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After I get drunk of you por mishula

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Notas del capitulo:

H- E- L-L-O everyone! ok, estoy muy emocionada y contenta porque por fin estoy en vacaciones y aprové todas mis materias - y ¿a quien le importa? - ademas de ello el bullying hacia el cap 700 de naruto me ha hecho la semana... ese tal capitulo700¡ no existe!

bueno, pasando un poco mas al fanfic, gracias. Gracias a tod@s l@s que leen y lo disfrutan tanto como yo al escribirlo y comentan dandome amor y muy bonitos deseos... bueno soy como una tarjeta de felicitaciones andante.

sobre lo que algunas dijeron que Sasori estaba enamorado de Naruto, lo pense pero no, no queria ver a Dei mechoneando a Naru por "destruye hogares" (?) espero que les agrade

sin mas preambulos espero que disfruten el capi

besos de papa criolla - estamos en crisis... no hay gallina-.

Soda
o de un trago para quitar la resaca


Resaca: la real academia de la lengua define a la resaca como el hijueputa dolor que te taladra la cabeza y que   amenaza con partirte en dos, además del maldito malestar que te hace temer morir aplastado por tu propio cuerpo, eso sin incluir la sed y demás mierda que te cae encima.

Miento, así no la define, pero era lo que sentía,  el sonido de la regadera de Sasuke efectivamente me taladraba la cabeza,  y aunque  me bañaba con la luz apagada y trataba de no hacer ruido me dolía el cuerpo y debo decir con mucha vergüenza que un líquido blanquecino y viscoso que no era mío  se resbalaba por mis muslos. Me lavaba con cuidado todo aquello cuando la luz se prendió  de repente dejándome ciego, era muy obvio que no se notaba que yo estaba ahí pues la regadera estaba apagada y yo estaba tras la cortina negra del baño, y no hacía mucho ruido. Pude ver como entraba Sasuke al baño silbando una canción, levantaba la tapa de la cisterna y se ponía ahí a hacer sus necesidades.

- Buenos días – le dije y el dio un brinco.
- ¿hace cuánto estas ahí? – dijo abriendo la cortina.
- Desde antes que entraras a…
- Oh, pero no te oí ¿Por qué tenías la luz apagada?
- Me duele la cabeza.

Salió del baño y apagó la luz, respiré de alivio por el cambio de luminosidad, después entró  de sorpresa a la regadera, me rodeaba con los brazos y podía ver en la oscuridad como me sonreía, empezó a besarme, puso una de sus piernas en medio de las mías y empezó a tocar cierta parte suavemente, yo estaba algo adolorido por la golpiza y por la resaca pero no me importaba, estaba dispuesto a seguir a cabalidad el consejo de Dei y me divertiría, sabía de sobra que el imbecil azabache también estaba divirtiéndose y eso lo tenía muy claro.

- Así que el señor Narutin estaba jugando a las escondidas – dijo
- Es que el señor idiota siempre está tratando de tomar mi cuerpo sin mi permiso.

Carcajeó y encendió la regadera, agua procedente del ártico salió de ella en vez de agua tibia, recuerdo haber soltado un alarido muy lastimero mientras él estallaba en carcajadas, después el agua empezó a entibiarse pero ya el daño estaba hecho, su risa me golpeaba la cabeza por el dolor y teñía mis mejillas de rojo por la vergüenza.

- Ven – dijo y me puso fuera del chorro – ahorremos agua, te lavaré el cabello.

Tenía los ojos cerrados y esperaba su toque, no demoro en colocar algo sobre mi cabeza, me masajeaba suavemente, el dolor desaparecía lentamente, era una sensación endemoniadamente buena, me deje llevar durante al menos cinco minutos. Un mordisco en mi cuello me saco de mi ensoñación.

- ¿El señor aqui cree que esto es un spa

Me voltee y él se reía, le mire directamente a los ojos, mire a la pared - donde había una pequeña sombra-  vi entonces que Sasuke me había hecho una pequeña cresta con mi cabello enjabonado,  me reí junto con él y me peine normalmente, él ya se había enjabonado cuando abrió el agua de nuevo, me abrazó, estaba caliente, me refiero a que  su piel soltaba un calor muy cómodo, me aferré al mientras de nuevo masajeaba mi cabeza, me sentía como un bebé, recibiendo mimos de esa manera tan vergonzosa,  y secándome luego con la toalla.

Me quede ahí dentro de la regadera mientras él se puso su bata y me condujo hasta la habitación, la luz del día me hizo dar un pequeño salto de dolor. Luego me paso  una sudadera negra.

- Tu ropa estaba  llena de barro y pues… de sangre, así que está lavándose, te presto esto que me queda pequeño y voy a comprarte ropa interior.

Estaba avergonzado y enternecido por su gesto tan amable, le sonreí y palmee suavemente su hombro, después se vistió y  salió por mi ropa interior, me quede ahí en su casa solo, medio desnudo, digo medio porque me puse su camiseta y me quedaba enorme, tapaba lo necesario, de hecho era grande hasta para Sasuke, lo que algo enternecedor, digo... imaginarse a Sasuke con una camisa super grande ¡no me juzguen!

Caminaba por su casa como si fuera mía. Revise mi teléfono y tenía varios mensajes, uno era del señor Uchiha recordándome cuidar muy bien a su pequeño retoño, lo taché como hecho  en mi lista de pendientes, el joven Uchiha estaba en buenas manos, aunque era más bien al contrario. Otros cuarenta eran de Iruka y decían  básicamente: “¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¿Cuánto pedirán por tu rescate?” entre otras cosas  aún más graciosas, resolví llamarle y le dije que estaba bien que no angustiara a nadie, un poco tarde porque el idiota ese ya había llamado a mis padres y a mi hermano, estos habían llamado a hospitales, morgue, policía, todo aquello y tenía a medio  Tokio buscándome, le di un poco la razón, es muy considerable si examinas el hecho que me haya ido muy temprano con un “desconocido” y no haya vuelto al apartamento que compartíamos, no llamé ni respondí mensajes, en pocas palabras había desaparecido de la nada en el auto del hombre dueño de esa camiseta. Llamé a todos los que estaban alborotados y calme todo el asunto. ¿Qué fue lo que dije? Se preguntaran, obviamente no le diría a mi mamá:

“no, mami estoy bien, lo que pasa es que me estaba acostando con un amigo que conocí hace dos días, se llama Sasuke, te lo presentaré luego, pero te dejo pues estoy algo adolorido porque estuvimos toda la noche, es muy apasionado, pero no te preocupes él me trato bien.”   

¿Se imaginan? Le hubiera dado un ataque de pánico y  también uno cardiaco, así que por el bien de su salud y la de todos mis familiares le dije que me había quedado trabajar en la casa del hijo del jefe, que reemplazaba al señor Uchiha mientras este tomaba unas pequeñas vacaciones, para ser muy sincero le dije la verdad en casi todo, así que no me sentí mal.

 
Habían pasado unos cuarenta minutos y el otro no había llegado, yo caminaba ansioso por toda la casa, pensaba en que me resfriaría por estar desnudo por ahí, me acosté en el sofá a mirar al techo, tenía hambre pero no iba a asaltar la cocina aun cuando ya había estado ahí anteriormente.

- Soy un chico educado – me repetía como un mantra – no puedo ir a la cocina, soy un chico educado.

Se abrió la puerta y Un sexy azabache entro por la puerta con un paquete algo grande para ser unos bóxer, me sonrió y se quedó en el pórtico un buen rato.

- ¿Qué pasa? – dije algo irritado.

Hizo un sonido extraño en modo de negativa y cruzo por fin con algo de pesadez, me alcanzo el paquete que tenía además de mi ropa interior tenía unos zapatos.

- ¿son míos? – dije.
- Sí, pero debo decirte que quede en blanco con tu talla de ropa interior, sabia tu talla de zapato.
- ¿Cómo hiciste para saber que esta es mi talla? – levante los susodichos interiores con mi talla exacta.
- Bueno – hizo una pausa y empezó a dibujar con ambas manos las formas de mi cuerpo en el aire – pues solo calculé, use  mi memoria sensitiva, si sabes a lo que me refiero.

Sentí la cara fría, terriblemente fría, luego muy caliente y roja, él me sonreía y caminaba a la cocina, salió con dos vasos de jugo de naranja y dos cacerolas con sobredosis de huevos en tortilla, las coloco en el comedor mientras yo me colocaba mi ropa interior, y si, fue muy liberador si se lo preguntan, cuando iba a ponerme los pantalones, me detuvo.

- ¡no, los pantalones no! – me los arrebato de las manos y los botó lejos – aun no, quédate un poco más así.
- ¿porque?
- Pareciera como si fueras una esposa el primer día de casada, como si fueras mi esposo.
- Estas bromeando ¿verdad? – dije mientras arqueaba la ceja – primero: no soy una mujer; segundo: no soy esposa de nadie, menos la tuya.
- Aun no – dijo mientras Subía los hombros – aun no señor Uzumaki, nunca digas “de esta agua no beberé”.

Diciendo esto me beso en los labios y se sentó a desayunar, decidí no perder mi tiempo buscando el pantalón así que me quede así durante toda la mañana, cuando ya empezaba a llegar la tarde me coloque toda la ropa y le dije que saliéramos a caminar, no quería estar más tiempo en su casa, estaba adolorido y la tentación de derribar a Sasuke en el piso y dejar que me hiciera pues, era maravillosa.

Caminábamos por el parque cuando vi a Iruka y al amigo de Sasuke tomando un helado, se veían como dos tortolos y se dirigían al apartamento tomados de la mano.

- Diablos, ya no podemos subir – me miro directo a los ojos – es cierto, no conoces la habitación de Kakashi.
- Debes tener una pijamada todos los días – dije mientras me reía – me refiero a tu amigo en casa, luce como un chico divertido, es como siempre una pijamada.
- Sí, pero déjame decirte que las mejores pijamadas son contigo Naruto, me divierto más y con menos ropa.

Y ahí estábamos los dos debajo de un árbol viendo como los niños jugaban por el parque, tomando un helado en vaso y riéndonos por todas las estupideces que decíamos, así fueron las cuatro de la tarde. Para ese entonces Iruka y Kakashi  bajaban del edificio, vi los ojos de ese hermoso color negro cuando me miraron indescifrablemente,  luego me hizo una seña extraña y me halo del brazo, fuimos a un restaurante de comida casera cerca de allí, nos atiborramos de comida y subimos de nuevo a la casa.

A las diez de la noche me encontraba  moviéndome  por la casa de Sasuke arreglándome con mi ropa limpia y esos lindos zapatos nuevos, él estaba sentado en el sofá viendo “valiente” en el televisor, se reía pero no lo hacía como anoche, se veía algo cansado así que antes de irme le puse la mantita encima y lo deje ahí solo. Ya abajo fui a casa en taxi y ya en mi casa la soledad me golpeo  en la cara.

>~<



La luz se empezaba a colar por la ventana, había dormido de maravilla, mi cama estaba tibia y cómoda, no quería levantarme pero ya amanecía en serio y tenía que levantarme para ir a trabajar, me vestí y arreglé, para mi fortuna no me veía tan mal como ayer, el moretón en el pómulo había desaparecido casi por completo, mis heridas en la boca estaban sondando y me sentía de maravilla, con todos estos pensamientos optimistas me acerque al cuarto de Iruka, era mi turno de comprar el desayuno, era un poco tarde pero no importaba porque después de todo  soy  “íntimo amigo ” del jefe de turno, Iruka tampoco estaba listo, esperé un poco y bajamos a la cafetería a desayunar, tomamos el metro y conversamos de muchas cosas, pero les digo que me moría de curiosidad por él  y Kakashi, pero si le decía algo el intuiría que habia estado con Sasuke y tendría motivos para molestarme al menos hasta cuando un cerdo decidiera ponerse en tarea de volar así que lo deje pasar, él también me dirigía miradas de tiempo en tiempo, quería decirme algo, cuando estábamos en el estacionamiento, exploto.

- ¿llegaste anoche o esta mañana?
- En la tarde – mentí – por ahí a las cuatro, además  ¿Qué tono es ese?
- Es mi tono de mamá preocupada,  y ¡no me mientas! Yo llegue a las cinco a golpear tu puerta y no me contestaste 
- Estaba durmiendo,  anteayer fue un  día difícil.
- Es cierto, me dijiste que habías peleado con Kiba, estoy orgulloso de ti.

Subimos las escaleras para encontrarnos a Deidara esperando en la entrada de la oficina que compartíamos el señor Uchiha – ahora Sasuke – y yo. Estaba asustado por mi vida, una de las cosas que más odia Deidara en la vida es esperar, eso y que alguien tenga la misma ropa que él, ese no era el caso, el caso era que zapateaba suavemente y eso era señal de estar esperando durante mucho tiempo, le salude calurosamente mientras Iruka se escabullía asustado a su oficina, el casi me mato con la mirada y señalo suavemente la puerta.

- Son las 7:10, me tuviste esperando diez jodidos minutos, ¿Qué harás para compensarme?
- Lo que sea pero no me hagas daño – dije medio en broma, medio de verdad.

Al parecer le gústa mi respuesta así que me dejo salir, le serví un poco del escoces que guarda el señor Uchiha para ocasiones especiales, digo, salvar mi vida es una ocasión especial.  Dei se sentó en la silla del presidente, dio un sorbo mientras ponía los pies en el escritorio.

- Ya que lo menciona señor Uzumaki, si hay algo que puede hacer – su sonrisa aterradora apareció en la escena, temía por mí, claro que sí.

Me senté en mi escritorio y puse a organizar lo del día, entonces escuche su carcajada siniestra.

- Calma, no vas a hacer algo muy degradante, de hecho es algo para lo que te había estado pensando durante algunos meses pero ahora se ha hecho realidad, ¿recuerdas la marca de ropa “mondante”? ellos tienen un nuevo comercial, este chico de coletas – hizo una pausa para tratar de recordar el nombre de junhyun nuestro interno surcoreano - el que no es como nosotros... el coreano ¿como coño se llamaba?…bueno ese, el caso es que “mondante” quiere que la sesión la hagamos nosotros, pero con rostros nuevos y frescos, sin dejar de ser lindos y pues, necesito que te hagas cargo.
- ¿quieres que tome la campaña?
- No, ya que mencionas que harás lo que sea, quiero que seas el “señor primavera” de la campaña “new faces” ¿quieres morir dolorosamente? ¿no es así verdad? Entonces tendrás que hacerlo, será un contrato por prestación de servicios, te permite una coexistencia laboral – hizo una pausa y arqueo una ceja - ¿qué crees? ¿Qué solo se de moda, tendencias, glamour, maquillaje y fotografía? También se de leyes niño.

Le sonreí pero dentro, muy dentro de mi estaba aterrado, la sola idea de que alguien me mirara y me fotografiara, además que el término “señor primavera” me decía desnudo en algún momento, no mucha gente me ha visto desnudo, mientras pensaba todo esto la imagen de Sasuke se me paso como rayo por la cabeza, me hizo sonrojar fuertemente.

- Err, hay que hablar con el señor Uchiha.

Sonrió y saco su celular triunfantemente y pronuncio mi sentencia: “ya lo hice y dijo que estaba bien”. Todo se volvió negro y vertiginoso, lo último que deseaba era estar metido en esa horrible situación,  respire hondo y espere que todo siguiera como estaba predestinado, de otra forma todo se haría mierda en cuestión de segundos, ya dicen por ahí que “el hombre encuentra su destino cuando trata de huir de él”.

Seguí con mi actividad de oficina, habían nuevos reclutas hiendo y viniendo así que estaba muy ocupado, además de eso el joven sasuke no daba señales de vida,  eran ya las once de la mañana, preocupado tome mi teléfono. Marcar cada número fue tortuoso porque estaba muy preocupado, Sasuke no parecía un chico que fuera un irresponsable, supuse entonces que ayer se sentía mal y no me quiso hacer saber, un pequeño alfiler   imaginario se encajó en mi pecho por ello, mientras sonaba el tono de llamada la tensión aumentaba sin saber exactamente  el porqué, al fin después de tres intentos me contesto con su melodiosa voz, sonaba algo dormido.

- Err, ¿Sasuke? – dije.

Sonó algo extraño, un ruido de hecho al fondo, como un golpe, el suspiro y emitió un sonido algo inconsciente  me hizo entender que algo no andaba bien, sin embargo no quise que el supiera sobre ello así que seguí con la llamada normalmente, esperando a que contestara sin decir nada.

- Naru – dijo – estoy algo ocupado, necesito que te hagas cargo de la empresa hoy, sabré recompensártelo
- De acuerdo – suspire un poco – adiós.
- Espera, ¿hoy te encuentras bien? ¿Cómo están tus heridas? 

Entonces sucedió, cuando pensé que lo que había percibido tras la línea era solo paranoia mía, escuche una voz  de un chico algo mas viejo – a mi parecer –  en el fondo.

¡Sasu my love! Vine hoy a verte porque dijiste que querías estar conmigo, ya cuelga, ¿acaso hay alguien más importante que yo?

- Mis heridas están bien señor Uchiha, tenga un buen día entonces – dije con rabia y corté.

Sé que le deje las palabras atravesadas y lo peor era que no sabía exactamente por qué había dicho eso con tanto veneno, mientras pensaba en ello, la puerta de la oficina se abrió y un hombre con un olor bastante agradable cruzo, levante la vista para saber quién era todo aquello para encontrarme con Sai, el hijo menor del señor Uchiha, el hermano de Sasuke. Les  explicaré antes que empiecen a hacer conjeturas y saquen conclusiones sin sentido, Sai y yo nos conocíamos desde hacía mucho, el día que entre a trabajar aquí, él fue el que me brindo su ayuda, sin saber que él era el hijo del jefe, continuamos en contacto, se siente como un deja vu pero es un contacto más inocente, menos fantasioso y libidinoso, bien, continuando con Sai, él es un chico tan dulce y tan amable, tiene 24 años y estudio economía, es un sol de chico, y no, no estoy enamorado de él.

- Hola Naruto – su tono era tan cortes que me hizo entrecerrar los ojos un poco, todo lo contrario a Sasuke que es tan maleducado que me dice “esposa”, es un idiota.
- Hola – dije despreocupadamente y el siguió a la silla de su padre.
- ¿te importa si espero a Sasuke? 
- Él no va a venir hoy – levante los hombros y el bostezo

Ahí sentado en la mesa de su padre note que no se parecía al señor Uchiha, y obviamente tampoco a Sasuke pero tenía un aire tan a ellos dos que no pude evitar pensar  “hijo de tigre…”

- Entonces estaremos los dos solos un buen rato – su voz sonó aterradoramente seductora.

Levante la cabeza de nuevo para encontrarme a un muchachito sentado en mi escritorio mirándome directamente y no a los ojos, si no a un punto en específico que estaba bastante a la vista, desde arriba y porque tenía las piernas abiertas.

Estaba empezando a pensar que había sido acorralado.


************ CONTINUARA ... Cuando Quiera XD***************************

Notas finales:

bien bien... eso es todo, besitos de conejo 


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