mandaba por correo a ningún lado, con la esperanza que mi rayo de sol – donde fuera que estuviera – la recibiera y vistiera a nuestro bebito con ella. Lloraba cada vez que recordaba algo de eso. 

Mentí a Nagato sobre lo que me dijo mamá, le hice creer que aún no había información, le hice prometer también que no dijera nada sobre esto, que aún sus padres creyeran que estaba vivo y bien, sin embargo, había días en los que me moría por decirle a todo el mundo lo desdichado que estaba. 

Durante algún tiempo hice muchas cosas a diario para mantenerme ocupado, así fue que mi madre habló con papá y resolvieron que yo estaría a cargo de la empresa de él. Mamá había decidido que no sería negocio de familia, que sería algo que se ganara por mérito, sin embargo, me sentí un poco traicionado. Por otro lado, papá al fin había confiado en mí y me recibía con los brazos abiertos. Cuando volví a mi casa vi a Iruka que tenía una pancita como la que hubiera tenido Naruto alguna vez, no pude evitar deprimirme, es que solo habían pasado algunos meses más y todo estaba muy fresco.

- Siento que fuera una pancita tan grande – dijo mientras se colocaba una bata – no puedo esconderla de ti, también me pone muy triste esto y lo sabes.

Ellos se habían mudado hace unas cuantas semanas, así que solo estaban de visita. Kakashi no estaba muy feliz con la idea de que se quedaran un poco para hacerme compañía, de hecho me dijo muy claramente: “No sé qué tan equilibrada esté tu cabeza, lo siento, pero no puedo dejar a mi hijo cerca de ti, sin embargo si quieres compañía me quedaré yo, siempre seré tu amigo”

Ante tan dolorosa revelación de amistad y temor al tiempo, solo pude sentir admiración, él era capaz de acompañarme y estar a mi lado aún cuando se sentía inseguro.

En efecto, Kakashi se quedó conmigo unos días hasta cuando sentimos que podría vivir feliz. Compré un gato y bueno… eso no es muy relevante, pero fue una compañía interesante. Itachi venía algunos días – terminó siendo el presidente de la firma en la que trabajaba… aún esta no se ha caído a pedazos así que creemos que está bien – luego de un tiempo, se tomaba una copa y se iba , había ido a terapia falsamente, había hecho mucha trampa.

Fue dos años después en el matrimonio de Itachi – con una mujer que al parecer fue el “amor de su vida” durante su época de universidad… no entiendo cómo puede esa mujer aguantarlo - todo empezó a cambiar. Me levanté esa mañana como de costumbre, me duché muy rápido y vi una foto de Naruto que le pedí a Nagato, por mis siempre acostumbrados veinte minutos, besé sus labios impresos y salí de casa. Había olvidado desayunar así que pasé por casa de papá. 

Sai no estaba, así que desayuné tranquilamente, se preguntaran si él sabía sobre el asunto de Naruto, la verdad es que sí y tampoco lo tomó muy bien. Me había enterado de sus sentimientos hacia él y como mi precioso rubiales había dicho que no, con una mirada decidida y segura. El caso fue que Sai casi se muere también, llegué a pensar que papá había empezado a odiar a Naruto, el que casi mata a sus dos hijos, pero no fue así, Naruto era tan querido en casa que se sentía una pesada aura cuando algo recordaba a ese muchacho ahí.

- Y bien - dije a mi hermano mientras comíamos - ¿qué harás después de la boda?
- Pues… haremos una “sex tape”, no sé hacer nada más
- ¡Itachi tomate las cosas en serio! – Dijo papá detrás de un periódico
- Iremos por ahí… tomados de la mano como una pareja normal así todos idiotas.

Ambos soltamos al aire una carcajada auténtica, Itachi aún seguía siendo un cuento completo, él siempre me sacaba una sonrisa cuando quería, cuando no, era un foco de tristeza, pero ese día estaba más que contento. Salimos los tres rumbo a la iglesia. Sentí un golpecillo en el hombro, era Nagato.

- Hola niño – dijo papá sonriendo
- Señor Fugaku, Sasuke ¿Qué tal les trata la vida?
- Pues, ¿qué te digo? no encuentro una mujer joven que quiera sucumbir a mis encantos.

Ambos sonreímos, pero no por lo que dijo, si no porque la esposa de mi padre hacía ya dieciocho años, estaba tras de él.

-¿Ah sí? ¿Una mujer joven? ¿Qué tanto?
- Así como tú cariño, de hecho… te buscaba a ti

Ambos carcajeamos y los dejamos solos, papá tenía una lección que aprender.


- ¿Viniste de Canadá solamente a esto?
- No, estoy trabajando en el hotel del centro, soy el chef
- Eso es muy bueno, teniendo en cuenta que no tienes que estar lejos de tus padres.


Sonrió y caminamos calmadamente, había algo en el ambiente que me tranquilizaba, estuve a punto de revelar la verdad a Naruto, pero eso definitivamente lo destrozaría.

- sasu… – dijo – gracias por amar a mi hermano, así él no aparezca nunca, pero gracias por hacerlo.

Eran finales de verano así que se sentía un frío mezclado con aire cálido, y ese tipo de viento nos envolvió cuando Nagato dijo aquello, traté de descifrar que era lo que quería decir exactamente, lo supe cuando lloró.

- Jamás lo van a encontrar ¿verdad?... él podría estar muerto ¿cierto?
- Aún sigo buscándolo, a él y a mi hijo

Y ahí murió el tema, cambió de conversación rápidamente , a una más amable de sus días como chef y entramos junto con papá al auditorio, para ver como el incorregible Itachi Uchiha daba el sí… con un letrero de “me arrepentí… ayúdenme” en la espalda.


la esposa de papa, mamá 2– como yo le digo – lloró toda la maldita ceremonia, no recordaba haber visto a mi madre llorar así  en ninguna situación, Tal vez era porque Itachi era un caso perdido cuando deseaba serlo y el hecho de no haber “montado cacho” en ningún momento y que ahora estaba sonriendo dulcemente a su mujer de esa manera era lo que más la enorgullecía, papá por su parte estaba muy tranquilo, podría decirse que estaba aliviado, pensé que precisamente era por la misma razón que ella lloraba a mares.

 


“Los declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia”

“- ¡ay por fin!”

y la besó como si no estuviéramos en una iglesia, tanto que deseábamos que alquilaran un cuarto de hotel, ella sonrio nerviosa cuando mi hermano la dejo ir, todos reimos un rato.

Salimos de ahí a una reunión especial, ahí estaban todos, obviamente todos estaban felices de que Itachi hubiera terminado su vida de soltero empedernido y ahora estaba casandose, Naruto tuvo que irse.

- Es cierto. No conozco a tus padres – dijo papá
- Lo siento, es que a mis padres no les gustan ustedes los Uchiha.

Me sonreí, si eso era cierto, la cara que hubiera hecho el papá de Naruto cuando me viera de gancho con su hijito. Fue una mala acción, ahora estaba hecho pedazos, unido con saliva y un poco del pegante que solía aplicarme en las mañanas. Papá lo notó y sugirió seguir adentro. Me sorprendió ver a Sai ahí.

La cena y todo el protocolo fue menos largo de lo que esperaba, a la larga Itachi se escaparía, así que fue una reunión más o menos larga, nadie habló sobre nosotros los mayores, por primera vez en mucho tiempo Sai y yo pudimos estar en un lugar sin masacrarnos sangrientamente, estaba seguro que nuestros pensamientos iban a una misma dirección.

Cuando terminó todo ese circo, recogimos todo y partimos a nuestros hogares, no tenía idea que Sai ya no vivía con papá, supuse que era algo muy bueno y que el niñito ya había madurado. Me despedí de mi papá y mamá 2. Itachi ya estaría en una disco o en un motel, consumando su matrimonio, para ese entonces, por lo que me despedí de él unas horas antes.

Ya iba a montarme en mi auto cuando Sai me detuvo.

- ¿Qué quieres? 
- He estado esperando esto desde esta mañana… ¿puedes hablar conmigo un momento?
- ¿Sobre qué?
- Es sobre Naruto.

*******************Continuará algún día**************

Notas finales:

bien, eso es todo, disculpen la tardanza y bueno. voten

 

besos de conejo 


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